Cheo
Morales H.
Frankfurt a.M.- Alemania.
Aunque parezca extraño
que en una publicación cultural independiente, en cuanto a política
contingente y que trata de mantener su independencia política
y cultural, con respecto a las corrientes más representativas,
aparezca un pequeño y concienzudo análisis político
de un determinado proceso o acontecer. Pienso que es rico, "en honor
a la verdad", que la cultura se impregne del acontecer cotidiano y humano
dando una explicación o, simplemente, realizando una reflexión
sobre el periodo histórico en que esta se desarrolla.
La cultura en sus etapas
de desarrollo se ha desenvuelto no aislada ni tampoco al servicio de
si misma, ya que la cultura por cultura no existe, ni tampoco se le
aceptaría como un elemento disociado de la realidad y de los
movimientos que se ejecutan en la sociedad. Es como aquello que dijo
el filosofo Descartes: "primero pienso, después existo". Así,
pues, la cultura no nace antes que la realidad ni el genisis de las
cosas. Con lo que a mi respecta, es que la cultura es un complemento
en el desarrollo de las cosas vitales de la humanidad. Primero han existido
los pueblos y después sus condiciones más objetivas; o
sea, las guerras, sus costumbres y su cultura.
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Cada etapa histórica
ha desarrollado una forma cultural de ver su propio desarrollo - o que
pasa en el paisaje de su organización -, y en esto hago hincapié
en que la actual situación la veo como un ente global, que se
ajusta a esta realidad contemporánea . Por ejemplo: durante la
Edad Media, las condiciones políticas y económicas permitieron
el desarrollo cultural, el que reflejó el sino de su proceso
en la historia y en esas circunstancias. Lo mismo ocurre durante el
fascismo en Alemania o el stalinismo en la Unión Soviética.
En este hito podemos apreciar una gamada de formas, ideas y comportamientos,
no solamente en la superestructura sino que además en las bases
sociales. También en su estructura e infraestructura (construcción
y organización social).
Esto, naturalmente,
repercute en la moral de la sociedad; ¿o puede que la moral de la sociedad
influya en las formas culturales de la Era en que se vive?
Un amigo alemán,
hace un tiempo atrás, antes de la caída del Muro de Berlín,
me decía: "Fíjate que durante la Era del fascismo (nazis)en
Alemania, los alemanes eran unos excelentes nazis (no todo el pueblo,
desde luego), después durante la existencia de la República
Democrática Alemana, los mismos alemanes fueron los campeones
del socialismo real. Hoy, un par de generaciones más tarde, estos
alemanes son los mejores defensores de la democracia libre cambista.
¿Cómo podemos
entender este fenómeno? Pues, culturalmente es un reflejo no
solamente de la idiosincrasia de este pueblo, sino que podría
ser también la negación de una recreación cultural
idónea de acuerdo a intereses políticos de una clase,
en este caso al servicio de una ideología, la nacional socialista.
Hoy en día, en
plena democracia burguesa, en Alemania y otros países europeos,
pese al volumen de ganancias de los capitalistas, lo que les permite
hacer un reparto más o menos masivo de sus ganancias y plusvalías
(esto se ve reflejado en el nivel de vida de las masas populares, principalmente),
de todas maneras reflorece la ya absoleta idea de primacía racial.
Con la globalización de la economía, de la política
y la cultura (no confundir esto último con las costumbres propias
de los habitantes de una determinada región), la sociedad se
ha transformado en multi cultural y étnicamente superando la
cuestión racial.
Pero como todo proceso
es "desigual y combinado" (teoría de León Trotsky) podemos
apreciar como en la sociedad "germánica" (y esto entre cremillas,
ya que estoy dando a entender que una sociedad encerrada en su alter
ego, ya está prácticamente superada), aun persisten rasgos
del viejo régimen autoritario, no ya desde la cúpula gobernante
misma, sino como una cuestión retrospectiva de volver a los añejos
tiempos superados por la cultura misma.
Para la democracia capitalista,
por ahora, no es necesario utilizar viejas escuelas para gobernar, si
no que más bien utiliza la pericia de poder hacerlo en base a
palo y zanahoria (democracia pluralista y parlamentaria bajo estricto
control policial), y para esto, cuenta con la domesticación de
los sindicatos, la socialdemocracia (la que aun aglutina a amplios sectores
de trabajadores), la eterna democracia cristiana, y nuevos sectores
sociales, quienes levantan la bandera de la ecología, el pacifismo
y el humanismo, pero sin tocar el talón de Aquiles del sistema:
su proceso de acumulación y su permanente explotación
de la naturaleza y de las fuerzas productivas, por ejemplo..).
Así y todo, pese
a la tregua que se ha dado el mundo contemporáneo, fuerzas ajenas
al proceso de la globalización, y que no pertenecen a las fuerzas
naturales de la izquierda: la clase trabajadora, organizan el derrumbe
de la sociedad pos industrial para volver al pasado utilizando las mismas
consignas y métodos que se utilizaron durante la gran depresión
(década de los años veinte del siglo XX); pero hoy es
distinto, pero así y todo los viejos fantasmas de la intolerancia
cultural, racial y xenófoba campean por el hábitat del
hombre cibernético.
Las ciudades de la vieja
Europa se ven inundadas de una nueva fe, y esta basada en la desigualdad
racial, económica, filosófica y cultural. Ya sabemos que
cientos de miles de emigrantes de cualquier parte del mundo, atrasado
económicamente y dependiente, se desplazan hacia el mundo desarrollado
(países ricos). Esto irrita a sectores "desclasados", quienes
ven arrebatar sus garantías sociales y económicas.
Y esto que podría
quedar tan solo en el marco del análisis, se extiende hacia el
mundo noticioso, y para muestra un botón: diariamente las portadas
de los periódicos, la radio y la televisión nos están
informando del formidable avance de las fuerzas hostiles a la democracia
formal, la que se sostiene gracias a su línea populista y, engañosamente,
a través de los medios, se hace creíble para bastos sectores
de la humanidad, pero sin la intención clara de desarrollar una
alternativa de peso que ponga en jaque a ese movimiento de contra cultura.
El fantasma del comunismo
ya no asusta ni a su propia sombra, la izquierda universal ha retrocedido
hasta el nivel de barricadas. No precisamente por falencias teóricas,
sino que más bien por la derrota estrepitosa de una desviación
práctica y tendenciosa. Me refiero al estalinismo, al maoísmo,
al titoismo, al ceauceismo, y al un largo etc.
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Las fuerzas que podrían
demostrar la corrección de sus postulados carecen de credibilidad,
carisma y pragmatismo, tales como el trotskysmo y el anarquismo, debido
a su enfermiza división y atomización que ya son historia.
Este derrotero ha abierto las puertas para que las ideas y acciones
del fascismo (disfrazado de nazismo) estén entrando solapadamente
en la sociedad actual europea, sin tapujos ni remordimientos de conciencias,
pintando de color pardo el ambiente de la poca libertad que aun podemos
rasguñar, mientras la izquierda, en general, se lame las heridas
dejadas como secuelas tras una larga lucha de clases hoy tiradas al
baúl de la Historia, dando paso a una cultura de la obediencia
civil y a la pérdida del coraje, característica genuina
de desheredados culturalmente.
© Derechos
Reservados en exclusiva para la revista "Escáner Cultural"
Frankfurt a.M. / Alemaia Noviembre 2000
http://www.escaner.cl/reflexiones
Imágenes anti-nazi
sacadas del sitio web (Hay más): http://members.spree.com/sip1/naziscum/galeria.htm