Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 31.
12 de Julio al
12 de Agosto de 2001.

COMO LA MÚSICA CLÁSICA.
CARLOS PELIKAN ROTTER.

Por: María Soledad Mansilla Clavel

"Mar agitado"

El pintor Carlos Pelikan Rotter, mejor conocido en los medios plásticos como Perot, es hijo de austríacos, sin embargo nació en Chile, en Lautaro, 1919, donde pasó su niñez. Muy pequeño ya sus padres lo encontraban a menudo tumbado boca arriba observando las nubes en el patio de su casa. A los siete años se radica en Europa, cerca de Viena, donde cursa la primaria y parte de la secundaria. Sus profesores se interesan en su notoria capacidad para el dibujo y lo acercan al taller de dos pintores impresionistas, con los que aprende desde la confección de bastidores y telas, el dibujo y la práctica de la memoria visual, hasta la acuarela y el óleo, partiendo desde los ineludibles bodegones. Les agradece hasta el día de hoy, que le enseñaran sin marcarlo.

Regresa a nuestro país años más tarde, justo antes de la Segunda Gran Guerra, para dedicarse a su carrera de Constructor Civil, pero con el dibujo y la pintura ya muy adentrados en el alma. Es en 1971 que decide entregarse por entero al arte.

LA LUZ Y EL MAR.

Los efectos de la luz sobre las cosas le atrajeron desde siempre, de modo que lo impresionista estará presente en sus telas en forma permanente; no en el mar, pero sí en las montañas, roqueríos o elementos circundantes, que le permiten trabajar a espátula.

"Nubes quebradas"

Primeramente fueron las nubes y su movimiento las que captaban su atención, mas tarde sería la fuerza del mar en ése viaje de niño a Europa, en que el barco en que viajaba casi zozobra en la fuerte tormenta que los alcanzó cruzando el Golfo de Viscaya. De regreso a Chile, el mar lo atrapa definitivamente.

Inolvidables han sido por ejemplo, ese primer viaje en bote a remos a la Laguna de San Rafael, de extraordinaria belleza, a pesar de sus continuos mareos, lo que no le ha impedido mas tarde viajar invitado por la Armada de Chile a diferentes puntos de nuestro litoral, entre ellos todos los canales del Sur, Chiloé, Isla de Pascua, o Juan Fernández. Así se unieron su pasión infantil por las nubes, - con el sol sobre o bajo ellas, produciendo luces y sombras- con el movimiento perpetuo del agua. Nacía un marinista convencido, tanto, que cielo y mar son la temática única y suficiente de un buen número de sus composiciones, que se cuentan por miles, alrededor de dos mil.

La variedad de temas corresponde a elección del autor, que con visiones diferentes de lo que considera el riquísimo y siempre hermoso mar de Chile, al que se refiere con auténtico entusiasmo, desea mostrar que el océano es fuente inagotable de energía, de alimento, de producción y de trabajo en el que pueden desarrollar las personas, jóvenes o adultos, sus vidas a plenitud.

AGUADAS PARA LAS TRANSPARENCIAS.

" Altas olas"

En sus cincuenta y siete años de pintor ha trabajado también los veleros, los buques, las nieves y hielos eternos, el paisaje y también lo insular, pero en el campo en que tiene muy pocos contrincantes es en las marinas.

Para pintar no elige temas necesariamente estéticamente bellos. Le basta con que sean fuertes y solo deben cumplir con el requisito de atraerle, de "sentirlo". Su capacidad de "ver" va descubriendo detalles en la naturaleza, milagrosamente visibles gracias a unos cuantos rayos de sol o al efecto que produce el viento sobre la cresta de las olas. Las pinceladas irán acordes al sentido del movimiento, adelantándose unas, retrocediendo otras, algunas rasantes.

"Mares eternos"

Para el mar, Don Carlos usa las aguadas. Una sobre otra las veladuras van produciendo esas transparencias propias del agua. Además del dominio del dibujo, está por cierto el del pincel, cuyos trucos se aprenden con los años de oficio. Con algunos se pueden tomar dos o mas tonos a la vez, explica, para conseguir buenos efectos cromáticos, producir los efectos de una botada de espuma, el lamido de una ola en la arena o el magnífico espectáculo del reventar de una ola en algún roquerío.

En los viajes en buque toma fotografías para no perder esos momentos que en unos instantes desaparecen con una ráfaga de viento. También bosqueja a lápiz en un pequeño block de bolsillo que siempre trae con él, al que más tarde, en el camarote o en su taller, acuarelea con más calma para dejar una impresión rápida de la luz y del color en su memoria. Estudios que se transformarán rápidamente en óleos en un trabajo casi febril. Sin embargo dice: "En cada lienzo me demoro 60 años", lo que significa que en cada obra está el aprendizaje y experiencia de todos los años anteriores.

UN CANTO A LA VIDA.

" La playa después de la tormenta"

Carlos Perot no persigue expresarse con su obra, ni plasmar en ella sus estados de ánimo. Su arte es un "canto a la vida" para agradecer el hecho de vivir y poder mostrar a tanta gente lo hermoso de la creación de Dios,

En su línea, el artista hace gala de un absoluto dominio, producto de su vasta experiencia, de buenos maestros y de su gran capacidad de observación y sensibilidad. Será recordado como uno de los grandes marinistas de esta época, como en otras, esquiva en la especialidad de las marinas. Sus óleos son como la música clásica, que no pasa de moda y que regala a los seres humanos un momento de descanso y de profundidad interior.

El artista ha realizado varios viajes al exterior y sus obras han sido bien aceptadas y adquiridas en países como Argentina, Brasil, Venezuela, Estados Unidos, Japón Austria, Alemania e Inglaterra. Con frecuencia atiende pedidos de otros países.

Don Carlos, ¿Qué le atrajo de Chile para quedarse para siempre?

A los dieciséis años, después de haber vivido diez años en Europa y haber conocido muchas ciudades en ese continente, me encontré al llegar a Valparaíso, con un clima y una población amistosa, fuera del paisaje extraordinario. Tan diverso, entre desierto, bosques, lagunas, cumbres nevadas, lagos y canales. Me siento feliz de haber nacido aquí en Chile.

"Costa salvaje"

¿Cómo y cuando nace su afición a la pintura?.

Esa nació por herencia, pues mi abuelo y mi madre ya pintaban y dibujaban. Mi afición a la pintura la descubre mi profesor de pintura del colegio, a los once años, quién después me pone en contacto con los pintores impresionistas que le mencioné.

¿Cuándo se concreta su preferencia por las marinas?

Se concretó en el viaje de regreso por mar desde Europa a Valparaíso, y mis salidas frecuentes en barcos pesqueros en el año 1946. Dejé entonces a un lado todos los temas que hasta entonces dominaban mi pincel, como los paisajes otoñales, invernales y montañas nevadas.

La atracción la empecé a sentir a medida que me encontraba con más y más dificultades para dominar las olas y un sentimiento parecido al del jinete que trata de domar un potro desbocado.

"Reflejos en la arena húmeda "

¿En qué circunstancias es usted aceptado como el único pintor latinoamericano en la "Royal Society of Marin Artist" en Inglaterra?

Fue al enviar cinco de mis obras a Londres para una exposición anual, quedé seleccionado con tres de ellas y las otras dos fueron adquiridas. Además fui invitado para hacerme socio de la misma sociedad, cosa que me llenó de orgullo.

Cuéntenos cuales son las técnicas que ocupa para pintar dos asuntos en perpetuo movimiento como son: el cielo y el mar

No hay ninguna respuesta concreta para esto, sino la de querer y admirar dos elementos como mar y cielo, donde uno depende de las veleidades del otro, en color, viento y temporal.

Carlos Pelikan Rotter, Perot.

¿Qué cualidades o dotes personales son necesarias para captar la dinámica de esos dos elementos y detenerlos en la obra?.

Es el sentimiento verdadero y profundo de admiración al océano, tan cambiante, que de una laguna azul se puede transformar en un temporal destructivo.

¿Cuáles son los viajes para pintar, embarcado por cierto, que recuerda con más cariño?

La Isla de Pascua y los miles de kilómetros navegados por los canales de nuestra zona austral; donde aprovecho de agradecer profundamente a la Armada de Chile, que hizo posible llevar a la realidad este sueño.

"Mar agitado"

Conocemos una serie suya acerca de Isla de Pascua, muy hermosa, que refleja muy bien lo que la isla es y donde se suman mar, paisaje y lo más característico de lo isleño. ¿Aún la conserva?

Me quedan cinco obras, que son las últimas de casi treinta.

Antes de ser marinista, le gustaba pintar paisajes nevados. En general, ¿también pinta paisajes?.

Sí, cuando me los piden. Es tal la variedad de paisajes que ofrece nuestro Chile, desde nuestro árido desierto nortino, la zona boscosa y la alta cordillera central siempre nevada, nuestro sur también de bosques, con lagos y volcanes, terminando en esos mil kilómetros de fiordos con ventisqueros que llegan hasta el mar

"Olas Transparentes"

La Armada de Chile, entre otras instituciones, tiene una gran colección de obras suyas.

Sí, la Armada cuenta con ellas, pero repartidas en el mundo entero en distintas reparticiones navales.

Durante su extensa carrera artística ha recibido seguramente muchos premios...

Sí, claro, en concursos nacionales e internacionales, pero eso no es el objetivo mío. Me siento totalmente pagado cuando luego de haber vendido una obra, me llega una tarjeta de agradecimiento. Es eso lo que realmente me satisface y me llena de goce.

¿Cómo se siente de haber tenido la suerte de conocer Chile de punta a punta?

Con profundo agradecimiento a la Divina Providencia.

PARA ESCANER CULTURAL
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