Desde
Argentina, Daniel Noseda
A veces tengo la sensación de
ser un lobo solitario frente a la vidriera del mundo. De ser el único
que observa algunos de los infinitos detalles ocultos entre los demás
que habitan bajo el baño de luces de neón, radón,
kriptón o cuanto gas raro sirva para iluminación de nuestro
mundo del revés, tristemente maravilloso, de la pobre Alicia.
Pero afortunadamente dicha sensación
desaparece tarde o temprano.
Me fui de vacaciones, recuerden, pongan
a funcionar la glándula, en medio de un quilombo y ya en Brasil
me encuentro con quilombos de otro tipo. Quilombos, buenos quilombos
organizados.
Nadie es perfecto. Tengo la manía
de juntar pavadas, hojas, recortes, fotos y las dejo en un rincón.
Cosas como periódicos que en aquella tarde frente a la bahía,
me alcanzó José Mario Paz, funcionario de la Fundación
de Cultura de Búzios, dueño de la Pousada "Vila do Mar"
y de la sala de cine "Gran Cine Bardot", sede en víspera del
VII Festival Internacional de Cine 2000,
En uno de ellos, el "O Perú Molhado",
venciendo la barrera idiomática me desayuné con los "Quilombos".
"Quilombo" es también el lugar
donde se refugiaban los negros que escapaban del esclavitud, algunos
tan famosos como lo fue el Quilombo de Palmares.
En la guerra entre los portugueses y
los holandeses por el Brasil allá por el 1600, en medio del quilombo,
los negros esclavos aprovecharon la distracción para fugarse.
No se dispersaron sino que se constituyeron en colonia ocupando las
tierras de la Iglesia, no había otras, en esa época, casi
todas eran de ella. Y allí se organizaron, en medio del quilombo
de la guerra, de la muerte y el desorden, crearon su propio orden, otro
"quilombo" donde los negros que ingresaban a el seguían siendo
esclavos hasta el momento en que ayudaban a liberar a otros esclavos.
Y en ese acto de jugarse por la libertad se ganaban el derecho a ser
libres.
El Quilombo de Palmares, el más
celebre, fue arrasado y sus moradores diezmados o vuelta al cautiverio,
pero sin embargo hoy día quedan residuos de esos quilombos.
Algunas veces la Historia, la grande,
la de los pueblos se hace presente en una crónica del 11-10-2000
corriendo a contrapelo de esa otra historia mezquina de algunos personajes,
con un título algo así:
"Descendientes de esclavos de Rasa,
van a recibir los títulos de propiedades del Ministerio de Cultura"
Al fin, una buena noticia para la región
de Rasa, que ha pasado por tantas tribulaciones causadas por la división
provocada por la emancipación de Buzios.
El ministerio de cultura, después
de estudios locales, reconoció una vasta región conocida
como María Joaquina, que fue hecha un "quilombo".
Y como tal el ministerio está
providenciando títulos de propiedades de esas tierras para los
descendientes de esclavos.
El primero en ser contemplado en esa,
recibirá los títulos Pedro Geraldo da costa, de 74 años
que, con su familia, tienen seis casas en el mismo terreno, mas nunca
la posesión del mismo.
... en esa región, que en las
últimas elecciones fueron de peso, viven cerca de 900 familias
más la mayoría que viven en los otros lugares de la Región
de los Lagos".
Hay inclusive, un descendiente directo
de antiguos esclavos, como Pedro, que fue reelecto.
Los antepasados de esas familias de
Rasa trabajaban como esclavos en haciendas de toda la región,
especialmente en la hacienda de Campos Novos."
¿Cuántos son Los Sin Tierras?
¿Miles? ¿Un millón? Dos.
Bueno, dentro del quilombo-despelote
en que viven algo cambia, la balanza parece inclinarse a su favor. Para
un grupo, por lo menos.
Los fantasmas de los "quilombos", de
esos refugios de antaño para un nuevo orden, el quilombo de la
esperanza, el orden y la libertad alientan cambios, contragiros a favor
de la dignidad
Anoten, una más a favor de la
Teoría del Caos.
Del Caos, del quilombo, es posible el
nacimiento del Orden, de la Libertad.
Pero para ello falta descubrir el secreto
que hace que uno se transforme en otro, quizás el secreto resida
en el Amor, esa fuerza arrolladora que moviliza a toda la humanidad,
porque "el amor es revolucionario"- decía Vinicius de Moraes.
Un 9 de julio de 1980, sumergido en
una bañera con agua caliente, acompañado de la infaltable
botella de whisky, libros, lapiceras y anotadores, moría el creador
del poema "Obrero de la Construcción"
Entre tantas saudades, alegría
y quilombos, valga un poco de memoria.
Vinicius, el del PC brasileño,
el inseparable de Toquinho, Chico Buarque, Tom Jobin, María Creuza,
el letrista de la Bossa, el de la "Tristeza nao tem fin, felicidade
si", el master de la bohemia, el que confesaba sin pudor "Yo soy de
izquierda y creo en el amor porque es revolucionario", Vinicius y su
fantasma que hace que lo persiga por las ruas das Pedras, Ipanema, y
mais.
Vinicuis y su "obrero", aquí
va, "sara va", bossa-Vinicius
Era el quien hacía casas
Sobre el puro suelo llano
Como un pájaro sin alas
Subía el con las casas
Que brotaban de su mano
Mas todo desconocía
De su grandiosa misión
No sabía que toda casa es un
templo
Un templo sin religión
Como tampoco sabía
Que la casa que él hacía
Siendo su liberación
Su esclavitud también era
Pero él desconocía
Un extraordinario hecho
El obrero hace la cosa
Y la cosa hace al obrero
De forma que cierto día
Cortando en la mesa, el pan.
El obrero fue tomado
De una súbita emoción
Al constatar asombrado
Que todo en aquella mesa
- Botella, plato, mantel-
- Era él el que lo hacía
Era él el que lo hacía
Un obrero humildísimo
Obrero de construcción
Observó a su alrededor
Sartén, vaso, palangana
Banco, mesa, colador
Vidrio, paredes, ventana
Casa, ciudad, nación
Todo lo que allí había
Era el quien lo construía
ERA, un obrero humildísimo
Un obrero que sabía
Ejercer su profesión
...............
Lo sobrecogió el saber
Que no había en este mundo
Cosa que fuese mas bella
Fue con esa comprensión
De ese instante solitario
Que, como la construcción
Creció también el obrero
Creció a lo alto y lo profundo
En tamaño y corazón
Y como todo el que crece
Vió que no crecía en vano
A mas de lo que sabía
-Ejercer la profesión-
Aquel obrero adquirió
Una nueva dimensión
Dimensión de la poesía
Y un hecho nuevo se vió
Que a todos admiró
Lo que un obrero decía
Otro obrero lo escuchaba
Así fue como el obrero
De la casa en construcción
Que siempre decía "si"
Comenzó a decir "no"
...
Y el obrero se hizo fuerte
Con esa resolución
-Convénzalo de lo opuesto-
Dijo el sobre el obrero
Y al decirlo sonreía...
Al otro día saliendo
De la obra en construcción
El obrero fue cercado
Por los de la delación
Y sufrió por destinado
Su primera pateadura
Le escupieron en la cara
Tuvo un brazo fracturado
Mas cuando fue preguntado
El obrero dijo "nó"
.....
(Con el debido respeto, lo que sigue
es mío al no poder encontrar la versión completa)
.....
El patrón cambió de táctica
Y ofreció al obrero desde la
altura
Poderes, descanso, fortuna, mujeres
Todo a cambio de su veneración
El obrero debió haber visto
Cosas que el patrón nó
..........
Vió en que consistía
El lucro de su patrón
Y en las cosas que veía
Misteriosamente había
La marca de su mano
El obrero dijo nó
-¡Locura!- gritó el patrón
¿No ves lo que te estoy dando?
-Mentira- dijo el obrero
No puedes darme lo mío
Y se hizo un gran silencio
Dentro de su corazón
Un silencio de martirios
Un silencio de prisión
Un gran silencio poblado
Por pedidos de perdón
Un silencio temerosos
Con el miedo en soledad
Un silencio de torturas
Y gritos de maldición
Un silencio de fracturas
En la pavimentación
Y el obrero oyó la voz
De tantos hermanos suyos
De sus hermanos que han muerto
Por otros que vivirán
Una esperanza sincera
Le creció en el corazón
Dentro de la tarde mansa
Se agitó la razón
De un hombre pobre, olvidado
Razón que transformara
De obrero de construcción
En obrero construido.
Si para semejante letra, falta la música,
no importa, una marchinha, una samba, una bossa, se hará presente,
"Saravá Vinicius!