LOS TORMENTOS DEL VERBO
Y DE LA IMAGEN EN
LAS ESTRUCTURAS DEL ALMA
Desde Brasil, Eric
Ponty
Imágenes, cortesía de Marta
Sanmamed España, Toledo.
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Marta
Sanmamed. Pinzas y duendes: 47 x 86
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I - Los tormentos de una estructura sinfónica
Conocí la poesía de Floriano
Martins a través del ensayo de Ivan Junqueira, Los tormentos
de la poesía, y luego quise leer este poema que Ivan presenta
de esta manera: "la verdad es que toda su poesía gana a partir
de entonces un nuevo impulso. En la aventura hispánica de Los
tormentos miserables se entrelazan armónica y orgánicamente
la sensibilidad métrica, la forma fija (en el caso del soneto,
aunque algo atípico) y la prosa poética con largo aliento
como desde siempre, además, cultivó el autor. Es necesario
advertir, empero, que Los tormentos miserables no constituyen un récueil
poético, y sí un núcleo temático (o problemático)
que se esparce en 46 fragmentos, y otros tantos poemas, se así
lo prefieren. Bien visto, además, que el poema se incluye en
una vertiente algo rara de la lírica brasileña: aquella
que privilegia la poesía (y la metapoesía) del pensamiento,
como la ejercieran entre nosotros Carlos Drummond de Andrade, Jorge
de Lima y, tal vez más que cualquier otro, Dante Milano. Sería
así como poesía de la poesía, un áspero
y doloroso esfuerzo de acceso, tal como lo vemos en el reciente A via
estreita, de Alexei Bueno. Y aquí no fia como escapar: toda esa
paráis, que en buena hora enfrenta y afronta la banalidad y el
metaludismo en que se convirtió considerable parte de nuestra
poesía contemporánea, nos remite a las matrices seminales
en que resplandecen los nombres de Hõlderlin, Novalis e Leopardi".
Alma en Llamas, de Floriano Martins, que
se inserta en la vertiente del surrealismo de Breton y de los brasileños
Jorge de Lima y Murilo Mendes, que escribieron Tiempo y eternidad, y
privilegiados como yo que poseen la primera edición, saben perfectamente
que este libro dividido en dos partes está mucho más para
la poesía que para la religión, y si esta no es una gran
realización no se debe al tema, mas a una cierta inmadurez de
los dos poetas.
La reunión en Alma en Llamas de
un largo poema es un difícil problema estructural porque los
poemas no se encadenan en un mismo movimiento, donde se percibe que
estos llegaron a su final como, por ejemplo, la primera sesión
de abertura denominada de La otra Punta del Hombre que no se interliga
con un subsecuente Aula de Pintura porque hay allí dos momentos
que dan la perspectiva de un hacer poético bien particular que
no se encadena en una misma secuencia como en el movimiento de una sinfonía,
para ser más exacto.
En cuanto a la estructura de Alma en Llamas,
expresa el autor "lo concebí como un largo poema. No puedo
determinar cómo el lector convivirá con él, si
con todo o con sus partes. El poema se refiere-a las diversas maneras
como el hombre se relaciona consigo mismo. Del grito de indignación
presente en La otra punta del hombre hasta el inventario de
sus propias pérdidas, en Columnas circulares, sin que
esto venga a significar resignación. Por el contrario, se muestra
allí una postura aguerrida delante de la muerte. En Los miserables
tormentos del lenguaje y las seducciones del infierno en los instantes
trágicos del amor de Barbus y Lozna lo que se muestra, más
que una aparente relación con un amor imposible, es su posibilidad
de agotarse en sí mismo o mejor, al permitir la lectura de una
presencia andrógina pasa a discutir otra emisión de la
relación amorosa. En Pruebas finales, lo que tenemos
es exactamente lo que el título sugiere, o sea, el descenso vertiginoso
al reino de todas las posibilidades de lidiar con el lenguaje. Y Aula
de pintura se vale del aspecto sensorial, las maneras como el hombre
percibe el mundo a su regreso, su plasticidad, su ritmo. Naturalmente,
el personaje es un poeta. El libro fue escrito a lo largo de varios
años, siempre pensando en una estructura con esa abarcadora mínima.
En Pruebas finales, encontramos los poemas más antiguos
y también los más recientes. Fue el único capítulo
compuesto dispersamente, digamos. Los demás fueron pensados integralmente
y escritos generalmente en pocos días.(...) Mas soy afecto a
los grandes paneles. Por ejemplo, la suma de veinte canciones, con un
hilo conductor, reunidas en torno a un tema central. Soy, por así
decir, operístico."
El problema de estructura de Alma en Llamas
es que cada parte ya se sitúa como una parte acabada e inspirada
en sí misma y nos recuerda un poco el problema de las sinfonías
de Gustav Mahler que cuando las escuchamos como un todo desconcierta
nuestra audición justamente por su desigualdad en el tratamiento
de esas partes que se autoincluyen y no se ajustarían como un
todo único a su programa camerístico como en un de un
largo poema.
II - Los tormentos de la influencia surrealista
de Jorge de Lima en la poesía brasileña
El ensayo de Murilo Mendes sobre la Invención
de Orfeo, por abarcar, a mi modo de ver, varias experiencias que generaciones
utilizaron y Floriano Martins no es ninguna excepción: "Invención
de Orfeo es el máximo documento literario de la naturaleza barroca
de Brasil. Esta obra genial no nació de la planificación
de la brasilidad; por eso mismo, en su fuerza caótica y dispersa,
es una poderosa imagen de este país afro-europeo que carga una
antigua cultura para enriquecer sus orígenes bárbaras.
El texto de Invención de Orfeo es extremadamente complejo y erudito.
Presenta diversas técnicas y facturas: poesías metrificadas
y rimadas, otras en verso libre y verso blanco, sonetos, canciones,
baladas, poemas épicos, líricos, poesías de carne
y de sangre, poesías de infancia, episodios surrealistas, esbozos
de dramas y de farsas. [.] Es muy probable que dentro de poco se levante
de la lucha como el Angel, trayéndonos un nuevo diamante arrancado
a los abismos." O sea, la técnica del collage que Floriano
Martins hace como un gran artista así como Jorge de Lima lo hizo.
Y como el propio Jorge de Lima nos coloca en Invención de Orfeo,
en Poemas Relativos III, lo siguiente:
cualquier voz alou-se
muy deseada.
Blanco fuese el espacio
y ella ardiente color.
Quiso el espacio la voz
la voz vio y se amplió.
Pero si no hubiese
propiamente voz...
Vamos nosotros a suponerla:
dos sin sus sentidos.
Deseemos igual
dos incomprensibles.
Bueno es repetirnos
en la voz recibida.
Y el espacio vaciado
poblado de vez.
La reunión de Alma en Llamas
en un único y solo poema, como los versos anteriormente citados
de Jorge de Lima, "Blanco fuese el espacio/y ella ardiente color./Quiso
el espacio la voz/la voz vino y se amplió.", que Floriano
Martins lleva en cada bloque del poema-livro haciendo su cantar como
si cada sesión fuese un canto que nos habla mucho más
de la experiencia intangible como de las cosas concretas, por ejemplo,
el cuerpo:
los dolores que crecen en tu piel
el misterio
de nalgas danzando en la expresión
invisible
de unas tristezas huyendo de tu risa
y unas
sonrisas volando camino a tu tristeza
Floriano Martins niega esta influencia
de Jorge de Lima con propiedad y nos dice: "Por casualidad releía
hoy un artículo de Wilson Martins donde denuncia el mimetismo
de Jorge de Lima. Intento comprenderlo por el hecho de que Jorge pasó
por varias fases y no llegó primero a ninguna de ellas. Tal vez
me preguntes por mi relación con Jorge teniendo como base el
epos trazado en Invención de Orfeo. Por mucho
que sea mi respeto por Jorge, no veo relación. Tendría
más en cuenta mis lecturas de Milton, Dostoievski y José
de Alencar, que verdaderamente marcaron la infancia, al lado de las
historias en pasquines del Príncipe Valiente y las películas
de'EL Gordo y el Flaco. De todo esto vienen aspectos como la
creación de personajes, diálogos, vinculación ontológica
etc., que son características de mi poesía. Mira que soy
prácticamente una voz solitaria en la gran tradición lírica
de nuestra poesía. Aunque esto no quiera decir nada." Aún
cuando la influencia de Jorge de Lima no esté directamente ligada,
hace parte de nuestro inconsciente colectivo poético, como la
poesía de A. Rimbaund o los collages anteriormente citados que
dan este parentesco, y porque ambos son líricos surrealistas.
III- Los tormentos del ritmo
Al inquirir a Floriano Martins sobre
la cuestión del ritmo en su poesía, este me respondió
que "el ritmo de un poema encuentra correspondencia en la pulsación
ulterior de quien escribe. Siento la presencia de una plasticidad, el
registro de una imagen bien definida, así como su ritmo, su modulación
rítmica. Nada de esto sería posible sin la sangradura
de la percepción del mundo a su regreso. De esta manera, todo
el poema parte de un diálogo y se encamina al despliegue de ese
mismo diálogo." El poema es el ritmo del verso martinsiano
y su estado mimético y este entro yo y yo y el otro como en una
improvisación jazzística, por ejemplo, cuando él
mismo indaga: "donde hay música no hay intelecto o viceversa?
No comprendo esas separaciones, o mejor, no me alío a ellas.
Pienso y siento y gozo y deliro con el mismo espíritu, con la
misma fuerza interior. Tengo una predilección por el jazz en
lo que permite establecer un tema y luego en seguida improvisar a su
vuelta, o sea, cuando crea esa relación ambigua entre razón
y sensibilidad, digamos.".
El ritmo en la poesía de Floriano
Martins se sitúa musicalmente en el lirismo de la música
de un Luciano Bério y de su sonora Sinfonía o también
en otra obra beriana en el momento en que esta tañe en el murmullo
de la palabras, a ejemplo de la joyceana Thema (Homenaje a Joyce), mas
sin su serenidad de programa como en "Coro para instrumentos y
voces" donde este toma los versos de Pablo Neruda y de su "Residencia
en la tierra", y los famosos versos surreales y haciendo bordear
al escatologismo auditivo:
Viniendo de ver la sangre por las calle
El día pálido surge
El ritmo de la poesía es fruto
de un ritmo libre nacido en pós-Um Lance de Dados, donde este
intenta captar "la música en Goya, el teatro en Tom Waits,
la poesía en Keith Jarrett, la pintura en Blake etc. No solamente
en ellos cuatro, pero ahí ya tendrías un buen cuarteto
de afinidades. Más allá de esa relación de afinidades,
es de una variedad alucinante. Tanto en el plano estético, cuanto
en el ámbito de comportamiento, de las relaciones con su tiempo,
sus pares, rechazos etc." Una vez libre del sistema métrico
tradicional, su poesía tañe la métrica de la plasticidad
de las imágenes y de los sueños.
IV- Os tormentos do inconsciente
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Marta
Sanmamed.
Romana con granadas, 107 x 123 cm
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Sobre Alma en Llamas, coloca muy bien
el poeta Rolando Toro que "las mareas subterráneas del viaje
interior, arrastran al poeta hasta los arrecifes donde todo es posible:
el vacío y el éxtasis, un acontecimiento sin redención
y pleno de lucidez. Al conjugar las metáforas del cielo y el
infierno, crea el sentido de una ética y de una estética
nuevas ajenas a los dioses y poderosa en el acto de devoción",
y aún indica que Floriano Martins "comunica en sus poemas la
trayectoria existencial en medio de la suntuosa paradoja de vivir en
la ambigüedad de los hechos cotidianos y la exactitud del infierno;
un avanzar por esa nebulosa de posibilidades entre las tinieblas y el
éxtasis. Sus poemas constituyen una extraordinaria aventura,
en torno al misterio del ser. En medio del laberinto encuentra los carbones
aún ardientes de un mítico sacrificio del comienzo del
mundo. La metáfora de Los carbones de Goya alude al proceso creador:
es necesario pasar por el fuego para volver, teñido de negro,
al esplendor de la vida." Mas es preciso recordar lo que Ivan Junqueira
señala al início de este ensayo cuando comentaba sobre
Los Miserables tormentos del Lenguaje y las Seducciones del Infierno
En los Instantes Trágicos Del Amor de Barbus y Lozna que
"armoniza orgánicamente la sensibilidad métrica,
la forma fija (en el caso del soneto, aunque algo atípico) y
la prosa poética con largo aliento, como desde siempre, además,
cultivo el autor." Si Alma em Llamas presenta estos desvíos
en la construcción de su total armonía tal vez sea por
ser parecida más al inconsciente que siempre se respaldó
por el claro y el oscuro como las imágenes que influenciaron
a Floriano Martins cuando expresa: "y era también fascinado por
Brueguel, Bosch, Goya, los inumerables catálogos de sus obras
que teníamos en casa".
V - Los tormentos de la identificación
de Carlos Drummond de Andrade
Em Alma en Llamas, en la sesión
de Los miserables tormentos del lenguaje y las seducciones del infierno
en los instantes trágicos del amor de Barbus y Lozna, abre con
los siguientes versos:
Donde crece el árbol de nuestro
amor
esfera sembrada de sol y viento y mar
como versos de aire tiemblan sus brazos
respiración del fuego o Por entre
los ramos
donde crece el amor sobre el mundo
toda la edad perdida posa en tus ojos
mujer acariciada por el olvido
cuyo
cuerpo yace sobre el dolor del tiempo
un nosotros de espejos silenciosamente
cae
de sus sombras al secreto del paisaje
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Marta
Sanmamed. Granadas: 61 x 95
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A la pregunta hecha a Floriano Martins
sobre la cuestión de la influencia en su poesía, me respondió
que "en cuanto al universo de las influencias, siempre prefiero
tratarlas como identificación, pues las entiendo más como
diálogo que como padecimiento, digamos. El hecho es que dialogué
muy poco con Invención de Orfeo. No fue de aquellos
libros predilectos, que me quedaba leyendo y releyendo interminablemente,
como hacía con Crimen y Castigo o El tronco de ipê.
O, para hablar de poesía, libros de Drummond, Pessoa y Francisco
Carvalho, que eran devorados con furor en la adolescencia. En nuestros
años de infancia (donde se dan los grandes registros que van
a definir una poética) hasta la adolescencia, la compañía
marcante fue la de la dramaturgia. Era un apaisonado por Strindberg,
Ibsen, Tchekhov, Genet, Arrabal, Beckett y sobretodo Peter Weiis, que
me llevaba de vuelta al universo del Marquês de Sade que había
leído años atrás. Creo que a partir de ahí
fue que enlacé con Artaud, y solamente después vine a
conocer el surrealismo de Breton. Y era también fascinado con
Brueguel, Bosch, Goya, y los incontables catálogos de sus obras
que teníamos en casa. Y ni de lejos se puede olvidar toda la
música que marcó parte de la infancia y la adolescencia,
la música que mi padre ponía en casa (Dolores Duran, Maisa,
Elizeth Cardoso, Nat King Cole, Frank Sinatra, Pat Boone)." Como
mi intención es ensayística y no la de escribir una tesis
donde todo esto debería ser estudiado sobre Alma en Llamas, observo
que en la apertura Floriano Martins nos hace recordar al minero Carlos
Drummond cuando este expresa, en el poema Amar, de Claro Enigma, lo
siguiente:
Amar solemnemente las palmeras del desierto,
lo que es entrega o adoración
expectante,
y amar lo inhóspito, lo áspero,
un vaso sin flor, un suelo vacío,
y el pecho inerte, y el camino visto
en el sueño, y un ave de rapiña.
Este es nuestro destino: amor sin cuenta,
distribuido por las cosas pérfidas
o nulas,
dolimiento ilimitado a una completa
ingratitud,
y en la concha vacía del amor
la procura medrosa,
paciente, de más y más
amor.
En Alma en Llamas, en la sesión
de Los miserables tormentos del lenguaje y las seducciones del infierno
en los instantes trágicos del amor de Barbus y Lozna Floriano
Martins nos da la visión geográfica del nordeste con su
espacio abierto y bidimensional muy bien representado por su métrica
libre y abierta, como en los siquientes versos "Donde crece
el árbol de nuestro amor /esfera sembrada de sol y viento y mar"
o sea, la posibilidad tangible se da en la plenitud del espacio amplio,
en cuanto que en la poesía de Carlos Drummond se da en el espacio
del límite, cuando este nos dice: "y amar lo inhóspito,
lo áspero,/un vaso sin flor, un suelo vacío,/y el pecho
inerte, y el camino visto en el sueño, y un ave de rapiña"
en una visión geográfica del espacio más delimitado
dentro de sus posibilidades existenciales porque este tenía las
montañas como límite del espacio.
Es en los detalles que podremos ver
esta identificación entre Floriano Martins y Carlos Drummond
de Andrade que nos instiga con el siguiente axioma que a ojos menos
atentos podría ser un mero detalle en el que podemos constatar
aquello que el poeta Rolando Toro ya expresó: "en medio
del laberinto encuentra los carbones aún ardientes de un mítico
sacrificio del comienzo del mundo. La metáfora de Los carbones
de Goya alude al proceso creador: es necesario pasar por el fuego para
volver, teñido de negro, al esplendor de la vida", pues
además de todo es una declaración sobre la vida y no sobre
la muerte:
donde crece el amor sobre el mundo
toda la edad perdida posa en tus
ojos