Desde México:
Gabriela
Calderón
En
la década de los sesentas comienzan a aparecer los primeros
productos japoneses animados con calidad de exportación como
es el caso de The Kimba The White Lion de Osamu Tesuka o bien
Astroboy, esto en claro reflejo de la evolución que
el formato pide o requiere, Japón extrae a todos sus personajes
directamente del manga; la razón es obvia, debido a la acelerada
producción de grandes cantidades de series con presupuestos
muy reducidos era necesario "un terreno de experimentación
para este producto" (el manga servía para sondear el éxito
del personaje).
Cuando el anime cubre
la demanda nipona empieza a ser exportado a Estados Unidos y Europa;
el primero de estos productos fue Astroboy (1963) y con esto
anime comienza su período de reinado el cual requirió
de 20 años para consolidarse.
A diferencia de su
contraparte occidental, el género Manga abre un sin fin de
posibilidades para todo escritor, (ya sea japonés o extranjero)
en lo que a temática se refiere, lo anterior queda reflejado
dando un simple vistazo a la programación del canal 7 o canal
5 (Chile).
Ranma
½, trata de un chico que al contacto con el agua se convierte
en mujer, Dragon Ball (la serie normal, la versión Z
y la versión GT) están inspiradas en la leyenda del
Rey Mono de la mitología Griega, Heidi está inspirada
sobre la vida de una niña montañesa, Neon Genesis
Evangelion toca temas un poco más fuertes para nosotros
como público Occidental, como el fin del mundo y la existencia
de Dios y podríamos seguir así por días.
En contraste, lo
occidental no es más que una eterna continuación de
un tema único: El bien contra el mal, el villano muere a manos
del bueno y la buena se queda con el bueno y si queda duda de esto
sólo hay que esperar a que llegue el verano para ver la nueva
película de Disney.
¿Por qué Occidente
muestra tal cerrazón mental?, ¿Acaso todos los productores,
creadores o escritores poseen anemia neural?. A primera instancia
parece que sí, debido a factores que a continuación
descubriremos:
Cómo
haré para partirle la madre: Después de perder la segunda
guerra, Japón se da cuenta o visualiza las múltiples
carencias que tiene como estructura social y en ves de encerrarse
en su milenario feudalismo, Japón adopta las formas occidentales
para volverse un ejemplo de productividad ¡que mejor que vencer a
tu enemigo con sus propias armas!.
En la Tierra de los Ciegos,
el Cíclope es el rey: En la década de los 60, la sociedad
de las artes cinematográfica estadounidenses admiten que Japón
es el principal productor de animación, refiriéndose
principalmente a la maquila de dicho producto, aunque era un secreto
a voces que superaba por mucho a Occidente, no solo en producción
sino en contenido argumentativo, técnicas y en creatividad,
mientras que en estados Unidos gran parte de las animaciones consistían
en ver a ratones y patos afeminados realizando gangs, cebos y malos
o bien, cualquier animal tocando el uquelele. Oriente se preocupaba
por mandar al hombre más allá de las estrellas, crear
vida inteligente y artificial, concebir genios cuyo supremo intelecto
hacia ver a cualquier ganador del Nobel como chamaco jugando con equipo
mi alegría o bien, reivindicando tradiciones milenarias ¿cuándo
hemos visto una caricatura occidental, donde el héroe sea un
indio siux?). En resumen: Japón explotó facetas argumentativas
nunca antes vistas consideradas por occidente y por último
No
todos los gatos son pardos: El American Way of Life dictaba que es
necesario adoctrinar a los futuros consumidores desde pequeños;
es por eso que el club de Mickey Mouse poseía estereotipos
perfectamente identificables y asimilables. Estos futuros turistas
de bermudas y cámara al cuello, hallarían en Disneylandia
la realización de todos sus mágicos sueños,
abrazarían al ratón Miguelito, y Pluto
les movería la cola con sorda alegría y los haría
inmensamente felices. Oriente buscaba lo mismo: Crear estereotipos
para reforzar su sociedad de consumo, pero a un a escala más
ambiciosa, no solo les daría a los niños algo, sino
también a los jóvenes y adultos. Walt Disney tenía
que esperar a que sus futuros consumidores crecieran para gastar sus
dólares en esos parques; mientras Japón creo una estrategia
más creativa para la creación de consumidores.
A grandes rasgos entendemos
el porqué la animación oriental es tan distinta de la
occidental, no es más que la ruta alterna para competir en
una mismo mercado, pero debido a que el público japonés
es completamente distinto del occidental, se obvian las razones para
este marcado contraste.
Cualquiera puede hacer
una animación y cuando los temas son siempre los mismos, como
suele sucede en occidente, las diferencias radicarán en mejores
técnicas o nuevas propuestas estéticas, pero Japón
para crear productos más competitivos tiene que recurrir a
mejoras que la competencia descuida, como son las historias o los
personajes, a fin de cuentas lo que importa no es llegar sino mantenerse,
y eso se aplica no solo en la animación, sino también
en la medicina, el diseño, o cualquier otra actividad humana.
Anteriormente se mencionó que el creador de un producto plasma
en él su momento histórico y social y en ocasiones este
proceso se vuelve lineal (concepción-desarrollo-ocaso), pero
en otros casos, el creador va más allá de simplemente
dejarse moldear por su momento y concibe un producto autónomo
de interrelación (concepción-desarrollo-retroalimentación-concepción-mutación-concepción
y así hasta el infinito).
Las historias del Manga
y del Anime son diseñadas con una complejidad tal que
no es posible apreciar en un solo episodio. Esto se entiende como
un sistema que vive absorbiendo y lanzando líneas a otros sistemas,
lo cual no puede ser percibido por el público promedio.
Siempre que vemos a Superman
luchar contra el mal, sabemos que va a triunfar, pero ¿qué
pasa con Ranma?, ¿Por qué admite que odia a Akane y
se la vive defendiéndola? O ¿por qué Rey Ayanami
se convierte en la reencarnación de Lilith, siendo esta su
enemiga?.
Occidente
ofrece productos que sólo ofrecen dos opciones al consumidor,
o le gusta o lo odian, pero Oriente ofrece productos en los cuales
te puede gustar la historia pero aborrecer a los personajes, el malo
es odiado y temido pero al final de la historia deseas haber muerto
tú en su lugar o bien sólo te pueden gustar los dibujos,
la animación o sus efectos. Al estar ante un producto complejo
sé dejar enganchar por uno solo de sus entes y esto conlleva
a engancharse por los demás.
La aceptación
que ha tenido en Manga en nuestra sociedad en los últimos años,
se refuerza por que el público ha cambiado y requiere de que
se acepte este hecho. El público ya no quiere ver historias
en las que todo sale bien, desea algo más y quizá solo
por mero aburrimiento. En el manga uno crece con el personaje, uno
se compenetra en su vida, cosa que no puede dar occidente porque una
cosa es identificarse con el personaje, pero otra es sentirse en el
personaje.
Finalmente el Internet
da el golpe mortal y definitivo del que ya no hay marcha atrás:
se han perdido las fronteras y el acceso a la información es
total.