Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Punk

Guía de Descarriados

 

EL PUNK LÍRICO DE “TELEVISION”

Por Marcelo Olivares Keyer

 

I   SALIENDO DEL TEATRO ORIENTE

     Que una banda se aventure a venir al sur del mundo conservando tres de sus cuatro integrantes históricos a cuatro décadas de su gestación, ya constituye un mérito en esta época en que circulan por los teatros del orbe tantas bandas que de su formación original sólo pueden esgrimir el nombre y uno o dos integrantes, verdaderas estafas itinerantes engañando a incautos en este mundo cruel.   No es el caso de este cuarteto neoyorquino liderado por Thomas “Tom Verlaine” Miller (New Jersey, 1949), guitarrista y cantante cuya voz quebrada y exquisitas composiciones – germinadas en plena eclosión punk pero diferenciándose claramente de lo que comúnmente se espera de esta denominación- constituyen una joya o secreto a voces de lo que se puede alcanzar si se alinean convenientemente factores cada vez más divergentes: Rock, Arte y Experimentación.

   En el principio de los principios,  o podríamos decir en su etapa embrionaria, pasó por esta banda el cáustico Richard Hell, pero más temprano que tarde siguió su propio camino intentando otras agrupaciones hasta por fin  hacer lo verdaderamente suyo con The Voidoids, mientras Television encontraba su alineación perfecta con –aparte del “jefe” Verlaine- Billy Ficca, Richard Lloyd y Fred Smith, conformando un cuarteto que circuló durante la segunda mitad de los años 70 por los mismos pequeños escenarios a los que se subieron las demás bandas que construyeron ese fenómeno hoy tan estudiado llamado punk-rock. Pero Televisión se diferenció claramente desde un principio (o, en estricto rigor, desde que se fue Mr. Hell, verdadero adalid del punkismo inicial) en base a apuntar más alto, hacia un lirismo descaradamente bello, antítesis del simplismo depurador que definía al resto de la escena.

   Mil presentaciones ante exiguas audiencias, y dos long plays, es lo que quedó de aquel feliz lustro (periodo en el que, no por nada, el rock como fenómeno amplio alcanzó la cima de sus posibilidades antes de entrar en el largo –y afortunadamente gradual- descenso hacia su fértil desintegración). Con respecto a esos dos álbumes -Marquee Moon (1977) y Adventure (1978)- ya se ha derramado bastante tinta en la prensa especializada, y los elogios para con el primero seguirán ramificándose mientras haya un par de oídos al mismo tiempo rockeros y refinados por los que aún no se haya colado esa obra maestra si las hay. Por mi parte me limitaré a confesar que alguna vez, reunidos varios escuchadores de buen rock, prodújose un debate en el que, tras varias exposiciones y unas cuantas cervezas, coronamos a Marquee Moon como EL MEJOR ÁLBUM DE TODA LA HISTORIA DEL ROCK, veredicto que nadie cuestionó y que hoy –a casi dos décadas de tan solemne y quizás delirante jornada – en lo personal sigo sosteniendo. Adventure, por su parte, funcionaría como una digna segunda parte o, si se prefiere, epílogo, con dos o tres canciones de antología. Luego vendrían las obras individuales (Verlaine posee una ingente producción solista para zambullirse con tiempo), las rejuntadas, los álbumes tardíos, etc. Pero lo grande ya estaba hecho, y la tierra podía seguir girando.

Escáner Cultural nº: 
194
Little Chilean Thoughts

panorámica de La Canicería Punk
Panorámica del lugar

 

Una fábrica de poesía: La Carnicería Punk, de Diego Ramírez*

 

por Carolina Benavente Morales
cbenavem@gmail.com

 

En el centro de Santiago de Chile existe un rincón al que estoy orgullosa de haber pertenecido durante parte del 2007 y el 2008: La Carnicería Punk. Allí funciona Moda y Pueblo, que es a la vez la micro-editorial bastante reconocida en el rubro y el taller literario para escritores nóveles de donde surgen los libros principales de su catálogo. Pero al comenzar hablando de La Carnicería Punk, quiero girar la vista hacia el lugar sin el cual Moda y Pueblo no existiría o, al menos, no de la misma forma. Una cueva de Alí Babá plagada de versos y visuales en las paredes y las estanterías, collages metafóricos extraídos de periódicos, un altar protector de vírgenes y santos sincréticos, fetiches líricos enfrascados que posan sobre un peluche rosado delante de un neón, algunas flores y juguetes de plástico para la imaginación, unos esténciles de Arthur Rimbaud y otros retratos de poetas que te miran mientras escribes o que tú miras con cara de interrogación: Virginia Woolf y Julio Cortázar, Frida Kahlo y Kurt Cobain, Diamela Eltit, Mario Benedetti, Perlongher, David Bowie, Yoko Ono, el Che, Allen Ginsberg, Simone de Beauvoir, Gabriela Mistral y muchos más, junto a algunos libros, fotocopias, parlantes musicales y revistas para recortar.

Escáner Cultural nº: 
154

ASEMPCh                                                                   UAH

I Congreso Chileno de Estudios en Música Popular

 

¿Qué hay de popular en la música popular?

 

Santiago de Chile, 9, 10 y 11 de junio de 2011

 

Asociación Chilena de Estudios en Música Popular

Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Alberto Hurtado

 

[Más informaciones: http://www.congresos.asempch.cl]

UNA NUEVA CIUDAD PUNK

Desde Chile, Raúl Hernández

Santiago está en el 2006. Nuevamente las calles se alargan como una sonrisa de mentira y nuestros pasos no son nada más que simples palmadas al concreto que van a alcanzar el pasaje sin salida. Esta ciudad se sitúa en un hoyo de cruces dadas vueltas que no son satánicas, esta ciudad se sitúa en un hoyo de concreto en donde, sin duda, llegará alguien a decir que esta ciudad se sitúa en un instante inseguro, tras las montañas, en los edificios, en las faldas pedrovaldivianas, en las catedrales cosmopolitas, en los televisores nuevos cargados con su caja de cartón en taxi, en el dvd, en el jamón del supermercado.

Santiago se escapa de Santiago, pero no todo es Santiago, no toda la ciudad es Santiago. Está Santiago África, está Santiago Miami, está Santiago Chernobyl, está Santiago Sao Paulo, está Santiago Bronx. No toda la ciudad, ni siquiera una pizca momentánea de cada rutina es literaria. Nada es literario. La biblioteca es Internet. El diario es Condorito.

Y estoy parado en la Alameda para atravesar la avenida y estoy mirando tus ojos a lo lejos y estoy jurándome a mí mismo no ser el que tropieza con la piedra de la locura y estoy mintiéndole a los niños, a los viejos, a los autos cuando hago como que atravieso en rojo. Estoy en la Alameda alarmado de los gritos sucios de fin de marzo, cuando aparecen los chicos punk arreglados tal como aparecen en una postal que tengo de Londres. "Muy punk", recuerdo una canción de La Polla Records.

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LOS MAPUCHE PUNK. UN MOVIMIENTO INDIGENA JOVEN EN LAS CIUDADES DEL SUR DE ARGENTINA

(por Andrea Ferrari – “Página 12” - Argentina)

Mapurbe, es decir mapuches urbanos, es la palabra que define a este movimiento joven que surgió en las ciudades del sur. Ellos van a recitales, forman bandas punk, usan tachas y crestas, pero al mismo tiempo reivindican su identidad mapuche, en una fusión que encuentra adeptos pero también rechazos en la comunidad indígena.

http://www.pagina12web.com.ar/diario/sociedad/3-50149-2005-04-24.html#arriba

David Aniñir Guilitraro (Cerro Navia-Santiago de Chile.)

Mapurbe

Somos mapuche de hormigón
Debajo del asfalto duerme nuestra madre
Explotada por un cabrón.

Nacimos en la mierdopolis por culpa del buitre cantor
Nacimos en panaderías para que nos coma la maldición 

DIARIO DE UN CIBER-PUNK
-TANATOS VS EROS-

Por: Leo Zelada

 

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