Música Popular
“Siente la música en Pichilemu”
29 de diciembre, Centro Cultural Agustín Ross, Avenida Ross 495 Pichilemu, Región de O´Higgins. Todas las actividades son gratuitas y abiertas a la comunidad.
Por Verónica Rubio
- Un espacio memorable de intercambio cultural, incentivo, exhibición y puesta en valor de la emergente factoría musical de Pichilemu, es lo que propone el IV Festival Bandaspich, que se realizará en diciembre en el Centro Cultural Agustín Ross de Pichilemu.
Por cuarto año consecutivo se desarrollará en Pichilemu el Festival Bandaspich, organizado por el Centro Cultural Agustín Ross, de la Ilustre Municipalidad de Pichilemu gracias a la adjudicación de un proyecto del Fondo de la Música, convocatoria 2018, del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio. Bajo el lema “Siente la música en Pichilemu” el evento se extenderá varios días con actividades de extensión como teatro, lenguaje de señas, ciclo de cine, entre otras actividades, para culminar con una gran jornada de música en vivo con la presentación de siete bandas el sábado 29 de diciembre: Casanova, Deminina, Tom D` Rocka, Mambo de a Litro, Kamila Govorčin, Guitardeon y Sexta Costa Crew.
LA CULTURA DE LA BASURA
o la profecía de Los Prisioneros
I ALGO GRANDE
Por más que Jorge González y sus secuaces se habían eforzado por ser una especie de “anti banda” o “anti estrellas de rock”, vistiéndose como la mayoría de los jóvenes santiaguinos de entonces, viviendo con sus padres (al menos al principio), condenando las drogas y haciendo declaraciones del tipo “yo a los veintisiete años me retiro de esto y estudiaré para ser abogado y formar una familia”, lo cierto, o mejor dicho inevitable, es que tras dos álbumes demoledores, los tres veinteañeros sanmiguelinos se habían convertido en estrellas de rock y millones de personas esperaban -en Chile y más allá- su tercer disco o, más rigurosamente, su tercer cassette.
Quien se sube a un escenario puede hacer muchas cosas, con la voz, con el cuerpo o con lo que sea; también las posibilidades de discurso son infinitas, desde los más humildes y bien intencionados hasta los más estrafalarios y amorales; pero hay algo seguro: quien se sube a un escenario deja inmediatamente de ser una persona normal, y cuando a mediados de 1987 Los Prisioneros empezaron a mostrarse con pintas más rockeras (todos de negro, con bototos, por ejemplo), y a deslizar algún comentario más relajado sobre las drogas, quienes disfrutábamos de su música nos dijimos “por fin estos muchachos se asumieron como rockeros y dejaron de ir de santos”. Fue un gran momento, ya que esta banda de rock no asumida había destrozado las murallas de Jericó, reformateado el conciente colectivo de nuestra generación y la siguiente, y aclimatado en Chile la revolución punk, todo desde la orilla sur del Gran Santiago (sin olvidar, por supuesto, el crucial aporte de la disquería Fusión, enclavada en la glamorosa Providencia). Pero algo faltaba en sus dos primeros cassettes, demasiado marcial el primero, y musicalmente muy liviano el segundo. Es verdad que la marcialidad del primer álbum (La Voz de los Ochenta, 1984) era el producto o respuesta obvia en una sociedad marcializada a la fuerza tras más de una década de Dictadura, y por lo tanto la manera más eficaz de poner una bomba en los cimientos de aquel tiempo, y también es cierto que -dado el ulterior auge de la música tecno- aquel segundo álbum (Pateando Piedras, 1986) es hoy una joya de anticipación, y se la celebra como pionera del synth pop, concepto que por esos años ni conocíamos. La cosa es que quienes ya éramos adictos al rock cuando la “revolución Prisioneros”, si bien aplaudimos su descenso desde los cielos de lo inesperado y concordamos -grosso modo- con las nuevas Tablas de la Ley que Jorge González se traía entre manos, al mismo tiempo extrañábamos una postura más desfachatada, unas guitarras más contundentes, en fin, algo más de esa cuota de desorden y estridencia que deben acompañar, como aliños claves, al buen rock. En resumidas cuentas, queríamos rock´n´roll, pero veíamos con preocupación cómo estos tres chicos parecían encaminarse a ser algo así como los Depeche Mode chilenos, por más que también nos gustaran los Depeche Mode.
BANDA PEQUEÑO VICIO
Por: Marcelo Olivares Keyer
I OPERETA: PEQUEÑO VICIO
La Banda Pequeño Vicio fue algo más que la feliz coincidencia de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección, fue la conjunción de las artes escénicas, encarnadas en el actor y coreógrafo Titín Moraga, y el rock, encarnado en el guitarrista Juan Ramón Saavedra, quien pese a su juventud había pasado por la legendaria banda de rock pesado Arena Movediza. Se asociaron para una opereta pergeñada por Moraga en 1986 llamada Opereta Pequeño Vicio, título al parecer entresacado de algún texto del controvertido escritor japonés Yukio Mishima. De la base de músicos reclutados para el montaje, resultó el afortunado sexteto que constituiría la alineación “histórica” de esta excelente banda: Titín Moraga (voz), Juan R. Saavedra (guitarra), Iván Delgado (saxo), Andrés Bobe (teclados y guitarra), Luciano Rojas (bajo) y Cristian Araya (batería). Para mediados de 1987 ya tenían unas cuantas canciones a su haber, y en agosto entraron a los Estudios Horizonte para grabar su primer álbum, el que estaría listo a final de año, de modo que a partir del verano de 1988, ya como banda hecha y derecha, comenzaron a rodar por los boliches santiaguinos. Recuerdo particularmente una presentación en enero en un improvisado escenario montado en un sitio eriazo, como parte del Festival Off Bellavista, en la que –a mí y a mi patota- nos volaron la cabeza, y no sólo por la potencia de sus guitarras, la atmósfera provocada por el sonido del saxo, la pantalla gigante exhibiendo video arte detrás de la banda, o la cantidad de vino que nos habíamos tomado. Era algo más simple y complejo a la vez: estábamos presenciando algo nuevo.
Cuando al otro día, cerca de la hora de almuerzo y bebiendo cerveza para conjurar la resaca, nos reunimos en nuestro templo por allá por Tobalaba y Departamental, todos teníamos la misma pregunta en la punta de la lengua.
- ¿Qué fue eso?
Para entender nuestro trance se hace necesario aclarar que en nuestra tribu, con quienes editábamos el fanzine “Ene-A”, la banda incidental de nuestros días –y sobre todo de nuestras noches- la aportaba el grupo Sumo, cuyos caséts Divididos Por La Felicidad y Llegando Los Monos giraban sin parar mientras nos aventurábamos por el lado salvaje de los caminos del Arte. Por eso, el mayor elogio que podíamos proferir respecto de estos sorprendentes Pequeño Vicio era el de:
- Se parecen a Sumo.
Y comenzamos a perseguirlos allá donde tocasen, a pesar de lo complicado que era salir de La Florida por la noche en pos de los lugares en los que la vanguardia tejía su legado. Pero valía la pena, porque entrar a ver a Pequeño Vicio era sumergirse en una nave multimedia, abrir los poros –de la piel y de la mente- y dejarse atravesar por esa telaraña al mismo tiempo agresiva y elegante, rockera y teatral, gótica y sudaca, que estos seis talentosos muchachos supieron construir.
LOS MAC’S Y SU REGRESO A CASA
Los Mac’s están de regreso, tras una entrevista sostenida con David MacIver, nos dio a conocer detalles del nuevo trabajo que lleva el título ”Regreso a Casa” y en palabras del entrevistado nos cuenta que “consiste en versiones nuevas de temas que ya habíamos grabado en vinilos anteriores partiendo de la primera canción en 1964, para ello contamos con la presencia de Pancho Sazo, Soledad Domínguez, Tito Escárate, Jesus Pereira, Catalina Blanco, y Alvaro Ayala. La mayoría de ellos va a estar presente en día 30 a las 20.00 en El Parque Cultural Valparaíso para celebrar el lanzamientoo del disco” expresó David MacIver.
LOS MAC’S Y SU REGRESO A CASA
Por Rubén Cáceres Palacios
Los Mac’s están de regreso, tras una entrevista sostenida con David MacIver, nos dio a conocer detalles del nuevo trabajo que lleva el título ”Regreso a Casa” y en palabras del entrevistado nos cuenta que “consiste en versiones nuevas de temas que ya habíamos grabado en vinilos anteriores partiendo de la primera canción en 1964, para ello contamos con la presencia de Pancho Sazo, Soledad Domínguez, Tito Escárate, Jesus Pereira, Catalina Blanco, y Alvaro Ayala. La mayoría de ellos va a estar presente en día 30 a las 20.00 en El Parque Cultural Valparaíso para celebrar el lanzamientoo del disco” expresó David MacIver.
Es una gran oportunidad de asistir y difundir el regreso de los pioneros del rock en nuestro país, quienes deben ser valorados por su enorme contribución a que nuevas bandas se trevieran a experimentar y realizar cosas novedosas y es por ello que es necesario dar a conocer este gran evento que se llevara a cabo en la ciudad de Valparaiso, puerto que los vio crecer nacer como jóvenes haciendo cover de rock and roll norteamericano y británico para luego verlos consagrarse en su etapa sicodelica, y que en palabras de David MacIver, ”El motivo de ese cambio, fué la búsqueda de sensaciones dentro del lenguage musical derivado de lecturas anexas a la música tales como el cine y la poesía. La mayor influencia fueron los Beatles en su etapa de Revolver, pero otras bandas también influyeron, tales como Byrds, Quicksilver Messenger Service, Grateful Dead, etc. En poesía; Dylan, Ferlinghetti y Rodrigo Lira, y el cine de Antonioni y Pier Paolo Passolini”., etapa la cual muestra todo el despliegue de ideas, creatividad y calidad de músicos como lo son los Mac’s. Este evento es una prueba sin derecho a refutar de que Los mac’s se encuentran más vigentes que nunca.
FESTIVAL LIBR3 23 y 24 de noviembre en Santiago de Chile
HORARIOS Viernes 23 de 18 a 22 horas y sábado 24 de 10 a 20 horas
Les damos a conocer la realización del Festival Libr3, que sucederá los días 23 y 24 de noviembre de este año. Se trata de un primer esfuerzo para convocar a las distintas organizaciones y personas que participan de los movimientos sociales y culturales a lo largo de todo nuestro país.
Los que liberan el conocimiento, los que publican y comparten libros, los que trabajan por la sustentabilidad, los que protegen las semillas, los que trabajan en medios de comunicación independientes, aquellos que proyectan nuevas formas de hacer política, el comercio justo, tecnologías libres, la lucha por un medioambiente limpio. Todos podemos ser parte de esto. Tanto si trabajamos en un territorio específico como si tenemos una propuesta transversal.
Aspiramos a reconocernos como partes de un todo - Todos somos Todos - en donde transformemos los paradigmas clásicos de apropiación y producción, cambiando la forma de ser por un sentir colectivo en simbiosis con el ecosistema. En que la ética del colaborar, el compartir y el trabajo por la comunidad, sea el punto de partida para el desarrollo de una sociedad en torno al bien común.
Por eso, es que las siguientes organizaciones estamos convocando (autoconvocándonos también) a que todos se sumen a participar, ayudándonos en lo que se pueda, difusión, ideas, o voluntarios para el día del Festival Libr3. Somos, siguiendo los 3 ejes centrales del evento:
MIRO MIROE: ELECTROPOP DEL SIGLO XX
Por Alvaro Oliva
Dentro de la variada fauna musical, de comienzos de los 80, encontramos al duo británico “Miro Miroe” que lograron ser conocidos, masivamente, con su hit “Nights Of Arabia”.El grupo, conformado por el Ian Ritchie (saxofonista) y Benerice Ally (vocalista) realizó variadas presentaciones extravagantes, enmarcadas por el humo y vestuarios recargados.
Acompañada, por el saxofón y el teclado, Benerice bailaba, emitiendo una melódica voz, aunque siempre bajo un ambiente oscuro. De esta forma, estos músicos conformaron una puesta en escena que muchos compararon con bandas paralelas, aunque con una mayor producción musical, como Visage o Ultravox.
Vamos a un Recital es una crónica que pretende dejar registro de diversas actividades donde se ejecute música en vivo sin frontera de gustos, ni clasificación de estilos musicales. En esta ocasión
CONGRESO
“Nunca Buscamos el éxito”
Por Patricio Muñoz Quezada
Un cartel cerca del terminal de buses ya me anunciaba lo que haría el sábado 13 de octubre, la cosa es sencilla si uno va en la micro y ve un anuncio de presentación de Congreso solo le queda bajarse (de donde habías subido), improvisar y asistir se transforma en una cita irresistible, es un encuentro con contenido, con la historia, con ritmos, sonidos e identidad de mi país.
Y ahí estaba como un trapecista subiendo a las alturas del municipal porteño después de participar en una fila enorme (de seguidores de este grupo, de todas las edades hermanados por los sonidos) esperando este ritual de músicos grandes que iniciaron su camino (1969) cuando yo todavía no estaba en este mundo.
PRIMERA JORNADA MUSICAL de INVIERNO del ADULTO MAYOR en CONCÓN
Patricio Muñoz Quezada
Vamos a un Recital es una crónica que pretende dejar registro de diversas actividades donde se ejecute música en vivo sin frontera de gustos, ni clasificación de estilos musicales. En esta ocasión viajaremos a la costera comuna de Concón y destacaremos una bella actividad que llenó de sonidos una tarde de julio.
Por primera vez, este año 2012, se realizó la Primera Jornada Musical de Invierno del Adulto Mayor en las dependencias del Liceo de Concón, una actividad que fue animada por las agrupaciones musicales “KATARATIS”, “Coro Las Camelias”, grupo “Bahía Mar de Quintero”, poetas y bailarines.
Como todos sabemos nuestra expectativa de vida va aumentando, el avance en la medicina, las mejoras en la calidad de vida están permitiendo que podamos extender por algunos años más nuestra presencia en este mundo, es fundamental considerar a la gente de la tercera edad y proporcionarles la posibilidad de tener un espacio donde puedan comunicarse y compartir. En este contexto actividades como la música, el baile, el teatro, la poesía, son disciplinas que permiten que los alumnos desarrollen actitudes sociales, que se aprendan a escuchar, a trabajar de forma colectiva por un objetivo en común que puede ser cantar o montar una representación teatral, otro punto importante es el ejercicio de la memoria.
35 AÑOS TALLERSOL (1977 - 2012)
la resistencia de la memoria
Programa Celebración
Envío programa general de la celebración de los 35 años del Tallersol. Las respuestas a la "CAMPAÑA 1 LUKA POR LOS 35 AÑOS" han sido modestas pero muy cariñosas. Nos emocionan.
VIERNES 31 DE AGOSTO, 20 HORAS:
Con lo recaudado ya podemos pensar en un vinito, unas sopaipillas y algo más. Igual vengase con algo debajo del brazo y compartimos. Inauguramos la nueva casa, "LUNITA" café-librería y la Biblioteka Barrial Claudia López.
Avenida Portales 2615 esquina Cueto, Parque Portales.
SABADO 1 DE SEPTIEMBRE, DESDE LAS 14 HORAS
Vamos a un Recital es una crónica que pretende dejar registro de diversas actividades donde se ejecute música en vivo sin frontera de gustos, ni clasificación de estilos musicales. En esta ocasión viajaremos al centro del puerto de Valparaíso a registrar la presentación del destacado músico nacional “Tito Fernandez El Temucano” la invitación es sencilla y directa, simplemente:
“VAMOS A UN RECITAL”
Por Patricio Muñoz Q.
inter.guit@gmail.com
Teatro Municipal de Valparaíso
El Teatro Municipal de Valparaíso está ubicado en la calle Uruguay #450 ,esquina de Pedro Montt en pleno centro de la ciudad puerto. Desde hace décadas es centro de manifestaciones artísticas y como tantos otros en Chile ha tenido que saber mantenerse en pie despues del terremoto del 27 de febrero de 2010.
“El TEMUCANO 52 AÑOS DE CANTO POPULAR”
La cita era para el sábado de la primera semana de abril, un artista que está cumpliendo 52 años de carrera artística en Chile es realmente un fuera de serie que principalmente ha sabido proponer o representar un estilo que logra una gran identificación con su público digno de destacar y registrar en esta bitácora de música en vivo .
Entramos al Teatro alrededor de las 21:20 horas, la presentación estaba fijada a las 21:30, la música ambiental que se escuchaba por los parlantes del teatro era del grupo Congreso, podemos definir al público como familiar , la primera sorpresa que me dieron los porteños es que a las nueve y media en punto comenzaron a dar golpes de palmas para dar inicio al espectáculo (dando muestras de que en Chile se puede empezar una presentacion a la hora y que cuando el músico es esperado hay que ser puntuales). El primero en salir al escenario fue el locutor de radio Thelmo Aguilar quien esta celebrando 30 años del programa Dimensión Latinoamericana y en este marco ha propuesto una temporada de músicos nacionales que esta noche abría Tito Fernández, luego tomó su puesto Marco Antonio ,hijo del cantante y su guitarrista desde la partida de don Roberto Parra (Q.E.P.D),guitarrista que lo acompañó por treinta años.Finalmente aparece el cantor en medio de una lluvia de aplausos y saludos de su público.
Vamos a un Recital!!!
Vamos a un Recital es una crónica que pretende dejar registro de diversas actividades donde se ejecute música en vivo sin frontera de gustos, ni clasificación de estilos musicales. Deseamos mes a mes a través de Escáner Cultural invitarlos a un viaje o una salida que dará cuenta de lugares, agrupaciones y repertorios ejecutados en distintas ciudades del país. Un día puede ser un megaconcierto, otro la pequeña sala de un conservatorio, además esta experiencia nos permitirá hacer una bitácora para facilitar el recorrido musical de visitas extranjeras.
La invitación es sencilla y directa, simplemente
“VAMOS A UN RECITAL”
Por Patricio Muñoz Q.
inter.guit@gmail.com
Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar
El Anfiteatro de la Quinta Vergara se encuentra ubicado en pleno centro de la ciudad Jardín en la calle Errazúriz # 563, interior parque Quinta Vergara, es un escenario que se caracteriza porque cada febrero, hace 53 años, se realiza el festival de la canción.
Este Festival partió (1959) cuando un grupo de músicos tocaban en una feria en los jardines de la Quinta Vergara con el afán de promover los trabajos que realizaban en la Escuela de Bellas Artes. Carlos Ansaldo (director del Departamento de Turismo y relaciones Públicas de la Municipalidad) pudo ver la proyección de este evento y organizó para el verano de 1960 el primer festival.
Un escenario de cholguán y tres carabineros para la seguridad participaron en la primera edición de este evento estival, partió el 21 de febrero duro 5 días y tuvo de invitados a los huasos Quincheros y a don Carlos Helo en el Humor en la animación estuvo Ricardo García.
Rápidamente, dado el éxito de esta empresa, se modificó el escenario y apareció la recordada Concha Acústica que buscaba la proyección del sonido, también los premios: primero la “Lira de Oro “, la “Gaviota de Plata” y las “Antorchas”.
Arte, ciudadanía y cultura popular:
"Arte de Cordel Recargado" en Valdivia (noviembre 2011)*
por Carolina Benavente Morales
cbenavem@gmail.com
Índice (los vínculos sólo funcionan con la página abierta)
Ciudadanos-artistas en la Plaza
Una buena cazuela, un gran collage
Durante el año 2011, los chilenos nos familiarizamos con incontables manifestaciones que cautivaron a la ciudadanía y cohesionaron el movimiento estudiantil en torno a sus demandas por una educación gratuita y de calidad. Tal explosión de creatividad colectiva no se había visto antes en el país, pero los cuerpos pintados, los pasacalles, los suicidios colectivos y los flashmobs, entre otros, forman parte de una larga serie de intervenciones estéticas en la sociedad. Realizada en distintas localidades de Chile el sábado 19 de noviembre de 2011, "Arte de Cordel Recargado" no surgió directamente del movimiento estudiantil, pero es parte de esa otra historia que se hizo visible gracias a sus protestas. La actividad, organizada por la plataforma virtual llamada en forma irónica Museo de Arte Moderno de Chile (MAMCHI), consistió en que cualquier persona interesada pudiese exhibir sus obras de arte colgándolas de cordeles en el espacio público, con el fin de expresar sus propias y diversas reivindicaciones.
Debido a su mayor exposición mediática, las acciones artísticas dirigidas a la televisión y a las redes sociales acaparan la atención de ciudadanos y expertos, a pesar de que se acompañan y en general se imbrican a otras que carecen de tales características. En particular, “Arte de Cordel Recargado” no sólo privilegió la acción desenchufada y desconectada, sino que además se desvió de la estética pop predominante. En efecto, su referente es la literatura de cordel, un género popular rural-urbano que tuvo vigencia sobre todo en el siglo XIX y cuyo nombre responde a que sus pliegos impresos se vendían, justamente, colgados de cordeles. Esto plantea mucho interés desde el punto de vista de la relación de las intervenciones artísticas con la cultura popular, ya que, al recurrir a ésta, los chilenos movilizados de hoy ensayan estrategias estéticas que no tienen cabida ni en la masividad ni en la esfera virtual. Ahora bien, si este tipo de intervenciones persiguen la transformación social, ¿cómo fue que lo logró “Arte de Cordel Recargado”? Voy a abordar esta pregunta en términos de los agentes, los discursos y las prácticas socioestéticas enfocando la actividad realizada en Valdivia, en la cual participé.
RENATO RUSSO Y LA LEGIÓN URBANA
Marcelo Olivares Keyer
Brasilia a principios de los ochenta ya no era la ciudad modelo diseñada por Lucio Costa y Oscar Niemeyer, e inaugurada por el presidente Juszelino Kubitscheck de Oliveira en 1960. Los inevitables arrabales de pobreza ya desdibujaban su moderna planta (¿un arco con flecha, un avión, una cruz?) y la también inevitable dictadura ocupaba de facto el sillón presidencial. A pesar esto, sus amplias avenidas, muy asoleadas de día y enigmáticamente oníricas de noche, fueron la ancha pista en donde aterrizó la New Wave en Brasil.
Por aquellos días, incipientes bandas combinaban y recombinaban sus integrantes en busca de la formación ideal para brillar con luz propia en lo que quedaría conocido como la Escena Brasiliense. En este cuadro formativo, aún indefinido, aún por cuajar, existía sin embargo una certeza: Aquel esmirriado trovador, veinteañero y enfermizo, llamado Renato Manfredini, era el líder. Nacido en Rio de Janeiro en 1960 (el mismo año de la inauguración de Brasilia), había pasado parte de su infancia en New York, de modo que al recalar en la flamante nueva capital a los trece años de edad ya traía un bagaje que le permitió fundar en el temprano año de 1978 la banda Aborto Eléctrico, quizás la primera banda punk de Latinoamérica.
En todo caso, a principios de los ochenta recorría los boliches nocturnos de la capital en plan solitario, con su guitarra de juglar, entonando largas canciones sin estribillo, y buscando nuevos socios para un nuevo proyecto grupal. Estos serían su tocayo Renato Rocha en bajo, Dado Villa-Lobos en guitarra, y Marcelo Bonfá en batería. Manfredini, voraz lector, cambió su apellido en honor a Bertrand Russell y Jean-Jacques Rousseau, pasando a ser, de ahí a la eternidad, Renato Russo. El nombre de la banda lo encontró en un libro sobre el Imperio Romano, trocando la frase Romana Legio OmniaVincit (Las Legiones Romanas Todo Lo Vencen) por Urbana Legio Omnia Vincit, subtítulo que acompañaría casi todas las placas.
Ya desde sus días de cantautor, Renato Russo marcaba una diferencia respecto de sus contemporáneos por la extensión y profundidad de sus letras, de manera que al aparecer el primer álbum de Legión Urbana (“LEGIÓN URBANA”, 1985) rápidamente pasó a ser el portavoz de su generación, tal como en otros rincones de Suramerica ya lo estaban siendo el Indio Solari en Argentina o Jorge González en Chile. Sobre la consabida base punk/electrónica/new wave, las canciones del primer álbum despliegan el repertorio temático e ideológico característico de aquellos días: Las cosas por su nombre, sonido límpido, discurso directo; al pan, pan, y al vino, vino. Desde la fundacional Será (“¿Será sólo imaginación/Será que nada va a acontecer/Será que todo es en vano/Será que vamos a conseguir vencer?”), hasta cerrar con Por Mientras, verdadera plegaria electrónica versionada años después por Cassia Eller, las once canciones irradian fuerza, juventud, anhelos y espíritu confrontacional, todo magistralmente equilibrado por la batuta de Renato Ruso. Se adivina la influencia de The Cure, incluyendo también el reggae de rigor, y la canción Generación Coca-Cola viene a ser la hermana brasileira de canciones como La Voz de los Ochenta, de Los Prisioneros, o Represión y Generación Inter, de Los Violadores, en tanto arietes para derribar lo pasado y pisado.
OS REPLICANTES (Punk Local)
Marcelo Olivares Keyer
I MERODEANDO POR PORTO ALEGRE
Febrero 2002. Eran los días del Fórum Social Mundial, ese Woodstock de aires bolcheviques con aportaciones New Edge y estética malabarista. Miles de carpas repartidas en distintos parques de la capital gaúcha, y hordas de jóvenes venidos desde distintos y lejanos puntos de Brasil y de los países castellanos, acentuaban la atmósfera de por sí cálida de los días previos al carnaval. Con un amigo acampábamos a pocos metros del río-lago Guaíba, esperando a conseguir algún aventón hacia el norte en alguno de los numerosos buses de las delegaciones, para cumplir nuestro sueño de llegar algún día al mismísimo y sagrado amazonas. Yo además esperaba ver a una de las numerosas bandas que tocarían gratis, una sobre la que había leído bastante en los últimos años, una de esas bandas que suele llamárselas, con exageración periodística, míticas. Quería ver a Os Replicantes. Pero el show que los incluía entre otra decena de grupos era a la noche siguiente. Me quedaba aún otra larga y sofocante noche de espera subtropical.
Merodeando por Porto Alegre esa noche previa, después de subir y bajar por antiguas escaleras portuguesas, llegaba ya de vuelta al parque-alojamiento cuando un modestísimo letrero llamó mi atención. Era una cartulina escrita con plumón que rezaba: ESTA NOITE WANDER WILDNER AO VIVO. Como ya me había deleitado con el álbum solista del susodicho, su nombre estaba grabado en mi disco duro. Además, la entrada era baratísima, casi simbólica, así es que no lo pensé dos veces, e ingresé por la estrecha puerta de esa casa -una casa que tenía algo que ver con los estudiantes- para disfrutar del significativo regalo que lo inesperado me tenía reservado.
No había dado tres pasos aún en el recinto cuando los rotundos acordes iniciales de I Believe in Miracles, de los Ramones, resonaron en el aire. Sí, en cinco segundos yo ya estaba literalmente encantado; la última gran canción de una de mis bandas favoritas me recibía al salir al patio en el que se levantaba un humilde proscenio sobre el que un muchacho de ojos claros y caótica dentadura declamaba al son de las guitarras ramoneadas, pero en la lengua de Camoes:
Eu
Acredito
Em milagres…