Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 20.
12 de Agosto al
12 de Septiembre de 2000.

EL TERROR SIGUE SU CURSO; LLEGA ÁNGEL NEGRO

Desde Chile, Marcela Viviana Díaz Sanhueza

Como si se hubiera querido poner a tono con los próximos estrenos de la industria estadounidense, la guinda de la torta de este gran año para el cine chileno está pronta a aparecer. La primera película de terror nacional, Angel Negro, llega para inquietar las mentes de los fanáticos y los no tanto de este género.

Y es que los oscuros instintos de la mente humana, ahora nuevamente explorados con filmes como The Cell - con una sobreexpuesta Jennifer López que intenta probar sus dotes ahora actorales-, American Psycho, la ultracomercializada Blair Witch Project II e incluso un poco en The Hollow Man, han sido protagonistas de miles de películas desde que se inició el uso del celuloide.

Cómo encontrar la razón de los comienzos de este ya consolidado género cinematográfico... quizás fue para aprovechar las innumerables leyendas que antaño se creaban colectivamente para encontrar causas a fenómenos sin razón aparente, o por la condición de misterio que envolvía a la magia de las imágenes en movimiento en una pantalla gigante. La cosa es que esa adrenalina y revoltura de tripas que produce el miedo generado por un filme ya casi es pan de cada estreno para los espectadores, toda vez que los astutos productores cinematográficos se percataron de la cantidad de fanáticos que suelen repletar las salas cada vez que se les anuncia sangre, muerte, maldad y monstruos envueltos en mucho suspenso. Ya en el temprano 1910 se pudo ver la primera adaptación de Frankenstein de Mary Shelley, que más tarde sería una de las historias más filmadas junto con la de Drácula de la novela de Bram Stoker. Ésta tuvo su primera incursión con Nosferatu, el Vampiro, de Murnau en 1922.

En los años treinta es la Universal Film Manufactory Company la que se encarga de producir y comercializar la serie de éxitos con estos mismos personajes; como el Drácula de Bela Lugosi, o el Frankenstein de Boris Karloff, haciendo de estos filmes una saga interminable que años más tarde comienza a aburrir a sus espectadores. Precisamente para complacerlos es que se juntan Lugosi y Karloff por primera vez en la película Satanás en 1934, con lo que se inicia una serie de títulos supuestamente el doble de terroríficos.

Momias y Hombres Lobo en el intertanto, se crea la clasificación H para las películas del género en 1937, por la gran oleada de suspenso y horror que seguiría con La Guerra de Los Mundos de Orson Welles un año más tarde.

Los desesperados intentos de los productores especialistas en engendros llegaron a hacer que el hombre lobo, Frankenstein, un jorobado y el mismísimo Drácula se mezclaran en la película La Zíngara y los Monstruos en 1944. Es sabido también el intento del cándido y entusiasta Ed Wood en tener a Bela Lugosi en su Plan 9 del Espacio Exterior, pero cuando éste ya había muerto para realizar la mejor película de su vida, que se tornó en la peor de la historia.

Mientras los monstruos abrían paso a los extraterrestres y a los gigantes como la tremenda El Ataque de la Mujer de 50 pies, Alfred Hitchcock, el director británico que emigra a los Estados Unidos le otorga al género del horror y del suspenso la inteligencia que los poco creíbles engendros, luego de tantas repeticiones, no tenían. Obras maestras son Vértigo en 1958 y dos años más tarde Psicosis con Janet Leigh y Anthony Perkins.

En tanto, el gore hace su aparición por primera vez con su exceso de sangre en 2000 Maníacos de Hershell Gordon Lewis en el '64, fecha en que algunos comienzan a rendir culto a lo excesivamente asqueroso y repugnante.

Ya a comienzos de los setenta es El Exorcista el film que rompe records de taquilla, irrumpiendo con fuerza lo demoníaco -inolvidables las escenas de una Linda Blair dando una vuelta completa a su cabeza o vomitando una abundante cantidad de bilis ultra verde-, mientras La Matanza de Texas de Tobe Hooper hizo vomitar esta vez a quienes se atrevieron a verla completa en las salas de cine.

Viernes 13 y La Noche de Halloween, con todas sus secuelas vuelven al terror causado por la mente enferma de seudohumanos que acosan a jóvenes norteamericanos de clase media, su público objetivo.

En los '80 Stanley Kubrick hace vibrar a sus espectadores con El Resplandor, que adaptada de la novela de Stephen King, cuenta con una de las actuaciones más geniales de Jack Nicholson, pero son más bien los años en que Freddy Krueger de Pesadilla entra a competir con las secuelas de Jason y Michael Myers.

Los '90 no fueron tan prolíficos en cuanto a cine de terror masivo; un Drácula de Bram Stocker llamó la atención, y ya en 1996, Scream, Vigila Quien Llama vuelve a los dementes asesinos de décadas anteriores, junto con Sé lo Que Hicistéis el Verano Pasado. Es que con el sistema DVD, el horror se ha personalizado para los seguidores de este género que además les gusta estar sentados frente a un computador para ver un film de calidad, con una oferta aún más diversificada.

El año pasado la vedette fue Blair Witch Project, que con demasiado bombo y
platillo consiguió remover de su asiento a uno que otro espectador que realmente se tragó lo del documental del trío de jóvenes gringos -muy gringos- que se pierden en un bosque lleno de elementos de brujería.

Ahora es el turno tan esperado para nuestro querido chilito, que entremedio de tanto suspenso y terror norteamericano mucho puede sacar en limpio. La historia de Angel Cruz (Blanca Lewin), una niña bien que viaja una madrugada de noviembre a Valparaíso con su grupo de amigos del Santiago Royal School,
que desaparece en el acantilado Piedra Feliz, y cuyo cuerpo nunca fue hallado -cosa no tan rara para nosotros... - promete buena factura, aunque novedad no mucha, ya que su joven director no rehúye a las influencias de Blair Witch en su film. Esperemos eso sí que a ningún avezado especialista se le ocurra comparar su taquilla con la de la ya tan famosa El Chacotero Sentimental, la película.

Si quieres comunicarte con Marcela Viviana Díaz Sanhueza puedes hacerlo a: marcelads@latinmail.com
Esperamos Su Opinión.
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