Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 2
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Número 20.
12 de Agosto al
12 de Septiembre
de 2000.
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JOSÉ BALMES.
REALISMO
CRÍTICO = DRAMÁTICO
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Por: María
Soledad Mansilla Clavel.
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José
Balmes, Paisaje Urbano.
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José Balmes es uno de los artistas
destacados de la pintura nacional. Cuando examinamos detenidamente su
obra sin embargo, como bien se pudo hacer en esas muestras de 1997 o
1999 en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago y en las exposiciones
que posteriormente el artista ha realizado, como la síntesis
de los años 1996 al 2000, hoy en Viña del Mar, encontraremos
poco de pintura propiamente tal en la obra. Allí no se encuentran
formas y colores orientados a componer en una estética determinada
o cualquier planteamiento de ése orden, si es que alguien busca
por ese lado en los tiempos actuales.
La pintura de José Balmes
es de contenido. Su trabajo consiste en la búsqueda permanente
de un lenguaje destinado a decir, a proclamar a grandes voces, lo
que desde su punto de vista no está bien en el diario suceder.
Y si no fuera por lo detenida de su temática en sus objeciones
para el período del Gobierno Militar en Chile, que retoma una
y otra vez, podríamos decir que su lenguaje sería universal.
Para ello se vale de la plástica. Su parecer, a su vez, está
profundamente marcado por sus convicciones políticas. Inscrito
en el partido comunista, su obra debe analizarse sin perder de vista
la influencia partidaria, para ser ecuánimes.
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José
Balmes. Del arbol.
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Nació en Montesquíu,
un pueblo de la Cataluña española, cercano a Barcelona.
Conoció de cerca el trabajo de los impresionistas tardíos,
como Santiago Rusiñol y con ellos hace sus primeras prácticas
pictóricas, cercanas al estilo de Van Gogh, a los nueve años
de edad. Esto nos sitúa frente a una vocación plástica
temprana. La guerra en España y la Segunda Guerra Mundial afectó
fuertemente a su familia, de modo que se embarcaron en el ya legendario
Winnipeg, barco de refugiados españoles con rumbo a Valparaíso
en 1939, navío que entre sus pasajeros trajo a varios intelectuales
que han destacado en las artes y las letras de nuestro país.
En Septiembre de ese mismo año,
ingresa a la Escuela de Bellas Artes capitalina con 12 abriles apenas,
estudios que continuará en el Instituto Secundario de la Facultad
de Bellas Artes de la Universidad de Chile donde ingresa en 1943.
Pablo Burchard fue su profesor desde 1945 y lo condujo hacia un estudio
más a fondo y más académico de la pintura, lo
que determina una primera etapa bastante academicista. Academia contemporánea,
claro está. La abstracción lírica será
el paso siguiente en su trayectoria. En su primera exposición
en Chile, en conjunto con Enrique Lihn en 1950, conoció a su
esposa, también artista, destacada pintora, Gracia Barrios,
hija del escritor Eduardo Barrios, que escribió entre otros
libros "El Niño que enloqueció de amor". Hoy su hija,
Concepción Balmes, sigue la senda de sus padres en la pintura.
Toda una familia de artistas.
Pero no perdamos la atención
del joven que se formó con una sensibilidad temprana por el
acontecer diario, y por los sucesos políticos y dramáticos
que afectaban al mundo. A cualquiera le hubiese pasado de haber tenido
que salir de su patria y de un continente azotado por dos sangrientas
guerras y seguidos por cuarenta años de régimen franquista.
Esa sensibilidad y convicciones fueron ingresando a su arte hasta
determinar un camino plástico propio a partir de los años
sesenta, en que la realidad pasaría a estar de cuerpo presente
en sus obras, usando para ello de las técnicas informalistas
contemporáneas, las más avanzadas, de las que fue precursor
en este país. A mi juicio, traía el germen contestatario
desde la misma infancia, ya que un par de obras de 1942 así
lo manifiestan. Son "Exilio" y "La noche negra".
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José
Balmes. Operación Albania, parte de díptico.
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Al principio fue un informalismo
como técnica, que ocupa de elementos fuera de lo establecido
para expresarse, trasladando sus obras de pinturas a técnicas
mixtas. Después se convertiría en un uso de los elementos
informales para hacer sus discursos más claros y más
potentes, siempre dentro de un lenguaje conceptual que intenta un
vocabulario ambiguo a primera vista o que dicho de otra manera, aspira
una apariencia más inocente que el contenido. En 1960 José
Balmes ya está definido en una pintura acorde a su sensibilidad
social, política y humana y de ahí su serie "Santo Domingo.
Mayo" referente a la intervención norteamericana en ese país.
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Consultado
en entrevista reciente al respecto de su informalismo, me contesta:
"No hay un juego de materiales por materiales en mi obra. Los materiales
son simbólicos y vinculados al hecho real. Me interesa el informalismo
en cuanto a plurilenguaje. Hay elementos vinculados a la narración,
está lo visual, lo narrativo, lo objetual, etc. Lo que se quiere
crear es un todo donde un plurilenguaje esté presente. El plurilenguaje
es un poco el lenguaje del ser humano."
Si su obra no es
informalista, entonces qué es, me pregunto. Un informalismo
americanista tal vez, pensando en Santo Domingo. La respuesta llega
rápidamente: "La palabra informalista puede dejarse de lado
y podemos hablar de realismo crítico." Lo de crítico
no está en duda, lo de realismo, entronca con el informalismo
en aquello de elegir objetos reales, con una determinada significación
per se o una carga sígnica específica lo suficientemente
clara como para ser denuncia por sí mismos. Un ejemplo, la
pala, aquella que dejó su huella en la obra a la cual perteneció,
de la Serie "Lota El Silencio" y que ahora por sí misma es
obra, colgada al lado de la tela original y con una mancha de pintura
azul. Duchamp me viene a la memoria.
Recogiendo lo dicho,
su obra se sirve de un plurilenguaje. Por un lado está la mancha
informal, matérica, y el color, éste siempre usado como
significante. Si en su trabajo predominan el blanco, el negro y el
rojo, el rojo es sangre. También usa mucho el crudo, queriendo
significar desierto, arenas, tierra, paisaje desolado. Y como el asunto
es no poner demás, entonces el crudo de la tela es suficiente
y más color sale sobrando.
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José
Balmes, Lota El Silencio.
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Por otro lado está
el trazo, que es gestual y que relaciona los elementos seleccionados
por el autor para plantear al visitante un hecho puntual. Tendrá
intenciones de definición geográfica, serán contornos
de prendas de vestuario, líneas articuladoras, números,
letras, texto, etc.
Y finalmente los
objetos que al modo del collage, están en todas sus obras,
convirtiéndolas en sus "realismos críticos". Será
carbón, piedras, noticias de diarios, fotocopias amplificadas,
fotografías, trozos de camisas, de blue jeans, cuerdas, cintas
adhesivas, clavos, pinceles, brochas, zapatos, palas, maderas y un
sin fin de objetos que hacen imaginar su taller como una verdadera
bodega de cosas inservibles que el artista recicla en obra de arte.
Nos lo imaginamos también buscando el objeto apropiado para
la obra ya planeada a priori en su mente a partir del acontecimiento
que tocó su sensibilidad, razón por la que muchas veces
la ejecución de la obra demorará más que la concepción
de ella.
De esta forma,
el artista ha detenido en la obra un acontecimiento, trágico
por cierto, doloroso. La suma de sus obras se convierte entonces en
la memoria de un tiempo, que el artista somete de cuando en cuando,
al juicio del espectador, como un aguijón, según
sus propias palabras, tal vez con la intención de despertarlo
de su habitual indiferencia.
Ejerció la docencia en Santiago
y cuando llegó a ser Decano de la Facultad de Bellas Artes
a donde había llegado a los 12 años desde el exilio
español, hubo de partir al exilio por segunda vez en los inicios
del Gobierno Militar. Desde 1974 a 1991 fue profesor de pintura en
la Universidad de La Sorbonne de París. Y desde 1985, docente
en la cátedra de pintura en la Escuela de Arte de la U. Católica.
También es Presidente de la Asociación de Pintores y
Escultores de Chile. Fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad
de París I y de la Pontificia Universidad Católica de
Chile en 1993.
Una pregunta más, acerca
de ese gran artista español que lo criticó todo en su
época en forma magnífica y con una gracia que no ha
vuelto a encontrar igual: Goya.
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José
Balmes, La Pala.
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José Balmes responde: "
Es un artista que admiro profundamente. Obras suyas fueron reconocidas
setenta años después, en Francia. Nadie le dio boleto
antes. Me siento totalmente identificado con él. Tuvo una gran
fuerza. Una dignidad. Tiene tanta vigencia. La película de
Buñuel, por ejemplo, comienza enfocando "Los fusilamientos
del 2 de Mayo" de Goya, y los que disparan son todos soldados franceses".
También reconoce alguna
influencia del informalismo español de finales de los cincuenta
, liderado por Antoni Tapies. De él admira especialmente la
libertad para la creación y el uso de los medios. Dice: " En
España hubo una rebelión de los medios. Los pintores
españoles hicieron por años una pintura donde todo acto
de rebelión es más suave, por razones de censura entre
otras cosas. Si yo hubiera sido español, no hubiera podido
pintar "Santo Domingo". Lo hice porque Chile era un país libre".
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José
Balmes . Rojo.
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Sus obras se encuentran en importantes
Museos y colecciones como el Museo de Arte Contemporáneo de
Madrid, Barcelona y Santiago, en el Museo Nacional de Bellas Artes
de Santiago, Caracas y Bogotá, en el Museo Nacional Reina Sofía
de Madrid, Museo Wilfredo Lam de La Habana, Museo La tertulia de Cali,
Museo André Malraux de Le Havre y Museo Universidad de Texas
de Austin. También están sus obras en fondos de adquisición
del Ministerio de la cultura de Francia y en colecciones privadas
europeas y americanas.
Entre los muchos premios que ha
recibido, en Chile se le entregó el Premio Nacional de Arte
en 1998.
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PARA : ESCANER CULTURAL
DERECHOS RESERVADOS.
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