Rebecca
Behar, París, Ile Saint Louis
4 Marzo 2001
devuélveme
la
diferencia
entre el sol
y la lluvia
mi vasta soledad
donde podía
correr
devuélveme la
ciudad de la noche
una ventana
Empezaremos con
la genealogía, sobre su procedencia argentina y este nombre
francés del poeta Jules Supervielle ¿ la piedad sobre su nombre
sería el primer afán de su ruta ?
El nombre Supervielle
viene del Béarn. Es la historia de un joven que salió
del Béarn y emigró hacia las costas del Uruguay. Después
mi abuela paterna, que también nació en el Uruguay,
llegó a Argentina. Yo lo conocí poco a Jules Supervielle
quien era primo hermano de mi abuela. Mi destino se asemeja al suyo
pero lo siento muy personal también. Del lado de mi madre soy
uruguaya también puesto que ella lo era, de descendencia vasca
española.
En sus primeros
libros hay mucha nostalgia. ¿Quizás se marchó para olvidar
penas de amor?
Yo creo que se puede
escribir sobre un tema pero no en el momento en que las cosas suceden
en la vida. El amor es un tema de todo escritor del primero al último
de sus libros. Y la nostalgia también lo es porque sólo
se escribe sobre el pasado.
La peregrinación
de los escritores americanos hacia Europa es una tradición
literaria. Pero en los años 60 venían con las manos
llenas de tesoros de esta inmensa literatura de América Latina.
Vd. ha traducido muchos poetas como Borges, Alejandra Pizarnik , Silvina
Ocampo, Juan Rodolfo Wilcock, Roberto Juarroz. Algunos fueron sus
amigos y ahora son clásicos. ¿Puede Vd. decirme algo sobre
cómo Francia acogió a estos autores?
Cuando yo llegué
a Francia, la traducción de los escritores de América
Latina ya estaba en marcha. Fue Victoria Ocampo la que comenzó
a difundir la literatura de nuestros países, y sobre todo la
del Río de la Plata, fuera del continente por medio de su célebre
revista SUR. Luego la siguió Roger Caillois, quien vivió
cinco años en Buenos Aires, durante la guerra, invitado por
ella. Cuando él regresó a Francia publicó a nuestros
escritores en su colección La Croix du Sud en Gallimard.
Borges solía decir: "Yo fui inventado por Caillois" Para mí,
el camino ya estaba abierto, no tuve más que elegir lo que
yo deseaba traducir y proponerlo a los pequeños editores que
son los más valiente para las traducciones de poesía.
Francia los acogió muy bien siempre.
¿Piensa que sólo
un poeta puede traducir a otro poeta?
Quizá la traducción
le sea más fácil a un poeta. Lo principal es que el
trabajo lo haga un verdadero escritor quien tiene conocimiento del
ritmo, del ambiente, del mundo del autor y sus palabras. La poesía
está también en la prosa.
Aúnque los
hombres y las mujeres sean iguales en su cumplimiento artístico,
me gustaría hacerle preguntas sobre estas grandes poetizas
que Vd ha traducido, en particular Silvina Ocampo, que Vd. conoció
personalmente.
Silvina Ocampo era
visionaria. Tenía una visión extraordinaria de la gente,
de los libros, una imaginación sin límites. Un ser único
para mí, creador en todos los instantes de su vida, dentro
de sus libros y fuera de ellos. Lo veía todo a su manera en
su mundo mágico y a la vez de una lucidez agudísima.
Es una inmensa escritora. Fui muy amiga de ella, y también
de Bioy Casares, su marido. Silvina contó muchísimo
para mí. Fue una de las primeras personas que me dio a entender
que yo también era escritora. A lo largo de muchos años,
durante mis viajes a Buenos Aires, la veía todos los días.
Comencé a traducirla entonces, trabajábamos juntas.
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Shen
Zhou Caligraphie detail.
|
semejante a la palabra
privada de la lengua
cuyo lúcido
perfil
encendería
la plegaria
distraída
del viajero
y cuyo acento mudo
reflejado sobre
el mar
modula el destino
entre camino y paso
Su decisión
de cambiar de lengua parece muy misteriosa. ¿Cómo el salto
en la lengua del Otro que es una hospitalidad inversa, puede fundar
una poética?
En Francia el cambio
de lengua es un hecho muy especial porque no hay casi ejemplos de
escritores franceses que hayan empleado otro idioma para escribir.
Cambiar de idioma es sentirse extraña, la mirada sobre las
palabras se modifica también: es cambiar la realidad. Yo escribía
poemas en español y a veces cuentos. Comencé a escribir
poesía en francés porque necesitaba pocas palabras.
Descubrí los poemas breves. Cambiar de lengua es descubrir
constantemente un mundo insólito que se encuentra lejos de
uno. En casa de mi abuela en Buenos Aires se hablaba francés
pero yo no lo sabía escribir. Después de varios años
de vida en París unos amigos me dijeron "porque no nos
muestras lo que escribes". Traté de traducir mis poemas
en español pero no pude hacerlo. Entonces traté de escribir
un poema directamente en francés. Luego continué con
una serie de poemas siempre breves. Le tenía mucho miedo a
la lengua. Eran como listas de lo que tenía a mi alrededor.
Mis amigos, que eran escritores, los aprobaron. Entretanto el trabajo
me había interesado enormemente; la distancia que había
entre yo y la lengua era un campo muy propicio. Lo repito: un lugar
extraño, un yo extraño de donde quizá podía
surgir mi mundo literario. Fui aprendiendo el francés pero
la lengua siempre está fuera de mí. Y el español,
en cambio, está en silencio dentro de mí. Olvidarlo
sería perder mi vida.
También
en Francia sucedían grandes novedades literarias. Lejos de
la lírica y de esta inspiración épica que llegaba
desde el otro lado del Atlántico triunfaba al contrario un
ascetismo literario que se expresaba en la "nueva novela",
la investigación formal, el textualismo. ¿Qué influencia
tuvieron estos movimientos modernistas en la génesis de su
escritura?
|
G
Asse Hommage Saenredam.
|
Me interesaron mucho.
Yo trabajé en la librería "La Hune" por los
años 62, 63 más o menos y las mesas en ese momento presentaban
a autores como René Char, Michaux, o Sartre y Simone de Beauvoir,
y le Nouveau Roman con Nathalie Sarraute, Claude Simon, Robert
Pinget, etc. No eran más que libros literarios. No había
lo que existe hoy, la separación entre los libros que se venden
y las obras literarias que ya no figuran sobre las mesas. Me acuerdo
que me llevaba un libro a casa, lo leía de noche y lo devolvía
al día siguiente. Descubrí autores que inventaban modos
y que traían mundos nuevos justamente. Nosotros, en la Argentina,
estábamos muy abiertos a lo "moderno". A Beckett y a Ionesco,
yo los conocí en Buenos Aires donde se dio en el teatro "Esperando
Godot" en los años cincuenta y también "Las
Sillas". Me di cuenta que en Francia no los conocían tanto.
La gente no los leía. Nosotros, en cambio, los que llegábamos,
nos precipitábamos sobre sus libros con entusiasmo y fervor.
Quizás necesitábamos como un contrapunto a nuestro lirismo.
Si partout
d'avance
est perdu
dévoilement
de l'infini
qui reste
Quisiera hablarle
de un libro que me gusta mucho y que se llama Lectures du Vent
(Lecturas del Viento). En estos poemas, el viento es un símbolo
que nos invita a leer en el libro de la naturaleza. Hace pensar a
antiguas leyendas donde el viento es una persona, y, en su forma,
al poema de Víctor Hugo que se llama "Les Djinn" : comienza
con versos cortos y un ritmo lento, y luego se va hinchando, el ritmo
crece hasta alcanzar un paroxismo, y después regresa lentamente.
Físicamente,
sobre las hojas, es cierto, los versos de ese libro se hacen más
largos paulatinamente y luego vuelven a hacerse más pequeños
cada vez hasta la última página. Me gustó armar
el libro de esa manera. Pero no pensé en Víctor Hugo
ni en la leyendas.
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Manuscrito
S B Supervielle 1.
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Lo que me impresiona
en este libro es la manera de conjugar la letra, la escritura, la
tinta, la página, y el universo, el espacio, el silencio. ¿Esos
temas son muy importantes en su obra?
Sí, son muy
importantes, sobre todo en los poemas. Son factores ligados a las
palabras y a su significado. El signo en la página blanca,
el espacio, el silencio, la forma misma de las palabras, cada uno
de estos factores es esencial en mi poesía. Le tiemblo a las
traducciones. Por ello, ahora, voy a tratar de traducirme en español.
El sitio del poema en la hoja, su tamaño, el espacio, todo
eso cuenta mucho para mí. Pero Usted lo adivinó, una
cantidad de elementos que rodean el poema, lo escriben. El poema existe
vinculado con todo lo que lo rodea.
Hay un verso que
habla del "fuego que no se apaga". Este fuego puede encontrarse en
un viaje real o simbólico, como una iniciación, una
busca del absoluto.
La vida nos enseña
que las cosas se apagan alrededor de cada uno de nosotros, se terminan,
la gente se apaga también. Es una busca de lo perfecto. No
se lo encuentra, pero yo sigo buscando el fuego que no se apaga. Por
lo menos hay que tratar de mantenerlo encendido adentro de sí
mismo.
Ici reste
à jamais en dehors de moi
Aquí queda siempre fuera de
mí
Hay diferentes
tipos de exilios. Hay gente que son exiliados del interior y hay los
viajeros que cambian de país. La escritura se altera en ambas
situaciones porque el sujeto no puede ser un "yo" completamente "dentro"
de la comunidad. Por ejemplo, el poeta René Char vivía
"adentro", haciendo la guerra contra el nazismo, afirmando su ser
en esta lucha por su país, experimentando la fraternidad humana.
Al contrario Antonin Artaud era "divorciado de la sociedad" en su
propio país. Hay puros extranjeros como Kafka, o Rilke que
se quedaban "fuera". ¿Hay una escritura que corresponde a esta situación
de lejanía o alienación?
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Manuscrito
S B Supervielle 2.
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No lo he pensado
nunca de esa manera pero creo que el exilio está cerca de la
poesía y que es fuente de creación debido al arrancamiento
de las raíces. La obra que no encuentra raíces se inventa
completamente. Escribo en francés pero soy ajena a la cultura
francesa. Mi cultura es mi gusto por la lectura en todos los idiomas.
Además del francés, leo en español y en inglés
y quisiera conocer todos los idiomas. Me gusta especialmente la literatura
de gente exiliada: la reconozco. Exiliados "por dentro", como era
quizá Macedonio Fernández, o Alejandra Pizarnik, o "por
fuera", es decir los que se alejan de su país de origen. Creo
que Borges también era un exiliado "por dentro", aunque siempre
vivió en Argentina. Pero escribió en inglés al
principio, y era ciego. Le apasionaba leer en inglés. Borges
transformó el español en una especie de escritura inglesa
o por lo menos germánica. Hay muchas formas de exilios. Uno
puede quedarse en el mismo lugar y escribir en la misma lengua y ser
un exiliado. El hecho de haber aparecido en un lugar del mundo no
quiere decir nada. El que se va ya se había ido antes, desde
un principio. De los que se fueron antes y que, sea se quedaron, sea
se alejaron realmente, nace una literatura que me llega mucho. Pienso
en Rilke o en Paul Celan. Alejandra Pizarnik vivió un tiempo
en Francia, luego volvió a la Argentina y se suicidó
muy jóven a los 35 años. Era una persona exiliada "por
dentro" y "por fuera". El exilio se puede considerar de diferentes
maneras. Otros han cambiado de país y no son exiliados. Se
han metido en la nueva sociedad, se han integrado a ella, han formado
familias, están felices y conformes. Pero no serán nunca
escritores.
Es complejo porque
la poesía es un idioma dentro del idioma mismo y transciende
el idioma. El poeta se encuentra lejos de la opinión común
y sufre porque los hombres no entienden o se han olvidado el sentido
profundo de la poética. El canto puede también ser muy
colectivo, alegre y festivo. ¿En su obra, el contraste se expresa
entre una influencia argentina, más apasionada, y otra Europa,
más razonable?
Hay cosas que no se
pierden. La lengua con el tiempo parece que se perdiera pero queda
en silencio adentro. La lengua nueva va entrando y la lengua primera
se mete adentro, agazapada, no desaparece, permanece muda en el fondo
de nuestro ser. No se pierde tampoco la manera particular de comunicar
con los demás y todo lo relativo a las relaciones humanas.
El modo de comunicación afectiva de un país es muy diferente
al modo de comunicación de otro. En Francia la amistad cuenta
más que el afecto. El primer modo, que el que yo aprendí
desde la infancia, permanece siempre igual. No se pierde nunca. En
lo que me atañe, más que la barrera de la lengua esa
diferencia constante, en la comunicación, no me deja olvidarme
que soy extranjera. Se puede conocer la lengua, escribir en francés,
ser francés al final, pero la comunicación con los otros,
en mi caso con los franceses, siempre será un esfuerzo. Ese
modo no se aprende y no hay acostumbramiento. Es una barrera que hay
franquear constantemente. El modo natural de comunicación corresponde
a la primera parte de la vida y es irremplazable. Con ésto
quiero decirle que me siento más cerca de la influencia argentina
que de la francesa. Pero quizá no hubiera escrito como lo hice
si no hubiese estado en Francia. La creación es un misterio.
Y me gustan mucho los poetas ingleses y los italianos.
Así la infancia
queda única como la raíz de la escritura poética.
le crayon
de l'hiver
inspire
dans
le balcon
des grilles
fumantes
|
el lápiz
del invierno
aspira en
el balcón
humeantes
rejas
|
Ahora tengo una
pregunta sobre el concepto de la línea de la escritura y el
uso de la metáfora en su obra. Hablando de Silvina Ocampo,
escribe Vd. que "escribía y dibujaba con el mismo lápiz"
; pero sabemos todos que la metáfora poética es irreductible
con la imagen plástica. Los poetas han hecho investigaciones
en las fronteras de lo visible como Henri Michaux, los letristas,
la poesía visual etc. ¿Vd. también ha escrito un libro
sobre una artista plástica, que sería su opinión?
Yo creo que la pintura
y el dibujo tienen mucha afinidad con la poesía. Siempre me
ha gustado la pintura. Para mi la pintura abstracta es un deslumbramiento;
me he reconocido en ella. En Argentina, compré algunas pinturas
que ahora tienen mis hermanos. Desde joven me gustó mucho la
pintura, iba a todas las exposiciones en Buenos Aires, y tenía
amigos pintores. El dibujo es como una frontera, una línea
que me propone una forma y que sube del fondo de la tierra. Quisiera
escribir sólo con líneas. Creo que hay un gran vínculo
entre la pintura y la escritura. La veo como una especie de nuevo
alfabeto. Con las palabras establecidas estoy obligada a ser clara.
Es un rigor adicional que me gusta enlazar con el dibujo en el espacio
y el silencio. Me tentaría escribir dibujando sin pensar en
un significado. El ojo y la mano dan un significado. Escribir fuera
de las palabras es llegar al corazón de las cosas y a la libertad.
Henri Michaux decía
"¡abajo las palabras!" empezando a hacer manchas interesantes
con la tinta. Pero a mi manera de ver, la palabra es importante porque
le da un nombre a lo que una imagen no puede representar. La metáfora
poética se puede interpretar de manera infinita. El mundo moderno
tiende a confundir las dos cosas.
Por ejemplo
j'entends un cri
dans l'encre
qui ne sait pas
s'écrire
alors qu'à
la surface
calme la plume
désancre
un autre
reflet
¿Esto se puede
dibujar. o traducir?
Pienso que las palabras,
visualmente, dicen mucho. Inconscientemente, se leen las palabras
con el ojo, fuera de su significado. Una palabra a veces se expresa
a través de su figura, de las letras que la componen. Por otro
lado, el mensaje de un libro pasa entre una línea y la otra.
Las cosas no dichas llegan más al lector que las cosas dichas.
Es también misterioso el acento de la poesía. su insistencia
en el silencio. Se lee un poema, otro y otro más de un autor,
y paulatinamente sube hasta el lector algo de él, esencial,
mientras los poemas hablan de otra cosa. Algo que quizá se
percibe cuando se contempla una pintura. Lo percibe el ojo y también
el oído. En la murmuración, entre una y otra página,
aparece el mundo extraño y único del autor. La lectura
es tan misteriosa como la poesía. En todos lados, se pueden
ver cosas si no se mira sólo lo que se ve. Hay que ver también
lo que no se ve.
poco a poco
el acróbata
exclusivo
se trueca
por
la tropa
del muerto
La primera impresión
que yo tuve leyendo su poesía es que las cosas eran al revés.
La gramática es al revés, todo esta cabeza abajo, y
hay que salir en busca del verbo, del sujeto porque todo esta mareado.
Además hay pocas palabras, como cuando se viaje y se ponen
pocas cosas en la maleta.
Como dije, comencé
con pocas palabras, porque no conocía el idioma. Luego continué
con esa forma que me convenía perfectamente. Lo que me sorprende
es que en la prosa soy rica de palabras. Es una prosa muy densa. El
poema sería más el dibujo y los libros en prosa la literatura.
En todo caso, su impresión que está todo al revés
me encanta. A veces no completo el verso, dejo que lo haga el lector.
Me gusta esa impresión de algo dislocado. Lo importante es
que el poema suspendido en el vacío tenga su equilibrio. La
economía responde quizá a mi deseo de jugar con el blanco.
Al principio Vd.
solo escribía poesía en francés, después
siguió con prosa, o algo que se podría llamar "prosa
poética", o novelas que no son exactamente novelas. Por ejemplo
su libro sobre el viaje de Pigafetta. Esto nos maravilla sobre la
América Latina, hay leyendas, epopeyas, descubrimiento de inmensas
tierras, espacios libres, aventuras. En Europa ya esta pasado. En
su libro, L'or de l'incertitude se encuentra una armonía
secreta entre el movimiento de la pluma, el levantar y caer de las
olas, y el trayecto del barco. Hay algo mágico en este símbolo
del hombre que escribe frente a al universo desconocido, puramente
nuevo.
En mis libros de prosa
suelen haber barcos, navegantes, la sorpresa del descubrimiento. Los
conquistadores eran hombres muy extraños. Magallanes era Portugués
y viajaba en un barco bajo la bandera española, los tripulantes
no hablaban su idioma. Antonio Pigafetta había sido contratado
para escribir el diario de a bordo, y lo hacía en una mezcla
de español, de italiano de Venecia y de latín. Las lenguas
en ese momento no estaban definidas en Europa. Digamos que entonces
toda Europa cambió de lengua, porque se escribía en
latín. El que comenzó fue Dante, exilado también,
que escribía en latín, y que decidió reinventar
la lengua italiana haciendo uso de los dialectos que se usaban en
Italia. En Francia fue Montaigne el que lo hizo. En realidad, en Europa,
la literatura nació de un cambio de lengua. En la Argentina,
la literatura nació con los viajeros que eran Ingleses, Alemanes,
Portugueses, y Españoles evidentemente. Sarmiento fue el Dante
argentino. Muchos viajeros no conocían la lengua y escribían
sus diarios en otra lengua . Los viajeros y los navegantes estaban
al borde de cambiar la lengua. Su situación me atrajo y me
reconocí un poco en la gente. Creo que tanto ellos como yo
nos quedamos al final fuera de las lenguas. Es un lugar ideal para
observar y escribir porque no se reciben influencias. Es el encuentro
con sí mismo. Navegantes y viajeros me han fascinado. Al llegar
a aquellas costas desconocidas descubrían un mundo extraordinario
y anotaban, en la lengua que podían, todo lo que veían.
Era pura literatura aunque ellos no lo sabían. L'or de l'incertitude
es un llamado de ese mundo y uno de mis primeros libros en prosa.
Con la prosa quise traducirme en otra forma. Entré, es verdad,
en un mar sensual del movimiento. Los poemas me obligaban a ceñirme.
Al escribir ese libro, me transformé en Pigafetta, navegando
sobre las olas en todos sus idiomas
Hay escritores
que empezaron con la prosa y acabaron con la poesía y otros
que van y vienen de una a otra. Pero esta el ejemplo de Mallarmé
cuyo ideal era de ser un poeta puro pero la sociedad lo volvía
(como escribe en su correspondencia) "un littérateur comme
les autres", solo un hombre de letras. Se angustiaba de no poder
quedarse solo un poeta, y vivió este conflicto como una especie
de tragedia. ¿Quisiera saber si esto permanece en su experiencia o
no?
No haya que olvidar
que Mallarmé escribió también en prosa. Personalmente,
a mí no me gusta la palabra poesía, ni la palabra poeta.
En Francia, la palabra se ha vuelto un género literario sublime,
casi divino, en todo caso superior a los demás. También
los "Poetas", con una P mayúscula, han colaborado a darse a
sí mismo una reputación de escritores aparte, situados
en unas alturas donde no llegan los que escriben prosa. Me molesta
el sentido que se le ha dado aquí a esa palabra. La poesía
es una forma de escribir que le conviene a un escritor. Que se escriba
en poesía o en prosa, lo que importa es el talento. Hay muchos
escritores que emplean la forma de la poesía, y que no lo tienen.
Conocí poetas puros, como Roberto Juarroz o Alejandra Pizarnik.
Borges escribía poemas, ficciones, ensayos, textos breves,
de crítica, etc. Para mí es un escritor puro también.
Recuerdo que teníamos que colocar una placa en el hotel, rue
des Beaux Arts, donde él paraba siempre con su mujer María,
y me preguntaron si había que inscribir Ici a vécu
Jorge Luis Borges poète argentin" o "écrivain
argentin". Después de mucho pensar, opté por écrivain.
No hay palabra más noble que esa. La mitad de la obra de Borges
es poesía y la otra mitad es prosa. En muchos de sus libros
la poesía alterna con la prosa. Quizá sea para mí
una palabra de otros tiempos. Como si el poeta tuviera una "baguette
magique" que otros no tienen. Yo no tengo una varilla mágica.
Lo que deseo es probarme en todo y, aunque me equivoque, escribir
en prosa, escribir ensayos, y traducir que es lo mismo y otra cosa.
Hay poetas que no necesitaban escribir de otra manera. Cada escritor
es libre. La poesía, en realidad, es la literatura y ésta
se recrea adoptando distintas formas.
Para concluir,
quisiera su opinión sobre el mundo contemporáneo y la
situación de la literatura en este nuevo milenio. Hay un problema
práctico en la difusión de la literatura en el contexto
de la globalización. Hay una música mundial, una pintura
mundial, y ahora vendría una literatura mundial. Es un concepto
americano de la world literature. Sería un nuevo
género. Me preocupa porque tengo miedo que el alma se pierda
en esta gran mezcla un poco comercial.
La mezcla es lo contrario
de la literatura. La literatura es un individuo diferente del otro.
Es el universo de una sola persona. No puede copiarse. El mundo ya
ha cambiado mucho. Los medios de comunicación, la televisión,
han separado los libros comerciales de los que se venden poco, es
decir los libros con temas llamativos del momento de las obras de
literatura. Yo no creo que muera la literatura pero no sé quién
la editará. Para un verdadero escritor, la única manera
de preservarse es vivir al margen. Hoy en día los escritores
cuyos libros se venden son críticos, o periodistas, o editores,
o miembros de jurados literarios. Ejercen un poder gracias al cual
los medios de comunicación se ocupan de su obra. Los poetas,
digamos, viven sin ninguna otra forma de poder que los libros que
escriben. No era así cuando yo trabajaba en la Hune. La globalización
se está haciendo entre toda esta gente. Es el mundo de la promoción
y del dinero. Un mundo que antes no entraba en las librerías.
Michaux decía que un libro de poemas que se vende a más
de 20 ejemplares es sospechoso. Eso sigue en vigencia. No puedo estar
a favor de una globalización de la literatura, ya que el ser
humano es único y su experiencia también. Toda expresión
es única siempre.
Muchas gracias.
Estamos en su departamento en la Ile Saint Louis. ¿Cómo
llegó a este sitio?
Este sitio fue importante
para mí. Cuando llegué de Buenos Aires y decidí
prolongar mi estadía, tuve la suerte de encontrar un departamento
en esta isla por casualidad. Me enamoré del barrio. Estaba
situado en la calle Le Regrattier. En esa época este lugar
era mágico. En vez de turistas o de restaurantes para turistas,
habían artesanos, gente que vivía en cuartitos bajo
los techos, todo el mundo subía escaleras, los ascensores no
estaban instalados. Las mansiones sublimes daban al Sena y en el medio
corría la rue Saint Louis con sus comercios populares de toda
índole. Al cabo de unos seis meses tuve que dejar ese departamento
pero me mudé a otro sin cruzar los puentes. Nunca más
me he movido de este lugar. Para mí l'Ile Saint Louis es como
un pueblito donde todo el mundo se conoce. Ha cambiado también,
a lo largo de los años, pero sigue siendo un barrio muy especial
y propicio para la nostalgia de escribir.
Breve
Biografía
Silvia
Baron Supervielle, nació en Buenos Aires donde comenzó
a escribir poemas y cuentos en español. En 1961, viaja a Europa
y prolonga indefinidamente su estadía en París. El corte
que provocó su partida de la Argentina le sigue pareciendo
hoy el fruto de un "impulso misterioso". Después de unos años
de silencio, se dedica a escribir directamente en francés y,
a partir de 1970, publica una quincena de libros de poemas, narraciones
y traducciones editados en su mayoría en las ediciones José
Corti de París. En 1998, Corregidor publica en Buenos Aires
un libro de ensayos escrito en español, El cambio de lengua
para un escritor. En 1999, sale en Francia La Ligne et l'Ombre
en la editorial le Seuil.
Paralelamente,
Silvia Baron Supervielle traduce al francés numerosas obras
de poetas argentinos entre los que se encuentran Borges, Macedonio
Fernández, Alejandra Pizarnik, Roberto Juarroz, Silvina Ocampo,
J.R.Wilcock, Arnaldo Calveyra, etc. Ha traducido igualmente al español
la poesía y el Teatro de Marguerite Yourcenar.
En
diciembre del año 2000, la editorial Alción traduce
y pública en Córdoba los poemas de El agua extraña.
Por primera vez, aparece un libro de poemas de Silvia Baron Supervielle
en su país, traducido al español por Vivian Lofiego
y Diego Vecchio