Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 30.
12 de Junio al
12 de Julio de 2001.

ENTREVISTA CON
SILVIA BARON SUPERVIELLE

Rebecca Behar, París, Ile Saint Louis
4 Marzo 2001

devuélveme la
diferencia
entre el sol
y la lluvia
mi vasta soledad
donde podía
correr

devuélveme la
ciudad de la noche
una ventana

Codex Mendoza detail.

Empezaremos con la genealogía, sobre su procedencia argentina y este nombre francés del poeta Jules Supervielle ¿ la piedad sobre su nombre sería el primer afán de su ruta ?

El nombre Supervielle viene del Béarn. Es la historia de un joven que salió del Béarn y emigró hacia las costas del Uruguay. Después mi abuela paterna, que también nació en el Uruguay, llegó a Argentina. Yo lo conocí poco a Jules Supervielle quien era primo hermano de mi abuela. Mi destino se asemeja al suyo pero lo siento muy personal también. Del lado de mi madre soy uruguaya también puesto que ella lo era, de descendencia vasca española.

En sus primeros libros hay mucha nostalgia. ¿Quizás se marchó para olvidar penas de amor?

Yo creo que se puede escribir sobre un tema pero no en el momento en que las cosas suceden en la vida. El amor es un tema de todo escritor del primero al último de sus libros. Y la nostalgia también lo es porque sólo se escribe sobre el pasado.

La peregrinación de los escritores americanos hacia Europa es una tradición literaria. Pero en los años 60 venían con las manos llenas de tesoros de esta inmensa literatura de América Latina. Vd. ha traducido muchos poetas como Borges, Alejandra Pizarnik , Silvina Ocampo, Juan Rodolfo Wilcock, Roberto Juarroz. Algunos fueron sus amigos y ahora son clásicos. ¿Puede Vd. decirme algo sobre cómo Francia acogió a estos autores?

Cuando yo llegué a Francia, la traducción de los escritores de América Latina ya estaba en marcha. Fue Victoria Ocampo la que comenzó a difundir la literatura de nuestros países, y sobre todo la del Río de la Plata, fuera del continente por medio de su célebre revista SUR. Luego la siguió Roger Caillois, quien vivió cinco años en Buenos Aires, durante la guerra, invitado por ella. Cuando él regresó a Francia publicó a nuestros escritores en su colección La Croix du Sud en Gallimard. Borges solía decir: "Yo fui inventado por Caillois" Para mí, el camino ya estaba abierto, no tuve más que elegir lo que yo deseaba traducir y proponerlo a los pequeños editores que son los más valiente para las traducciones de poesía. Francia los acogió muy bien siempre.

¿Piensa que sólo un poeta puede traducir a otro poeta?

Quizá la traducción le sea más fácil a un poeta. Lo principal es que el trabajo lo haga un verdadero escritor quien tiene conocimiento del ritmo, del ambiente, del mundo del autor y sus palabras. La poesía está también en la prosa.

Aúnque los hombres y las mujeres sean iguales en su cumplimiento artístico, me gustaría hacerle preguntas sobre estas grandes poetizas que Vd ha traducido, en particular Silvina Ocampo, que Vd. conoció personalmente.

Silvina Ocampo era visionaria. Tenía una visión extraordinaria de la gente, de los libros, una imaginación sin límites. Un ser único para mí, creador en todos los instantes de su vida, dentro de sus libros y fuera de ellos. Lo veía todo a su manera en su mundo mágico y a la vez de una lucidez agudísima. Es una inmensa escritora. Fui muy amiga de ella, y también de Bioy Casares, su marido. Silvina contó muchísimo para mí. Fue una de las primeras personas que me dio a entender que yo también era escritora. A lo largo de muchos años, durante mis viajes a Buenos Aires, la veía todos los días. Comencé a traducirla entonces, trabajábamos juntas.

Shen Zhou Caligraphie detail.

semejante a la palabra

privada de la lengua

cuyo lúcido perfil

encendería la plegaria

distraída del viajero

y cuyo acento mudo

reflejado sobre el mar

modula el destino

entre camino y paso

Su decisión de cambiar de lengua parece muy misteriosa. ¿Cómo el salto en la lengua del Otro que es una hospitalidad inversa, puede fundar una poética?

En Francia el cambio de lengua es un hecho muy especial porque no hay casi ejemplos de escritores franceses que hayan empleado otro idioma para escribir. Cambiar de idioma es sentirse extraña, la mirada sobre las palabras se modifica también: es cambiar la realidad. Yo escribía poemas en español y a veces cuentos. Comencé a escribir poesía en francés porque necesitaba pocas palabras. Descubrí los poemas breves. Cambiar de lengua es descubrir constantemente un mundo insólito que se encuentra lejos de uno. En casa de mi abuela en Buenos Aires se hablaba francés pero yo no lo sabía escribir. Después de varios años de vida en París unos amigos me dijeron "porque no nos muestras lo que escribes". Traté de traducir mis poemas en español pero no pude hacerlo. Entonces traté de escribir un poema directamente en francés. Luego continué con una serie de poemas siempre breves. Le tenía mucho miedo a la lengua. Eran como listas de lo que tenía a mi alrededor. Mis amigos, que eran escritores, los aprobaron. Entretanto el trabajo me había interesado enormemente; la distancia que había entre yo y la lengua era un campo muy propicio. Lo repito: un lugar extraño, un yo extraño de donde quizá podía surgir mi mundo literario. Fui aprendiendo el francés pero la lengua siempre está fuera de mí. Y el español, en cambio, está en silencio dentro de mí. Olvidarlo sería perder mi vida.

También en Francia sucedían grandes novedades literarias. Lejos de la lírica y de esta inspiración épica que llegaba desde el otro lado del Atlántico triunfaba al contrario un ascetismo literario que se expresaba en la "nueva novela", la investigación formal, el textualismo. ¿Qué influencia tuvieron estos movimientos modernistas en la génesis de su escritura?

G Asse Hommage Saenredam.

Me interesaron mucho. Yo trabajé en la librería "La Hune" por los años 62, 63 más o menos y las mesas en ese momento presentaban a autores como René Char, Michaux, o Sartre y Simone de Beauvoir, y le Nouveau Roman con Nathalie Sarraute, Claude Simon, Robert Pinget, etc. No eran más que libros literarios. No había lo que existe hoy, la separación entre los libros que se venden y las obras literarias que ya no figuran sobre las mesas. Me acuerdo que me llevaba un libro a casa, lo leía de noche y lo devolvía al día siguiente. Descubrí autores que inventaban modos y que traían mundos nuevos justamente. Nosotros, en la Argentina, estábamos muy abiertos a lo "moderno". A Beckett y a Ionesco, yo los conocí en Buenos Aires donde se dio en el teatro "Esperando Godot" en los años cincuenta y también "Las Sillas". Me di cuenta que en Francia no los conocían tanto. La gente no los leía. Nosotros, en cambio, los que llegábamos, nos precipitábamos sobre sus libros con entusiasmo y fervor. Quizás necesitábamos como un contrapunto a nuestro lirismo.

Si partout

d'avance

est perdu

dévoilement

de l'infini

qui reste

Quisiera hablarle de un libro que me gusta mucho y que se llama Lectures du Vent (Lecturas del Viento). En estos poemas, el viento es un símbolo que nos invita a leer en el libro de la naturaleza. Hace pensar a antiguas leyendas donde el viento es una persona, y, en su forma, al poema de Víctor Hugo que se llama "Les Djinn" : comienza con versos cortos y un ritmo lento, y luego se va hinchando, el ritmo crece hasta alcanzar un paroxismo, y después regresa lentamente.

Físicamente, sobre las hojas, es cierto, los versos de ese libro se hacen más largos paulatinamente y luego vuelven a hacerse más pequeños cada vez hasta la última página. Me gustó armar el libro de esa manera. Pero no pensé en Víctor Hugo ni en la leyendas.

Manuscrito
S B Supervielle 1.

Lo que me impresiona en este libro es la manera de conjugar la letra, la escritura, la tinta, la página, y el universo, el espacio, el silencio. ¿Esos temas son muy importantes en su obra?

Sí, son muy importantes, sobre todo en los poemas. Son factores ligados a las palabras y a su significado. El signo en la página blanca, el espacio, el silencio, la forma misma de las palabras, cada uno de estos factores es esencial en mi poesía. Le tiemblo a las traducciones. Por ello, ahora, voy a tratar de traducirme en español. El sitio del poema en la hoja, su tamaño, el espacio, todo eso cuenta mucho para mí. Pero Usted lo adivinó, una cantidad de elementos que rodean el poema, lo escriben. El poema existe vinculado con todo lo que lo rodea.

Hay un verso que habla del "fuego que no se apaga". Este fuego puede encontrarse en un viaje real o simbólico, como una iniciación, una busca del absoluto.

La vida nos enseña que las cosas se apagan alrededor de cada uno de nosotros, se terminan, la gente se apaga también. Es una busca de lo perfecto. No se lo encuentra, pero yo sigo buscando el fuego que no se apaga. Por lo menos hay que tratar de mantenerlo encendido adentro de sí mismo.

Ici reste à jamais en dehors de moi

Aquí queda siempre fuera de mí

 

Hay diferentes tipos de exilios. Hay gente que son exiliados del interior y hay los viajeros que cambian de país. La escritura se altera en ambas situaciones porque el sujeto no puede ser un "yo" completamente "dentro" de la comunidad. Por ejemplo, el poeta René Char vivía "adentro", haciendo la guerra contra el nazismo, afirmando su ser en esta lucha por su país, experimentando la fraternidad humana. Al contrario Antonin Artaud era "divorciado de la sociedad" en su propio país. Hay puros extranjeros como Kafka, o Rilke que se quedaban "fuera". ¿Hay una escritura que corresponde a esta situación de lejanía o alienación?

Manuscrito S B Supervielle 2.

No lo he pensado nunca de esa manera pero creo que el exilio está cerca de la poesía y que es fuente de creación debido al arrancamiento de las raíces. La obra que no encuentra raíces se inventa completamente. Escribo en francés pero soy ajena a la cultura francesa. Mi cultura es mi gusto por la lectura en todos los idiomas. Además del francés, leo en español y en inglés y quisiera conocer todos los idiomas. Me gusta especialmente la literatura de gente exiliada: la reconozco. Exiliados "por dentro", como era quizá Macedonio Fernández, o Alejandra Pizarnik, o "por fuera", es decir los que se alejan de su país de origen. Creo que Borges también era un exiliado "por dentro", aunque siempre vivió en Argentina. Pero escribió en inglés al principio, y era ciego. Le apasionaba leer en inglés. Borges transformó el español en una especie de escritura inglesa o por lo menos germánica. Hay muchas formas de exilios. Uno puede quedarse en el mismo lugar y escribir en la misma lengua y ser un exiliado. El hecho de haber aparecido en un lugar del mundo no quiere decir nada. El que se va ya se había ido antes, desde un principio. De los que se fueron antes y que, sea se quedaron, sea se alejaron realmente, nace una literatura que me llega mucho. Pienso en Rilke o en Paul Celan. Alejandra Pizarnik vivió un tiempo en Francia, luego volvió a la Argentina y se suicidó muy jóven a los 35 años. Era una persona exiliada "por dentro" y "por fuera". El exilio se puede considerar de diferentes maneras. Otros han cambiado de país y no son exiliados. Se han metido en la nueva sociedad, se han integrado a ella, han formado familias, están felices y conformes. Pero no serán nunca escritores.

Es complejo porque la poesía es un idioma dentro del idioma mismo y transciende el idioma. El poeta se encuentra lejos de la opinión común y sufre porque los hombres no entienden o se han olvidado el sentido profundo de la poética. El canto puede también ser muy colectivo, alegre y festivo. ¿En su obra, el contraste se expresa entre una influencia argentina, más apasionada, y otra Europa, más razonable?

Hay cosas que no se pierden. La lengua con el tiempo parece que se perdiera pero queda en silencio adentro. La lengua nueva va entrando y la lengua primera se mete adentro, agazapada, no desaparece, permanece muda en el fondo de nuestro ser. No se pierde tampoco la manera particular de comunicar con los demás y todo lo relativo a las relaciones humanas. El modo de comunicación afectiva de un país es muy diferente al modo de comunicación de otro. En Francia la amistad cuenta más que el afecto. El primer modo, que el que yo aprendí desde la infancia, permanece siempre igual. No se pierde nunca. En lo que me atañe, más que la barrera de la lengua esa diferencia constante, en la comunicación, no me deja olvidarme que soy extranjera. Se puede conocer la lengua, escribir en francés, ser francés al final, pero la comunicación con los otros, en mi caso con los franceses, siempre será un esfuerzo. Ese modo no se aprende y no hay acostumbramiento. Es una barrera que hay franquear constantemente. El modo natural de comunicación corresponde a la primera parte de la vida y es irremplazable. Con ésto quiero decirle que me siento más cerca de la influencia argentina que de la francesa. Pero quizá no hubiera escrito como lo hice si no hubiese estado en Francia. La creación es un misterio. Y me gustan mucho los poetas ingleses y los italianos.

Así la infancia queda única como la raíz de la escritura poética.

le crayon

de l'hiver

inspire dans

le balcon

des grilles

fumantes

el lápiz

del invierno

aspira en

el balcón

humeantes

rejas


Ahora tengo una pregunta sobre el concepto de la línea de la escritura y el uso de la metáfora en su obra. Hablando de Silvina Ocampo, escribe Vd. que "escribía y dibujaba con el mismo lápiz" ; pero sabemos todos que la metáfora poética es irreductible con la imagen plástica. Los poetas han hecho investigaciones en las fronteras de lo visible como Henri Michaux, los letristas, la poesía visual etc. ¿Vd. también ha escrito un libro sobre una artista plástica, que sería su opinión?

Yo creo que la pintura y el dibujo tienen mucha afinidad con la poesía. Siempre me ha gustado la pintura. Para mi la pintura abstracta es un deslumbramiento; me he reconocido en ella. En Argentina, compré algunas pinturas que ahora tienen mis hermanos. Desde joven me gustó mucho la pintura, iba a todas las exposiciones en Buenos Aires, y tenía amigos pintores. El dibujo es como una frontera, una línea que me propone una forma y que sube del fondo de la tierra. Quisiera escribir sólo con líneas. Creo que hay un gran vínculo entre la pintura y la escritura. La veo como una especie de nuevo alfabeto. Con las palabras establecidas estoy obligada a ser clara. Es un rigor adicional que me gusta enlazar con el dibujo en el espacio y el silencio. Me tentaría escribir dibujando sin pensar en un significado. El ojo y la mano dan un significado. Escribir fuera de las palabras es llegar al corazón de las cosas y a la libertad.

Henri Michaux decía "¡abajo las palabras!" empezando a hacer manchas interesantes con la tinta. Pero a mi manera de ver, la palabra es importante porque le da un nombre a lo que una imagen no puede representar. La metáfora poética se puede interpretar de manera infinita. El mundo moderno tiende a confundir las dos cosas.

Por ejemplo

j'entends un cri

dans l'encre

qui ne sait pas s'écrire

alors qu'à la surface

calme la plume

désancre un autre

reflet

¿Esto se puede dibujar. o traducir?

Van Beyeren.

Pienso que las palabras, visualmente, dicen mucho. Inconscientemente, se leen las palabras con el ojo, fuera de su significado. Una palabra a veces se expresa a través de su figura, de las letras que la componen. Por otro lado, el mensaje de un libro pasa entre una línea y la otra. Las cosas no dichas llegan más al lector que las cosas dichas. Es también misterioso el acento de la poesía. su insistencia en el silencio. Se lee un poema, otro y otro más de un autor, y paulatinamente sube hasta el lector algo de él, esencial, mientras los poemas hablan de otra cosa. Algo que quizá se percibe cuando se contempla una pintura. Lo percibe el ojo y también el oído. En la murmuración, entre una y otra página, aparece el mundo extraño y único del autor. La lectura es tan misteriosa como la poesía. En todos lados, se pueden ver cosas si no se mira sólo lo que se ve. Hay que ver también lo que no se ve.

poco a poco

el acróbata

exclusivo

se trueca

por

la tropa

del muerto

La primera impresión que yo tuve leyendo su poesía es que las cosas eran al revés. La gramática es al revés, todo esta cabeza abajo, y hay que salir en busca del verbo, del sujeto porque todo esta mareado. Además hay pocas palabras, como cuando se viaje y se ponen pocas cosas en la maleta.

Como dije, comencé con pocas palabras, porque no conocía el idioma. Luego continué con esa forma que me convenía perfectamente. Lo que me sorprende es que en la prosa soy rica de palabras. Es una prosa muy densa. El poema sería más el dibujo y los libros en prosa la literatura. En todo caso, su impresión que está todo al revés me encanta. A veces no completo el verso, dejo que lo haga el lector. Me gusta esa impresión de algo dislocado. Lo importante es que el poema suspendido en el vacío tenga su equilibrio. La economía responde quizá a mi deseo de jugar con el blanco.

Al principio Vd. solo escribía poesía en francés, después siguió con prosa, o algo que se podría llamar "prosa poética", o novelas que no son exactamente novelas. Por ejemplo su libro sobre el viaje de Pigafetta. Esto nos maravilla sobre la América Latina, hay leyendas, epopeyas, descubrimiento de inmensas tierras, espacios libres, aventuras. En Europa ya esta pasado. En su libro, L'or de l'incertitude se encuentra una armonía secreta entre el movimiento de la pluma, el levantar y caer de las olas, y el trayecto del barco. Hay algo mágico en este símbolo del hombre que escribe frente a al universo desconocido, puramente nuevo.

En mis libros de prosa suelen haber barcos, navegantes, la sorpresa del descubrimiento. Los conquistadores eran hombres muy extraños. Magallanes era Portugués y viajaba en un barco bajo la bandera española, los tripulantes no hablaban su idioma. Antonio Pigafetta había sido contratado para escribir el diario de a bordo, y lo hacía en una mezcla de español, de italiano de Venecia y de latín. Las lenguas en ese momento no estaban definidas en Europa. Digamos que entonces toda Europa cambió de lengua, porque se escribía en latín. El que comenzó fue Dante, exilado también, que escribía en latín, y que decidió reinventar la lengua italiana haciendo uso de los dialectos que se usaban en Italia. En Francia fue Montaigne el que lo hizo. En realidad, en Europa, la literatura nació de un cambio de lengua. En la Argentina, la literatura nació con los viajeros que eran Ingleses, Alemanes, Portugueses, y Españoles evidentemente. Sarmiento fue el Dante argentino. Muchos viajeros no conocían la lengua y escribían sus diarios en otra lengua . Los viajeros y los navegantes estaban al borde de cambiar la lengua. Su situación me atrajo y me reconocí un poco en la gente. Creo que tanto ellos como yo nos quedamos al final fuera de las lenguas. Es un lugar ideal para observar y escribir porque no se reciben influencias. Es el encuentro con sí mismo. Navegantes y viajeros me han fascinado. Al llegar a aquellas costas desconocidas descubrían un mundo extraordinario y anotaban, en la lengua que podían, todo lo que veían. Era pura literatura aunque ellos no lo sabían. L'or de l'incertitude es un llamado de ese mundo y uno de mis primeros libros en prosa. Con la prosa quise traducirme en otra forma. Entré, es verdad, en un mar sensual del movimiento. Los poemas me obligaban a ceñirme. Al escribir ese libro, me transformé en Pigafetta, navegando sobre las olas en todos sus idiomas

Hay escritores que empezaron con la prosa y acabaron con la poesía y otros que van y vienen de una a otra. Pero esta el ejemplo de Mallarmé cuyo ideal era de ser un poeta puro pero la sociedad lo volvía (como escribe en su correspondencia) "un littérateur comme les autres", solo un hombre de letras. Se angustiaba de no poder quedarse solo un poeta, y vivió este conflicto como una especie de tragedia. ¿Quisiera saber si esto permanece en su experiencia o no?

No haya que olvidar que Mallarmé escribió también en prosa. Personalmente, a mí no me gusta la palabra poesía, ni la palabra poeta. En Francia, la palabra se ha vuelto un género literario sublime, casi divino, en todo caso superior a los demás. También los "Poetas", con una P mayúscula, han colaborado a darse a sí mismo una reputación de escritores aparte, situados en unas alturas donde no llegan los que escriben prosa. Me molesta el sentido que se le ha dado aquí a esa palabra. La poesía es una forma de escribir que le conviene a un escritor. Que se escriba en poesía o en prosa, lo que importa es el talento. Hay muchos escritores que emplean la forma de la poesía, y que no lo tienen. Conocí poetas puros, como Roberto Juarroz o Alejandra Pizarnik. Borges escribía poemas, ficciones, ensayos, textos breves, de crítica, etc. Para mí es un escritor puro también. Recuerdo que teníamos que colocar una placa en el hotel, rue des Beaux Arts, donde él paraba siempre con su mujer María, y me preguntaron si había que inscribir Ici a vécu Jorge Luis Borges poète argentin" o "écrivain argentin". Después de mucho pensar, opté por écrivain. No hay palabra más noble que esa. La mitad de la obra de Borges es poesía y la otra mitad es prosa. En muchos de sus libros la poesía alterna con la prosa. Quizá sea para mí una palabra de otros tiempos. Como si el poeta tuviera una "baguette magique" que otros no tienen. Yo no tengo una varilla mágica. Lo que deseo es probarme en todo y, aunque me equivoque, escribir en prosa, escribir ensayos, y traducir que es lo mismo y otra cosa. Hay poetas que no necesitaban escribir de otra manera. Cada escritor es libre. La poesía, en realidad, es la literatura y ésta se recrea adoptando distintas formas.

Para concluir, quisiera su opinión sobre el mundo contemporáneo y la situación de la literatura en este nuevo milenio. Hay un problema práctico en la difusión de la literatura en el contexto de la globalización. Hay una música mundial, una pintura mundial, y ahora vendría una literatura mundial. Es un concepto americano de la world literature. Sería un nuevo género. Me preocupa porque tengo miedo que el alma se pierda en esta gran mezcla un poco comercial.

La mezcla es lo contrario de la literatura. La literatura es un individuo diferente del otro. Es el universo de una sola persona. No puede copiarse. El mundo ya ha cambiado mucho. Los medios de comunicación, la televisión, han separado los libros comerciales de los que se venden poco, es decir los libros con temas llamativos del momento de las obras de literatura. Yo no creo que muera la literatura pero no sé quién la editará. Para un verdadero escritor, la única manera de preservarse es vivir al margen. Hoy en día los escritores cuyos libros se venden son críticos, o periodistas, o editores, o miembros de jurados literarios. Ejercen un poder gracias al cual los medios de comunicación se ocupan de su obra. Los poetas, digamos, viven sin ninguna otra forma de poder que los libros que escriben. No era así cuando yo trabajaba en la Hune. La globalización se está haciendo entre toda esta gente. Es el mundo de la promoción y del dinero. Un mundo que antes no entraba en las librerías. Michaux decía que un libro de poemas que se vende a más de 20 ejemplares es sospechoso. Eso sigue en vigencia. No puedo estar a favor de una globalización de la literatura, ya que el ser humano es único y su experiencia también. Toda expresión es única siempre.

Muchas gracias. Estamos en su departamento en la Ile Saint Louis. ¿Cómo llegó a este sitio?

Este sitio fue importante para mí. Cuando llegué de Buenos Aires y decidí prolongar mi estadía, tuve la suerte de encontrar un departamento en esta isla por casualidad. Me enamoré del barrio. Estaba situado en la calle Le Regrattier. En esa época este lugar era mágico. En vez de turistas o de restaurantes para turistas, habían artesanos, gente que vivía en cuartitos bajo los techos, todo el mundo subía escaleras, los ascensores no estaban instalados. Las mansiones sublimes daban al Sena y en el medio corría la rue Saint Louis con sus comercios populares de toda índole. Al cabo de unos seis meses tuve que dejar ese departamento pero me mudé a otro sin cruzar los puentes. Nunca más me he movido de este lugar. Para mí l'Ile Saint Louis es como un pueblito donde todo el mundo se conoce. Ha cambiado también, a lo largo de los años, pero sigue siendo un barrio muy especial y propicio para la nostalgia de escribir.

Breve Biografía

Silvia Baron Supervielle, nació en Buenos Aires donde comenzó a escribir poemas y cuentos en español. En 1961, viaja a Europa y prolonga indefinidamente su estadía en París. El corte que provocó su partida de la Argentina le sigue pareciendo hoy el fruto de un "impulso misterioso". Después de unos años de silencio, se dedica a escribir directamente en francés y, a partir de 1970, publica una quincena de libros de poemas, narraciones y traducciones editados en su mayoría en las ediciones José Corti de París. En 1998, Corregidor publica en Buenos Aires un libro de ensayos escrito en español, El cambio de lengua para un escritor. En 1999, sale en Francia La Ligne et l'Ombre en la editorial le Seuil.

Paralelamente, Silvia Baron Supervielle traduce al francés numerosas obras de poetas argentinos entre los que se encuentran Borges, Macedonio Fernández, Alejandra Pizarnik, Roberto Juarroz, Silvina Ocampo, J.R.Wilcock, Arnaldo Calveyra, etc. Ha traducido igualmente al español la poesía y el Teatro de Marguerite Yourcenar.

En diciembre del año 2000, la editorial Alción traduce y pública en Córdoba los poemas de El agua extraña. Por primera vez, aparece un libro de poemas de Silvia Baron Supervielle en su país, traducido al español por Vivian Lofiego y Diego Vecchio

 

Si quieres comunicarte con Rebecca Behar, puedes hacerlo a: rebecca.behar@worldnet.fr
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