ENTREVISTA
A ANTONIO GUALDA JIMENEZ
Por Yto
Aranda
¿Cómo
definiría su infancia?
Mi infancia
fue muy feliz; fui muy afortunado de haber nacido en el seno de una
familia de larga tradición cultural. Eso sí, cuando
contaba diez años, sufrí un duro golpe, con la muerte
de mi hermana, de diecinueve. Mi madre quería que formásemos
un dúo de Violín-Piano, y eso nunca fue posible...
¿Dónde
estudió y con quién?
Comencé
con mi propia madre, Mª Ascensión Jiménez, que me dio
solfeo desde los seis años. Poco después, seguí
con Paquita Alonso, con la que hice mis pinitos con el violín...
Hasta la muerte de mi hermana, mi madre me llevaba a que presenciara
las clases de piano que doña Pilar Iglesias impartía
a mi hermana.
Igualmente,
durante mi infancia, "La Sonata a Kreutzer", de Beethoven, sonaba
cada noche, en disco de pizarra, junto a la cabecera de mi cama, mientras
me dormía...
Más
tarde, proseguí mis estudios musicales con Nicanor e las Heras
(Armonía), con Julio Marabotto (Armonía, Contrapunto
y Fuga), Carmelo Bernaola y Luis de Pablo (Composición) y recibí
los consejos de compositores tan significados como Luigi Nono, Josep
Soler, Francisco Otero, etc...
Los comienzos
fueron como clases particulares y personalizadas; más tarde,
en el Conservatorio, y, finalmente, en los Cursos "Manuel de Falla"
del Festival de Granada, así como las convivencias en Congresos
con importantes compositores sinfónicos...
Todo
ello, en lo referente a la Composición Musical Sinfónica,
que es lo que realmente siempre me ha interesado. Obviamente, tengo
otros muchos estudios complementarios de diferentes materias, entre
las que están los de piano y guitarra, así como en la
Escuela de Artes y otros estudios de naturaleza no artística...
¿Cuándo
descubrió que su destino era la música?
A muy
temprana edad: mi casa estaba impregnada de musicalidad. Mi madre
había estudiado con Ángel Barrios, y tenía estudios
de piano y de canto. Mi abuelo, Joseíco "Buenos-Días"
fue un músico autodidacta, muy apreciado en todo el Valle de
Lecrín. De él heredamos el piano "Slocker", fabricado
en Madrid hacia 1.840, y que conservo en casa. Es casi idéntico
a uno que obra en el "Museo Hazen" de Madrid...
Yo siempre
digo que "la Música me encontró a mí en el
vientre de mi madre, cuando fui concebido"...
¿Cree
que el éxito es necesario para un artista?
Tengo
muy mala opinión de lo que se entiende, comúnmente,
por "el éxito"... El éxito, para mí, es como
un virus que nos ha invadido desde la mitad del Siglo XIX. No es porque
lo diga yo: lo han dicho todos los pensadores más lúcidos
y preclaros del humanismo cristiano, y los del materialismo dialéctico,
desde Albert Smith hasta Russell, por ejemplo...
Aunque
resulta obvio que una pequeña porción de éxito
es necesaria para el artista que pretenda vivir de su Arte... Mi mala
opinión sobre el "éxito" es la que atañe al "éxito
desmedido", al que hace que los seres humanos sólo vean y "consuman"
determinados productos pseudoartísticos, sin poder pararse
a contemplar, quizás, verdaderas manifestaciones artísticas
que florezcan junto a ellos...
¿Será
negativo para un artista obtener el éxito demasiado joven o
demasiado tarde?
Los que
obtienen un éxito rápido y fácil, sin haberse
"currado su historia", qué duda cabe que se vuelven unos papanatas,
seres insoportables y, a veces, impresentables... Ahí tenemos
montones de ejemplos, que la televisión se empeña en
miccionarnos sobre nuestras comidas a todas horas...
Yo pienso
que es importante, para un artista, obtener un justo grado de reconocimiento,
no sólo por su obra, sino por su calidad de persona... Eso
ayuda a que el artista se reafirme en su autoestima y se anime a seguir
plasmando sobre el pentagrama, sobre el lienzo, sobre el papel, etc...,
las obras que concibe en su mente. La falta de una justa autoestima
en los artistas nos privaría, quizás, de poder disfrutar
de sus obras, que no llegarían a ver la luz nunca.
¿Se identifica
con alguna corriente artística o con alguna generación
de artistas en especial?
Yo pienso
que tengo un marcado carácter ecléctico, por lo que
no puedo identificarme, plenamente, con ninguna corriente artística,
ni con ninguna generación de artistas. Pero, naturalmente,
mi subconsciente está altamente influenciado por artistas de
distintas corrientes y de distintas épocas... Hay quien piensa
que soy un extraño cruce entre Sócrates, Woody Allen,
Pitágoras, Bergman, Platón, Fellini, Peter Sellers y
similares... No creo que yo sea eso, pero, desde luego, algo tengo
de todos ellos... Creo que mi madre, cuando me parió, lo que
parió no fue exactamente un niño, sino un problema difícil
de resolver, como el Teorema de Fermat (con orejas) revuelto con un
enigmático planteamiento trigonométrico-espacial...
En lo
artístico, mi mente muestra su lado divergente. De ahí
que acometa cada obra con un planteamiento distinto. Me cuesta, incluso,
plagiarme a mí mismo...
Hábleme
de la evolución de su trabajo.
Veamos...:
de niño, dibujaba a destajo todo lo que se me ocurría;
también escribía pequeños cuentos (que aún
conservo), organizaba sesiones de circo en el patio de mi casa, así
como funciones de teatro... También tocaba la armónica
y cantaba... Me estoy refiriendo a mis inicios creativos, no a la
mera lectura entonada de una página de solfeo, cosa que no
considero creativa, sino como ejercicio de aprendizaje de una técnica...
La técnica es una cosa, y la concepción artística,
otra muy diferente. No conozco a ningún arquitecto que, para
haber llegado a serlo, previamente haya tenido que elevar un muro,
poniendo ladrillos con sus propias manos...
Algo
más tarde, ya, con una guitarra en mis manos, nacieron mis
primeras canciones; ello, sin dejar de lado el dibujo, la pintura
ni la literatura...
Actualmente,
mis procesos creativos son muy elaborados y sofisticados, como fruto
de un permanente estado de vigilia intelecto-creativa... Pero,
en resumidas cuentas, sigo concibiendo las cosas, básicamente,
como lo hacía cuando tenía sólo ocho años
de edad...
¿El hecho
de ser un músico tan abstracto es de alguna manera más
complejo? ¿Tiene Ud. una definición del estilo de su música?
La Música
es el Arte más abstracto que existe, por cuanto que ni se ve
ni se palpa; eso es cierto. Pero yo no soy un compositor exclusivamente
abstracto. Gran parte de mi catálogo contiene obras que acometí
según presupuestos claramente barrocos, o impresionistas...
Mis obras más abstractas son tan complejas como las menos abstractas;
pero eso es porque yo ya soy una persona sumamente compleja... Soy
consciente de que "soy un alma atormentada que goza de una gran dosis
de sentido del humor"... Aunque esto parezca una contradicción,
es así, realmente. Los que me conocen a fondo y de cerca lo
saben. Mis padres tenían, ambos, un gran sentido (opuesto)
del humor...: de ahí que yo haya salido como salí...
Lo recién
dicho contesta, también, la segunda parte de su doble pregunta,
creo: mi estilo es que no me ciño a un solo y predeterminado
estilo.
Cuéntenos
un poco de su trabajo con la Asociación Cultural "Valentín
Ruiz Aznar" ¿Cómo empezó Ud. con esto? ¿Qué sentido
tiene esto para Ud.?
Ésta
es una pregunta que le agradezco mucho. Comencé a impartir
a mis hijas, desde muy pequeñas, enseñanzas artísticas,
tal y como mi madre y mi abuelo lo hicieran conmigo. Un día
me dije que por qué no, con las mismas energías, en
mi tiempo libre, aplicaba esas enseñanzas a los demás
niños del barrio que estuviesen dispuestos... Y así
lo hice: desde 1.980, comencé a comunicar los aspectos creativos
de las Artes a muchos niños del barrio en el que vivo; pronto,
comenzaron a venir otros, de fuera. Todo ello, desde el punto de vista
del voluntariado social, y sin cobrar mis clases en ningún
momento; lo que no es ningún mérito especial, habida
cuenta de que yo tenía un empleo estable, no relacionado con
las Artes...
Todo
ello cristalizó en la creación de la Asociación
Cultural "Valentín Ruiz Aznar". Más de mil quinientos
alumnos he tenido, en ella, a lo largo de los últimos veintiún
años. Muchas obras musicales, compuestas por algunos de esos
niños, llegaron a estrenarse. Lo que a determinados estamentos
oficialistas parece que molestó bastante... Desde muchos puntos
de poder comenzaron a llegar "cañonazos" con la intención
de ahogar mi iniciativa... Verdaderamente, casi lo consiguieron. Ahora
estamos como el Ave Fénix, intentando remontar el vuelo, de
nuevo, a pesar de todo...
Mi método
de enseñanza no es nuevo, sino que está basado en la
"mayéutica socrática"; eso sí, quizás,
aplicado, por primera vez en la Historia, a la enseñanza de
la composición musical seria destinada a los niños...
Para mí es motivo de orgullo, y tiene tanto significado (o,
quizás, más) que el conjunto de mi obra artística.
¿Le gustaría
comunicarse con la gente que admira su obra?
¡Naturalmente!
Eso es lo que más me gratifica en este momento de mi vida.
Me hace sentir vivo que alguien como Ud. se digne efectuarme una entrevista
tan inteligente (y sentida) como ésta... Me encanta recibir
mensajes por correo electrónico y cartas por correo ordinario
que provienen de personas que viven en distintos continentes y que
me comentan alguno de mis relatos que hay en Internet, o alguna de
mis pinturas, o alguna de mis pocas obras musicales que han llegado
hasta ellas... No me refiero, ya, a la recepción de adulaciones,
sino a comentarios profundos sobre mi obra, al posterior intercambio
de mensajes, en los que esas personas y yo vamos desgranando la esencia
de mis obras... También me ocurre cuando viene a visitarme
alguien que conoce mis trabajos... Entonces, suelo dedicarles una
tarde entera, a través de la que nos comunicamos nuestras inquietudes
intelectuales y artísticas... En cierta ocasión, a una
persona que se interesó mucho por mi novela "La Luz de la Estrella
del Sur", le dije que me sentía como un novelista fallecido
hace cien años, que estaba conectando con el sentir de una
persona actual...
Efectivamente:
comunicarme con quienes admiran, de veras, mi obra, no sólo
me gusta, sino que me entusiasma y me anima a seguir en el "largo
y tortuoso camino" que me he trazado.
¿Qué
me podría decir Ud. de la música Contemporánea?
Aunque
la gente se empeña en hacer de ella "un asunto controvertido",
para mí, no lo es. En principio, todo surgió de la Segunda
Escuela de Viena (Schömberg, Berg, Weber...), hacia 1.910, por
lo que casi no cabría llamarla, ya, "contemporánea".
Casi simultáneamente, Charles Ives, aisladamente, y desde los
Estados Unidos de América, experimentó con la atonalidad...
Esa coincidencia es una de las premisas importantes para validar cualquier
novedad, según el estricto método científico.
Para
mí, la "música contemporánea" no es una ruptura
con el sistema tonal anterior, sino que representa la continuación
de éste en el discurso creativo musical histórico...
¿Le gustaría
hablar de algún artista que haya tocado fondo en Ud.?
Sí,
cómo no...: vibro con Botticelli, con Miguel Ángel,
con Leonardo, con Henry Toulouse-Lautrec, con Vincent van Gogh, con
Munch; y con Juan Sebastián Bach, con el Wagner de las oberturas
operísticas (si exceptuamos "La Cabalgata de las Walkirias",
claro), con el Richard Strauss de "Una vida de héroe" y de
"Till Eulenspiegel", pero, sobre todo, con la tremenda humanidad
de Luigi Nono y de Francisco Otero...
También,
con la azarosa vida de Cervantes, más que con su propia obra;
y con Shakespeare, con García Márquez, con Joyce, con
Alejo Carpentier y con tantos otros...
Con casi
todos los citados, me habría gustado pasar largas veladas enriquecedoras...
Me quedaría
"muy correcto" decir que también me impresionan Velázquez
y Goya, pero no es así: no conecto con aquellos artistas decididamente
"instalados" en los sistemas socio-político-económicos...
Vea que, con respecto a Wagner y a Richard Strauss, sólo me
he referido a algunas de sus obras, no a sus actitudes personales...
Aunque aquí cabe que deje constancia de mi admiración
por la habilidad de Richard Wagner, lidiando con Cósima, con
van Bülow, con Luis II de Baviera y con su propia esposa... Eso
fue una verdadera filigrana artística, si bien, deja a las
claras la catadura de medrador y oportunista del célebre compositor.
¿Ha sido
feliz con su trabajo?
Desde
luego que sí, aunque el acto creativo, para mí, casi
siempre es como un parto doloroso... No entiendo a los que dicen que
se relajan cuando pintan...
¿Cree que a través
de la música realmente se pueden traducir los conflictos
y verdades de la existencia humana?
Naturalmente que
sí. Esto conecta directamente con mi anterior respuesta.
Otra cosa es que quien escuche mis obras, las contemple o las lea
pueda captar claramente mis conflictos interiores a través
de las mismas.
¿Qué le aconsejaría
a los músicos jóvenes?
No sé si
estoy muy autorizado para dar consejos, pero, en todo caso, les
diría que tratasen de diferenciar entre la concepción
creativa y lo que es mera técnica.
¿Quisiera agregar
algo a esta entrevista?
Solamente, agradecerle
que me la haya planteado; además, de manera tan inteligente
y sensible.
Le
agradecemos mucho la amabilidad y paciencia que ha tenido con nosotros.
Para mí,
ha sido un verdadero placer. La amabilidad y la paciencia es suya...
"DÉCIMA
SINFONÍA: VIENTOS DE SIERRA NEVADA"
Carácter:
Sinfónico (No Tonal. Se utilizan, indiscriminadamente,
series
interválicas
parciales, como recurso estético).
Instrumentación:
(Orquesta Sinfónica).
(Duración
aproximada mínima: 10 minutos + 26 segundos).
(Fecha
de terminación: Marzo de 1.995).
(Estreno:
28 de Febrero de 2.001).
(Grabación:
en C.D., por la Orquesta de Córdoba, dirigida por Leo Brouwer.
Producción
de la Fundación para la Música Contemporánea
de Barcelona y
la
Fundación Autor de la SGAE.
Referencias
del Disco: 25.1610).
Registrada
en: Sociedad de Autores (SGAE) + Propiedad Intelectual.
(Comentario
del Autor:
Está
inspirada en el paisaje que contemplo desde mi ventana: parte de
la Vega de Granada, el Zaidín y, al fondo, Sierra Nevada.
Los vientos que desde ella bajan me sugieren los tonos difusos de
una pintura sonora que, en la obra, se traducen en distintos juegos
instrumentales, aderezados con alguna gota de humor.
No
se trata, sin embargo, de una obra descriptiva, en el estricto sentido
del término, sino que la obra emana de mi interior como resultado
de una sentida interpretación del mencionado paisaje, que
me es, por otra parte, absolutamente habitual).