Desde Chile: Gonzalo León
(Poto: Conj. verb., sinónimo de ingerir
Yo poto / Yo trago / Yo ingiero
En Chile; Trasero, culo, nalgas...
También usado en frases como poto de botella y
derivaciones tales como potoca.
P.O.T.O., sigla de Partido Obrero de los Trabajadores Organizados)
No sé bien exactamente la etimología de la palabra poto, pero estoy enterado de algunas versiones que podrían ilustrarnos. Pero antes de eso, hay que recordar la importancia del poto, de la palabra, me refiero.
La anécdota cuenta que Vicente Huidobro cuando estaba a punto de fallecer producto de un infarto, causado a su vez por su tacañería de pagar un solo peso a un cargador en la estación de trenes de San Antonio, murmuraba unas ininteligibles palabras en su lecho de muerte. La anécdota continúa y nos cuenta que la prima se aproxima y consigue escuchar lo siguiente
-Cara de poto.
En ese momento, Huidobro muere.
Según la psicóloga Francesca Lombardo (más que citada por Diamela Eltit en su novela Vaca sagrada), "el término cara de poto era muy utilizado entre la clase alta."
Y ante la pregunta que si poto es una palabra mapuche, como me lo había contado el poeta José María Memet (Premio Pablo Neruda 1996), la Lombardo ataca, y es enfática:
-Mira, poto no creo que provenga de la lengua mapuche. Porque, por lo que sé, poto igual se usa en Perú... Aunque allá lo que más se usa es culo.
Pero volvamos al ámbito de las anécdotas. Recuerdo que cuando Roberto Matta fue condecorado por el gobierno chileno (con alguna orden, pudo haber sido la orden al mérito, por ejemplo), los periodistas chilenos como siempre se apelotonaron, y le preguntaron:
-Díganos -habló uno-, ¿qué significa esta distinción para usted?
-Poto -contestó un sonriente Matta.
Lo gracioso de esta anécdota fue que salió por televisión y que nadie lo criticó, ni actuó como censor. Bueno, hay que decir una vez más que Matta es lo menos chileno que hay, por lo que a nadie se le ocurriría criticarlo ni menos censurarlo. Si así hubiese sido, habría sido algo como criticar y censurar a Bruce Willis por expresarse con tantos fuck. Y nadie lo hace; es más, todos se ríen y dicen para sí este Bruce.
Sin embargo cuando le dije a Francesca Lombardo que Nicanor Parra también había ocupado el mismo término, ella me paró en seco:
-De Huidobro y de Matta te lo creo, porque son... de clase alta, casi aristócratas, pero de Parra no.
Insistí y le planteé que si alguien repetía la palabra poto 77 veces 7 al día, esa persona era Parra. Es más, que una persona que tiene un (anti) poema como si los maricones volaran, no se podría ver el cielo, lo confirmaba. Pero no, la Lombardo de nuevo era taxativa:
-Los Matta y esas familias le enseñaban a sus hijos, de muy niños, que había que decir garabatos. Lo encontraban de lo más simpático, tú sabes... Bueno, el caso era que los padres se esforzaban en inculcarle a sus hijos (hombres) alguno que otro garabato.
No seguí discutiendo con la psicóloga Francesca Lombardo, no tenía ningún fin hacerlo, pues yo estaba (y estoy) convencido que pese a todo poto, si no es una palabra mapuche, sí es un chilenismo a toda prueba, una palabra tan chilena como Parra.
En traducciones del inglés al español, nunca he visto la palabra poto, aunque sí la palabra culo, de sumo utilizada en España. Los argentinos tampoco andan diciendo poto por aquí, poto por allá, y menos los peruanos avecindados en el centro de Santiago.
Por tanto, y ante la carencia de toda prueba que afirme lo contrario (y, lo que es más importante aun, ante la carencia de un Diccionario de la Real Academia a la mano) estoy en condiciones para afirmar, a quien tenga la conciencia de que va a pasar a eso llamado posteridad que diga, que pronuncie en algún significativo momento de su vida la palabra poto. Si lo hace, todos se acordarán de ello, y es más, todos afirmarán que, pese a todo, pucha que era un chileno de verdad.
Por esa razón fue que me emocioné cuando un pintor tan internacional, tan del mundo, y tal vez francés, dijo algo tan chileno como poto. Es cierto; en Parra no causa extrañeza, porque es chileno las 25 horas del día; pero en esos pocos genios que tenemos repartidos por el mundo, sí, y te provoca orgullo. Porque sabes que un francés o un español se pregunta en ese mismo instante:
-¿Y qué es poto?