Por: Yto Aranda
Jorge González Lohse es Licenciado en Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Ha sido constante en su vocación por la pintura. Ha participado en muchas exposiciones individuales y colectivas. Es una persona que está presente en la escena pictórica santiaguina, muy analítico y generoso con su saber. Aquí en Escáner Cultural quisimos conocerlo un poco más.
Comencemos por la niñez...
Era como un niño viejo, creo que he comenzado a ser más niño desde los veinte años en adelante. Cuando entré a la escuela de arte comencé a sentir las cosas que no había sentido antes. Me había mantenido en un límite super hermético, estable, riguroso, creía que eso era la verdad.
¿Serio?
Muy serio y muy mateo y eso mismo también produjo, bueno siempre uno está en cambios y crisis emotivas, pero a nivel de sentimientos definitivamente soy más niño ahora. Muchas cosas que antes no hacía me las permito ahora.
¿Cómo fue esto de llegar al arte?
Bueno, creo que tiene que ver con el "niño serio", por un lado sirvió por la rigurosidad que no existía en la Escuela de arte que estudiamos, para el trabajo, pero no sirvió por otro lado por tener una parte emotiva muy débil.
¿El arte te ayudó a desarrollar tu lado emotivo?
Sí, digamos que el arte posibilitó lograr cierto equilibrio. Hubo un momento en que me sentí desequilibrado mentalmente, no al borde de la locura, porque siempre estuve consciente de lo que me estaba sucediendo, sí estaba muy alterado, digamos que enrieló ese caudal emotivo y posibilitó el mirar, el darme cuenta de que tenía una obsesión dentro de mí. Una obsesión que tenía que hacer visible.
Al ser una persona tan seria, ¿te produjo problemas el hecho de que el arte es un camino poco rentable, poco seguro?
La verdad es que estaba tan confundido, a nivel de que era lo que quería, que el arte fue una escapatoria y una rebeldía. Tomar el camino más riesgoso, por autoflagelarme.
Y al final fue la salvación...
La salvación y no, es como un amante maldito, no lo puedes dejar , él tampoco te deja y siempre te está pidiendo más, siempre te está atormentado de alguna forma, yo me siento participe de esa emotividad, hay otros artistas que son más lúdicos, más juguetones, yo no tengo esa capacidad de juego, a lo mejor sigo siendo el "niño serio" en el fondo.
¿Podrías separar tu pintura en distintas etapas o procesos?
Creo que siempre he mantenido los mismos parámetros, es una pintura de una emotividad cerebral.
Explica, explica...
Hay pintores más programáticos, programan su obra...
¿Cómo Magritte?
Magritte es como el iniciador de ciertas corrientes, para ser más claro, en estos momentos en Chile hay pintores más vitales y pintores más conceptuales, si quieres ponerlo de alguna manera, y ellos son más rigurosos en cuanto a su programa, ellos se programan en su mente y 1 + 1 es 2, Yo me siento de esos pintores que si bien piensan las cosas, como que me dejo llevar mucho más por la emoción, entonces 1 + 1 de repente me da 3 o a veces me da 1 también. Por eso lo llamo, emoción cerebral. Y eso mismo se ha mantenido a lo largo de todo mi trabajo, con puntos bien claros como son la contradicción, la cosa onírica, la ironía, son cosas que se han repetido a través de la obra y yo veo que al comparar una obra antigua con una de ahora, se ve una evolución técnica, una distinta selección de imágenes, de iconos, una acertividad de decir "eso" y no otra cosa, pero en la cosa de factura de materiales, o en esto de la contradicción, como te decía, la cosa de la ironía, se han mantenido como tópico en la obra. Como que ese sentido protagónico de la niñez y de haber estudiado arte también es constante en mi pintura, es bastante testimonial.
Y personal...
Testimonial.
Pero un testimonio de ti mismo...
Es autorreferencial, pero no en el sentido de ser totalmente críptica, de no manifestar emociones de otros, porque en el fondo otro también logra manifestar cosas a través de cosas que yo hago. Hay un colectivo dentro de las sensaciones, dentro de los títulos, dentro de las imágenes que estoy usando.
¿Te sientes ligado a alguna corriente pictórica actual, en Chile?
A veces me encantaría estar ligado a alguna corriente, porque el deseo de libertad igual tiene un precio alto, porque la cosa de no estar inscrito en ninguna tendencia igual te cuesta ciertas cosas, mi prioridad es hacer cosas. Por un lado ha sido una opción y por otro lado se ha dado así.
En resumen, no te sientes ligado...
Bueno, inevitablemente tú te sientes ligado a ciertas cosas, tus hermanos espirituales, son tantos, es muy amplio, hay gente muy sensitiva como puede ser Pablo Domínguez, Omar Gatica en alguna época, el Bororo de la primera época y otros artistas que no son nada que ver, como Gonzalo Díaz, Dittborn, Duclós también. Me siento cercano a él. O artistas intermedios, como Alvaro Oyarzún o Rodrigo Vega.
¿Hay algún pintor que te haya quitado el aliento, que haya tocado una fibra especial de ti?
Yo soy un pintor de ver reproducciones, no he viajado mucho, y lo que veo del arte internacional lo veo en libros, y sí, hay muchos artistas que me sacan el alma, entre los más locos, Baselitz, por ejemplo, y entre los más de un linde cerebral emotivo, ..... , tipos opuestos unos de otros. Y de lo nuevo, el que me gusta mucho lo que está haciendo, su mano es el Paul Fuguet, que es potente.
¿Crees que la fama es necesaria para un artista?
Es una pregunta clave. Es tan efímera también, es tan irreal la fama, te puede ayudar, es como el viejo cuento de que el dinero no hace la felicidad, pero ayuda, mira, durante mucho tiempo, cuando estaba en la escuela, tenía la angustia de no tener contactos, de no tener una familia que hace arte, no tener una familia que tenga dinero para apoyarte, la angustia era tan fuerte que el deseo de la fama era un hecho fuerte también, era la única posibilidad que yo veía de poder sobrevivir en el arte, ahora yo no sé que tanta fama tengo, lo que sé es que la fama me ha permitido hacer cosas, me han creído, entonces ahora veo la notoriedad como la posibilidad de ser tú mismo tu aval. De todos modos pienso que la fama de un artista es de doble filo, porque pone muy a piel tu sentido de ego, y el ego del artista es tan frágil, que de pronto la fama te puede enceguecer, en algún momento no saber cuál es tu realidad social, o política, cuál es tu realidad de vida, yo me siento atormentado con este tema, no como antes, pensando en sobrevivir, o para ayudar a la gente que quieres ayudar, sino como el deseo de poder dedicarme a hacer solamente lo que quiero hacer, que puede ser desde pintar a organizar cosas, en ese sentido creo que puede ser positiva, no negativa, pero veo muy claro que la fama es un hecho demasiado fuerte en este momento, me doy cuenta que ahora, que hay un mercado mucho más abierto, los jóvenes de segundo año ya quieren fama, quieren que sea fácil, creo que hay que tener paciencia, ganar cierta calma, pero a diario, porque también a mí se me olvida lo que te estoy diciendo, me pongo ansioso, me angustio, me pongo triste y la gente que me rodea paga el precio. Creo que es un ejercicio diario, así como las escuelas de arte te tienen que enseñar la cosa del marketing, también te tienen que enseñar el otro lado, que la cosa es dura y que muchas veces no vas a ver resultados y esto de la fama puede ser tan rápido que como viene se va y no te das cuenta y sí ya te sientes de verdad famoso, debes trabajar más, no sólo para mantener la fama, sino para mantenerte vigente como creativo.
