Clemente Padín, Montevideo, URUGUAY, Octubre de 1999.
Especial para Escáner Cultural
Pese a sus más de 30 años de vigencia el Arte Correo esta más vivo que nunca. Desde aquellos primeros pasos del artista conceptualista del Fluxus Art neoyorquino Ray Johnson, de mediados de los 60s., enviando por correo trozos de obras sin terminar a sus amigos para hacerles partícipes de la creación, hasta nuestros días en que los nuevos soportes finalmente han impuesto las formas interactivas en arte en lo que se conoce como "networking", ha pasado mucha agua.
Leemos en el viejo catálogo de la primera exposición de arte correo en Latinoamérica, el FESTIVAL DE LA POSTAL CREATIVA, realizada en 1974 en Montevideo, Uruguay: "El arte postal es una novísima corriente artística que involucra a cientos de artistas de todo el mundo. Se le define así por una de las características más notorias : el medio de difusión, esto es, los servicios postales pero, en última instancia, esta corriente artística es la respuesta de los artistas al desafío de los nuevos medios de producción mecánica puestas a su disposición por la industria gráfica de nuestro tiempo: multicopiadoras, reductores y ampliadores de imágenes, polaroids, procedimientos económicos propios de la industria tipográfica como ser letras y figuras transferibles, sellos de goma, etc. Las obras se concretan en obras realizadas manipulando esos medios: fotocopias, collages, postales, sellos de correos y matasellos creativos, etc., así como obras colectivas como cadenas de intercambio, propuestas y proyectos que sólo se pueden realizar gracias al aporte de artistas conectados epistolarmente". Hoy día, tendríamos que hablar del aporte de los nuevos medios electrónicos tales como el fax y la computación que han obrado milagros sobre todo en la rapidez de las comunicaciones y en la ampliación del circuito, el networking.
El arte correo ha permanecido tanto tiempo incólume y vigente frente a las demás formas artísticas de este fin de siglo por su característica fundamental: el predominio de la función de uso o comunicacional por sobre la función de cambio, propia del arte comercial generalmente asociado a lo oficial y vigente y seriamente comprometido con el consumo. Ha ello han contribuido las reglas tácitas que se ha impuesto en el transcurso de su desarrollo: para empezar está prohibida la venta de las obras recibidas, luego se declara la existencia de la libertad absoluta de gustos (no hay jurados de admisión de obras ni se pueden rechazar o elegir obras en las exposiciones que se realicen), incluyendo la libertad de medios y formas y corrientes expresivas y géneros, etc. Ud. puede enviar cuadros, collages, fotos, poemas verbales o visuales, CDROMs, videos, postales, fotocopias, objetos, etc., es decir, todo lo que se le ocurra y que el correo pueda transportar.
No se nos escapa que la evolución del arte correo hará que desaparezca, una vez cumplido su ciclo natural. Hemos asistido a ese tránsito que ha llevado al arte correo desde su inicial aparición al punto actual, en el cual la notoria institucionalización esta haciendo estragos. Así, no es difícil predecir que el arte correo agotará su ciclo y se integrará, tarde o temprano, a la lista de corrientes o formas de expresión artísticas del siglo XX. Prácticamente casi todas las bienales y eventos culturales reconocidas han realizado su Salón de Arte Correo al igual que los más importantes Instituciones Postales del mundo; son innumerables las Universidades y Escuelas de Arte que han realizado exposiciones de arte correo incluyendo Cátedras especializadas y la creación de Departamentos especiales para su estudio (existen tesis doctorales cuyo tema es el arte correo). También, son incontables las Instituciones públicas o privadas ligadas al poder estatal o local que han incursionado en la organización de exposiciones de arte correo, favoreciéndose con su gratuidad, la fácil difusión y la novedad incontrastable que ejercen en relación a las vetustas formas de expresión ligadas a las artes clásicas. Pero, al margen del provecho que esas instituciones logran explotando la rica veta del arte correo, la propia red también se ha visto favorecida con la ampliación del número de participantes y con la difusión de sus conceptos humanistas contrarios a toda forma de opresión, control o enajenación de las libertades.
Es claro que el tiempo transcurrido desde aquella primer disrupción artística de Ray Johnson (a casi más de 30 años) hasta nuestros días ha desgastado y minado la fuerza inicial del movimiento que hoy cuenta con más de 3.000 cultores en todo el mundo. Sin duda, las normas tácitas (no devolución, no venta, no retorno, no jurado, documentación a todos, etc.) variarán con el paso del tiempo en pro de la paulatina institucionalización y/o mercantilización pero, creemos, junto a Robert Filliou, que el "Eternal Network" el modelo utópico de la perpetua expansión de la comunicación a toda la humanidad, no cejará...