Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 36.
12 de Diciembre al
12 de Enero de 2001.

RAIN

Por: Pablo Ponce

Estoy encerrado en esta pieza hace ya tres días.  No me sienta muy bien esto de esconderme de las personas, mas aun, si te busca hasta tu propia familia.

Desde la ventana veo la cordillera de la costa, o más bien, un montón de cerros.

Están todos entre grises y morados.

Esta comenzando a llover...

- me duele la cabeza por tanto encierro, nunca me gusto estar así-

Nunca me he dado el trabajo de revisar toda la casa, he venido acá como cinco veces en mi vida, y aunque desde chico suelo ser bastante intruso, no tengo de ver nada.

Acá todos parecían vivir felices, no había televisión en ninguna habitación, los únicos que tenían una eran los de la casa de atrás.  Nunca vi una revista y los diarios que por ahí se veían estaban amarillos de viejos.

El vivir entre el campo y la ciudad no es tan malo a diferencia de aquellos que viven - en la pampa misma -.

Mis abuelos pocas veces iban a la ciudad.  Sin embargo no eran como la gente de acá, que gusta de ir a la feria y el mercado del pueblo.  Mis abuelos por lo general iban solo a la ciudad a hacer las compras.  No les gustaba ir a los grandes supermercados, preferían minimarket, pero esos que tienen de todo.  Ahí compraban desde las frutas y verduras, hasta la carne.  Nunca hicieron dietas ni compraban comida baja en calorías, diet, light o " health food"... comían de todo.

Recuerdo que en su viaje a Canadá fue la única vez que estuvieron mas de 3 días en la ciudad.  Ese tour se los regalo mi Padre.  En realidad era un tour a no sé que isla, pero a ellos no les gustaba el sol.  Siempre les gusto el clima de acá,  nublado casi siempre y muy húmedo, casi con lluvia todo el año.

- mi cabeza parece que fuese a estallar -

No hay ningún analgésico o medicamento en esta casa.  Después de muchos exámenes y un año tomando un sin fin de pastillas mi abuela boto todo.  Jamas se opero y no volvió al medico.

Mi abuelo en tanto siempre fue un hombre sano, le gustaba trotar y cabalgar por los cerros de acá.  Nunca sufrió un accidente.  Era bastante fuerte... yo no me parecía en nada a el,  aunque veces oí decir que tenia el mismo carácter, pero nada más.

- no huele muy bien, el olor sé esta poniendo insoportable -

Salgo de la habitación lo justo y necesario, aunque sé que nadie me puede oír.  Por suerte la gente de atrás no esta, de seguro fueron donde sus parientes del norte.

Cuando decidí quedarme tomé una de las habitaciones con baño, de hecho tome la que esta mas atrás para no ser visto... pienso en limpiar todo esto, pero creo también que da lo mismo como deje. Nadie sabrá que fui yo quien estuvo aquí.

Mis abuelos en su viaje conocieron mucha gente.  Nunca fueron muy amigables, pero al parecer eso cambio en el viaje.  Acá entre sus amigos se contaban una pareja de su misma edad que viven un poco mas abajo, y también los "empleados", que era con ellos que pasaban mayor parte de su tiempo.

Después del viaje les comenzaron a llegar cartas de muchas partes.  Todas las noches me preocupo de sacarlas para que no noten nada extraño.

Ya no sé que hacer aquí.  Estuve revisando algunos de los muebles de la habitación y encontré unas fotos de mis abuelos cuando jóvenes y otras de hace poco, creo.

Hay también unas fotos del casamiento de Miguel.  No entiendo como llegaron acá.

Yo no fui a su casamiento porque estaba en Chicago hacia ya ocho años.  Recuerdo que para esa fecha grabe un comercial para la universidad sobre mi carrera como profesional, resulto que había sido al que mejor le había ido desde la graduación.  Ya saben, marketing para promocionar la universidad... gallo joven, empresa transnacional, cargo importante... en fin... jamas me debí meter en esto.

Mis abuelos me querían mucho, y yo a ellos... me suena extraño decirlo.  Es verdad que muy pocas veces los visité, pero siempre me acordaba de ellos.

Lo que esta pasando ahora no quiere decir que los odiara.  Entre ellos y yo hubo siempre mas feelin´ que con los papas de mi Madre, solían ser toscos y les preocupaba mas su vida social.  Además ellos jamas aceptaron que su hija se casara con mi Padre.  Nunca supe porque.  El honor de su familia para ellos significaba mucho.

- este olor me hace palpitar el cráneo -

No quiero abrir las ventanas, de seguro que si alguien las ve abiertas viene a preguntar por mis abuelos.  Aunque la gente de acá se visita muy poco.  Todos viven sus vidas aparte.

Si logro llegar a la carretera sin que nadie me vea tal vez logro que me lleven y salgo del país por alguno de los pasos cercanos que hay acá.  Con el dinero que me queda mas el que tiene mi abuelo en su caja me iré a Australia o Europa... tengo que perderme de aquí.

Vuelvo a la habitación... meto todas mis cosas a un bolso que encontré en el closet.

Camino de vuelta a la caja de mi abuelo y saco todo el dinero, cheques y algunas tarjetas de su chequera...

Cuando llego abajo miro los cuerpos de mis abuelos sobre el living y sin ningún tipo de sentimiento me pregunto como llegue a esto.

Cuando voy a abrir la puerta siento unos pequeños pasos... volteo y veo que la gata de la abuela baja la escala pero se detiene a mitad de esta y me mira fijamente, parece querer decirme algo, pienso que tal vez tiene hambre... la miro por un rato... y luego

Gato en ella la ultima bala del cargador.

Si quiere comunicarse con Pablo Ponce puede hacerlo a: papp028@hotmail.com
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