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Presentación de los artículos de la etapa 1.0 de Escáner Cultural, correspondientes a los primeros 90 números de la revista [enero de 1999 a diciembre de 2006].
Estos artículos fueron indexados, vinculados y etiquetados en la plataforma Drupal de la revista el año 2011 por la Bibliotecóloga y especialista en Arquitectura de la Información Isabel Abedrapo.
Hasta el 20 de noviembre 2019, Migo, Galería Drugstore, Local 01. Abierto de lunes a viernes, de 11:00 a 20:00 horas; sábado de 11:00 a 15:30 horas. Entrada liberada, espacio de libre tránsito. Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, convocatoria 2019.
-El fotógrafo chileno Emilio Marín expone un trabajo en el que captura situaciones triviales que generalmente pasan inadvertidas para el ojo común, dándoles una relectura que las releva y las convierte en momentos excepcionales. La muestra “Jimmy Jones”, un nombre de fantasía que el artista eligió al azar, se compone de una veintena de fotografías en formato digital realizadas en Chile.
Emilio Marín (Concepción, 1972) es fotógrafo autodidacta desde hace cinco años. Arquitecto de profesión ha desarrollado una carrera independiente y poco tradicional, guiñando siempre con la cultura y el arte. El paso más importante de este camino lo dio a los siete años de haberse titulado de la Universidad de Chile, al fundar su propia oficina de arquitectura y paralelamente la editorial independiente Public Library donde publicó material propio y de otros autores, experiencia que lo marcó y lo estimuló a seguir probando en la senda de la creación.
Hasta el 20 de noviembre 2019, Migo, Galería Drugstore, Local 01. Abierto de lunes a viernes, de 11:00 a 20:00 horas; sábado de 11:00 a 15:30 horas. Entrada liberada, espacio de libre tránsito. Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, convocatoria 2019.
-El fotógrafo chileno Emilio Marín expone un trabajo en el que captura situaciones triviales que generalmente pasan inadvertidas para el ojo común, dándoles una relectura que las releva y las convierte en momentos excepcionales. La muestra “Jimmy Jones”, un nombre de fantasía que el artista eligió al azar, se compone de una veintena de fotografías en formato digital realizadas en Chile.
Emilio Marín (Concepción, 1972) es fotógrafo autodidacta desde hace cinco años. Arquitecto de profesión ha desarrollado una carrera independiente y poco tradicional, guiñando siempre con la cultura y el arte. El paso más importante de este camino lo dio a los siete años de haberse titulado de la Universidad de Chile, al fundar su propia oficina de arquitectura y paralelamente la editorial independiente Public Library donde publicó material propio y de otros autores, experiencia que lo marcó y lo estimuló a seguir probando en la senda de la creación.
- Gracias a la adjudicación un proyecto Fondart convocatoria 2018, se echa a andar Ciclo Migo, un proyecto de fotografía que incluye seis muestras individuales de artistas chilenos a lo largo de 2019, más un libro compilatorio que incluirá todo este material artístico.
- El espacio de exhibición es Migo, ubicado en galería Drugstore de Providencia, un lugar de alta visibilidad y tránsito de personas, cuyo interés es relevar talentos chilenos que aporten nuevas miradas y realidades para expandir nuestra cultura e imaginario
Espacio Migo está ubicado en el emblemático Drugstore, en el corazón de la comuna de Providencia, un lugar donde transitan diariamente más de un millón de personas, hecho muy relevante al concebir un proyecto artístico de exhibición. Allí, el próximo 4 de abril se inaugurará la muestra “Andes lo que andes”, del artista chileno Elías Díaz, la primera de las seis exhibiciones fotográficas que componen Ciclo Migo, un proyecto que se adjudicó un Fondart, convocatoria 2018 y que incluye también un libro compilatorio de los trabajos que se exhibirán. Los fotógrafos convocados son Elías Díaz, Soledad Burgos, Loreto Ortega, Francisco Finat, Colectivo Fotográfico Rural, y Emilio Marín.
Sergio Livingstone
José Antonio Lizana Arce
Cultura deportiva
A través del Facebook del Zoom Deportivo intenté contactar múltiples veces al Sapito Livingstone para entrevistarlo, pero siempre me fue mal porque los administradores de su página nunca me contestaron. Hasta que un día me encontré con él en los pasillos de Televisión Nacional de Chile. Me impresionó su corpulencia, su aspecto de abuelo bonachón y su buen trato. No fue una entrevista, más bien fue un diálogo a la pasada.
Don Sergio, ¿Le puedo quitar unos minutos?
- Pero claro pos mijito. Ningún problema.
¿Siempre le gustó el fútbol y jugar al arco?
- Siempre me gustó y cosa curiosa, cuando entré al colegio San Ignacio, a los ocho años, jugué al arco. Es algo increíble porque a los niños les gusta correr detrás de la pelota y a mí siempre me gustó estar bajo los tres palos.
¿El Padre Hurtado fue su profesor?
- Tuve el orgullo de conocer al Padre Alberto Hurtado, quien fue mi padre espiritual, mi guía, profesor… me hacía clases de un ramo llamado apologética en el colegio San Ignacio.
Carlos Yusti
Vladimir Nabokov, en su introducción a su Curso sobre el Quijote, escribió que era bueno hacer todo lo posible por no caer en el fatídico error de buscar en las novelas la llamada “vida real”, y subrayaba: “Vamos a no tratar de conciliar la ficción de los hechos con los hechos de la ficción. El Quijote es un cuento de hadas, como lo es Casa desolada, como lo es Almas muertas. Madame Bovary y Ana Karenina son cuentos de hadas excelsos. Pero sin estos cuentos de hadas el mundo no sería real”. Con esto más o menos claro, de que las grandes novelas no son más que inventos bien estructurados de la imaginación, el lector se encamina hacia la ficción dispuesto a creerlo todo, a tenerle pasión (o descuido) a determinado personaje e incluso a darle más cualidades reales que a nuestros propios vecinos.
De joven llega uno a ser un lector depredador que lee de todo sin discriminar nada, luego la madurez se encarga de colocarlo todo en perspectiva.
Me inicié como lector leyendo suplementos y comiquitas, luego pasé a las novelitas vaqueras y después a Corín Tellado, Barbara Cartland y las fotonovelas del Santo y otras con ribetes más pornos que eróticos.
El primer libro que leí de verdadera literatura fue uno de Stendhal, Rojo y negro. Ese libro me hechizó. Las razones: me identifiqué con el personaje principal. Julián Sorel era un autodidacta sin escrúpulos dispuesto a ser alguien en la sociedad decimonónica francesa. Su visión era lo militar (con sus sueños afiebrados e infantiles sobre el pasado napoleónico) o lo eclesiástico (aunque su espiritualidad se apoyaba sólo en el conocimiento al caletre de la Biblia). Aunque yo no tenía un pelo de arribista, pero sí algo de autodidacta, ese personaje decidió mi destino lector.
En esa etapa de juventud (improductiva y vaga) leí casi todo lo que había escrito Thomas Mann, excepto La montaña mágica que nunca llamó mi atención. Me gustaba en sus novelas esa arquitectura compositiva del lenguaje, esas catedrales imponentes de palabras concatenadas con una belleza limpia y perfecta. No me importaban las tramas ni los personajes, sino el lenguaje, que en Thomas Mann era faustuoso, brillante y casi milagroso. Luego, con algunos años encima, he tratado de leerlo, pero me ha resultado infructuoso, y esa fascinación que sentía por sus frases, sus párrafos construidos con exquisitez y armonía se había esfumado. Algo similar me sucedió con Hermann Hesse y su novela El lobo estepario. De joven llega uno a ser un lector depredador que lee de todo sin discriminar nada, luego la madurez se encarga de colocarlo todo en perspectiva, es decir de agrisarlo todo y untarle una pátina de solemnidad y almidón a la existencia para no incordiar a los administradores de esa caricatura que llaman Estado.
MARTÍN VARGAS
Por José Antonio Lizana Arce
Buenas tardes, don Martín.
¿Y tú quién eres?
Mi nombre es José Antonio Lizana…
¿Quién te dio mi dirección?
En el Gimnasio Santiago Bueras de Maipú me la dieron.
¿Eres periodista?
Bue…
Mira que yo no quiero nada con esos güeones
¿Y por qué don Martín?
Siempre hablaban de mi persona, porque sabían que Martín Vargas les daba noticias y les daba el mejor rating. A todos esos yo les di de comer por muchos años. Háblame de Don Sergio Livingstone y Julio Martínez, ¡ésos son periodistas! Los otros escriben lo que se les da la gana.
¿Es injusto este país?
Elías Figueroa
Por José Antonio Lizana Arce
Aló, ¿don Elías?
¡Hola, José!
El bus a Concón se atrasó por treinta minutos y no llegaré a las doce a la entrevista.
Entiendo, pero avísame cuando llegues para ir a encontrarte.
Gracias, don Elías
Un rato después…
Disculpe don Elías, pero estas cosas pasan.
No te preocupes, pero tengo poco tiempo porque estaba en un almuerzo familiar y me arranqué para estar acá.
Usted fue nombrado embajador de la sede de Porto Alegre –el único extranjero– para el Mundial de Brasil 2014. Asimismo, el 7 de abril de ese año, el Inter de Porto Alegre inauguró el remozado estadio mundialista Beira Río con un homenaje y le recordó su histórico "gol iluminado" de 1975. Más allá del nombre del Estadio de Playa Ancha ¿Falta el gran homenaje del pueblo chileno a su figura? ¿es usted el mejor de todos los tiempos?
Pasión por Pitol
Carlos YUSTI
“Otra regla, la definitiva: jamás confundir redacción con escritura.
La redacción no tiende a intensificar la vida; la escritura tiene como finalidad esa tarea”.
Sergio Pitol
Tengo varias ediciones de “Pasión por la trama” de Sergio Pitol que condensa algunos ensayos referidos a libros y escritores con esa coherencia aleatoria, que atiende más a su gusto de lector que a un enfoque planificado y profesoral. Esto es uno de los atractivos del libro. Otro es la limpieza/agudeza de su estilo el cual escudriña a los libros o a determinados autores por esa florida periferia entre el cuento y la investigación amorosa.
CARLO DE GAVARDO
Por José Antonio Lizana Arce
A pesar de que le había escrito varias veces a través de su página web, no había tenido resultados. Hasta que una tarde sonó mi teléfono y al otro lado de la línea una voz dijo: “Hola, pelao ¿cómo estay?”. Pregunté quién era: “¡El Carlo poh! ¡Así que me querí entrevistar”. Cuéntame de qué se trata!.
Algo emocionado, le conté que estaba realizando un libro de entrevistas a deportistas chilenos de todas las disciplinas y que lo iba a bautizar como “Ceacheí”, la palabra de un campeón. “¿En serio? ¿estay muy loco? Ven a verme al Balthus y conversamos”, remató.
Así fue como, el 7 de marzo de 2007, llegué hasta el gimnasio de Vitacura y me reuní con Carlo de Gavardo Prohens, un deportista de excepción, pero también un hombre ameno y sencillo, que desprendido de todo divismo, me sirvió un café, unas galletas y se puso a charlar conmigo.
REESTRUCTURANDO
Por Vicky Larraín
En el año 2006 y gracias al Premio patrimonio coreográfico que nos entrega el Consejo de las Artes y la Cultura, tuve la oportunidad de reconstruir la obra “Jaula Uno Ave dos" estrenada en 1996 en el festival de nuevas tendencias organizado por el profesor de teatro de la Universidad de Chile, Abel Carrizo. La obra comienza desde una noticia que aparece en las pantallas de TVN sobre una mujer encerrada en un gallinero durante 20 años de nombre Mirta Carrasco, caso real ocurrido en Colina cerca de Santiago Chile.
Mujer gallina así denominada por los medios 1996
La visión de esta mujer convertida en una suerte de animal del dolor producto de la crueldad impacta a todo un país y me inspira para crear una obra basada en esta historia intentando realizar un homenaje y denuncia de lo ocurrido por lo que reúno a artistas de diversas disciplinas como fueron la instaladora visual Ximena Opazo, los músicos Alejandro Espinoza y Emanuel Becerra y el videasta Jorge Infante con los cuales se conforma un equipo que investiga el tema desde diversas disciplinas artísticas.
Al comienzo investigamos las sensaciones que Mirta carrasco puede haber sentido como aquella de vivir en el barro, por lo que visitamos un lugar del cajón del Maipo y cerca del rio me iré enlodando con una tierra pegajosa que allí existe.
Vicky Larrain durante el proceso de investigación de la obra Jaula Uno-Ave Dos.
Asimismo la artista visual Ximena Opazo ira conformando el elemento escenográfico con ramas de eucaliptus, hojas secas y tierra entre otros, yo imagino elementos típicos de nuestras costumbres, con la arpillera larga y angosta que da la ilusión de nuestro pais como tambien colocar animitas, enrejados, velas por doquier, telas que sirven para tapar el rostro como tambien utilizo un plástico grande para dar la ilusión del encierro en el que esta mujer se encuentra a través de sus años de encierro.
Elemento plástico
Keyla Holmquist o la vida desde la poesía visual
“La poesía visual no es ni dibujo ni pintura, es un servicio a la comunidad. El que se agote dependerá del talento de la gente que la hace. Aquí no hay un código, estás al descubierto”.
Joan Brossa
“Hay que hacer algo nuevo para ver algo nuevo”.
Lichtenberg
Lo medita uno (con el silencio en los bolsillos) al patear alguna calle de la ciudad: “que me canso de ser hombre/ sucede que entro en las sastrerías/ y en los cines/marchito, impenetrable, como un/cisne de fieltro/navegando en una agua de origen y/ ceniza.” Así como el poeta chileno Pablo Neruda se fastidia de ser hombre uno se aburre un poco de esa poesía de metáfora y renglón vertical, se decepciona un tanto de esa poesía de a cucharadas en versolibre y comadreo de la cotidianidad cabalgando el símil.
Las vanguardias literarias del siglo XX (el futurismo, el dadaísmo, el surrealismo, etc.) realizaron experimentos visuales y grafológicos con el poema como intentando sacarlo de su extenuación estilística. El invento no era nuevo, no obstante si era pintoresco y contenía entre las uñas ese impulso irreverente, esa búsqueda de la sorpresa y lo creativo al utilizar las palabras como signos plásticos, al ensayar con distintas tipografías para llegar al hueso de lo lúdico. Un experimento que intentaba fusionar lo visual y lo espiritual (e incluso lo sonoro) a una poética a medio camino entre el arte pictórico y la escritura.
Carlos Caszely
Por José Antonio Lizana Arce
La mañana del 5 de septiembre de 2006 estuve puntual en la recepción de Canal 13 para la cita con Carlos Humberto Caszely Garrido. En la espera, las ansias me comían y el corazón casi se me salía, pero el funcionario de la recepción no demoró en decir: “Adelante. Don Carlos lo espera en su oficina del área deportiva”.
En cada paso que daba por los pasillos de la casa televisiva, iba retrocediendo en el tiempo y me iba transportando a mi niñez, cuando el ídolo desparramaba rivales y alegraba con sus goles a ese Chile triste y oscuro de los ochenta.
La puerta estaba entreabierta, y antes que la golpeara, me recibió el exdelantero con un relajado: “Hola, chino-dariano”, ¿cómo estás?” aludiendo a nuestro pasado en común como estudiantes del Liceo Darío Salas.
“Liceo Experimental Darío Enrique Salas “el mejor liceo del mundo y los alrededores”, con grandes profesores que nos enseñaron muchas cosas maravillosas. Lo mejor que nos enseñaron fue la Educación Cívica, a respetar a nuestros compañeros y a los profesores”, afirmó.
En el Darío éramos bastante políticos. ¿Te pasaron la cuenta en el fútbol por manifestar tu pensamiento político?
Sobre cierto modelo de ‘interculturalidad’
Los muchos cambios que el Perú ha experimentado, desde al menos la década de los 90 y el establecimiento del Neoliberalismo económico y cultural, se han manifestado en otros tantos modelos económicos, sociales y culturales que, con altas y bajas, mantienen una vigencia sorprendente. Aunque periódicamente aparecen voces en la academia y medios que tratan de analizar estos nuevos modelos y ofrecer críticas estimulantes, es necesario continuar en el ejercicio de analizar, desmitificar y reformular estos modelos. En este primero de dos artículos me propongo analizar uno de estos modelos, el de ‘interculturalidad’.
El Realismo Limpio de César Rengifo
Carlos Yusti
Para César Rengifo la realidad del barrio no olía a detritus, ni a basural degollado por perros callejeros. Tampoco tenía ese vaho de prostitutas acicalándose para la faena cuando la luna va mordiendo los linderos del cerro. Mucho menos era ese bufido de escaleras pringosas, con agua de cloaca, por donde bajaban esos espectros de la noche con ojeras patibularias para jugar ruleta rusa con la vida. Veía la realidad como una especie de pobreza desolada, con perros tensados en el hueso del hambre, de paisajes áridos con árboles secos (o sin hojas) quebrados en la pesadumbre, de hombres y mujeres agujereados por el drama y la tristeza. Había como mucha soledad metafórica, como mucha desolación lírica.
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