Escáner Cultural, Revista Virtual.

Zinnia Ramírez, artista Plástica, expone desde 1990 en Chile y el extranjero y sus obras se encuentran en colecciones privadas y públicas. Nos seduce con su propuesta refrescante al mismo tiempo que ancestral, retomando y salvando tanto imágenes como objetos que se teme puedan desaparecer. Vale la pena conocer su trabajo y su propuesta, por lo que les aconsejo, mucha atención.

Nací en Valparaíso, luego mi infancia la pasé en Talcahuano, lugar de rayos, tiempo del espacio y de la luz en mapuchedugun, viví frente a una playa que era mi patio delantero, mi jardín y un cerro como patio trasero, en completa libertad. Teníamos animales, huerta. Fui feliz.

Estudié arte en la Universidad de Concepción, en una época difícil, 1976 - 1980, con profesores que exoneraron, nos cambiaron de licenciatura a pedagogía, me acusaron de que otros me hacían los trabajos. Fue muy duro.

Siempre fui una recolectora y buena para el dibujo. De ahí a estudiar arte fue cuestión de tiempo, ya que antes estudié biología, también en la Universidad de Concepción.

¿Se identifica con alguna corriente artística o con alguna generación de artistas en especial?

Sí, me identifico, aunque no por edad, con la generación del 90, porque en esa época empecé a exponer, más específicamente me identifico con artistas que trabajamos la tierra y una visión espiritual que ella nos entrega, con Leonardo Moya y Ana María Wynecken hemos trabajado proyectos y esculturas colectivas.

Después de salir con mención en pintura de la Universidad entré a talleres de cerámica con Lise Möller y taller Guara - guara, con lo que desarrollé la tridimensionalidad, haciendo esculturas e instalaciones. Estudié el idioma mapuche y culturas indígenas, esto marcó mi trabajo.

Sí, por supuesto y no sólo eso, esposa y madre. Muchos de mis trabajos son explícitamente de género, como un instalación que mostré en una Bienal de Arte en Valparaíso "El Viaje de la Mujer con su Naturaleza", en donde pude mostrar múltiples propuestas. El papel de la mujer es múltiple y poderoso; en la cultura mapuche, la mujer "domó", es el canal que tiene la naturaleza para acrecentarse. La mujer es la toma de conciencia del hombre, la que lo hace subir a planos espirituales. Al igual que el arquetipo de la diosa y sus manifestaciones en la vida de las mujeres. Son muchos los laberintos por investigar. Es realmente alucinante ser mujer, ser consciente de ello, ritualizar y sentirnos poderosas; ese poder que proviene de pedirle a "yo soy". Es todo un abanico de posibilidades para trabajarlo en arte.

Artista que hayan tocado fondo en mí son muchos. Hay una historia del arte y una historia ancestral, artistas con una capacidad de entrega, que nos emocionan. Somos privilegiados por tener por este legado, no sólo de artistas extranjeros, si Chile se diera cuenta del patrimonio cultural que tenemos con nuestros artistas y en sabiduría con las culturas ancestrales, no miraríamos tanto para afuera y descubriríamos el potencial que tenemos por desarrollar. En escultores chilenos tenemos a una Rebeca Matte, un Totila Albert, con una herencia que no conocemos en lo absoluto, colegas contemporáneos con una capacidad de trabajo y entrega y dispuestos a compartir sus conocimientos y esferzos.

Estoy trabajando una escultura, donde el tema es la madera, que será expuesta a principios de Abril en la galería CTC, me encontré un árbol tirado en una vereda cerca de mi casa llamado "Árbol de la Abundancia - Probar sus Frutos", no les cuento más para que lo vayan a ver. Cuando tenga fotos, las enviaré a Escáner Cultural. He trabajado una serie de árboles, uno de ellos fue el "Árbol del Bien y el Mal, Especie Introducida en América el 12 del 10 de 1492", esa fue una instalación para el "Proyecto Orgánico y Cristalizado" que expusimos en la sala de arte de Valparaíso. Otro árbol en la exposición "Arte Espacio Cristal" el año pasado en el parque Vespucio, fue "El Árbol de Cosmocimiento" (pronto haremos una reseña más profunda de este trabajo en la sección Imágenes de Escáner Cultural).

Estoy en otro proyecto con el Alemán Marcus Kiel. El proyecto trata sobre la memoria, vamos a exponer a principios de Abril en la pinacoteca de la Universidad de Concepción, luego en Mayo en el Museo de Arte Contemporáneo en Santiago y en Septiembre vamos a Alemania. Marcus va a trabajar en instalaciones de fotografías y objetos que usaban los mineros de Lota y yo rescato la memoria ancestral de el lugar. Trabajo una instalación de símbolos con elementos naturales y con fotografías indígenas de toda América que muestran el despojo a que han sido sometidos a lo largo de la historia.

Otro proyecto es con artistas canadienses y chilenos, cuando esté trabajando en él te cuento, es muy interesante.

Yo soy la presencia en cada obra.
Museo Nacional de Bellas Artes. Santiago de Chile.

¿Has sido feliz con su trabajo, siendo artista?

Si la felicidad es trabajar sin esperar retribuciones concretas, doy la lucha. Darme cuenta que lo que hago es una oportunidad para aprender y enseñar que la posibilidad de trabajar en arte es sagrado, que la mano de uno es la mano de la tierra, que somos polvo de estrellas, y que sin penas no hay alegrías. Tomando conciencia en este caminar que es la vida, duro e impenetrable muchas veces. Sí soy feliz.

¿Quisiera agregar algo más a esta entrevista?

Sí, agradecer a mi familia, a mi esposo Francisco Capponi por su constante apoyo y ayuda y a mis hijos Francisca y Tomás por su agudeza crítica y su constante recolección de materiales para mis obras.