Santiago de Chile. 
Revista Virtual. 
Año 3   
Escáner Cultural. El mundo del Arte. 
EDICIÓN ESPECIAL
nº 13
Abril de 2001. 

ARTE CORREO

EN LAS AVANZADAS DEL ARTE LATINOAMERICANO

LAS HUELGAS DE ARTE
y su repercusión en América Latina

Libro completo comprimido en archivo zip aquí

Clemente Padín, Montevideo, Uruguay

Pareciera inverosímil unir ambas expresiones. Por un lado "huelga", instrumento radical en la lucha de los trabajadores para la obtención de sus objetivos laborales y, por el otro, "arte", instrumento de control del Estado al servicio de la legitimización del poder imperante (cualquiera sea) y, también, expresión simbólica de la vida de las sociedades.

Desde hace mucho tiempo los artistas han soñado con controlar y sacar al arte de esa función celestinesca de acompasar y apoyar al poder y volver a llevarlo al área de la comunicación y de gestión de identidades de pueblos y naciones. Ese "salirse" del sistema y crear un arte alternativo (contestatario, underground, "arte otro", etc.) que expresara ese afán irrenunciable de libertad ha conocido variedad de opciones.

Desde el "nada es arte" de los dadaístas hasta "el arte es la definición del arte" del conceptualismo, desde "la muerte del arte" a la "huelga de arte". El objetivo es el mismo: sacar al arte de la predeterminada finalidad intrínseca de "instrumento de sujeción social" con igual signo que la educación, la justicia, las instituciones, la religión, la política, etc. Por otra parte, plantear una "huelga de arte" se corresponde con el reconocimiento de la calidad de "trabajador" del artista y al carácter "material" de su producción (aunque la obra no se manifieste en un objeto). También, y más importante aún, el reconocimiento de la interrelación estrecha entre las distintas áreas de la vida (producción) humana, es decir, la des-autonomización del arte de su "divina" función de expresar lo inefable.

Este concepto, el de la "huelga de arte", encontró admirable expresión en los "boicots" que los artistas realizaban de cara a los organismos culturales oficiales, tales como Salones, Museos, Premios, Galerías, etc., como forma de rechazo ya sea a su reglamentación, a los objetivos de sus curadores o, simplemente, como forma expresar el descontento ante alguna situación puntual. Asimismo, ese sacar al arte de su "jaula dorada" puso en evidencia el deseo de devolver al arte al resto de las actividades productivas de la socieda. Esta forma de protesta anti-régimen, a pesar de su loabilidad, consolidó la imagen privilegiada del artista en la sociedad en tanto "ser esclarecido", consolidando, aunque con signo adverso, la superioridad del artista por encima del resto de los sectores societarios.

Más adelante aparece la primer propuesta a realizar una Huelga de Arte a cargo de Gustav Metzger quien expuso sus fundamentos en el catálogo de la exposición "Sociedad/

Sociedad dentro del Arte" (ICA, Londres, 1974). En él convocaba al circuito artístico mundial a una Huelga de Arte entre 1977 y 1980, con la intención de destruir las instituciones culturales ligadas a la producción artística, similar a las huelgas organizadas por los trabajadores, reproduciendo el esquema clásico de la huelga proletaria. Apuntaba a la devastación del arte olvidando que el arte no satisface ninguna necesidad urgente o material humana y que, además, en tanto expresión simbólica de la sociedad es indestructible e imperecedero.

La próxima propuesta, superando las contradicciones de Metzger , apunta al rol social del artista en la creación y difusión ideológica de los fundamentos del poder "burgués" sobre el resto de la sociedad y fue anunciada por Stewart Home y el Grupo Praxis en 1985. Estas preocupaciones en relación a la función del artista en la sociedad, consecuencia de las cambiantes situaciones debidas a los constantes descubrimientos y avances tecnológicos en relación a los soportes y nuevas formas de expresión que iban surgiendo, iban generando nuevas respuestas y cuestionamientos al "artista único y genial". Así, la propuesta del "nombre múltiplo" apuntando a la individualidad exacerbada del artista, lanzada por el artista David Zack (1977) quien proponía asumir un nombre genérico para todos: "Monty Cantsin" (complementado con la aparición de otros nombre míticos como "Karen Elliot", "Luther Blisset", etc.). El mismo fenómeno ocurre en relación a la institución cultural "revista" con la salida de "SMILE" (1984, Inglaterra) que invitaba a todas sus congéneres a llamarse de la misma manera. Idem en relación a los movimientos artísticos con el nacimiento del "Neoism", a cargo del artista húngaro Istvan Kantor (que asume el nombre de Monty Cantsin) en 1979 y "Akademgorod" para la "tierra prometida" del neoísmo, territorio utópico de encuentro de todos los artistas contestatarios.

Luther Blissett y Karen Eliot, dos de los más conocidas personalidades con "nombres múltiplos".

Finalmente, pero no lo último, el "Plagiarism", intenta abolir la propiedad intelectual de las obras, haciendo desaparecer el "copyright", el derecho de autor, la firma como formas deliberadamente obscenas del poder del artista, atentando contra el status del artista declarado "mago de lo divino", juez y cuestor infalible y, al mercado del arte consecuente, en ámbito catedralicio de la nueva religión. También, en estas áreas tenemos que ubicar al arte correo, el cual, estratégicamente, también se aplica al mismo proyecto desmitificador al sacar al arte de su función de cambio (mercado) para privilegiar la función de uso (comunicación) al establecer las reglas tácitas del intercambio: no venta ni retorno de obras, no jurado de selección, sin exclusiones, sin esquemas previos ni excluyentes, sin limitación de tamaño, medio, soporte, corriente expresiva, etc.

StewartHome.

Stewart Home, uno de los decididos impulsores de la Huelga de Arte

La nueva propuesta para una Huelga de Arte 1990 - 1993 ponía el énfasis en la realización de una discusión generalizada en torno al tema del "arte". Según el trío organizador:

"Los participantes involucrados guardan sus herramientas de trabajo y cesan de trabajar, distribuir, vender, exponer, o discutir sobre su trabajo cultural (...) llamar la atención sobre el proceso a través del cual se legitiman los trabajos artísticos, es decir, aquellos artistas y administradores que se sitúan en la situación privilegiada de decidir sobre lo qué es y no es arte, constituyéndose en una facción específica de la clase dirigente(...)

Las causas que nos han llevado a lanzar esta propuesta vendrían dadas por innumerables situaciones, distantes, eso sí, de los motivos que originan y nos tienen acostumbrados el concepto de huelga, relacionada ésta con el mundo laboral o social. Para el artista, comunicador, gestor cultural, expositor, galerista, escritor, editor y un largo etc., la huelga significaría de una parte el silencio creativo, pero un silencio activo, al igual que los trabajadores y trabajadoras en huelga no se quedan en casa, sino que acuden a la puerta de la fábrica, organizan piquetes y extienden la huelga a otros centros, la huelga de arte no es unas vacaciones de los sentidos. El silencio lo entendemos también como una moratoria, un paréntesis, en el cual es posible una reflexión acerca del rol del artista (y englobamos aquí todas las definiciones posibles) en este cambio de siglo y milenio." (POB, nro. 25, Dic/96)

El logo de la Huelga de Arte, en su última versión.

En Latinoamérica hubo un solo adherente, Clemente Padín, quien se sumó a la huelga durante un solo día, el 6 de Octubre de 1990, en el marco del Festival Latinoamericano de Arte en la Calle, realizado en Montevideo, Uruguay.

"Aquí, en los países latinoamericanos, no podemos desdeñar un instrumento de lucha ideológica contra el sistema. No podemos resignar la lucha por mejores condiciones de vida y por la defensa de los derechos humanos. No podemos cerrar la boca porque el sistema ya lo hace por nosotros...Quien detenta el poder ideológico en la sociedad es quien decreta qué es arte y qué no lo es...Luchamos contra el sistema que trata de imponer un arte expresamente deformado que oculta las lacras sociales bajo un manto de signos banalizados, destinado a servir a sus únicos fines: el lucro y la ganancia...Pretendemos un arte que escape al ars celarem artem, un arte que zafe al artificio, un arte que cree obras que hagan y no que solamente digan."

Padín justificaba su actitud en carta enviada a los organizadores de la huelga, publicada fragmentariamente en el nro. 24 de la revista catalana P. O. Box:

En el resto del mundo, si bien la "Huelga" obtuvo más adhesiones que la convocatoria de Metzger, sobre todo del "networking" (la red de artistas comunicadores a distancia, artecorreístas...), la propuesta no llegó a conmover al mundo del arte aunque sentó valiosos antecedentes que, quién lo duda, mantuvo viva una tradición milenaria que no cejará: devolver al arte a la sociedad para beneficio de todos y no del sector predominante.

El tercer intento por promover otra Huelga fue impulsada por los artistas identificados con los nombres supuestos de Karen Elliot, Monty Cantsin y Luther Blisset, para el período 2000 - 2001 aunque sólo para Madrid y Barcelona, ocurre en instancias de aguda lucha ideológica y se expuso bajo diversas formas y notas en la revista P. O. Box, dirigida por promotor cultural y artista Pere Sousa.

La participación latinoamericana se expresó en tres cartas dirigidas a los organizadores y publicadas en la mencionada revista. Cronológicamente, la primera fue enviada por Clemente Padín (P. O. Box nro. 25 ½, IV Epoca, Año III, Febrero 1997, Barcelona, España):

El sentido de la "Huelga de Arte"

Un análisis profundo de la "Huelga de Arte" nos lleva de las narices a la disyuntiva arte/trabajo. Por un lado, sabemos, las múltiples áreas de la actividad humana son inseparables, si bien en cada una de ellas predomina la razón de su peculiaridad por encima de las demás que no dejan de estar presentes, aunque en forma determinada. Por lo tanto, si en una obra de arte, los elementos estéticos cejan su primacía en aras de los políticos y/o sociales, deja de ser una obra de arte, es decir, se transforma en ese híbrido llamado "panfleto" en el cual los elementos artísticos subsumidos están al servicio de otras finalidades. Lo mismo ocurre cuando a las movilizaciones sociales se las imbuye de propósitos políticos, etc. El arte, para serlo, debe tener preponderantemente notas estéticas o simbólicas de sustitución de lo real (la "función poética" de los estructuralistas).

Cuando se habla de "Huelga de Arte" se nos refiere a una posible acción, pasiva o no, realizada por un ser peculiar llamado "artista", es decir, no de un hombre en el sentido social, sino de un ser particular derivado de aquel magma, al cual las circunstancias de la vida le han hecho ser un trabajador asalariado que trata, como todos los trabajadores, de vivir de su trabajo, el arte. No cabe duda que el artista aspira a vivir de y no para su trabajo, opción a la cual lo empuja el sistema social-económico vigente, enajenando su obra en mercancías, sacando al arte de su función de uso para derivarla de lleno a la función de cambio, es decir, al mercado. El artista es productor de obras (no necesariamente objetos), predominantemente artísticas, en las cuales la esencia de lo humano se realiza como tal dando cuenta de su "ser en el mundo" (diría Sartre).

A través del dominio de la naturaleza y en virtud de los grandes adelantos tecnológicos en la producción mercantil, el hombre está capacitado para producir más y más productos fuera de las necesidades medias y prácticas de su existencia (si en gran parte de mundo aquéllos faltan es por la pésima distribución de la riqueza que sólo favorece a los países metropolitanos y hace morir de hambre a millones de seres).Es precisamente esa capacidad de producir excedentes (que, además, genera una brecha cada mayor entre producción y consumo) lo que permite la satisfacción de requerimientos menos concretos y urgentes, hasta llegar al nivel de las necesidades más específicamente humanas, el arte, lo simbólico, lo estético. Ni que hablar que el rol del arte no es banal sino fundamento y pilar de la progresiva (porque aún no ha terminado) "humanización" del hombre. La obra de arte desde el arranque, al partir de su condición de "producto de comunicación", al exigir la participación de, por lo menos, dos interlocutores, en situación de "diálogo" activo, impone una de las características prominentes de lo "humano", la relación social y, consecuentemente, el respeto por el "otro" al no imponer arbitrariamente su poder a través del "habla", ya sea verbal, musical, gráfica, etc.

Así, proponer una "Huelga de Arte", no supera sino que ahonda la enajenación brutal del artista en estas formaciones sociales actuales. Por un lado, el artista, siente la necesidad imperiosa, casi biológica, de crear y expresar su esencia (y, a la vez, legitimarse como "hombre") y, por el otro, comprueba dramáticamente la situación a la cual está sometido por el mercado, el cual le obliga a abjurar de su aspiración a expresarse por las exigencias de la moda que mejor se avenga a sus vicisitudes (en el mejor de los casos impone su propio "moda", pero estamos hablando de lo mismo).En otras palabras, el artista se ve obligado a trabajar para el arte y no a vivir de su arte. Los caminos subalternos de profundizar y asumir la contradicción, negando lo mejor de sí mismo y producir directamente para el mercado o trabajar asalariadamente fuera del área de la actividad artística, para conservar la independencia estética, son opciones que conllevan los mismos riesgos, pues no resuelven el problema, ni personal ni socialmente.

La "Huelga de Arte" es, entonces, un artilugio sobre la verdadera solución del problema del arte y del artista (a los cuales se promete "centrar" luego de un período de tres años de discusión y remanso creativos), porque la verdadera solución no está en manos de los artistas, interrumpiendo o no su trabajo, sino en la transformación y cambios sociales de lo que ha permitido la degradación y desvirtuación del arte de su verdadera función (parodiando a Epicuro, ¿de qué sirve el arte sino está al servicio de los hombres?).

La "Huelga de Arte", sin proponérselo expresamente, nos induce a reconocer, reafirmar y legitimar el poder vigente al hacernos creer que somos, únicamente, asalariados al servicio del mercado del arte (por lo cual estamos en situación de "hacer huelga") y no seres que aspiramos, como todos, a vivir de nuestro trabajo y que no se nos hambree ni fustigue en tanto no nos avengamos a legitimar sus estructuras socio-económicas, es decir, a perpetuar su injusticia e inhumanidad ínsitas. Parodiando, ahora, al crítico de arte uruguayo Rubén Yáñez: si la naturaleza humana nos impulsa a expresar nuestra esencia en tanto "hombres" a través de esas actividades simbólicas llamadas "artísticas" no es posible derivarlas a un marco en donde nieguen aquella esencia."

El segundo aporte a esta discusión fue enviado por el artista argentino, recientemente fallecido, Edgardo Antonio Vigo (P. O. Box, nro 29, Mayo/97):

ALGUNA OTRA PROPUESTA ALTERNATIVA

Cuando recibí el ejemplar de "P. O. Box" que invitaba a "UNA HUELGA DE ARTE", reconozco que me brotó nuevamente, toda aquella fuerza de una juventud ya transitada. Es que me pareció -valorando el grado de alta dinámica que la propuesta contiene- una reacción planetaria a la relajación de las relaciones del creativo, sus creatividades, con la sociedad. Una relajación que viene de arrastre si sumamos el análisis de la estructurada "COMUNICACIÓN DE LA OBRA". Deterioro mayúsculo que testimonia en esta necesidad de quebrar el circuito cerrado en el que se mueven museos, galerías, fundaciones, críticos e historiadores del arte. Posteriores números del "P.O.BOX", hicieron conocer disímiles criterios de cómo encarar esta reflexión pacífica. Sin embargo, reconozco, lo que más me hizo reflexionar fue, el artículo de Clemente Padín. Su visión periférica y de países tercermundistas -nos referimos concretamente a Latinoamérica.- se opuso a la huelga y por lo contrario propuso incentivar nuestras producciones, así como canalizarlas fuera del circuito. Una superproducción que obliga a buscar espacios y, una acumulación planificada, a los fines de entorpecer la circulación a la que nos acostumbran los que abogan por un arte institucionalizado, correcto, lavado, aséptico, que apunta a un vaciamiento de los reales valores.

La realidad latinoamericana, conocida por mí, por pertenecer a estos límites, expresada en legítima postura y pesadas razones por Padín, promovieron en mí un estado de duda, en relación a mi primera postura de apoyo a la huelga. Esta nueva situación, me hizo meditar más profundamente acerca de la posición que hasta ahí, había tomado. Tampoco quedé conforme en plantear como una opción definitiva estas propuestas de "huelga o paro a la japonesa". Así he llegado a esta primera conclusión: creo que ni una ni otra deben ser las definitivas actitudes a tomar. De última, acepto que ambas pueden ser parte de un "paquete de medidas intermedias" a decretarse y que testimoniarán un "PROCESO DE LUCHA", que considero más rendidor que las espectaculares medidas límites. Estas serán una especie de cocktail que surgirán en el debate. Apuesto así, a un diálogo enriquecedor y admito que se puede correr el riesgo que las disidencias las aborten. Yo creo, que en esta oportunidad las "actitudes" son distintas y, por el contrario, apuesto a que cada una de las propuestas cotejarán con las ya expresadas, y de la conmoción producida por nuevos aportes, enriquecerán una definición futura.

Algunos trabajos de arte correo de Edgardo Antonio Vigo en la versión del artista colombiano Tulio Restrepo.

Si minimizamos el tema, simplificando al tomar una medida a veces sin retorno, nos daría la satisfacción que tiene todo aquel que lucha, pero creo firmemente que las cosas hoy se presentan mucho más álgidas y peligrosas por esa "institucionalización" del poder culturoso, que ha creado múltiples adeptos y pretenden convertir en verdad muchos sofismas. Los apresuramientos deben ser contenidos y en esto baso mi propuesta. Reiterando el no descarte de la huelga o el trabajo incentivado, sumo la vigilia que deberá ser conducta futura en cuanta manifestación se produzca, tendiente a consolidar el frente que pretendemos construir. Reinstalar la problemática del papel del creativo frente a la sociedad. El destino incierto de nuestras obras, las denuncias de estructuras despóticas, los niveles de prestigio y jerarquías, basadas en leyes caprichosas, la necesidad de poseer nuestros propios medios -la prensa "alternativa" es un ejemplo- cuestionar los principios analíticos de valoración de una obra y la búsqueda de introducir en el mercado políticas paralelas y de choque, sobre todo, privilegiar el análisis de cuál es el papel en la sociedad actual, de cuál es y será el destino de nuestros productos. Arrastramos una discusión demorada en relación a cómo encarar nuestra comunicación con el entorno. No debemos temer el riesgo que implica mover el tablero. Por el contrario "el silencio cómplice" a estas cuestiones solo dieron respuestas pasajeras y discontínuas. Pensamos que actualizar la discusión en este nivel no es paralizar nuestra acción. Tengamos la humilde y modesta actitud de no volver a apostar a la demora. Esta sobrelleva un "esconder" cuando en realidad precisamos blanquear el acercarnos a las verdaderas problemáticas ciertas.

La Plata (Argentina), abril del 2000"

El tercer y último exponente latinoamericano en participar en el debate fue el artista chileno residente en Alemania Hans Braumüller (P.O. Box, nro. 30, Julio/1997):

LA HUELGA DE ARTE: LINEAS DE APOYO A LA POSICION
DE CLEMENTE PADIN

Leyendo el artículo EL ARTE DE LA IDEOLOGIA Y LA IDEOLOGIA DEL ARTE en P.O. Box nro. 27 me sorprende encontrar en un medio que se dedica al mundo abierto del arte alternativo de la comunicación (arte correo, arte del networking) una postura bastante reaccionaria. No hay nada nuevo en la crítica de denunciar a los artistas de una sociedad como pequeños burgueses; una denuncia que en la historia del "socialismo real" llevó a muchos inocentes en el siglo 20 al exilio, prisión o muerte. Exigir el rechazo a la creatividad es exigir la abolición de lo específicamente humano. Es justo la creatividad que ayuda al ser humano a sobrevivir y evolucionar. Considerar a los humanistas como enemigos declarados es una intolerancia que me produce malestar. Creer poseer la verdad y tener recetas universales como la revolución planetaria o la lucha de clases, sin importar qué sucede cada segundo en nuestras vidas es llevar el germen de la dictadura en la acción: todos son enemigos excepto lo que creen lo mismo que ellos. Con esa actitud nada se puede construir sólo destruir.

Si nuestras diferencias prevalecen sobre nuestro interés común de mejorar y/o cambiar al mundo o nuestra sociedad nada sucederá, excepto el mantenimiento del status quo. Todo fluye, cambia, no se puede pensar una sociedad o el estado sean algo estático, que se pueda destruir por medio de lanzar una bomba contra una oficina de la policía secreta; todos estamos inmersos en redes complejas de interacciones que crean un estado dinámico de nuestra sociedad en el mundo. Ya existe demasiada violencia, destrucción y guerras en este planeta para renunciar al acto positivo de la creación que implicaría la huelga de arte. Las mismas remisas ortodoxas siguen desplegando su olor añejo en los artículos DE DADA A LA LUCHA DE CLASES, DEL AUTOR A LA AUTORIDAD, LA COLOCACION DEL ARTISTA Y EL FIN DEL ARTE. La huelga de arte es en sí una contradicción, porque plantea abolir el rol especial del artista, le atribuye una importancia tal al artista en sí que cree que si algunos creadores dejan de producir arte, esos nuevos artistas, en su nuevo rol de realizadores de la revolución social conducirán a las masas a la victoria gloriosa. Si alguien es artista y no un político tendrá sus razones personales, de acuerdo a sus actitudes.

El artista es igual a los demás y no puede tener más responsabilidad social que los otros sectores de la sociedad; en el arte se refleja el mundo en su actualidad y en su estructura de injusticia. Si bien es cierto que el sistema capitalista también se legitima a través del arte oficial; también es cierto que existen incontables proyectos artísticos que cuestionan al sistema capitalista. La contradicción no se puede resolver: hoy los dadaistas, como el movimiento punk pertenecen al establishment en la historia oficial de la cultura occidental, siendo algunos considerados como vacas sagradas. Por fin yo, uno de los trabajadores de las redes globales del arte de comunicación a distancia (arte correo) no puedo apoyar una huelga de arte, que plantea la guerra de clases. El arte correo practica tolerancia y diálogo con otros, crea arte a base de la comunicación, es en palabras del fallecido Guillermo Deisler, "un sueño de paz", no es una guerra o una lucha contra el fantasma "capitalismo", es una construcción entre los que trabajan en la red. Para volver al tema central de mi ponencia, si bien estoy de acuerdo que el presentes absoluto, critico todo lo demás expuesto en el artículo EL DESEO EN RUINAS, que como todos los demás a quienes me he referido aparecieron en el libro Neoism, Plagiarism & Praxis de Stewart Home.

Es la imaginación, la que nos faculta avanzar en el presente con una idea de futuro, es la creatividad que nos hace sobrevivir en un mundo de miseria, sea como artista o como un niño en la calle. Es el deseo que nos posibilita amar y desarrollar una vida con fuerza y energía. Al fin es el deseo, la creatividad y la imaginación quienes inyectan a nuestra lucha una energía poderosa de transformar nuestras relaciones sociales en un mundo más justo y digno para todos los seres humanos de nuestro planeta."

Diseño de la página de internet de Hans Braumuller.
Tal cual podemos ver, las discusiones y cuestionamientos a la Huelga de Arte se sucedían número a número en la entrañable revista de Pere Sousa. Sin duda, cuando finalice el plazo que los organizadores se dieron para llevar a cabo esta experiencia volverán los intercambios de opiniones, las puestas al día, los análisis y conclusiones. En resumen, la decisión de los artistas latinoamericanos, participantes en las redes de comunicación, fue de oposición a la huelga, aunque mostrando alternativas distintas y no contradictorias: reivindican los objetivos pero descreen de los caminos propuestos, les interesa la discusión por el rol del artista en la sociedad pero prefieren hacerlo en tanto amplían sus circuitos y, en todos los casos, se niegan a abandonar sus instrumentos de lucha.



01- Indice

02- Tucumán Arde

03- El Conceptualismo o el Sentido Ideológico de la Vanguardia Latinoamericana

04- El Arte Correo en Latinoamérica

05- El Network y el Rol del Artista

06- Multimedia y Poesía Experimental en América Latina

07- El Arte en la Calle

08- Las Opciones del Artista Latinoamericano

09- Las Huelgas de Arte


 

Clemente Padín: C. Correo Central 1211, 11000 Montevideo - URUGUAY
Para ESCANER CULTUTRAL, Abril de 2000.

 


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