Santiago
de Chile.
Revista Virtual.
Año
3
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EDICIÓN
ESPECIAL
nº 13
Abril de
2001.
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ARTE CORREO
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EN
LAS AVANZADAS DEL ARTE LATINOAMERICANO
LAS HUELGAS
DE ARTE
y su repercusión en América Latina
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Clemente
Padín, Montevideo, Uruguay
Pareciera inverosímil
unir ambas expresiones. Por un lado "huelga", instrumento radical
en la lucha de los trabajadores para la obtención de sus
objetivos laborales y, por el otro, "arte", instrumento de control
del Estado al servicio de la legitimización del poder imperante
(cualquiera sea) y, también, expresión simbólica
de la vida de las sociedades.
Desde hace mucho tiempo los artistas
han soñado con controlar y sacar al arte de esa función
celestinesca de acompasar y apoyar al poder y volver a llevarlo
al área de la comunicación y de gestión de
identidades de pueblos y naciones. Ese "salirse" del sistema y crear
un arte alternativo (contestatario, underground, "arte otro", etc.)
que expresara ese afán irrenunciable de libertad ha conocido
variedad de opciones.
Desde el "nada es arte" de los dadaístas
hasta "el arte es la definición del arte" del conceptualismo,
desde "la muerte del arte" a la "huelga de arte". El objetivo es
el mismo: sacar al arte de la predeterminada finalidad intrínseca
de "instrumento de sujeción social" con igual signo que la
educación, la justicia, las instituciones, la religión,
la política, etc. Por otra parte, plantear una "huelga de
arte" se corresponde con el reconocimiento de la calidad de "trabajador"
del artista y al carácter "material" de su producción
(aunque la obra no se manifieste en un objeto). También,
y más importante aún, el reconocimiento de la interrelación
estrecha entre las distintas áreas de la vida (producción)
humana, es decir, la des-autonomización del arte de su "divina"
función de expresar lo inefable.
Este concepto, el de la "huelga
de arte", encontró admirable expresión en los "boicots"
que los artistas realizaban de cara a los organismos culturales
oficiales, tales como Salones, Museos, Premios, Galerías,
etc., como forma de rechazo ya sea a su reglamentación, a
los objetivos de sus curadores o, simplemente, como forma expresar
el descontento ante alguna situación puntual. Asimismo, ese
sacar al arte de su "jaula dorada" puso en evidencia el deseo de
devolver al arte al resto de las actividades productivas de la socieda.
Esta forma de protesta anti-régimen, a pesar de su loabilidad,
consolidó la imagen privilegiada del artista en la sociedad
en tanto "ser esclarecido", consolidando, aunque con signo adverso,
la superioridad del artista por encima del resto de los sectores
societarios.
Más adelante aparece la primer
propuesta a realizar una Huelga de Arte a cargo de Gustav Metzger
quien expuso sus fundamentos en el catálogo de la exposición
"Sociedad/
Sociedad dentro del Arte" (ICA,
Londres, 1974). En él convocaba al circuito artístico
mundial a una Huelga de Arte entre 1977 y 1980, con la intención
de destruir las instituciones culturales ligadas a la producción
artística, similar a las huelgas organizadas por los trabajadores,
reproduciendo el esquema clásico de la huelga proletaria.
Apuntaba a la devastación del arte olvidando que el arte
no satisface ninguna necesidad urgente o material humana y que,
además, en tanto expresión simbólica de la
sociedad es indestructible e imperecedero.
La próxima propuesta, superando
las contradicciones de Metzger , apunta al rol social del artista
en la creación y difusión ideológica de los
fundamentos del poder "burgués" sobre el resto de la sociedad
y fue anunciada por Stewart Home y el Grupo Praxis en 1985. Estas
preocupaciones en relación a la función del artista
en la sociedad, consecuencia de las cambiantes situaciones debidas
a los constantes descubrimientos y avances tecnológicos en
relación a los soportes y nuevas formas de expresión
que iban surgiendo, iban generando nuevas respuestas y cuestionamientos
al "artista único y genial". Así, la propuesta del
"nombre múltiplo" apuntando a la individualidad exacerbada
del artista, lanzada por el artista David Zack (1977) quien proponía
asumir un nombre genérico para todos: "Monty Cantsin" (complementado
con la aparición de otros nombre míticos como "Karen
Elliot", "Luther Blisset", etc.). El mismo fenómeno ocurre
en relación a la institución cultural "revista" con
la salida de "SMILE" (1984, Inglaterra) que invitaba a todas sus
congéneres a llamarse de la misma manera. Idem en relación
a los movimientos artísticos con el nacimiento del "Neoism",
a cargo del artista húngaro Istvan Kantor (que asume el nombre
de Monty Cantsin) en 1979 y "Akademgorod" para la "tierra prometida"
del neoísmo, territorio utópico de encuentro de todos
los artistas contestatarios.
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Luther
Blissett y Karen Eliot, dos de los más conocidas personalidades
con "nombres múltiplos".
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Finalmente, pero no lo último,
el "Plagiarism", intenta abolir la propiedad intelectual de las
obras, haciendo desaparecer el "copyright", el derecho de autor,
la firma como formas deliberadamente obscenas del poder del artista,
atentando contra el status del artista declarado "mago de lo divino",
juez y cuestor infalible y, al mercado del arte consecuente, en
ámbito catedralicio de la nueva religión. También,
en estas áreas tenemos que ubicar al arte correo, el cual,
estratégicamente, también se aplica al mismo proyecto
desmitificador al sacar al arte de su función de cambio (mercado)
para privilegiar la función de uso (comunicación)
al establecer las reglas tácitas del intercambio: no venta
ni retorno de obras, no jurado de selección, sin exclusiones,
sin esquemas previos ni excluyentes, sin limitación de tamaño,
medio, soporte, corriente expresiva, etc.
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StewartHome.
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Stewart Home, uno de los decididos
impulsores de la Huelga de Arte
La nueva propuesta para una Huelga
de Arte 1990 - 1993 ponía el énfasis en la realización
de una discusión generalizada en torno al tema del "arte".
Según el trío organizador:
"Los participantes involucrados
guardan sus herramientas de trabajo y cesan de trabajar, distribuir,
vender, exponer, o discutir sobre su trabajo cultural (...) llamar
la atención sobre el proceso a través del cual se
legitiman los trabajos artísticos, es decir, aquellos artistas
y administradores que se sitúan en la situación privilegiada
de decidir sobre lo qué es y no es arte, constituyéndose
en una facción específica de la clase dirigente(...)
Las causas que nos han llevado a
lanzar esta propuesta vendrían dadas por innumerables situaciones,
distantes, eso sí, de los motivos que originan y nos tienen
acostumbrados el concepto de huelga, relacionada ésta con
el mundo laboral o social. Para el artista, comunicador, gestor
cultural, expositor, galerista, escritor, editor y un largo etc.,
la huelga significaría de una parte el silencio creativo,
pero un silencio activo, al igual que los trabajadores y trabajadoras
en huelga no se quedan en casa, sino que acuden a la puerta de la
fábrica, organizan piquetes y extienden la huelga a otros
centros, la huelga de arte no es unas vacaciones de los sentidos.
El silencio lo entendemos también como una moratoria, un
paréntesis, en el cual es posible una reflexión acerca
del rol del artista (y englobamos aquí todas las definiciones
posibles) en este cambio de siglo y milenio." (POB, nro. 25, Dic/96)
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El
logo de la Huelga de Arte, en su última versión.
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En Latinoamérica hubo un
solo adherente, Clemente Padín, quien se sumó a la
huelga durante un solo día, el 6 de Octubre de 1990, en el
marco del Festival Latinoamericano de Arte en la Calle, realizado
en Montevideo, Uruguay.
"Aquí, en los países
latinoamericanos, no podemos desdeñar un instrumento de lucha
ideológica contra el sistema. No podemos resignar la lucha
por mejores condiciones de vida y por la defensa de los derechos
humanos. No podemos cerrar la boca porque el sistema ya lo hace
por nosotros...Quien detenta el poder ideológico en la sociedad
es quien decreta qué es arte y qué no lo es...Luchamos
contra el sistema que trata de imponer un arte expresamente deformado
que oculta las lacras sociales bajo un manto de signos banalizados,
destinado a servir a sus únicos fines: el lucro y la ganancia...Pretendemos
un arte que escape al ars celarem artem, un arte que zafe al artificio,
un arte que cree obras que hagan y no que solamente digan."
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Padín
justificaba su actitud en carta enviada a los organizadores
de la huelga, publicada fragmentariamente en el nro. 24 de
la revista catalana P. O. Box:
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En el resto del mundo, si bien la
"Huelga" obtuvo más adhesiones que la convocatoria de Metzger,
sobre todo del "networking" (la red de artistas comunicadores a
distancia, artecorreístas...), la propuesta no llegó
a conmover al mundo del arte aunque sentó valiosos antecedentes
que, quién lo duda, mantuvo viva una tradición milenaria
que no cejará: devolver al arte a la sociedad para beneficio
de todos y no del sector predominante.
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El tercer intento por promover otra
Huelga fue impulsada por los artistas identificados con los nombres
supuestos de Karen Elliot, Monty Cantsin y Luther Blisset, para
el período 2000 - 2001 aunque sólo para Madrid y Barcelona,
ocurre en instancias de aguda lucha ideológica y se expuso
bajo diversas formas y notas en la revista P. O. Box, dirigida por
promotor cultural y artista Pere Sousa.
La participación latinoamericana
se expresó en tres cartas dirigidas a los organizadores y
publicadas en la mencionada revista. Cronológicamente, la
primera fue enviada por Clemente Padín (P. O. Box nro. 25
½, IV Epoca, Año III, Febrero 1997, Barcelona, España):
El sentido de la "Huelga de Arte"
Un análisis profundo de la
"Huelga de Arte" nos lleva de las narices a la disyuntiva arte/trabajo.
Por un lado, sabemos, las múltiples áreas de la actividad
humana son inseparables, si bien en cada una de ellas predomina
la razón de su peculiaridad por encima de las demás
que no dejan de estar presentes, aunque en forma determinada. Por
lo tanto, si en una obra de arte, los elementos estéticos
cejan su primacía en aras de los políticos y/o sociales,
deja de ser una obra de arte, es decir, se transforma en ese híbrido
llamado "panfleto" en el cual los elementos artísticos subsumidos
están al servicio de otras finalidades. Lo mismo ocurre cuando
a las movilizaciones sociales se las imbuye de propósitos
políticos, etc. El arte, para serlo, debe tener preponderantemente
notas estéticas o simbólicas de sustitución
de lo real (la "función poética" de los estructuralistas).
Cuando se habla de "Huelga de Arte"
se nos refiere a una posible acción, pasiva o no, realizada
por un ser peculiar llamado "artista", es decir, no de un hombre
en el sentido social, sino de un ser particular derivado de aquel
magma, al cual las circunstancias de la vida le han hecho ser un
trabajador asalariado que trata, como todos los trabajadores, de
vivir de su trabajo, el arte. No cabe duda que el artista aspira
a vivir de y no para su trabajo, opción a la cual lo empuja
el sistema social-económico vigente, enajenando su obra en
mercancías, sacando al arte de su función de uso para
derivarla de lleno a la función de cambio, es decir, al mercado.
El artista es productor de obras (no necesariamente objetos), predominantemente
artísticas, en las cuales la esencia de lo humano se realiza
como tal dando cuenta de su "ser en el mundo" (diría Sartre).
A través del dominio de la
naturaleza y en virtud de los grandes adelantos tecnológicos
en la producción mercantil, el hombre está capacitado
para producir más y más productos fuera de las necesidades
medias y prácticas de su existencia (si en gran parte de
mundo aquéllos faltan es por la pésima distribución
de la riqueza que sólo favorece a los países metropolitanos
y hace morir de hambre a millones de seres).Es precisamente esa
capacidad de producir excedentes (que, además, genera una
brecha cada mayor entre producción y consumo) lo que permite
la satisfacción de requerimientos menos concretos y urgentes,
hasta llegar al nivel de las necesidades más específicamente
humanas, el arte, lo simbólico, lo estético. Ni que
hablar que el rol del arte no es banal sino fundamento y pilar de
la progresiva (porque aún no ha terminado) "humanización"
del hombre. La obra de arte desde el arranque, al partir de su condición
de "producto de comunicación", al exigir la participación
de, por lo menos, dos interlocutores, en situación de "diálogo"
activo, impone una de las características prominentes de
lo "humano", la relación social y, consecuentemente, el respeto
por el "otro" al no imponer arbitrariamente su poder a través
del "habla", ya sea verbal, musical, gráfica, etc.
Así, proponer una "Huelga
de Arte", no supera sino que ahonda la enajenación brutal
del artista en estas formaciones sociales actuales. Por un lado,
el artista, siente la necesidad imperiosa, casi biológica,
de crear y expresar su esencia (y, a la vez, legitimarse como "hombre")
y, por el otro, comprueba dramáticamente la situación
a la cual está sometido por el mercado, el cual le obliga
a abjurar de su aspiración a expresarse por las exigencias
de la moda que mejor se avenga a sus vicisitudes (en el mejor de
los casos impone su propio "moda", pero estamos hablando de lo mismo).En
otras palabras, el artista se ve obligado a trabajar para el arte
y no a vivir de su arte. Los caminos subalternos de profundizar
y asumir la contradicción, negando lo mejor de sí
mismo y producir directamente para el mercado o trabajar asalariadamente
fuera del área de la actividad artística, para conservar
la independencia estética, son opciones que conllevan los
mismos riesgos, pues no resuelven el problema, ni personal ni socialmente.
La "Huelga de Arte" es, entonces,
un artilugio sobre la verdadera solución del problema del
arte y del artista (a los cuales se promete "centrar" luego de un
período de tres años de discusión y remanso
creativos), porque la verdadera solución no está en
manos de los artistas, interrumpiendo o no su trabajo, sino en la
transformación y cambios sociales de lo que ha permitido
la degradación y desvirtuación del arte de su verdadera
función (parodiando a Epicuro, ¿de qué sirve el arte
sino está al servicio de los hombres?).
La "Huelga de Arte", sin proponérselo
expresamente, nos induce a reconocer, reafirmar y legitimar el poder
vigente al hacernos creer que somos, únicamente, asalariados
al servicio del mercado del arte (por lo cual estamos en situación
de "hacer huelga") y no seres que aspiramos, como todos, a vivir
de nuestro trabajo y que no se nos hambree ni fustigue en tanto
no nos avengamos a legitimar sus estructuras socio-económicas,
es decir, a perpetuar su injusticia e inhumanidad ínsitas.
Parodiando, ahora, al crítico de arte uruguayo Rubén
Yáñez: si la naturaleza humana nos impulsa a expresar
nuestra esencia en tanto "hombres" a través de esas actividades
simbólicas llamadas "artísticas" no es posible derivarlas
a un marco en donde nieguen aquella esencia."
El segundo aporte a esta discusión
fue enviado por el artista argentino, recientemente fallecido, Edgardo
Antonio Vigo (P. O. Box, nro 29, Mayo/97):
ALGUNA OTRA PROPUESTA
ALTERNATIVA
Cuando recibí el ejemplar
de "P. O. Box" que invitaba a "UNA HUELGA DE ARTE", reconozco que
me brotó nuevamente, toda aquella fuerza de una juventud
ya transitada. Es que me pareció -valorando el grado de alta
dinámica que la propuesta contiene- una reacción planetaria
a la relajación de las relaciones del creativo, sus creatividades,
con la sociedad. Una relajación que viene de arrastre si
sumamos el análisis de la estructurada "COMUNICACIÓN
DE LA OBRA". Deterioro mayúsculo que testimonia en esta necesidad
de quebrar el circuito cerrado en el que se mueven museos, galerías,
fundaciones, críticos e historiadores del arte. Posteriores
números del "P.O.BOX", hicieron conocer disímiles
criterios de cómo encarar esta reflexión pacífica.
Sin embargo, reconozco, lo que más me hizo reflexionar fue,
el artículo de Clemente Padín. Su visión periférica
y de países tercermundistas -nos referimos concretamente
a Latinoamérica.- se opuso a la huelga y por lo contrario
propuso incentivar nuestras producciones, así como canalizarlas
fuera del circuito. Una superproducción que obliga a buscar
espacios y, una acumulación planificada, a los fines de entorpecer
la circulación a la que nos acostumbran los que abogan por
un arte institucionalizado, correcto, lavado, aséptico, que
apunta a un vaciamiento de los reales valores.
La realidad latinoamericana, conocida
por mí, por pertenecer a estos límites, expresada
en legítima postura y pesadas razones por Padín, promovieron
en mí un estado de duda, en relación a mi primera
postura de apoyo a la huelga. Esta nueva situación, me hizo
meditar más profundamente acerca de la posición que
hasta ahí, había tomado. Tampoco quedé conforme
en plantear como una opción definitiva estas propuestas de
"huelga o paro a la japonesa". Así he llegado a esta primera
conclusión: creo que ni una ni otra deben ser las definitivas
actitudes a tomar. De última, acepto que ambas pueden ser
parte de un "paquete de medidas intermedias" a decretarse y que
testimoniarán un "PROCESO DE LUCHA", que considero más
rendidor que las espectaculares medidas límites. Estas serán
una especie de cocktail que surgirán en el debate. Apuesto
así, a un diálogo enriquecedor y admito que se puede
correr el riesgo que las disidencias las aborten. Yo creo, que en
esta oportunidad las "actitudes" son distintas y, por el contrario,
apuesto a que cada una de las propuestas cotejarán con las
ya expresadas, y de la conmoción producida por nuevos aportes,
enriquecerán una definición futura.
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Algunos
trabajos de arte correo de Edgardo Antonio Vigo en la versión
del artista colombiano Tulio Restrepo.
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Si minimizamos el tema, simplificando
al tomar una medida a veces sin retorno, nos daría la satisfacción
que tiene todo aquel que lucha, pero creo firmemente que las cosas
hoy se presentan mucho más álgidas y peligrosas por
esa "institucionalización" del poder culturoso, que ha creado
múltiples adeptos y pretenden convertir en verdad muchos
sofismas. Los apresuramientos deben ser contenidos y en esto baso
mi propuesta. Reiterando el no descarte de la huelga o el trabajo
incentivado, sumo la vigilia que deberá ser conducta futura
en cuanta manifestación se produzca, tendiente a consolidar
el frente que pretendemos construir. Reinstalar la problemática
del papel del creativo frente a la sociedad. El destino incierto
de nuestras obras, las denuncias de estructuras despóticas,
los niveles de prestigio y jerarquías, basadas en leyes caprichosas,
la necesidad de poseer nuestros propios medios -la prensa "alternativa"
es un ejemplo- cuestionar los principios analíticos de valoración
de una obra y la búsqueda de introducir en el mercado políticas
paralelas y de choque, sobre todo, privilegiar el análisis
de cuál es el papel en la sociedad actual, de cuál
es y será el destino de nuestros productos. Arrastramos una
discusión demorada en relación a cómo encarar
nuestra comunicación con el entorno. No debemos temer el
riesgo que implica mover el tablero. Por el contrario "el silencio
cómplice" a estas cuestiones solo dieron respuestas pasajeras
y discontínuas. Pensamos que actualizar la discusión
en este nivel no es paralizar nuestra acción. Tengamos la
humilde y modesta actitud de no volver a apostar a la demora. Esta
sobrelleva un "esconder" cuando en realidad precisamos blanquear
el acercarnos a las verdaderas problemáticas ciertas.
La Plata (Argentina), abril del
2000"
El tercer y último exponente
latinoamericano en participar en el debate fue el artista chileno
residente en Alemania Hans Braumüller (P.O. Box, nro. 30, Julio/1997):
LA HUELGA DE ARTE:
LINEAS DE APOYO A LA POSICION
DE CLEMENTE PADIN
Leyendo el artículo EL ARTE
DE LA IDEOLOGIA Y LA IDEOLOGIA DEL ARTE en P.O. Box nro. 27 me sorprende
encontrar en un medio que se dedica al mundo abierto del arte alternativo
de la comunicación (arte correo, arte del networking) una
postura bastante reaccionaria. No hay nada nuevo en la crítica
de denunciar a los artistas de una sociedad como pequeños
burgueses; una denuncia que en la historia del "socialismo real"
llevó a muchos inocentes en el siglo 20 al exilio, prisión
o muerte. Exigir el rechazo a la creatividad es exigir la abolición
de lo específicamente humano. Es justo la creatividad que
ayuda al ser humano a sobrevivir y evolucionar. Considerar a los
humanistas como enemigos declarados es una intolerancia que me produce
malestar. Creer poseer la verdad y tener recetas universales como
la revolución planetaria o la lucha de clases, sin importar
qué sucede cada segundo en nuestras vidas es llevar el germen
de la dictadura en la acción: todos son enemigos excepto
lo que creen lo mismo que ellos. Con esa actitud nada se puede construir
sólo destruir.
Si nuestras diferencias prevalecen
sobre nuestro interés común de mejorar y/o cambiar
al mundo o nuestra sociedad nada sucederá, excepto el mantenimiento
del status quo. Todo fluye, cambia, no se puede pensar una sociedad
o el estado sean algo estático, que se pueda destruir por
medio de lanzar una bomba contra una oficina de la policía
secreta; todos estamos inmersos en redes complejas de interacciones
que crean un estado dinámico de nuestra sociedad en el mundo.
Ya existe demasiada violencia, destrucción y guerras en este
planeta para renunciar al acto positivo de la creación que
implicaría la huelga de arte. Las mismas remisas ortodoxas
siguen desplegando su olor añejo en los artículos
DE DADA A LA LUCHA DE CLASES, DEL AUTOR A LA AUTORIDAD, LA COLOCACION
DEL ARTISTA Y EL FIN DEL ARTE. La huelga de arte es en sí
una contradicción, porque plantea abolir el rol especial
del artista, le atribuye una importancia tal al artista en sí
que cree que si algunos creadores dejan de producir arte, esos nuevos
artistas, en su nuevo rol de realizadores de la revolución
social conducirán a las masas a la victoria gloriosa. Si
alguien es artista y no un político tendrá sus razones
personales, de acuerdo a sus actitudes.
El artista es igual a los demás
y no puede tener más responsabilidad social que los otros
sectores de la sociedad; en el arte se refleja el mundo en su actualidad
y en su estructura de injusticia. Si bien es cierto que el sistema
capitalista también se legitima a través del arte
oficial; también es cierto que existen incontables proyectos
artísticos que cuestionan al sistema capitalista. La contradicción
no se puede resolver: hoy los dadaistas, como el movimiento punk
pertenecen al establishment en la historia oficial de la cultura
occidental, siendo algunos considerados como vacas sagradas. Por
fin yo, uno de los trabajadores de las redes globales del arte de
comunicación a distancia (arte correo) no puedo apoyar una
huelga de arte, que plantea la guerra de clases. El arte correo
practica tolerancia y diálogo con otros, crea arte a base
de la comunicación, es en palabras del fallecido Guillermo
Deisler, "un sueño de paz", no es una guerra o una lucha
contra el fantasma "capitalismo", es una construcción entre
los que trabajan en la red. Para volver al tema central de mi ponencia,
si bien estoy de acuerdo que el presentes absoluto, critico todo
lo demás expuesto en el artículo EL DESEO EN RUINAS,
que como todos los demás a quienes me he referido aparecieron
en el libro Neoism, Plagiarism & Praxis de Stewart Home.
Es la imaginación, la que
nos faculta avanzar en el presente con una idea de futuro, es la
creatividad que nos hace sobrevivir en un mundo de miseria, sea
como artista o como un niño en la calle. Es el deseo que
nos posibilita amar y desarrollar una vida con fuerza y energía.
Al fin es el deseo, la creatividad y la imaginación quienes
inyectan a nuestra lucha una energía poderosa de transformar
nuestras relaciones sociales en un mundo más justo y digno
para todos los seres humanos de nuestro planeta."
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Diseño
de la página de internet de Hans Braumuller.
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Tal cual podemos ver, las discusiones
y cuestionamientos a la Huelga de Arte se sucedían número
a número en la entrañable revista de Pere Sousa. Sin
duda, cuando finalice el plazo que los organizadores se dieron para
llevar a cabo esta experiencia volverán los intercambios de
opiniones, las puestas al día, los análisis y conclusiones.
En resumen, la decisión de los artistas latinoamericanos, participantes
en las redes de comunicación, fue de oposición a la
huelga, aunque mostrando alternativas distintas y no contradictorias:
reivindican los objetivos pero descreen de los caminos propuestos,
les interesa la discusión por el rol del artista en la sociedad
pero prefieren hacerlo en tanto amplían sus circuitos y, en
todos los casos, se niegan a abandonar sus instrumentos de lucha.
01- Indice
02- Tucumán
Arde
03- El
Conceptualismo o el Sentido Ideológico de la Vanguardia Latinoamericana
04- El
Arte Correo en Latinoamérica
05- El
Network y el Rol del Artista
06- Multimedia
y Poesía Experimental en América Latina
07- El
Arte en la Calle
08- Las
Opciones del Artista Latinoamericano
09- Las
Huelgas de Arte
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Clemente Padín: C. Correo Central
1211, 11000 Montevideo - URUGUAY
Para ESCANER CULTUTRAL, Abril de 2000.
Esperamos Su Opinión. |
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