REFLEJOS DE REALIDAD
LOS DOCUMENTALES. BUENA VISTA SOCIAL CLUB DE WIM WENDERS Y AQUÍ SE CONSTRUYE, DEL CHILENO IGNACIO AGÜERO.
Desde Chile, Marcela Viviana Díaz Sanhueza
De bajo perfil para el público en general en algunos países, a pesar de la maestría de algunas de sus obras, el género documental ha existido desde que comenzó el uso del celuloide en el mundo. Aquella ya casi mítica exhibición de El Tren de la Ciotat de los hermanos Lumiére en Francia, cuando los asistentes salieron huyendo despavoridos pensando que el tren de la pantalla los iba a arrollar marca el inicio de toda la historia del séptimo arte y de una de las más desarrolladas formas de registrar la historia y la forma de vida de la humanidad.
Pareciera exagerado, pero el cine es un referente muy importante a tener en cuenta si de hablar de una época en particular se trata. En tanto estética, ideología, economía, y política se ven reflejadas en la forma y fondo de un filme. Más aún en los documentales, donde a través de la mirada de un buen realizador acerca de una pequeña se logra una metonimia que da cuenta del contexto en general en el que esa historia se desarrolla.
Es el caso de los miles de documentales que se han filmado y grabado a través del tiempo, pasando por los distintos estilos y escuelas que lo han hecho evolucionar, y es el caso también del documental que Wim Wenders terminó en 1999, Buena Vista Social Club, y el del director chileno Ignacio Agüero con Aquí Se Construye, estrenado en abril recién pasado.
El director de películas como París Texas, End of Violence y Wings of Desire vuelve a trabajar con Ry Cooder esta vez para realizar un "musicumental" acerca del mítico grupo cubano Buena Vista Social Club después que Cooder los unió, graban un disco -que ya ha vendido más de un millón de copias alrededor del mundo - y obtienen el Grammy por la mejor performance latino tropical en 1997.
El documental de Wenders cuenta cómo estos "super abuelos", como se les llama en Cuba, han vuelto a juntarse para seguir haciendo música en la isla de Fidel y cómo luego logran llenar el Carnegie Hall de Nueva York por la maestría de su ritmo.
Pero no es sólo eso lo que el documental logra significar. Los octogenarios protagonistas, Ibrahim Ferrer, Ruben Gonzales, Compay Segundo, Eliades Ochoa, y la única mujer del grupo, Omara Portuondo aparecen en la pantalla contando parte de sus vidas y el esfuerzo y dedicación con que tocan los sones que los han hecho famosos, con lo que las imágenes finalmente apuntan a dar las claves de toda una época con Fidel en la isla, aunque no sea eso lo que en teoría es lo central del "musicumental" de Wenders.
La toma de un Ry Cooper, -.el productor que reunió a Buena Vista Social Club para grabar de nuevo-, recorriendo La Habana en una motoneta de los años 50 a través de calles polvorientas que parecieran haberse detenido en el tiempo para reunirse con el grupo, logra connotar mucho más que el documental completo de un director norteamericano que afirma estar en contra del "obsoleto y anacrónico" embargo. Embargo que le significó tener dificultades para filmar por lo obsoleto de los equipos en la isla, por la electricidad que de vez en cuando se cortaba y hasta por conseguir alimentación para su equipo.
La película de Wenders es exhibida coincidentemente cuando la mirada del mundo está puesta en la isla, y otorga algunas claves de la situación en la isla de Fidel, desde donde un grupo de maravillosos músicos logra salir hacia la tierra de las oportunidades, donde triunfan gracias al ritmo de su son.
LA MIRADA DE IGNACIO AGÜERO
El cineasta chileno Ignacio Agüero, director de documentales como No Olvidar y Cien Niños Esperando Un Tren, logra ahora con Aquí Se Construye (o ya no existe el lugar donde nací) retratar una realidad acerca de la cual no siempre reflexionamos, a pesar de que formamos parte de ella y nos envuelve.
El documental, recientemente estrenado en el cine Alameda, pero aún sin fecha de exhibición al público, es la historia del cambio que se produce en la existencia de un santiaguino medio que ha vivido placenteramente gran parte de sus años en una casa en la que están todos sus recuerdos, por la construcción de un gran edificio inmediatamente al lado de su casa.
Es un documental filosófico que con una excelente fotografía y pausadas tomas que narra cómo se desarrolla la vida en una capital en vías de desarrollo, específicamente Santiago. Más aún, habla de los santiaguinos como resultado de su historia, economía y política.
Los películas de Wim Wenders y de Ignacio Agüero son un claro ejemplo de los alcances del género documental, en el que cualquier historia, por mínima que sea, adquiere relevancia gracias al punto de vista que tiene el realizador acerca de realidades que afectan a personas, a seres humanos y no a personajes.