Desde Chile, Marcela Viviana Díaz Sanhueza
"Escribimos el guión en menos de una semana, siguiendo una regla muy simple,
adoptada de común acuerdo: no aceptar idea ni imagen alguna que pudiera dar
lugar a una explicación racional, psicológica o cultural. Abrir todas las
puertas a lo irracional"
Un Chien Andalou, o Un Perro Andaluz fue escrita por Luis Buñuel y por
Salvador Dalí en base a una confluencia de dos sueños. Con 17 minutos de
duración y sin sonido originalmente, fue exhibida en el París de 1928 a una
audiencia de aristócratas, pintores y escritores de vanguardia, como
Picasso, Le Corbusier y Cocteau.
Principiante nervioso, Buñuel manejaba el
gramófono al final de la sala intercalando tangos argentinos y Tristán e
Isolda, con piedras en los bolsillos para lanzárselas a la audiencia si
osaba abuchear.
Tan revolucionaria era El Perro.. que fue la película que abrió las puertas
del surrealismo al cine. Con poca experiencia técnica y escaso presupuesto,
la primera cinta de Buñuel hoy se cataloga como el manifiesto fílmico de esa
tendencia y lo lleva a personificar la vanguardia desde esa época,
estremeciendo aún a quienes ven sus inquietantes imágenes.
La historia: Un hombre corta el ojo de una joven mientras una nube pasa
delante de la luna. Ocho años después, un ciclista tiene un accidente en la
calle, la misma joven lo ayuda y lo besa. El ciclista acosa a la joven en
una pieza. Un incidente callejero los distrae. Un personaje andrógino
(personificado por Buñuel) juega con una mano cortada y es atropellado: el
ciclista sigue acosando a la joven. Un "doble" aparece y castiga al ciclista
hasta que éste le dispara. Finalmente, la joven sale al mar y se encuentra
con otro hombre. En la primavera, los torsos de la joven y de su nuevo
acompañante aparecen enterrados en la arena, devorados por los insectos.
A pesar de los años, de las normas establecidas y de la conservadora élite,
la película fue recibida con éxito debido al contexto surrealista que recién
se formaba.
Hoy algunos dicen que Luis Buñuel es el creador cinematográfico del que más
se ha hablado y escrito en los circuitos culturales de hispanoamérica y
europa, y del cual se han hecho más ciclos de cine, antes y después de su
muerte en 1983. Y es lo último lo que ha decidido hacer el Centro de
Extensión de la Universidad Católica por estos días, exhibiendo sus
películas más importantes, además de conferencias relacionadas al cine de
Buñuel y al surrealismo.
Es que es difícil comprender la obra de Luis Buñuel sin tener en cuenta su
naturaleza de español nacido en un contexto burgués que entró en el siglo
veinte rodeado de los pensamientos de la generación del '98, que lo llevó a
ser un hombre en constante lucha contra todas las formas de conformismo
ideológico, moral o social.
Su cine está repleto de reminiscencias estéticas del siglo pasado y de su
infancia. Su ciudad natal quedó, por ejemplo, inmortalizada a través del
Milagro de Calanda, pero como imagen erótica en su película Ensayo de un
Crimen y Tristana; en los tiempos de la infancia de Buñuel un devoto de la
Virgen del Pilar a quien habían amputado una pierna soñó que la virgen le
ordenaba untarse el muñón con óleos santos y reponer el ya enterrado miembro
en su lugar. El milagro fue que la pierna volvió a desempeñar su función a
pesar de que la carne estaba putrefacta y agusanada.
La religión fue un gran tema en toda su trayectoria, sobre todo en un
principio.
Su segunda película , La edad de Oro, en 1930 sí consiguió el
escándalo que quería en París, del que fue defendido por un manifiesto de
los surrealistas franceses, luego de que Buñuel adhiriera al grupo el año
anterior. Sin embargo, simpatizantes de la extrema derecha casi destruyen la
sala de exhibición. Dalí participó sólo nominalmente en este guión, ya que
no estaba de acuerdo con el sentido anticatólico del film. La edad de Oro
estuvo prohibida durante años.
Termina el cine surrealista de Buñuel en esta época, pero el director siguió
usando formas e ideas surrealistas en sus demás películas, sobre todo en
cuanto a las imágenes; comúnmente planos medios y generales de una vida
ordinaria, que cambian súbitamente a través de un travelling, un corte o un
acercamiento que destaca el gesto, el rostro o el objeto en un cambio de
ritmo que se conecta con lo anterior de manera magistral.
Exiliado por el régimen franquista, pasa por Estados Unidos a desempeñar el
cargo de productor asociado en el área documental en el Museo de Arte
moderno de Nueva York en 1941, del que se ve obligado a dimitir por el
escándalo que provocó el libro La Vida Secreta de Salvador Dalí, con
información sobre Buñuel.
En 1946 se traslada a México por un proyecto para adaptar La Casa de
Bernarda Alba de García Lorca para una producción francesa, proyecto que no
se concreta. Pero las condiciones físicas y sociales mexicanas (lenguaje,
paisaje seco, el problema religioso y la estructura social) hacen que retome
su labor de director de cine con el musical Gran Casino, con Jorge Negrete y
Libertad Lamarque, película que es un rotundo fracaso. Sin embargo, adopta
la nacionalidad mexicana y en 1950 filma Los Olvidados, que es premiada en
Cannes a la mejor dirección y que marca la vuelta de Luis Buñuel al cine y a
la crítica internacional.
El proceso de recuperación termina con Nazarín en 1958 que obtiene el Gran
Premio Internacional del Festival de Cannes y que marca el comienzo de la
creación de obras maestras donde resalta Viridiana, filmada en España a la
vuelta del exilio de Buñuel, que obtuvo la Gran Palma de Oro en Cannes 1961,
pero que fue catalogada de sacrílego y blasfemo y la censura española no
autorizó su exhibición hasta 1977, a pesar de que en el extranjero era un
éxito.
Se inicia una nueva etapa europea para Buñuel, que plantea una reflexión
sobre los antivalores que sustentan a la sociedad contemporánea. En España
realiza Viridiana y Tristana, ambas basadas en novelas de Pérez Galdós, y en
Francia filma Belle de Jour en 1966 y El Discreto Encanto de la Burguesía en
1972 ganadora del Oscar a la mejor película extranjera y Ese Oscuro Objeto
del Deseo en 1977. En Belle de Jour demuestra la hipocresía de los
burgueses, al encarnar Catherine Deneuve a una mujer casada, frígida en su
matrimonio que ejerce la prostitución como forma de liberarse de su
realidad, y de negarla al mismo tiempo.
Creando polémica y recibiendo premios, Buñuel comprende y conoce a los
personajes de esta comedia que es la sociedad, y se introduce en ellos por
medio de su particular manejo del sonido y la imagen.
En sus películas desató sus obsesiones y su inconformismo frente a las
formas anquilosadas de culto que reprimen al hombre, a través primero del
surrealismo, luego del montaje de las imágenes con una armonía y ritmo
totalmente personales, y luego de los temas, que atrapan al espectador
llevándolo a la reflexión acerca del estancamiento social que de alguna
manera todos llegamos a aceptar.
Según el propio Luis Buñuel, el fin de sus películas fue decir una y otra
vez, por si alguien olvida o cree lo contrario, que no vivimos en el mejor
de los mundos. Murió en 1983 a los 83 años, con 33 películas en su
historial.