Jorge
Z. Humaña, desde Toronto,
Canadá.
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Es
éste el retrato más fiable, y que algunos han
dado en llamar "auténtico", ya que el propio Cervantes
se describía a sí mismo según un retrato
del pintor Jáuregui, muy famoso por aquélla época.
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Miguel de Cervantes y
Saavedra no sólo escursionó exitosamente en la novela.
Su obra teatral es extensa y no excenta de altos y bajos; comprende
varias obras de gran resonancia en el arte teatral español.
Las comedias: Los tratos de Argel y La Numancia, alcanzaron alto nivel
representación y no fueron superadas hasta la aparición
de la obra de Lope.
Sus obras posteriores están reunidas en 16 piezas teatrales
repartidas en ocho comedias: El gallardo español; Los baños
de Argel; La gran sultana doña Catalina de Oviedo; La casa
de los celos; El laberinto del amor; La comedia de capa y espada;
La entretenida; El rufián dichoso y Pedro de Urdemales, fina
comedia sobre un pícaro que se une a los gitanos por amor a
una muchacha.
También escribió ocho entremeses: El juez de los divorcios;
El rufián viudo llamado Trampagos; La elección de los
alcaldes de Daganzo; La guarda cuidadosa; El vizcaíno fingido;
El retablo de las maravillas; La cueva de Salamanca; El viejo celoso.
Estas comedias y entremeses integraron Ocho comedias y Ocho entremeses.
Los entremeses de Cervantes, de cronología desconocida, no
parecen haber sido representados en su época; utilizó
en ellos un diálogo fino y ágil; fiel continuador de
la obra de Lope de Rueda, trasladó al entremés elementos
de la novela como son la simplificación de la acción
novelística, descripciones de la novela y profundización
del carácter de los personajes.
Miguel
de Cervantes Saavedra, fue el cuarto hijo del cirujano Rodrigo de
Cervantes y de Leonor de Cortinas. No se sabe con seguridad la fecha
de su nacimiento. Sin embargo se presume que nació el 29 de
septiembre, en Alcalá de Henares , día de San Miguel,
de ahí su nombre; pero hasta el momento sólo se ha encontrado,
en la iglesia de Santa María la Mayor, su acta bautismal, según
la cual fue bautizado el 9 de octubre de 1547.
En busca de mejor fortuna, la familia Cervantes marcha a Valladolid,
donde en ese entonces se hallaba la Corte. Allí se establece
en el barrio del Sancti Spiritus, pero los negocios no marchan bien
y las deudas contraídas llevan al padre a la cárcel
y provocan el embargo de todos sus bienes.
Tras el fracaso de Valladolid, la familia vuelve a Alcalá de
Henares pero de inmediato emprende un verdadero peregrinaje que lo
lleva, primero, a Córdoba. Es posible que Miguel asistiese
allí al colegio jesuítico de Santa Catalina, emprendiendo
así sus primeros pasos escolares y empapándose ya, con
seis años, en los ambientes picarescos que luego recrearía
en su obra literaria. También cabe conjeturar la asistencia
de Miguel al colegio de los Jesuitas, donde habría tenido como
maestro al padre Acebedo y a Mateo Vázquez, luego secretario
de Felipe II, como condiscípulo..
En otoño de 1567, Rodrigo Cervantes se halla establecido con
los suyos en Madrid, ahora metido en negocios, entre otros, con Alonso
Getino de Guzmán quien era organizador de espectáculos
en la capital, gracias a quien Cervantes inicia sus primeros pasos
poéticos con un soneto ("Serenísima reina en quien se
halla") escrito a propósito de la celebración del nacimiento
(1567) de la infanta Catalina Micaela, segunda hija de Felipe II e
Isabel de Valois.
En 1568 Cervantes estudia con Juan López de Hoyos, nombrado
rector del "Estudio de la Villa", quien le encarga -so título
de "amado discípulo"- cuatro poemas destinados a la Relación
oficial de la exequias celebradas con motivo de la muerte de Isabel
de Valois; obra que se publicaría al año siguiente.
Por estos años, nuestro joven autor y poeta y dramaturgo debió
de estar en contacto y mantener amistad con poetas como Pedro Laýnez
o Gálvez de Montalvo.
Sorprendentemente, al año siguiente lo encontramos instalado
en Roma, convertido en camarero de monseñor Acquaviva, con
quien no permanecería más de un año y pico. La
única explicación coherente de ese brusco
cambio de escenario tiene que ver con una provisión real, fechada
en septiembre de 1569, en la que se ordenaba el apresamiento de un
joven estudiante homónimo de nuestro autor, por haber herido
en duelo al maestro de obras Antonio de Sigura. Y esa hipótesis,
por poco que nos guste, parece bastante sólida hasta que no
se documente la existencia de otro Miguel de Cervantes.
La
Invasion de Chipre por los turcos hace que nuestro insigne poeta y
dramaturgo deba tomar las armas. Formando parte de las tropas de Diego
de Urbina embarca en la galera Marquesa, encargadas de prestar apoyo
al contingente veneciano. Cervantes enferma de malaria y padece fiebres
altas, lo que no impide que pelee heroicamente. Situado en el esquife
de la nave, en la más "alta ocasión que vieron los pasados
siglos, ni esperan ver los venideros", como él denominaba a
la batalla de Lepanto, recibe dos disparos de arcabuz en el pecho
y un tercero en la mano izquierda, que se la dejaría inutilizada
para inmortalizarlo como "manco de Lepanto". Se recupera de sus heridas
en Mesina.
Pese a haber perdido el movimiento de la mano izquierda, se incorpora
a la compañía de don Manuel Ponce de León, del
tercio de don Lope de Figueroa, y participa, ya en calidad de "soldado
aventajado", en varias campañas militares durante los años
siguientes: Navarino y La Goleta son las más importantes. Entre
tanto permanece en los cuarteles de invierno en Sicilia, Cerdeña
y Nápoles.
Convertido en "soldado aventajado", obtiene cartas de recomendación
de don Juan y el duque de Sessa y decide regresar a España.
A principios de septiembre embarca en Nápoles en una flotilla
de cuatro galeras que se dirige a Barcelona. Una tempestad las dispersa
y El Sol, en la que viajaban Cervantes y su hermano, es apresada,
frente a las costas catalanas, por unos corsarios berberiscos al mando
de Arnaut Mamí. Los cautivos son conducidos a Argel y Miguel
de Cervantes cae en manos de Dalí Mamí, apodado El Cojo,
quien, a la vista de las cartas de recomendación de nuestro
soldado, fija su rescate en 500 ducados de oro, cantidad prácticamente
inalcanzable para su familia.
Se inicia así el período más calamitoso de su
vida: cinco años de cautiverio en los baños argelinos,
jalonados por numerosos intentos de fuga siempre fallidos.
Primer intento de fuga: huye con otros cristianos rumbo a Orán,
pero el moro que los guiaba los abandona y se ven obligados a regresar
a Argel.
En un segundo intento Cervantes se encierra con catorce cautivos en
una gruta del jardín del alcaide Hasán, donde permanecen
cinco meses en espera de que su hermano Rodrigo, rescatado poco antes,
acuda a su liberación. Un renegado apodado El Dorador los traiciona
y son sorprendidos en la gruta: Cervantes se declara el único
responsable, lo que le vale ser cargado de grillos y conducido a las
mazmorras del rey.
Tercer intento: envía a un moro con unas cartas dirigidas a
don Martín de Córdoba, general de Orán, para
que les envíe algún espía que los saque de Argel.
El moro es detenido y Hasán ordena que se le den 2000 palos
a Cervantes. Se sabe, sin embargo, que el castigo no se cumplió.
En el cuarto intento: procura armar una fragata en Argel para intentar
alcanzar España con unos sesenta pasajeros. De nuevo una delación,
realizada por el renegado Caybán, frusta la empresa y Cervantes,
otra vez, se responsabiliza de todo y se entrega a Hasán, quien
le perdona la vida y lo encarcela en sus baños.
El 19 de septiembre de 1580, cuando Cervantes está a punto
de partir en la flota de Hasán Bajá hacia Constantinopla,
los trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella pagan
el monto del rescate y nuestro autor
queda en libertad. El 27 de octubre llega a las costas españolas
y desembarca en Denia (Valencia): su cautiverio ha durado cinco años
y un mes.
A finales de año se traslada a Madrid, para iniciar una serie
de demandas que recompensen sus servicios militares. Sin embargo,
tan sólo consigue una oscura misión en Orán,
llevada a cabo a mediados de 1581, desde donde se tralada a Lisboa
para dar cuenta a Felipe II del resultado.
Desde principios de año, reside de nuevo en Madrid y no ceja
en su aspiración a alguna vacante sin lograrla. Entre tanto,
se integra perfectamente en el ambiente literario de la Corte, mantiene
relaciones amistosas con los poetas más destacados (Laýnez,
Figueroa, Montalvo, Padilla, Maldonado, Dantisco, etc.) y se dedica
a redactar La Galatea, donde figuran como personajes buena parte de
ellos. Simultáneamente, sigue de cerca la evolución
del teatro, con el nacimiento de los corrales, y se empapa en las
obras de Argensola, Cueva, Virués, etc. De estos años
podrían datar sus primeras piezas conservadas de la primera
época: El trato de Argel y La Numancia.
Ante la imposibilidad de obtener algún cargo público,
Cervantes parece decididamente abocado a la literatura, aunque las
cosas cambiarían muy pronto.
Mantiene relaciones con Ana de Villafranca, o Ana Franca de Rojas,
de quien nacería la única descendencia de nuestro autor:
Isabel de Saavedra.
Inmediatamente, Cervantes viaja a Esquivias para entrevistarse con
Juana Gaitán, viuda de su amigo Pedro Laýnez, e intentar
publicar sus obras. Allí conoce a Catalina de Palacios, con
cuya hija de diecinueve años, Catalina de Salazar, contrae
matrimonio, a sus treinta y siete, el 12 de diciembre de 1584. Se
establece de momento con su esposa, pero pronto iniciará un
permanente peregrinaje entre Esquivias y Madrid.
El 5 de marzo de1585 firma un contrato con Gaspar de Porres, quien
le entregará cuarenta ducados por dos piezas perdidas: El trato
de Constantinopla y La confusa (por estos años debieron de
componerse también los títulos desaparecidos de su primera
época teatral).
Pocos días después se publica la Primera parte de la
Galatea, dividida en seis libros, dirigida a Ascanio Colona e impresa
en Alcalá de Henares, por Juan Gracián, con el patrocinio
de Blas de Robles.
Ese mismo año muere su padre. Los viajes arrecian: se desplaza
con frecuencia a Toledo hacia fines de año encontramos en Sevilla,
desde donde regresa a Esquivias por Navidad.
A mediados de 1586 vuelve a viajar a Sevilla, para regresar en seguida
y recibir en agosto la dote de Catalina (algo más de 400 ducados).
Escribe algunos sonetos de circunstancias.
Desde principios de mayo aparece instalado en Sevilla, donde, por
fin, obtiene, por mediación del Alcalde de la Real Audiencia
de Sevilla, Diego de Valdivia, el cargo de comisario real de abastos
para la Armada Invencible, al servicio de Antonio de Guevara, comisario
general de la provisión de las galeras reales.
Inicia así un ajetreado vagabundeo mercantilista, al que se
dedicaría durante unos quince años, sin lograr más
que disgustos, denuncias y uno que otro encarcelamiento.
Comienza en Écija, donde sus requisas de grano eclesiástico
le valen la excomunión por parte del vicario general de Sevilla.
Recorre luego Córdoba: La Rambla, Castro del Río (vuelve
a ser excomulgado, ahora por el vicario general de Córdoba),
Espejo, Cabra, etc.
Sigue requisando aceite y trigo en Écija y sus alrededores
durante dos años. Allí es acusado de malversaciones,
de las que sale airoso, gracias al regidor Luis de Portocarrero.
A principios de mayo de 1588 muere su suegra, Catalina de Palacios.
A principios de año está en Carmona, comisionado por
el sustituto de Guevara, Miguel de Oviedo, para requisar aceite en
la región. Cansado de sus correrías, en mayo dirige
una petición al presidente del Consejo de
Indias, solicitando un oficio en las indias de los vacantes a la sazón:
contaduría del reino de Granada, gobierno de Soconusco, contador
de las galeras de Cartagena o corregidor de la Paz. La respuesta vuelve
a ser negativa y decepcionante: "busque acá en que se le haga
merced".
A
estos años pertenece la Novela del Cautivo intercalada en el
primer Quijote. Prosigue con sus requisas, ahora prorrogado por el
nuevo comisario general, Pedro de Isunza, por Jaén, Úbeda,
Baeza, Estepa, Montilla, etc. Su ayudante, Nicolás Benito es
denunciado por abusos y Cervantes evade su responsabilidad gracias
a la mediación de Isunza.
El 5 de septiembre de 1592 se compromete con Rodrigo Osorio, mediante
contrato y a cambio de 300 ducados, a componerle seis comedias.
Su labor como comisario de abastos toca a su fin, coincidiendo con
la muerte de su madre en octubre de ese mismo año: sólo
le queda un último encargo de Miguel de Oviedo, tras el cual
se pondrá fin, en 1594. A Cervantes, sin embargo, todavía
le quedan nuevos sinsabores.
Por estos años (1590-93) compone algunos poemas sueltos (odas
a la Invencible, romance a La morada de los celos, etc) y es posible
que esboce algunas de sus novelas cortas: El cautivo, Rinconete y
Cortadillo, El celoso extremeño, etc.
En 1594 Agustín de Cetina encomienda al ex-comisario la misión
de recaudar los atrasos de tasas en el reino de Granada. Cervantes
acepta y vuelve a su tarea de recaudador, depositando el dinero en
casa del banquero Simón Freire, cuya quiebra daría con
los huesos de nuestro autor, otra vez, en la cárcel.
Al no poder hacer frente a la cantidad recaudada, el juez Gaspar de
Vallejo, abusando de su autoridad, decreta su encarcelamiento en Sevilla
el 6 de septiembre, donde permanecería durante varios meses.
Es posible que allí hubiera esbozado el plan novelesco del
Quijote y aun haber iniciado su andadura.
El año15 98 muere Ana Franca y, al año siguiente, su
hija Isabel entra al servicio de Magdalena de Cervantes, bajo el nombre
de Isabel de Cervantes.
Ese año compone el soneto "Al túmulo de Felipe II".
Durante el verano abandona Sevilla, por las mismas fechas en las que
sus hermano Rodrigo muere en la batalla de las Dunas, sin que sepamos
mucho más de él a ciencia cierta -como no sea que se
dedica de lleno al Quijote- hasta 1604. Parece que viajó a
Toledo, a Esquivias y hay quien supone, con poca fiabilidad, que pudo
volver a la cárcel sevillana en 1602.
En 1603 el matrimonio Cervantes se instala en Valladolid, nueva sede
de la Corte, en el suburbio del Rastro de los Carneros, junto al hospital
de la Resurrección, rodeado de la parentela femenina: Andrea,
Constanza, Magdalena, Isabel y, por añadidura, una criada,
María de Ceballos.
A principios de año 1605 ve la luz El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha, dirigido al duque de Béjar, en la imprenta
madrileña de Juan de la Cuesta, bajo elpartrocinio de Francisco
de Robles. El éxito es inmediato y apabullante: inmediatamente
salen ediciones piratas en Lisboa, Valencia y Zaragoza; a los tres
meses Cuesta inicia la segunda edición; salen numerosos lotes
rumbo a América...
De nuevo tras la Corte, Cervantes se traslada a Madrid, donde se instala
-al menos desde 1608- en el barrio de Atocha; después en la
calle de la Magdalena, muy cerca de la librería de Francisco
Robles y de la imprenta de Juan Cuesta.
En
abril de 1609, preocupado ya por su salvación, ingresa en la
congregación de los Esclavos del Santísimo Sacramente
del Olivar; Magdalena, Catalina y Andrea los han hecho antes en la
Orden Tercera de San Francisco. La muerte se ceba en sus parientes:
en octobre muere su hermana Andrea; seis meses después, su
nieta Isabel Sanz y, transcurridos otros tantos, Magdalena.
En 1610 Intenta acompañar a don Pedro Fernández de Castro,
conde de Lemos, a su virreinato en Nápoles, pero Lupercio Leonardo
de Argensola, encargado de reclutar la comitiva, lo deja fuera, lo
mismo que a Góngora.
Todavía aficionado a la poesía, el ya célebre
novelista asiste a las academias de moda: entre ellas, a la Academia
Selvaje, fundada por don Francisco de Silva y Mendoza en su palacio
de la calle de Atocha. Entre tanto, en 1612 el Quijote es traducido
al inglés por Thomas Shelton.
Cervantes viaja a Alcalá e ingresa como novicio en la Orden
Tercera de San Francisco, en la que haría votos definitivos
tres años después.
En 1613 salen las Novelas ejemplares, dirigidas al conde de Lemos,
en Madrid, por Juan de la Cuesta, en casa de Francisco de Robles.
En 1614 publica el Viaje del Parnaso, dirigido a Rodrigo de Tapia,
en Madrid, por la viuda de Alonso Martín. César Oudin
traduce el Quijote al francés.
En compañía de su esposa y de una criada, Cervantes
se traslada, por última vez, a una casa sita en la calle de
Francos, esquina a la del León, frente al mentidero de los
comediantes.
En 1615 publica el tomo de teatro: Ocho comedias y ocho entremeses
nuevos nunca representados, dirigidas, de nuevo, al conde de Lemos,
en Madrid, por la viuda de Alonso Martín, a costa de Juan de
Villarroel. Ese mismo año publica la Segunda parte del ingenioso
caballero don Quijote de la Mancha, en Madrid, por Juan de la Cuesta,
en casa de Francisco de Robles.
Enfermo, sin cura, de hidropesía, en abril profesa en la Orden
Tercera. El 18 del mismo mes recibe los últimos sacramentos
y el 19 redacta, "puesto ya el pie en el estribo", su último
escrito: la sobrecogedora dedicatoria del Persiles.
El viernes 22 de Abril de 1616, poco más de una semana después
que Shakespeare, el autor del Quijote expira, siendo enterrado al
día siguiente, con el sayal franciscano, en el convento de
las trinitarias descalzas de la calle de Cantarranas (actualmente,
de Lope de Vega)
Al año siguiente su esposa Catalina gestiona con Juan de Villarroel
la impresión de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia
setentrional, que salen de las prensas, de nuevo, de Juan de la Cuesta,
dedicados al conde de Lemos.