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Poemas de MARGARITO CUÉLLAR
GONZALO
SANTIAGO GARCÍA
Es tu corazón una madriguera
de ratones
Es tu corazón una madriguera de ratones
que de noche devoran las paredes
de nuestros templos.
II
Eres un latido de mar con injertos de ángeles
que abandonaron el cielo de tu clítoris
para rebelarse contra los demonios
de este callejón hecho hombre.
Parí abortos
He grabado rostros del tiempo
en tu cadera de látex.
He empleado colores, barro,
hipertextos y sólo parí abortos
que me arrancaron la luz.
II
En esta noche fornican los demonios
rasgan la carne del ciberespacio
Tu voz se ahoga en el río de Mictlán
No te afligas
esas criaturas no te robarán la esperanza
Grito tu nombre en los anfiteatros
Grito tu nombre en los anfiteatros
donde reposan toneladas de ladrillos desangrándose
Sólo escucho el deterioro gradual
de los corazones que flotan en el ambiente.
II
Eres una hermosa pinta humana
a quien hago el amor cada segundo
III
Sólo habitas en lo onírico
en los intestinos de la bestia
que te eructa para poseerte
Anotaciones para una
anatomía nocturna
Nada como el silencio de las tempestades
los relámpagos que construyen sogas
donde colgamos las mentiras del sueño
un centímetro de neurona de algún
planeta
el amante en llamas que odia cualquier muro.
Aldea lunar
Escribiste una declaración de desamor
en las profundidades
de la garganta de una hombre dormido
en cada segundo de una piel con VIH.
Aldea de lagartos moribundos
cada paso lunar
lo habitan desencantos terrestres.
¡Puta muerte que tienes los glóbulos
llenos de oscuridad!
II
Mis labios recorren sábanas negras
En las que duermen vírgenes azules
con una veintena de ángeles desempleados
Angeles - zanganos
Que esperan ser triturados
por el frío del desencuentro
Llevan la miel de la muerte
en sus alas huérfanas.
Los espejos rotos lloran tu ausencia
Lágrimas verdes
camisa de fuerza que sujetan a la bestia
de mis circuitos electrónicos dañados
II
Gritos que hablan del naufragio de navíos
Aleteos de mariposas envenenadas
que caen en el parque.
III
Ayer, una mujer rompió la noche
Hizo un barco de papel
y lo dejó escapar por túneles
pozos y los tranvías crucificados
de una espera de siglos.
IV
Los espejos rotos lloran tu ausencia
el viento gime que se ha quedado huérfano
Ante los crisantemos de augurios
que señalan tiempos de peste y desamor.
E-mail: tagraf@prodigy.net.mx
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MARGARITO
CUÉLLAR
APUNTE
Carlos Drummond de
Andrade
-poeta de Minas Gerais-
dice "los alegres
no escriben buenos
libros".
Condenados a lucir
el moño de
la felicidad
pagan casas de interés
social
conservan sus empleos
vigilan la dieta de
sus mujeres.
No tienen tiempo para
pensar
ni corazón
para vivir.
COLGAR EL ARPA
No hay aroma posible
en la locura de esta rosa.
Ya lo dijo Gonzalo
Rojas en perfecto violín
Eugenio de Andrade
lo grabó en el mar:
De aquellos trovadores
a los poetas de hoy
el amor y la muerte
trazan todos los hilos.
Sólo unos cuantos
viven para cantarlo
la otra parte del
mundo vive a oscuras.
MUJERES
Ebrias de risa
en la gracia
que las contiene.
Las veo
el corazón
saluda mis años
nuevos
estoy vivo.
DATOS
DEL AUTOR
Mexicano.
Poeta, narrador, periodista. Estudió periodismo en la Universidad
Autónoma de Nuevo León. Premio Nacional de Poesía
(Zacatecas, México, 1985), Premio Nacional de Poesía
(Calkiní, Campeche, México, 1993) y Premio Nacional
de Cuento (Campeche, México, 1997). Ha sido beneficiario del
Programa de Apoyos y Coinversiones del Fondo nacional para la Cultura
y las Artes de México y becario del Fondo Estatal para la Cultura
y las Artes de Nuevo León en el área de poesía.
Beneficiario del Programa de Intercambio de Residencias Artísticas
México-Colombia. Es editor de la revista Ciencia UANL.
Sus libros más recientes son Cuaderno para celebrar
(Universidad Autónoma de Sinaloa/ FONCA, 2000) y Plegaria
de los ciegos caminantes (Universidad Nacional de Colombia, 2000).
Ha traducido textos de Manuel Bandeira, Carlos Drummond de Andrade,
Murilo Mendes, Cecilia Meireles, Vinicius de Moraes.
E-Mail: magocuellar@hotmail.com