CARLOS ZERPA Y EL FUROR DEL KITSCHS
CARLOS ZERPA Y EL FUROR DEL KITSCHS
Texto: Carlos Yusti
La trayectoria artística de Carlos Zerpa ha mantenido una coherencia arrebatada, desde sus inicios hasta el presente. En ningún momento su obra ha perdido un ápice de ingenio, frescura y esa irreductible capacidad hostigadora que la caracteriza. Mi valoración por su trabajo estuvo signada, durante bastante tiempo, por innumerables prejuicios. Lo tenía recuadrado como un impostor, un hortera sifrino de clase media con veleidades de artista contestatario y contracultural. A pesar de dicha miopía traté de no perder la huella a sus intervenciones en el acontecer plástico nacional.
La propuesta artística de Zerpa explota con creativo acierto el mal gusto, la crítica corrosiva y la obra como un puzzle sin entrecomillados ismos. Su propuesta conceptual, para nada complaciente, busca estremecer al espectador en sus gustos de pedrería falsa. El kitsch, el mal gusto, lo orillero, lo camp tiende a mineralizar el gusto y la sensibilidad sobre objetos cotidianos, películas, melodías, cantantes etc., que se quedan en la medianía más aparatosa.
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