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Inauguración "La Posesión ante la Vida" 06 de Mayo 19:30 Hrs. CECA OVALLE.
06 de Mayo 19:30 Hrs. Inauguración exposición "La posesión ante la Vida " , cierre segunda fase proyecto curatorial " La vida sin propiedad" 2011 Acción Sudaca y CECA OVALLE. Organizan proyecto Acción Sudaca y Centro de extensión de cultura y las Artes Ovalle.
más información www.accionsudaca.cl / www.ovallecultura.cl
La posesión ante la vida
“En la civilización del capitalismo salvaje, el derecho de propiedad es más importante que el derecho a la vida. La gente vale menos que las cosas”. E. Galeano[1]
El sistema de libre mercado ha generado necesidades artificiales en el ciudadano, que nos aturden y nos separan de nuestras necesidades reales. Parece ser que ya no existen alternativas a una vida cuya demanda sea regida por el consumo; la educación pertenece a quien pueda pagarla, lo mismo ocurre con la salud y las distintas áreas de la vida. De esta manera aprendemos a poseer la vida, en la continua expropiación de sus derechos. Las cosas han ocupado el lugar de lo humano, y este ha quedado relegado a la condición de materialidad ausente, aquella que sólo existe en su productividad.
- Expositores: Yoya Zamora, Rafa Abad, Paulina Araya, Nora Unda, Nathaly Navarrete, Francisco Navarrete Sitja, Diego Estrada y Carlos Venegas.
- Curaduría y producción : Catalina Olivares, Marcela Matus, Carolina Manqueo ( Acción Sudaca) y Camilo Castro Erazo ( CECA Ovalle)
- Textos y apoyo teórico: Camila Urzúa.
- Fotografía y Diseño : Claudia Machuca y Andrés Gallardo.
- Rostro imagen: Agradecimientos a Javier Aravena
La posesión ante la vida
De un tiempo a esta parte, todo límite se ha vuelto un horizonte transparente, un espacio donde los traspasos funcionan como flujos, dentro de los cuales la conciencia, al parecer, siempre llega tarde; y es así como casi sin darnos cuenta, el humano devino cosa y la cosa se tornó humana. Las estructuras del sentido común sucumbieron a las fauces del capitalismo, se abandonaron a su cansancio y naturalizaron que la vida fuese vivida en su expropiación, en su constante sacrificio a la diosa de la productividad.
El humano se ha desposeído de sí mismo, de sus tiempos, de sus necesidades, de sus imaginarios; para dar paso a los tiempos de la mercancía, a las necesidades de la producción, al imaginario de los objetos y a la acumulación de propiedades impropias. Casi sin notarlo, despacio y en silencio, asistimos cotidianamente al duelo de nuestras propias vidas, a ese doble duelo que es pena, pero también enfrentamiento, un ser en constante disputa con su desarraigo, con esa desterritorialización que lo impulsa a ocupar el lugar de la cosa, del producto siempre sujeto a su utilidad.
En un sistema donde lo único libre, al parecer, es el mercado, toda fuerza es transformada en impotencia y toda vitalidad en castración. La máquina seca los cuerpos, y los expulsa en un reflujo acido que, en el peor de los casos, es capaz de corroer cualquier esperanza.
La posesión ante la vida entonces, no puede ser sino, la vida misma. Poseer la vida, es rescatarla de ese reflujo ácido y devolverla a su ciclo vital, es reterritorializarla en un espacio donde pueda recuperar la potencia de su fuerza, y por sobre todo, donde no deba respirar su oxidación al sonsonete del corazón del producto.
Camila Urzúa J.