Por: Iair Menachem

Extraños horizontes antes del amanecer: sonaban raro el piar, el rociarse de las aguas y el augur de las cosechas:     con un diafragma adherido     a las córneas del alma     entreveíamos la luz     -la que rechazan las cosas-. Se abrió el cielo de pares en tripas de sol paciente entretejiendo tus cabellos. Aves de gusto turquesa rodearon la cornisa y el cristal:     un beso consentido     de pura sonrisa calma     derribó el estigma de la cruz;     y la corona de espinas se hizo rosa.  Aunque nos veíamos y sabíamos de siempre, agonizamos de pronto separados. Devinimos Uno y nos supimos en el gemido sin cortes de la noche.     Resurrección plena de(l) Sentido:     en el pecho, el fragor de un alba;     la certeza en el sexo y en la mente.     La vida toda, fulgor sin broza.  El tiempo, enmadejado en el alma. Hoy llevas por corpiño una brizna de aire de mi frente. Y una idea de azul tardío te madura mía en el vientre. Amar de tí es ser parido, y por nombre llamarte matriz de mi simiente.  Nazquemos de la entrega, a plena luz, con las preguntas correctas: cuerpo de orgasmo sobre el tiempo agraciado de humanidad.  agradecido a la Providencia y a la vida,  iaIr

 

La piedad de Rajél
CANTABRAZAR

Por: Iair Menachem

Gastá la plata vana:      cantabrazá. Las alas amparan, la palabra clama.      Tanta amarra mal paga,      tanta palabra talada. Tanta brava llama tanta: ¿para nada? Atá la mala brasa. A la lacra: callala.      Cansala.      Aplanala. La lava salada, apagala hasta pasar, hasta zafar, hasta manar carambas, hasta mamar, hasta llamar a la manta: alambrada; hasta gastar la fama.      Amá la saga.      Saná. ¡Andá ya!, ¡aclará!:      * ¿Atrapa?, la fama.      * ¿Apaga?, la panza.      * ¿Amarra?, la casa -la vaca pasta-. Trabajaba (a mala gana):      cara lavada,      pala cansada,      barba rala,      plata cargada. Trabajaba para nada. Andaba allá: al arrabal, a la parranda.      A las patadas;      a la cana. A las patadas. ¡Ya basta! ¡Andá! ¡A armar la barca! Alas, caras      -granadas      para bajar la casa-. ¡A cazar la playa! La garganta canta, las azadas aparcan hartas manchas, la mar gallarda / ampara las ganas. Las armas fallan, las palabras pasan -abarcan ambas caras-. La playa apaga las aspas, avala la grava mansa -avala la transa-, graba la marca cascada. La gataraña blanca salta al altar, alaba al hada, canta baladas, brama tardanzas, aparta las cartas; arrasa las trampas -arrasa las plagas-.  ¡Andá ya!:      -la fama mata-.      Anclá la danza sagaz.      La panza, ganala. La garganta clara alcanza para aclamar al hada blanca. La casa baraja gasas, sábanas ámbar. Cargá a brazadas, amansá la cama. Saltá, atrapá las manzanas, las nalgas llamas / claras arañas. Zarpará bárbara, alada la barca, y será felicidad: Abrá caAdabrá. con amor, iaIr