TROPIXEL 2013

Entre los días 21 y 25 de noviembre se realizó en Ubatuba (Sāo Paulo – Brasil) el festival Tropixel. El evento reunió a un grupo de personas con intereses comunes, para desarrollar experiencias que de distintas maneras envuelven arte, ciencia, tecnología y sociedad. Un grupo de creadores que se reunieron para exponer, discutir y compartir ideas, pensamientos, projectos y experiencias. Ubatuba fue testigo de la materialización de buenas ideas, de imaginaciones inquietas y de inspiradoras actividades.

Puedo imaginar esta experiencia como un punto de convergencia entre dos mundos, uno que agrupa a una comunidad en torno del arte, la ciencia y la tecnología y otro mundo tradicional y local de la ciudad de Ubatuba, con sus habitantes, su clima, su naturaleza y geografía.

Hubo experiencias y situaciones notables, no tuve la oportunidad de participar de todas, sin embargo creo que en las que participé se puede rescatar el espíritu que de algún modo envolvió el festival. Esto tanto en el mundo de Tropixel, como en el mundo “Ubatubil”, pero especialmente en la citada convergencia entre estos mundos.

La primera parte del festival sucedió en Juiz de Foras, una localidad en el estado de Minas Gerais entro los días 17 y 19 de octubre, allí se concentró el trabajo en un contexto más académico, sin embargo los primeros dos días en Ubatuba con conferencias y mesas de discusión, también se abordó desde esta perspectiva. Participé en las mesas en Ubatuba, y me gustaría rescatar algunas frases en forma de reflexiones o preocupaciones que si bien quedarán fuera de contexto, creo que pueden dar una buena idea de las discusiones generadas e incluso hasta podrían generar nuevas discuciones.

Para visualizar las frases, basta con hacer click sobre la imagen.

Estos son solo algunas de las preguntas y reflexiones que pude tomar de las intervenciones de distintos panelistas el día de las conferencias. Algunas cuestiones serían replanteadas y/o reabordadas desde la práctica en los días siguientes. Ciertamente a esa altura la mayoría de los participantes de tropixel estaban con las manos inquietas, ya era el último día de palestras, y se podía percibir una suerte de agotamiento académico, y una gran gana colectiva de “hacer”, de entrar a la acción.

Antes de continuar quiero comentar una característica particular y muy agradable de la ciudad de Ubatuba, esta es la cantidad de ciclovias que tiene en la mayoría de sus calles al menos en la zona más centrica y por su costanera. Si bien hay elementos que todabía son muy mejorables en términos de diseño de las ciclovias, se agradece y disfruta su existencia, que por lo demás es un sistema de transporte muy utilizado por toda la población. Esto nos facilitó el transporte a todos quienes participamos del festival.

Así fue como el día siguiente, ya miércoles, Ubatuba ofrecía un lindo día para que ocuparan sus espacios. Un grupo fue para el “Quilombo da fazenda“, una hacienda con un pasado histórico muy fuerte ligado a la esclavitud y con el otro nos concentramos en la Escola Técnica – Centro Paula Souza (prédio da Unitau), donde habían sido las conferencias el día anterior y donde además habían muchos jóvenes que participarían activamente en las actividades.

Lo más destacable a mi parecer de esta jornada fue la participación de los jóvenes en los talleres. Y es donde precisamente se generó esta unión o mejor dicho comunión de mundos, aquel artístico-tecnológico y otro local, escolar, juvenil y en formación. Se generó una participación bajo términos comunes, ambos mundos curiosos, atentos, entusiasmados, entregados a experimentar y una de las cosas mas lindas, de aprender cada uno del otro.

De este modo se desarrolló un taller de radio-difusión, oficiado por Pedro y el equipo del ônibus hacker, que fue abarcando desde la história de esta práctica, pasando por aspectos político-administrativos, fenómenos físicos involucrados, herramientas y aparatos electrónicos necesarios, hasta el ejercicio mismo de comunicar.

Por otra parte Alex García junto a su equipo del “FAB SOCIAL” se ubicó con un computador con un sistema interactivo para convertir una pared cualquiera en un interfaz para dibujar. Por medio de un sensor y una proyección, se reconocía y proyectaban los movimientos de un lapiz interactivo, convirtinendo la pared en un sistema “touch screen”. Y no solo esto, este mismo dibujo que algunos jóvenes realizaron, pasaban posteriormente a otro computador, donde el dibujo era procesado para ser cortado en trupan, utilizando una máquina de prototipado rápido. En otras palabras teníamos todo un sistema tecnológico que podía materializar la imaginación de los jóvenes en muy poco tiempo, desde un dibujo hasta una pieza de madera.

Por último, a propósito de imaginaciones materializadas, se desarrollo el taller de confección de juguetes con Jorge Crowe, cuyo material era 100% desechos tecnológicos. Se crearon tres pequeños “robots dibujantes” con ventiladores de computador y los vibradores de un “antiguo” joystick, un “creador de dibujos” con un lector de DVD que hacía girar un disco sobre el cuál se coloca un papel y permite crear entretenidos diseños, un “generador manual de energía” con el sistema de expulsión de un antiguo computador, que al moverlo hacía atras y hacia adelante entregaba energía que permitía encender un par de LEDs, y por último un “amplificador de sonidos” con un piezo electrico y un par de parlantes, adivinen.. ..también viejos y desechados!. Todos los artefactos hechos de una manera muy creativa, sencilla y entretenida.

Al otro día pudimos ver al “Lab Movil” y el ônibus hacker estacionados al costado de la pista de skate de Ubatuba, desplegando una serie de actividades que envolvián dibujo de carteles, trabajo de reciclaje con latas, creación musical usando Ibniz, entre otras cosas. Esa tarde tuvimos el lanzamiento de la revista Facta, con Fred Paulino e Lucas Mafra, una revista de gambiología que en esta edición se trató sobre la acumulación de objetos como acción creativa, Jorge Crowe nos regaló esa noche un viaje en su imaginación con su performance electro musical.

El último día, con más cansancio en el cuerpo pero no con menos ganas, se concentraron las actividades en un terminal rodoviario a medio terminar, denominado como OCUPA (Ocupação Cultural do Perequê-Açu), que esta abandonado en un privilegiado lugar junto a una de las playas más lindas de Ubatuba. En este lugar se colocó la escultura realizada por el artista Mauro Alvim, y se desarrollaron una serie de actividades, vinculadas con música, teatro, ciencia, tecnología, cine, pintura, deporte, entre otros. Al mismo tiempo en el mismo espacio se desplego la Feira Abaetetuba, Artes e Cultura, que contó con la presencia de artistas y artesanos locales que ofrecian sus productos, que hay que decir eran muy lindos y de buena factura. Este día se cerro el festival, junto a la presencia de jovenes y moradores de las cercanias. Caida la noche el grupo se cambió hacia el hostal “Green Haven Hostel”, donde aconteció la fiesta de cierre del festival.

Mas fotos del festival: Aqui

Javier Cruz:
jcruzsm@gmail.com

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