EL ARTE DE LA ACCION Y LA UTOPIA LATINOAMERICANA
EL ARTE DE LA ACCION Y LA UTOPIA LATINOAMERICANA
Desde Uruguay, Clemente Padín
Como decía el poeta español Felipe Bosso: "Llamemos a las cosas por su nombre: COSAS!". El arte no tiene un discurso autónomo, no es una entelequia flotando en los anillos de Saturno. Por más que el sistema quiera cegar o cubrir con un manto de silencio o tergiversaciones los sentidos que despierta, el arte nunca podrán dejar de significar o aludir a la realidad, aunque simbólicamente. Podrán estar un poco más acá o más allá, pero nunca afuera.
Las nuevas formas de expresión, incluyendo al arte de la acción o performance, aunque no excesivamente ovacionadas, no difieren en nada de las artes clásicas. Con ligeras variantes, tanto un libro como una opera o una performance, conservan el esquema comunicacional clásico: emisor - mensaje - receptor. Aunque la naturaleza de los mensajes varíen frenéticamente al son de los adelantos tecnológicos en el campo de la comunicación, los emisores y receptores somos siempre los mismos, es decir, nosotros. Pese a que, en algunas circunstancias o corrientes artísticas definidas, los papeles se confundan, es decir, cuando el artista asiste (o no) como público a la creación de su proyecto a cargo de los espectadores. Se trata de un abanico abierto que va desde la expectación pasiva, como en algunas formas del cine o el teatro, p.e., a la participación desenfrenada del happening, p.e.
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