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El TPP, un acuerdo de las transnacionales contra los movimientos sociales
Lucía Sepúlveda Ruiz
Artículo publicado en Diario de Radio Universidad de Chile
Para los movimientos sociales y ambientales que levantan sus demandas, el Acuerdo Transpacífico TPP es en realidad el Acuerdo de las Transnacionales, y constituye un candado a todo posible avance. Su llave la tienen las transnacionales, el verdadero poder detrás de los gobiernos firmantes del acuerdo.
El canciller y su equipo negociaron en secreto por más de 5 años. a espaldas de la sociedad y el congreso. Entre los doce gobiernos firmantes hay potencias como Estados Unidos, Australia, y Japón al lado de países como Brunei y Vietnam, con economías de una escala menor, junto a Chile, Perú y, México por América Latina. Pero aún falta el último paso: el rechazo o la aprobación del TPP por un congreso mayormente desinformado y deslegitimado.
Más de 600 lobbyistas de las transnacionales farmaceúticas, biotecnológicas y de internet participaron de la negociación del TPP, constituyéndose en los verdaderos redactores del tratado. Así por ejemplo Islam Siddiqui, el negociador de temas agrícolas para Estados Unidos era ex ejecutivo de Crop Life, el gremio de los productores de semillas híbridas y transgénicas encabezado por Monsanto.
La defensa de la semilla
En el capítulo sobre Propiedad Intelectual, el acuerdo obliga a los países a ratificar el Convenio UPOV 91 de privatización de la semilla, resucitando de hecho la llamada Ley Monsanto. En 2011, este convenio fue aprobado por el Congreso pero no pudo ser ratificado porque la presión social impidió la derogación de la ley de semillas y su remplazo por la Ley Monsanto o Ley de Obtentores Vegetales.
En el camino a la soberanía alimentaria, se plantea que sus bases se construyen con tierra, agua y semillas, bienes comunes negados o transformados en mercancía. El TPP en cambio asegura la privatización de la semilla para lograr la expansión de los semilleros transgénicos y de las plantaciones forestales, aumentando las ganancias de las corporaciones, y sepultando la agricultura familiar campesina.
La consulta indígena y el convenio 169
Algunas de las demandas de los pueblos originarios tienen también que ver con temas abordados por el Acuerdo de las Transnacionales. Pero el gobierno no hizo la consulta previa e informada dispuesta en el Convenio 169 de la OIT sobre derechos de pueblos indígenas. Este tratado garantiza el nivel máximo de derechos a los inversores en megaproyectos energéticos, mineros y otros a realizarse en territorios donde habitan comunidades mapuche, aymara y de otros pueblos. El Acuerdo Transnacional TPP legaliza la biopiratería del conocimiento ancestral .El capítulo de Propiedad Intelectual forma parte del “corazón” el tratado, por eso decimos que TPP = Truco Para Patentar.
La demanda de salud para todos
El TPP asegura una mayor duración de las patentes de los medicamentos biólógicos, a contrapelo del movimiento social que busca salud para todos. Habrá menos medicamentos genéricos porque las patentes durarán 8 años pues el Tratado TPP de las Transnacionales admite “segundos usos” para revalidar patentes, si se acredita que el medicamento se usará además para otra dolencia. Así los remedios biológicos seguirán fuera del alcance de las familias afectadas por enfermedades catastróficas. La Ley Recarte Soto, una conquista de vastos sectores afectados por las enfermedades de alto costo, o las farmacias populares, se verán invalidadas puesto que el presupuesto de salud, no alcanzará a cubrir los medicamentos biológicos, que representan un poco más del 26% del presupuesto total de salud.
Margaret Chang, directora de la Organización Mundial de la Salud alertó claramente a los gobiernos durante la negociación del tratado, señalando que el TPP “cierra las puertas a medicamentos accesibles a la población”.
El acceso a Internet
El TPP censura, criminaliza y restringe el uso e internet. Considera delito la descarga libre de información, o el colgarse de señales satelitales. Los proveedores de internet deberán identificar en tribunales a quienes eludan las llamadas “medidas tecnológicas de protección”, los obstáculos digitales impuestos al acceso libre. El tratado entrega cero protección a los investigadores y a las personas discapacitadas respecto del uso de los contenidos con propiedad intelectual.
Esto facilita la censura política y lleva a escenarios ridículos como no poder usar canciones con licencia en bodas.
El proceso constituyente
Estamos viviendo lo que el gobierno llama “proceso constituyente”, la esmirriada respuesta oficial al movimiento social por una nueva constitución. Pero este Acuerdo Transnacional TPP hace inconducente cualquier cambio significativo en la constitución y también el surgimiento de una nueva constitución que pueda vulnerar lo estipulado en sus 30 capítulos, dados los mecanismos de control de nuevas leyes que establece.
En la práctica el tratado se constituye en un “congelador” de nuevas leyes y derechos a incorporar en la constitución o en nuevas leyes. El Acuerdo Transnacional atajaría las demandas del movimiento social por la recuperación del agua y los territorios, que levanta el agua como un derecho humano por sobre sus usos por la mega minería y las forestales.
El etiquetado de transgénicos
En el capítulo 2 del Acuerdo Transnacional se establece un grupo de trabajo sobre Biotecnología que tendrá autoridad para examinar las leyes y reglamentos actuales y futuros, una forma de impedir una ley de etiquetado de alimentos transgénicos. Hay un capítulo sobre Compras Públicas y otro sobre Obstáculos al Comercio cuyas disposiciones son tan amplias que impedirán políticas públicas de apoyo a la producción agroecológica, o dictar medidas de protección de la salud como la prohibición de plaguicidas altamente peligrosos como el Roundup de Monsanto.
Demandas internacionales
Si los movimientos sociales que luchan por sus demandas logran por ejemplo detener un megaproyecto o tras grandes movilizaciones se dictan leyes que castiguen efectivamente el daño ambiental y la destrucción de los territorio, la empresa transnacional podrá demandar al Estado chileno por no cumplir sus “expectativas razonables de ganancia”. Se trata de demandas unilaterales porque el Estado no puede contrademandar y deberá defenderse en paneles internacionales que no respetan las normas del debido proceso y en los cuales las transnacionales tienen mayoría. La soberanía nacional estará muerta y enterrada y de aprobarse el Acuerdo Transnacional TPP, los verdaderos gobernantes serán las representantes de las transnacionales.
¿Dejaremos que otros decidan por nosotros? La Plataforma Chile Mejor sin TPP ha demandado al canciller Heraldo Muñoz la postergación indefinida del envío del proyecto al Congreso.
Asimismo la Plataforma está interpelando a los parlamentarios y llamando a los ciudadanos a hacerlo creativamente desde sus distritos y territorios, para que tengan claro que su eventual apoyo al Acuerdo de las Transnacionales significará que públicamente serán señalados para imposibilitar su reelección. Y como eso les importa, sabemos que todos juntos podemos parar el TPP.
Lucía Sepúlveda Ruiz
Plataforma Chile Mejor sin TPP
Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile
www.periodismosanador.blogspot.com