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FRANCISCO COPELLO
Desde Chile, Raúl Hernández
Murió Copello, lo leo en la prensa. Por lo menos aparece en la prensa. Hay una muerte corporal, sobre todo de cuerpo. Mucho se podría decir de su trayectoria en el body-art y en la performance. Es de esperar que muchas líneas se llenen a partir de su historia. Murió Copello, lo leo en la prensa.
En el año 2001 vi a Francisco Copello en el MNBA lanzando un libro ("Fotografía de Performance", Ocho Libros Editores), hablando con los asistentes, comentando un documental que se mostraba (que mostraba) a "los Copellos", las imágenes, los rostros. Telas, pinturas, grabados, estética muscular, travestismo kitsh, poética de la pasión. Ubicaba a este muchacho que salió disparado de Chile atravesando el paso de cebra de la década de los sesenta. Lo vimos (no lo vimos) trabajar en Nueva York con Andy Warhol, explorar nuevas armas en la danza, merodear las posibilidades del arte corporal. Y cómo hacía de esto un leit motiv, un teatro del monólogo visual, desde una felicidad de tiza nueva, hasta la tristeza fútil del televisor en llamas. Iba trasladando la sutileza acuosa de la sonrisa atroz hasta balancearla en un carro del supermercado de las muecas.