Por
primera vez llega a Chile una muestra individual de Jesús Rafael
Soto (1923). Jesús Soto es uno de los representantes más
importantes del arte cinético. Vale la pena conocer su obra,
investigar un poco...
Comencemos por el principio, Jesús
Rafael nace en Ciudad Bolívar, Venezuela, de familia modesta,
apenas asiste al colegio. Comienza pintando letras y carteles de cine,
gracias a su talento consigue una beca para estudiar en la Escuela
de Artes Plásticas de Caracas (1942-1947). En 1947 se le nombra
director de una escuela de Arte en Maracaibo, pero no es el ambiente
apropiado para las ideas que bullen en su interior, por lo que decide
establecerse en Francia en 1950.
Los intereses de Soto eran el cubismo,
Cézanne, Mondrian. No quería reproducir lo que ya estaba
hecho, debía investigar los fenómenos visuales, por
lo que se esfuerza en adquirir conocimientos nuevos. En
Francia, donde recién comienzan a darle importancia a las corrientes
geométricas desarrolladas por Malevich y Mondrian se une a
artistas inmersos en las mismas preocupaciones plásticas que
él. Estudia a Kandisnky, Klee, Albers, Sophie Taeuber, Moholy-Nagy,
Arp, Calder, Duchamp, Gabo, poco a poco va adquiriendo serios conocimientos.
Elige eliminar todo carácter gratuito, para evitar los símbolos,
se reduce al mínimo través de la abstracción
y lo conceptual intentando llegar a las formas puras. También
se decide por los colores primarios, los tres secundarios, el blanco
y el negro.
"Desde el
momento en que comprendo el funcionamiento de la música serial
decido aplicar esa noción de lo permutable a un elemento esencialmente
pictórico: el color"(Jesús Soto).
Le anteceden Calder y Tinguely,
que utilizan el movimiento en su obra, pero él quiere hacer
otra cosa, quiere que la obra sea inmóvil, y que a través
del movimiento del espectador frente a la obra, éste descubra
el fenómeno cinético en toda su pureza, Soto lo busca
a través de la "vibración", (por ello se siente
heredero de los impresionistas), y convierte esta vibración
en una constante.
Sus
primeras "Repeticiones" datan de 1951, son elementos geométricos
muy simples (líneas, cuadrados, puntos), alienados en un determinado
orden y repetidos hasta el infinito, sustituyendo la idea de composición
por la idea de distribución. Luego vienen las "Progresiones"
y después las pinturas seriales, en 1952, comienza a liberarse
una composición más dinámica. En 1953 crea el
"Desplazamiento" con la vibración óptica que
resulta de la intersección de puntos y líneas que sugiere
la tercera dimensión. En 1955 vendrá la "Espiral",
importante obra, construida en dos planos, uno transparente y otro
opaco, en la que el espacio es real, en la que existe una superposición
de dos vibraciones y en la que nace verdaderamente en movimiento cinético.
En sólo cinco o seis años Soto define claramente su
personalidad y su campo de acción, quedando ya delimitadas
las opciones esenciales para el futuro.
"Para aplicar la noción
de lo permutable hice una serie de ocho colores a los que adjudiqué
una relación matemática la cual necesariamente tenía
que elegir de antemano y que luego respetaba en todos sus resultados...
la programación me daba la posibilidad de crear una obra al
infinito, una obra abierta cuyos límites podían estar
en todas partes y en ninguna al mismo tiempo, ya que siendo obstinadamente
repetitiva, cualquier fragmento de ella es igual al todo, el cual
a su vez es infinito"... "Es muy posible que yo hubiese
encontrado respuestas a mis preguntas en las matemáticas o
en la lógica, pero para mí era mucho más fácil
estudiar el lenguaje de la música" (Jesús Soto).
A los Cinco años en Francia
expone en forma individual en la galería Denise René.
Soto
estudia la música dodecafónica y serial, (muy próximas
a las matemáticas) y hace un paralelo con las formas plásticas.
Por tanto es un creador de estructuras, de sistemas codificados que
sirven de soporte a la imaginación y a la fantasía.
Soto practica un "ARTE - CIENCIA". Él no estudia
física, sino la filosofía de la ciencia. Para el artista
el arte no es sólo expresión sino sobretodo un conocimiento.
"Con las obras transparentes,
realizadas en dos o más planos, surgen preocupaciones espaciales
y comienza la experimentación de los fenómenos luminosos.
Con las "Progresiones" y los "Penetrables", hechos
de innumerables hilos delgados, agrupados en volúmenes virtuales,
aparece la desmaterialización misma de la obra, la analogía
con el estado constituyente de la materia, el interés desplazado
de la materia hacia la energía" (Marcel Joray).
Los
penetrables son "Progresiones" pero grandes, en donde el
espectador "penetra" dentro de la obra, Jesús Soto
lo hace con la intención de demostrarle al hombre que él
es una parte constitutiva del espacio. En algunos penetrables hechos
de metal, en donde las barras que cuelgan tienen distintas medidas,
(1 a 10 cm.), se produce con el movimiento del espectador dentro de
la obra, una vibración sonora, aquí el artista logra
una vinculación muy especial entre pintura y música,
aunque tienen un sentido pictórico por el color, tienen también
un carácter escultórico, pero con la idea de que el
espacio en sí sea más importante que el objeto, intenta
aprisionar el espacio de manera metafórica, introducir el tiempo
en la obra de arte, lo que Soto llama "cuarta dimensión"
o sea el movimiento.
En 1966 fue invitado especial de
la Bienal de Venecia. Desde 1972 alterna entre París y Caracas,
en donde tiene actualmente su taller. En Ciudad Bolívar, Venezuela,
se inauguró en 1973 el Museo de Arte Moderno Jesús Soto.
Es claro que para conocer y disfrutar
la obra de Jesús Rafael Soto no basta leer un artículo,
hay que verlo. Si usted está en Santiago puede visitar esta
muestra en la sala de Arte Telefónica más conocida como
"CTC" hasta el 26 de Septiembre. Si no, búsquelo,
es lo suficientemente famoso como para encontrarlo en cualquier parte
del mundo, otra opción es viajar a Venezuela a conocer su museo.
Bibliografía e imágenes:
Catálogo exposición "Soto, la poética de
la Energía", Sala de Arte Teléfonica, Santiago
de Chile, 1999. Entrevista a Jesús Soto, vídeo.