Desde México, Araceli Zúñiga
Estamos nuevamente andando. Una vez más -a pesar de las guerras, a pesar de las lluvias de cenizas y de las aguas ácidas de la contaminación, a pesar de los apagones- estamos nuevamente andando, acompañados por "ese extraño caballero, don Alonso Quijano, flaco y loco. Andando por Guanajuato, buscando las palabras. Esas otras palabras mestizadas que nos dan acceso, como a don Alonso Quijano, a otros universos.
Este párrafo forma parte del texto introductorio que escribimos César Espinosa y yo para el Catálogo de Artes Visuales del Cervantino número 31, en el año 2003. "Caminos de Guanajuato. Las artes visuales en el Cervantino, desde Internet hasta las comunidades espóricas". Y añadimos, entonces: "¿De qué otros universos estamos hablando? Hablamos de proyectos radicales de escritura, como en su momento lo fue El Quijote -novela límite de las andanzas de caballeros y el deshacer los entuertos de la injusticia-. En el caso del Festival Internacional Cervantino, en su trayectoria más cercana nos encontramos con un nuevo big bang, no sólo de las artes, sino también de los inicios de una nueva revolución de la escritura. De la palabra en sus múltiples y complejísimas acepciones: multiculturales, multiétnicas, multidimensionales, híbridas, transgresoras y urticantes en esta revolución perceptual/conceptual, que pone en remojo y a revisión radical los conceptos sobre ciencia, humanismo, tecnología, arte y espíritu humano".
Abundemos en esta cita: "Esta revolución, como todas las anteriores, será evolución o involución, dependiendo del uso que hagamos del lenguaje. Neurotransmisor que recorre a la Aldea Global (cualquier cosa que eso signifique) oxigenando y nutriendo(nos). Eliminando células muertas. Molinos de viento".
Y termino citando(me): "La generación de cultura en el futuro, o sea, ahora mismo, será producida por artistas/ciudadanos que conocerán el mundo a través de un complejo y multidimensional sistema de circuitos sensoriales cuyos canales principales serán no solamente aquellos conectados a la vista, como se creía hasta hace muy poco tiempo, sino los que conectarán con todos nuestros sensores. Todos. Tarea de poetas/artistas/filósofos/híbridos de los años por venir".
En consecuencia con mis propias palabras (que no me trago; las devoro, las reciclo y las regurgito) hoy inicio -desde este no espacio virtual- el análisis sobre el anti-homenaje a Melquíades Herrera dentro de la 8ª Bienal. Para esta "zona bajo sospecha" de la Bienal (¿y acaso el arte incomodo no corresponde a esta convención?) invitamos, de manera selectiva, a muy pocos artistas. Pero aquí ya me sobran las palabras. Ellos se presentaran y los conoceremos. Entonces se sabrá el por qué fueron invitados. Y tan pocos. Comenzamos con el grupo PEAC. Adelante.
El PEAC en el Cervantino
A propósito de Melquíades Herrera
CC: César Cortés KB: Katnira Bello VS: Víctor Sulser
VS: Este texto nace de la invitación que nos hicieran a explicarnos a propósito de la participación del PEAC en las actividades de la Bienal de Poesía Visual dentro del Festival Internacional Cervantino en la Ciudad de Guanajuato .
LA BIENAL SE PLANTEA COMO UN ANTIHOMENAJE A MELQUÍADES HERRERA
PEAC - El grupo Procesos y Estrategias de Arte Contemporáneo inició sus actividades a finales del 2003. Está conformado por Katnira Bello, César Cortés y Víctor Sulser, además de Refugio Solís, quien ha participado en otros proyectos del colectivo. PEAC es un proyecto impulsado por un grupo de artistas que, desde el ejercicio práctico, aborda las diversas fases del circuito de producción artística: producción de obra, circulación, difusión, acercamiento a nuevos públicos, formación de nuevos productores, recepción e investigación.
El grupo atiende la necesidad de extender el conocimiento y capacidad de percepción en las disciplinas artísticas, situadas en el intermedio entre su relativa novedad y la formación de una tradición; justo en estos tiempos, cuando nos encontramos en una época con una estética extendida, en la cual todo objeto u actividad puede ser juzgada como arte.
MELQUIADES
Breves apuntes sobre un personaje
CC: No sé quién dijo que el bruto demagogo es el que cree que el pueblo está hecho de brutos. Así veo también engaño en decir que un objeto ordinario es insignificante, pues eso equivaldría a afirmar que tan sólo los objetos únicos son los trascendentales y a los que se les debe dedicar atención. Melquíades Herrera, semiólogo y artista de la recolección y el performance, trabajaba en el sentido inverso. Los objetos cotidianos para él estaban colmados de contraseñas que daban cuenta de los signos privilegiados por una cultura.
Clasificar esas señales, como si un naturalista tomara muestras de fósiles para colocarlas sobre una mesa y observarlas por horas mientras la tarde se consume, no era tan sólo parte de una ironía. Cuando Melquíades afirmaba en uno de sus artículos ( Cuenta de 15 para Roland Barthes; a propósito de su cámara lúcida) que la estética debía separarse de la filosofía y de la teoría del arte para ser elevada a la condición de ciencia autónoma dedicada al estudio de los fenómenos plásticos, la propuesta tendía a incorporar a la semiología como caballito de batalla. Se trataba de revisar los fenómenos plásticos con una dirección que hiciera énfasis en las particularidades desprendidas de los objetos, más allá de las tendencias de moda, dependientes del contentillo de los "teóricos" que, como él mismo apunta en el texto, no hacen otra cosa sino literatura, tan subjetiva como el objeto que revisan.
Aunque a mí siempre me han dado desconfianza los científicos, a Melquíades le reconozco justamente que no lo fue y que, en todo caso, proponía una ciencia tan inexacta como la semiología, no con la intención de sistematizar rígidamente nada sino, por el contrario, para incorporar recientes objetos culturales a los procesos de observación del mundo y con ello tender nuevas líneas analíticas, distintas de la tradición metódica. Objetos que poseen signos y que nos determinan, determinarán también los procedimientos de observación. Bajo la sombra de una disciplina que recuperara interpretaciones no esteticistas sino lingüísticas, era posible incorporar una idea más democrática del producto artístico: si todo puede llegar a ser arte es, justamente, a causa de que todo movimiento humano es cultural.
No hay cosas mejores ni peores (estrategia común del juicio maniqueo contemporáneo), sino objetos que señalan versiones del mundo distintas pero dignas de atención: una botella de salsa catsup o un cuadro de Watteau podrán ser observados con una pasión similar, en tanto los canales usados por el observador generen elucidaciones que le permitan contemplar los objetos como signos francos y habitantes simultáneos del mundo que le ha tocado vivir.
KB: Mi interés por Melquíades Herrera surge en el preciso instante en que éste aparece en una de sus clásicas demostraciones de objetos cotidianos con los que podía desencadenar todo un discurso acerca de la función, la apariencia, el arte, la política y las novedades de la semana. Un personaje que podía desdoblarlo todo, un mago sarcástico para desencantados.
Yo nunca fui su alumna, al menos no en el sentido escolar. Sin embargo, puedo decir que del Maestro aprendí mucho, todas y cada una de las veces que pude verlo o escucharlo. En torno a Melquíades y la semiología de la vida cotidiana desarrollé cierto interés en el lenguaje de los objetos, que ha estado presente en mi trabajo desde hace varios años. No al estilo Melquíades, aunque deba confesar que una que otra vez haya pretendido hacer alguna melquiadez como homenaje, como experimentación, como juego.
No todo es lo que parece. En alguna ocasión él me dijo que el chicharrón que estaba depositado en una mesa junto a más comida, no era como otros chicharrones. porque ese no tenía pelos, sin duda, y agregó que le constaba que ese chicharrón era el mejor porque él mismo lo había elegido, como a todos sus objetos, con la precisión de quien sabe lo que está buscando. Melquíades sostenía que todo podía ser diseccionado con el cuchillito del arte o de la vida, o mejor aún, con ambos filos.
VS: ¿Quién es Melquíades Herrera? Uno de los mas importantes y reconocidos artistas mexicanos, a la vez que ampliamente desconocido. El amplio olvido de su obra se debe a su exclusión de los circuitos del arte comercial. Al estar fuera de dichos circuitos comerciales e institucionales, no entró en el conocimiento del gran público. O digamos mejor, puesto que eso del gran público parece una ilusión, que menos personas conocieron su obra. Ustedes dirán: "otra historia del artista fuera de. al margen de." Pues sí, pero no. Melquíades fue real, aunque a la distancia no lo parezca. Melquíades fue un artista admirado por los que conocieron su obra. Un artista admirado dentro de su medio, reconocido en su valía estética, pero que no se vendía bien. Pero, ¡de qué demonios está hablando! -dirán ustedes. Hablo de ready mades narrados y teorizados, de una larga serie de objetos seleccionados por Melquíades Herrera, presentados junto con un discurso. La mayor parte de su producción es performance ejecutado como presentación de objetos.
Una primera lección extraída de ver un performance de Melquíades fue la necesidad de darle tiempo al objeto, crear con naturalidad un breve periodo de espera, crear expectativa con los instantes que transcurren durante su búsqueda en el portafolio o la bolsa. Melquíades extiende su mano y muestra el objeto, permite a la mirada el reconocimiento mientras guarda silencio o comienza con una formula de contacto e inicio del discurso: "Señoras y señores, hoy les vine a presentar este." y quizás antes de entrar en materia realiza un preámbulo asociado con el pregonero, el merolico.
Definido por Melquíades, su discurso proviene del gabinete de ciencias, presentación de resultados de una investigación, adornada con formulas de cortesía hacia el publico, procurando amenidad e ingenio. La breve introducción pone en contexto el objeto estudiado: entrando en materia se nos muestran los usos del objeto, sus implicaciones simbólicas y las operaciones de transformación de sentidos. El objeto que parece un chocolate, al sacarlo de su envoltura, resulta ser un peine, pero el peine contiene en su mango un espejo; es imposible vernos en el espejo y peinarnos a un tiempo. La preocupación por el aspecto personal contradice. El consumo de chocolates en una sociedad obsesionada por la belleza, una anoréxica belleza que busca el bajo consumo de calorías. Pero este es un chocolate que embellece. La presencia dentro del mismo objeto del peine y el espejo disloca el momento de la intervención sobre mi persona y la contemplación narcisista. En mis palabras, el discurso pierde la frescura y la desparpajada elegancia dada por la mezcla entre el habla coloquial y el discurso académico.
En una presentación de Melquíades Herrera un objeto tras otro aparece, es ofrecido a la contemplación, usado. En ocasiones su uso es trastornado para encontrar nuevos sentidos. Melquíades Herrera presenta el ready made en la acción, en piezas que son un híbrido entre el arte conceptual creado por medios discursivos y la simple apropiación de los objetos.
INTERMEDIO TURISTICO
VS: Guanajuato es una ciudad de aire barroco, colonial y neoclásico. En su centro las calles son de laberíntico trazo; la ausencia de rectas avenidas es substituida por túneles excavados en el subsuelo de roca maciza. No puedo desprenderme de la sensación de sacrilegio contra el gabinete de la abuela, cuando pienso en presentar piezas de arte contemporáneo en el Festival Cervantino.
QUÉ HICIMOS
KB: Partí de retomar la imagen de Melquíades con los lentes y el bigote de peine, para realizar una versión personal, imitando la postura y el gesto de la fotografía, pero desde mi propia postura y gestos. El resultado soy yo con unos lentes rosados y un peine rosado, tratando de imitar ese gesto gruochesco en un montón de fotos, donde casi casi se consigue sin lograrlo del todo. Seguir la pista de Melquíades no es nada fácil. desde tu propia postura sin jugar al imitador. El resto de la pieza interactúa con estas imágenes al tratarse de frases que originalmente provienen de un texto suyo al que yo agrego o cambio palabras o altero por completo el sentido, sobre el arte y su postura descarada. Presento una manita rascadora doble: para calzar la estética y rascarle al concepto. Mi propia versión de la navaja melquiadeciana. Todo el texto se presenta en formas no convencionales, convirtiéndose a distancia en textura que enlaza las fotografías entre sí, las imágenes de mí tratando de lograr un porte a la Melquíades y las fotografías de un objeto hallado por azar (un juguete de cartón que es un perfume).
Como homenaje personal, presenté una acción sobre Las chicas actuales , utilizando objetos recopilados en una incursión a las calles del centro del D.F. usando de pretexto a las Chicas Súperpoderosas, y lo que las mujeres jóvenes podemos necesitar ahora, articulé un discurso jocoso alrededor de los objetos que presentaba y con los que el público interactuaba. Corazones de dulce, barajas de lotería para leer la fortuna, lentes para ser cool y todo lo necesario en el minikit bonita contemporánea , que, en caso de resultar fallido su uso, contiene como última opción una máscara para volverse un poco terrorista.
CC: Yo me metí en la panza de una serpiente. Una serpiente que no era una serpiente, sino un portafolio Samsonite. Recordaba yo a Melquíades cuando, para llegar a tiempo al aula en la cual daba clase, recorría las rampas y las escaleras de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con su camisa abierta, mirando para dos lados distintos y con el asa de plástico de su portafolio entre los dedos. De esa caja portátil salían las cosas más inauditas: máscaras de hule o monedas de plástico, calzoncitos de mujer en forma de rosa o tubos de pvc. Quise ser yo también una cosa inaudita y entonces decidí entrar en el continente para convertirme en un contenido misterioso. Pero en tiempo real las cosas son más sencillas, así que lo hice rápido para no ser olvidado por el respetable. Recuérdenme, por favor. No olviden mi forma, no olviden que por unos segundos me convertiré en el centro. ¿Qué era yo ahí al fin y al cabo? ¿Un elefante, un cazador de boas, un aviador? Fue Araceli Zúñiga, con el justo tino que da una infancia conservada con compromiso, la que me sugirió, al final de la acción, la correspondencia con el famoso cuento de Saint-Exupéry "El Principito". Honestamente no me había pasado por la cabeza. Yo quería meterme en una bolsa de plástico, que no fuera bolsa de plástico sino una serpiente, que no fuera una serpiente sino un portafolio Samsonite. Quería hacerlo para convertirme en otra cosa y salir y decirlo. Pero era extrañamente cierto. Y ".mi dibujo número 1 era de esta manera:"
"Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo no les causaba miedo."
"- ¿Por qué habría de darme miedo un sombrero? Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Estas personas tienen siempre necesidad de explicaciones. Mi dibujo número 2 fue así:"
VS: Hoy en día es habitual el uso de unas enormes bolsas de mercado, con diseños tradicionales mexicanos, pero que pueden venir de China como es el caso de la bolsa que uso en mi performance. En este enorme morral los comerciantes ambulantes cargan su mercancía; un solo hombre quizás puede cargar todo su puesto en ella. Ésta es una herramienta indispensable para la aparición de los móviles e ilegales mercados callejeros de la ciudad de México.
Dentro de una de estas bolsas coloco 15 metros de grueso poliducto ranurado, un tubo usado comúnmente para tender el cableado eléctrico dentro de los muros. Saco un tramo de aproximadamente un metro de poliducto delgado con un globo sujeto al otro extremo, soplo e inflo el globo. Al inflar y desinflarlo se produce sonido con el paso del aire por el tubo. Saco una parte del tubo grueso de la bolsa y soplo, en un acto sonoro de resistencia para crear un ciclo de inhalación-exhalación a través del tubo. Me desplazo, extraigo todo el tubo de la bolsa, muevo toda su extensión procurando que sus curvas se froten unas con otras. El poliducto golpea y se fricciona consigo mismo y con el suelo.
Este acto sonoro no tiene referencia específica a Melquíades Herrera; es hecho con un sentido ritual de acto de despedida. El uso de bolsa y tubo son en parte herencia de la practica de Melquíades Herrera de señalar y transformar en piezas de arte objetos cotidianos. Para Melquíades uno de los principales campos de caza de objetos es el mercado de los comerciantes ambulantes.
PEAC: De manera conjunta realizamos la pieza sonora Concierto Coca Cola en Homenaje a Melquíades, en memoria de su Concierto Coca Cola presentado en X-Teresa.
Una monografía sobre Melquíades donde presentamos imágenes y semblanza del personaje.
Cuatro maniquíes de Melquíades de tamaño natural.
Cada uno creo piezas individuales exhibidas en la exposición de la
Bienal.
EXTRA EXTRA: SOBRE EL PEAC
VS: Procesos y Estrategias del Arte Contemporáneo es un colectivo dedicado al Arte Contemporáneo -cualquier cosa que sea eso-. Por el momento sus principios básicos están en discusión. De hecho discrepamos sobre la posibilidad de establecer esos postulados.
No estoy de acuerdo con la trampa lógica de instar por la apertura total, la no definición. Establecer la imposibilidad de definir líneas y reglas, visiones definidas del mundo, abre la puerta a un relativismo absoluto.
Es sospechoso que en varios medios, cómo en el artístico, flote cierto aire de dogma. La regla dice "Como todo es relativo, mi discurso vale igual que cualquier otro" y es cierto de alguna forma. Cualquier práctica puede ser artística y no es posible ya censurarla. Por el contrario, hoy es difícil encontrar algo fuera del campo de lo artístico. Se disolvieron de tal forma las fronteras del arte, que éste abarca cualquier propuesta. Pero todo lo anterior define la práctica artística, le da características específicas respecto el arte realizado en épocas anteriores. Entonces sí hay reglas, parámetros establecidos de alguna manera. Y discutir esto es parte de las cosas que aún estamos por hacer dentro del grupo. Pero no se preocupen, mañana resolvemos todo esto para, finalmente, contar con una teoría que describa la totalidad del campo artístico, o quizás no.
KB: PEAC es un extraño espacio de tránsito que ha mantenido un tanto abierta la definición de su postura, puesto que es múltiple, móvil; por ello probablemente sería un error crearle limitantes ahora. En el terreno de las posibilidades se mantiene abierto a la reflexión, la autocrítica y la experimentación, en un proceso continuo. PEAC es también zona de constante discusión acerca de los volátiles conceptos del inasible arte contemporáneo, entre contemporáneos que comparten ciertas visiones, percepciones y señalamientos. Por ello el grupo posee posturas específicas dirigidas hacia cuestiones específicas, pero no hacia asuntos generales, ni hacia la palabra arte o creación o vida o perfección. Cualquier cosa puede ser cualquier cosa, pero no cualquier cosa puede hacerse pasar por cualquiera otra cosa ante los ojos de cualquiera. O tal vez sí. Es uno de los puntos que cuestionamos hacia adentro y hacia fuera del grupo. Cuestionamos también el adentro y el afuera en esta época de nuevas fronteras, cuestionamos las posibilidades de interactuar con esas fronteras. Fronteras disolubles, intraspasables, efímeras, incuestionables.
El PEAC parte de la generación de un discurso interno, la constante es el abordar los temas desde diversos ángulos y moldeando las posibilidades planteadas para luego echar mano de la materia y hacer física la presencia de dicho proceso-discurso, y esperar entonces a que suceda lo demás (que es la parte que prefiero). PEAC funciona como un abanico donde, por combinación, la imagen extendida no es nunca la misma, aunque siempre eche aire.
CC: Cuando diga que para mí el grupo Procesos y Estrategias de Arte Contemporáneo es sinónimo de ambigüedad, el lector tendrá que tomárselo con cuidado. Eso porque primero voy a decir lo contrario: PEAC es algo bien concreto, definido hasta la médula y con objetivos bien claros. Y es que la promesa de precisión siempre tiene un cometido estratégico mejor asimilado por ánimos educados en el respeto a las normas y a la misteriosa costumbre atesorada por los seres humanos consistente en confundir significado con significante.
Motor de la cultura: el mundo cobra sentido tan sólo en la representación. De cualquier manera, ya sabemos lo que Karl Popper diría: demostrar lógicamente la blancura de todos los gansos es harto complicado, por lo cual a veces el empirismo es la mejor solución para zafarse del problema de la incredulidad. Así que no hay razón para demorar esta confesión: PEAC trabaja sobre el discurso que legitima un objeto artístico en un marco cultural definido. Esto es; no negocia loas ni escatima reconocimientos dado que no le interesa el juicio de valor sino en su dimensión tragi-cómica, pues PEAC no labora para las albricias del nuevo optimismo simplificador que posiciona en el mercado lo que la mañosa Historia del Arte puede acoger sobre su seno sin sentirse demasiado incómoda, pero tampoco se ufana de un renovado pesimismo que declara con la mano en la cintura que de ninguna manera el arte contemporáneo es arte.
PEAC no juzga sino en el sentido de un imaginario en el cual la obra se inserta. Un imaginario ambiguo, inclasificable, tan huidizo como los más blancos gansos de todo el planeta. No observa, pues, el producto artístico sino en su contexto ingenuo-conceptual circundante. Incluso le cautiva más el entorno que la obra en sí, por lo cual prefiere a veces incorporar mucha de su labor en el espacio público y otras tomar los extraños frutos madurados en él, para colgarlos de las ramas de las viejas instituciones y dejar que ahí terminen por caer hasta estrellarse contra los pisos blancos de las galerías. Todo esto no por un afán redentor ni por ceñirse a las corrientes de lo que está en boga, sino a causa de que considera que la polémica entre cultura popular y cultura de las elites está ya hace tiempo superada. Sucede también que muchos, a lo largo del tiempo, hemos debido reconocer que nos hemos cultivado en una época en la cual toda relatividad en la estabilidad de las definiciones es un asunto de supervivencia. Dudar pospone la acción del prejuicio que en tiempos desesperados tan sólo apunta a la violencia gratuita. Por eso digo que PEAC es sinónimo de ambigüedad.
E-mail: peac909@yahoo.com.mx