PREMIO INTERNACIONAL DE
POESÍA Y RELATO BREVE
II parte
TILO WENNER
-2003-
Poesía
1ª Mención: Ariel H. Zagarese (Buenos Aires, ARG), " De mí: El silencio ".
2ª Mención: Domingo López (Sanlúcar, ESPAÑA), " Estación de salida ".
3ª Mención: María Ester Farías (Posadas, ARG), s/t (Como un árbol., de "Media estrella fugaz").
4ª Mención: Norma Arceguet (Alta Gracia, ARG), " La princesita ".
5ª Mención: Nahuel Santana (Buenos Aires, ARG), " En la barra 79, compañero sobreviviente recuerda ".
1ª Mención
De mí: El silencio
Al derramarse, una vez más, la última fresca-gota de agua que hizo culminar el llanto de la hoja seca, perduró un silencio.
Tanta tormenta tanta, tomada triste, de tus otros tiempos, de tus otros tintes, tanta tormenta del tiempo trunco, tanta tormenta turbia... para un silencio.
Y cuando deseas callar al mundo, un grillo te revive del fondo de un caracol (océano de piedra) que suelta su angustia en un pensar de amor, de ida o de vuelta, y desde el fondo te gritan:
- ¡Tanta tormenta tanta, tomada triste, de tus otros tiempos, de tus otros tintes, tanta tormenta del tiempo trunco, tanta tormenta turbia, tanta!... para un silencio.
De lectura se entierran los ojos en una sentencia viciosa mientras las palmas crean una cinta de cabellos en cueros, encuadernado, cocido con el alma del poeta singular, misterioso. La vista deslumbra una catarata de olores, de sentires y el sabroso añejo de sus páginas amarillentas (papiros codiciosos) se internan en las horas, en el placer indómito de una legión de sobrevivientes nocturnos que por un segundo suelen releer:
Tanta tormenta tanta, tomada triste, de tus otros tiempos, de tus otros tintes, tanta tormenta del tiempo trunco, tanta tormenta turbia, tanta... para un silencio.
Por el fondo un segundo envuelve al frío del dolor, que de un niño vestido, lanza apretando su puño, la lágrima al trote de caballos alados frente al féretro de pino negro lustrado. Inevitable el rostro pálido, casi sin sonrisa, desanimada devolución de ángeles encarcelados coronan a la soledad...
La chusma-muerte arrastra su ánima por los corredores de mausoleos esquivando fantasmas cansados del llanto humano -hay rodillas gastadas alrededor de la hierba húmeda-. Y el mismo epitafio, clavado en la sangre del destierro salvado con el recuerdo:
Tanta tormenta tanta, tomada triste, de tus otros tiempos, de tus otros tintes, tanta tormenta del tiempo trunco, tanta tormenta turbia, tanta... para un silencio.
¡Sí, silencio que se quiebra en el vuelto de monedas sin valor!. ¡Discreción que nadie compra!. ¡Silencio de preso-libre, que al mundo llano repara en la vanguardia de la expectativa! De vez en cuando, él mismo, me regocija en los brazos de la locura o la inocencia, como madre ama mis pretensiones y caprichos (yo mismo), por lo tanto, lamento descubrirme entre el sonido que me oculta de la paz ilustre, de la sinceridad, de la mentira del espejo: ¡De tanta tormenta trunca!. Un tanto tranquila, atontada, atónita, de entre todos los tiempos un tanto distante, titiritera con tiras de tinta titánica, con tan - tan - tan..., tanta toa me tienta taciturna en mi estado de silencio...
A él lo observo, lo anhelo. Del silencio de la muerte, silencio abstracto a mis horas regalo para no ser. Para no volver a mí, para censurarme, pensar, soñar, cotejar, deslumbrar, para desnudar el hilo simple de la esencia y anudar un sello con mi nombre a la noche clara, a la luna tímida después de la tempestad.
Ariel Zagarese
2ª Mención
Estacion de salida
... no te aflijás, guachito, total qué si venceremos
nunca estuvo más oscuro que antes de atacar.
Julio Huasi
La página,
la última página en blanco de tu vida
está manchada
de whisky barato,
de vómito,
de la suciedad que deja el miedo,
las medicinas,
las palabras rotas,
el sabor a sangre de los apellidos.
Y no te importa demasiado
si cuando la ondeas
lánguida
como una bandera en derrota
las burlas o la indiferencia
se adueñan de su vuelo
torpe y sin letras
de su presencia menesterosa
ante los soplos risotados
de cualquiera o de los enemigos.
Hoy,
día de diciembre
de un año ya podrido
abres el sobre vacío
de la eterna noche a solas
y rescatando versos y canciones secas
mandas al mundo tu mensaje vano
y te armas de escudo y derecho
porque sabes que aún falta por llegar
la verdadera lucha a muerte
y en realidad qué
si no vences
si no llegas
si ciertamente
nunca estuvo tan oscuro
como antes de nacer
como antes de atacar.
Domingo López
3ª Mención
(fragmento de Media Estrella Fugaz)
Como un árbol.
Los pies hundidos.
Las manos desgajadas de hojas muertas.
El pecho apuñalado de navajas furtivas.
Así estoy yo,
Mujer verde y transplantada.
El olor en mis raíces de la tierra mojada,
Y mis ramas que se estiran a la nada.
María Ester Farías
4ª Mención
La Princesita
Con quince lunas, hermosa princesa,
novia es de un valeroso guerrero,
guardia de los Curá, la realeza,
más bravo que un puma o que el pampero.
Nacida en tierra de los Salineros,
en las orillas de Laguna Verde,
en campos alborotados de teros
donde el fugaz horizonte se pierde.
En el amanecer, azul, brumoso,
abre el cielo rebozo de la amargura.
De la lechuza el vuelo silencioso,
desdichas anuncia, desde la altura.
Llegan las tropas a la toldería.
A los Curá protegen los lanceros,
pero en la batalla rauda y bravía,
caen las huestes de los Salineros.
En los cañizales clama el chajá,
se espantan los loros entre los pinos.
¡Pobre sobrina de Namuncurá!
En tumulto fatal, huye su equino.
Ve perderse a los suyos, a lo lejos.
A la toldería la tropa arrasa.
Se tiñe el cielo de brillos bermejos,
y es prisionera del coronel Daza.
Los soldados, al hallarla tan bella,
grave la mirada, el porte arrogante,
la denominan "del bosque, doncella".
No logran quebrar su aire distante.
Una faja ajusta su pie pequeño,
de perlitas de cristal, recamada;
vincha en su cabello, negro, sedeño,
en azul, oro y plata, trabajada.
De sus orejas penden grandes aros
que arrojan esplendorosos destellos,
y sobre el corsé, de colores claros,
perlas de plata, canutillos bellos.
Pollera labrada de fina lana,
luce la hija de Reumay Curá,
prendida a la manera pampeana,
porque la niña a caballo irá.
En el fuerte, de muchos deseada,
princesa que el nombre, el tiempo borrara,
rehúsa esposo "huinca", fastidiada,
insiste en español, con su voz clara.
La prisión le abre las puertas, la espera,
con su peste voraz, su desatino.
¡Pobre niña! Recién en primavera;
en el olvido, se hunde su destino.
Norma Arceguet
5ª Mención
En la barra 79, compañero sobreviviente recuerda
Salió del trabajo
sin saber
por dónde
habría de entrar
a este “free shop” del miedo
que algunos ven llegar
y aprietan dentro suyo:
el puño el ojo el pensamiento, y las palabras...
hasta que ya no existen.
Pero los más
como él
--sin dudas--
crecieron
con los ojos
tan abiertos
que las balas pasaron sin golpear
sus retinas
fueron un cuadernario
los recuerdos:
el sueño de la madre
una mirilla
abierta
por las noches
su mujer aguardaba
cada espera
los hijos, solamente,
reposaban
por ella
aún regresa
la memoria del hombre,
el polvo detenido sobre el tiempo;
porfiadamente vuelve
se detiene nos mira se sonríe
nos pregunta
--y avanza--
con nosotros
por nos-
(y)
-otros
acerca la mañana.
Nahuel Santana
El jurado en la categoría Poesía estuvo integrado: por Graciela Gianetti (Licenciada en Lenguas Modernas, coordinadora del Taller Itinerante de Letras Paraná), Ricardo Maldonado (director de la revista cultural El TrenZonal, autor de libros de poesía como Aguaflor, Solar Sostenido, etc.) y Arturo Firpo (Doctor en Literatura --Clermont Ferrand-- y secretario de Extensión de la Facultad de Cs. de la Educación, Universidad Nacional de Entre Ríos).
La Preselección había estado a cargo de Marcelo Mangiante (director de la Biblioteca Tilo Wenner, escritor), Lucas Mercado (curador de Casa Cueva --espacio de arte-- y director de la revista de cultura cómic Los Tripulantes) y Pablo Rodríguez (director de la revista cultural Pr Pr Ha).