Por: Celia
Bermejo
Un
desconocido escribió hace días a nuestra editorial.
¿Quién es Robert Lee Frost?, decía su escueta
carta? !!!Ah, FROST!!!! Seguro, pensé, que tú
sabes mucho más que yo sobre él. Ya su apellido
nos indica que estaba predestinado a ser el primer poeta estadounidense.
EL POETA: su apellido significa "escarcha", si bien su nombre
indica que su padre, periodista y político local norteamericano,
debió ser admirador del flamante general de idéntico
nombre.
Como
bien sabrás, es un clásico, continuaba el relato
en la carta. Su lenguaje tan asequible por sencillo le hace
aún más admirable: Sencillez, estilo bucólico
y pastoril, temas rurales, soledad... Son las palabras que utilizo
para definir el estilo que -haciendo uso del verso libre y del
llamado "verso negro"- caracterizan la obra de Frost, junto
a un profundo aprecio y enorme sensibilidad del mundo interno
y de los humanos anhelos.
Frost
reflejó en sus poemas el sentimiento de soledad, dolor
y tristeza que sufrió desde niño. Quedó
huérfano con once años; en su casa pasaron apuros
económicos; su madre, escocesa, era maestra y tuvo que
ponerse a trabajar para sacar adelante su prole. Frost
ejerció muchos y diversos trabajos, desde granjero pasando
por zapatero remendón hasta profesor.
Fue en el Reino Unido dónde publico su primer poema,
en 1912, "La voluntad de un muchacho" (A boy's will), ya con
39 años. Se consideran sus mejores poemas : "Muro
en reparación" (Mending Wall); "La muerte del
jornalero" (Death of the hired man); "Entierro en la casa"
(Home burial); "Un criado para los criados" (A servant
to servants); "Después de la cosecha de manzanas"
(After apple picking); "El montón de madera"
(The wood pile)...
Nació en San Francisco en 1874 y dejó este mundo
cruel en 1936 en la ciudad de Boston, saboreando las mieles
de ser considerado el primer poeta de la nación. Hombre
de carácter difícil, según algunos biógrafos,
anti-intelectual, misántropo, escurridizo, de humor ácido
e irónico, solitario; hombre de cierta amargura de alma;
supo bien lo que era la depresión: padeció esta
enfermedad. Conoció el dolor de perder a cuatro
hijos. Otro se suicidó. Dos de sus hijas padecían
de crisis nerviosas. Era bastante contradictorio: amaba
la soledad y siempre estuvo rodeado de gente; anhelaba y disfrutaba
la paz, la tranquilidad y el sosiego y viajó mucho. Fue
un esposo amante y un padre ejemplar; sin embargo mantuvo una
relación muy especial con su secretaria Kay Morrison,
a la que dedicó el más hermosos de sus poemas
de amor: "A witness Tree" (el árbol como testigo). Habrá
que leer a su biógrafo oficial, el Sr. Lawrence
Thompson (1966-1976) y a Jay Parini (1991) que no parecen
ponerse de acuerdo respecto a la veracidad de esa cierta amargura
de carácter que se le achaca al poeta. Dicen las
malas lenguas que su carácter inseguro le hizo codiciar
el Nobel. Premio Pulitzer en cuatro ocasiones, creo, (1924,
1931,1937 y 1943). Son recomendables sus ensayos: "Valle de
motaña", (1916); "Perspectiva mayor", (1936); "Disfraz
de razón", (1945) y "Antedicho", (1945).
En
1961 fue invitado a la ceremonia de toma de posesión
de la Presidencia de la Nación por el malogrado
J.F. Kennedy, que tuvo el honor de escuchar a Frost recitar
dos de sus poemas.
Qué
se puede añadir de un hombre que dijo: "de haber
escrito mi propio epitafio este hubiese sido: Siempre
mantuve una riña de enamorados con el mundo", o la
cita que encabeza esta carta.
Me
gustaría lectores, dedicaros los dos siguientes poemas
de Frost:
FUEGO Y HIELO
Hay quien dice que el mundo terminará envuelto en fuego.
Algunos dicen que hielo será su fin.
Por lo que he podido saborear del deseo,
doy la razón a los que se inclinan por el fuego.
Pero si el mundo pudiera desaparecer dos veces,
creo que conozco el odio lo suficiente,
como para poder decir que para su destrucción
el hielo también sería magnífico.
Y bastaría con eso.
FIRE AND ICE
Some say the world will end in fire,
some say in ice.
From what I have tasted of desire
I hold with those who favor fire.
But if it had to perish twice,
I think I know enough of hate
to say that for destruction ice is also great
And would suffice
...........................
EL CAMINO
QUE NO SE SIGUIÓ
Siempre diré esto con un suspiro,
en algún lugar, hace muchos siglos,
en un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo...
Yo tomé el menos transitado.
Esto marcó toda la diferencia.
I shall be telling this with a sigh:
somewhere ages and ages hence
two roads diverged in a wood and i,
i took the one less traveled by.
And that has made all the difference
(the road not taken).
Esperaba
haber sido útil a nuestro anónimo inquisidor.
Nunca contestó. Aún así, como despedida
le deseé ¡¡salud y suerte!!
Ciudad
Amarilla, 12 de agosto de 2003
Celia Bermejo
Editora
www.editorialcelya.com
Breve
bibliografía de la autora
Celia
Bermejo (León-España, 1971) Pedagoga. Profesora
en la UNED. Ha publicado: El canto del amor (2002).
Directora de la Editorial CELYA. Escribe sobre temas culturales
y viajes en revistas especializadas. Cuenta con diferentes libros
de relatos aún inéditos.