Santiago de Chile. Revista Virtual.
Año 4
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 43
Septiembre de 2002

 
DE GUAYAQUIL A VIÑA DEL MAR.  
JORGE QUEIROLO BRAVO.

Por: María Soledad Mansilla Clavel

"Portada Fiebre Amarilla en Zanzíbar"

Jorge Queirolo Bravo es un escritor ecuatoriano radicado en Viña del Mar desde hace 7 años. La prensa suele informar con amplitud sobre sus libros, los que rápidamente se agotan cada vez que sale una nueva edición. El público parece sentir una especial predilección por lo que escribe este joven autor nacido en Guayaquil.

¿Quién es realmente? ¿Cómo es en su vida personal? ¿Cuáles son sus planes a futuro? ¿Qué está produciendo? ¿Qué es lo que ha producido hasta ahora?.  Es lo que intentaremos descifrar en la entrevista a  este prometedor hombre de letras venido del calor tropical de Guayaquil.

¿Llevas mucho tiempo escribiendo?

En realidad no tanto, comencé hace siete años.

¿O sea, que no siempre fuiste escritor?

No para nada, recién cuando llegué a Chile escribí por primera vez en mi vida un libro. Sinceramente fue algo que nunca planifiqué, digamos que una casualidad de esas que suelen ocurrir.

¿Puedo conocer cuál fue esa casualidad?

Sí, por supuesto. Resulta que en enero de 1995 llegué a vivir a Chile. Antes de eso pasé fugazmente por Moscú. Fue una estadía de apenas 24 horas en Rusia, que nunca planifiqué. Simplemente salió improvisadamente, sin que yo me lo haya propuesto y sin siquiera tener el dinero necesario para pagar el pasaje aéreo.

¿Cómo llega uno a Rusia sin dinero para el pasaje aéreo? ¿Viajaste de polizonte? Cuéntame qué es lo que ocurrió.

Yo estaba de paso en Dinamarca y mis padres, que viven en Chile desde hace muchos años, me enviaron un pasaje para venir acá. Me tenía que embarcar en Copenhagen y volar hasta Estocolmo, Suecia, donde cambiaría de avión para seguir a Santiago. En lugar de eso, logré convencer a la funcionaria que me llamó de parte de la aerolínea (Aeroflot), para que me hiciera pasar por Moscú. Nunca la vi personalmente, todo fue por teléfono. Ella intentó persuadirme que no vaya a Moscú, aclarándome que sin visa no podría salir del aeropuerto Sheremetjevo y que la espera en el mismo me iba a aburrir.

Y ahí comenzó la historia....

La pasé bastante bien. Me les "escapé" furtivamente y visité la ciudad sin que nadie se percatara de mi pequeña e ilegal "hazaña". Estuve en la Plaza Roja, paseé, tomé fotos y nadie me molestó. Los sistemas de seguridad evidentemente fallaron.

Arriesgaste a que te ocurriera lo mismo que a Mathias Rust.

Pero lo de él fue mucho más osado. Se atrevió a volar en una avioneta piloteada por él mismo desde Alemania y a aterrizar posteriormente en la Plaza Roja. ¡Esa sí que fue una aventura! Lo malo, es que después de eso estuvo una buena temporada encerrado en una cárcel y no creo que esto sea confortable allá en Rusia. A mí me pudo haber pasado lo mismo, con la diferencia que mi aventura no tenía ni una pizca de la espectacularidad de lo que hizo Mathias Rust. Él se convirtió en toda una celebridad durante un tiempo, a mí difícilmente me habrían dedicado más que un par de líneas en los diarios, si es que al menos me permitían llamar por teléfono a la embajada de mi país. La suerte es que a mí simplemente no me pillaron. Fui un anónimo transgresor de la ley.

"Portada La Guerra del Cóndor"

¿Por qué lo hiciste? ¿No era más fácil entrar como lo hacen los demás, con una visa legalmente expedida?

Desde luego que era más fácil y también mucho más caro. En el aeropuerto averigüé el costo y en la oficina respectiva me dijeron que éste era de 120 Dólares, una suma demasiado abultada y obviamente abusiva para mi escuálido bolsillo de mochilero. Así que me decidí a ver algo de Moscú sin pedirle permiso a los rusos. No malgasto mi dinero en alimentar burócratas flojos e inútiles.

Esta fue la "casualidad" que te convirtió en escritor y por lo visto tuviste éxito. ¿O no?

No me puedo quejar. Al llegar a Chile un día me senté frente al computador de mi padre y escribí lo que me había ocurrido. Me salieron cinco páginas tamaño oficio, que corcheteé. Ese fue mi primer "libro". De a poco le fui añadiendo más información, datos estadísticos y algo de la historia rusa, hasta que el relato tenía diez páginas. En ese punto lo anillé. Cada vez que lo revisaba le agregaba algo, de repente ya eran más de veinte páginas y decidí mandarlo a empastar. Saqué una mini edición de cincuenta ejemplares que vendí rápidamente entre amigos y conocidos. Esto me impulsó a hacer una edición con todas las de ley en una imprenta, considerando que a esas alturas el texto ya tenía 70 páginas. El resultado fue excelente, el libro (Moscú sin visa) tuvo una muy buena acogida de parte del público y hace poco salió la cuarta edición, algo que aquí en Chile es considerado altamente exitoso.

¿Cuántos libros  has escrito?

Son hasta el momento siete libros, pero no todos han sido publicados.

¿Porqué?

El problema no está en que yo no  los considere interesantes. Tampoco está en el público lector. Lo que pasa es que para publicar un libro uno necesita una cierta suma de dinero para pagarle a la imprenta. Hasta ahora no he conocido una imprenta que trabaje gratuitamente. La distribución y difusión tampoco resulta fácil de efectuar, existen muchas trabas para los que comienzan.

"Portada Fiebre Amarilla en Zanzíbar"

¿Pero eso que mencionas no es tarea de las editoriales? ¿No son las casas editoriales las que financian los gastos de impresión de los libros y el autor recibe un porcentaje de la venta, eso que llamamos "derechos de autor"?

Ojalá fuera así de fácil. Eso que me acabas de decir no pasa de lo teórico. Yo también creía que funcionaba de esa forma, pero la experiencia me demostró que estaba equivocado. Conseguir que una editorial establecida acepte publicarte me parece más difícil que sacarse la lotería. Las editoriales simplemente no toman en cuenta a los escritores emergentes, los relegan al olvido y solamente se acuerdan de los que ya son bien conocidos. En mi caso, me aburrí de tocar puertas y comprendí que es una pérdida absoluta de tiempo intentarlo. O la respuesta es negativa, o evasiva o poco seria. Nunca me olvidaré cuando en una ocasión me citaron para ir a Santiago a tratar la publicación de una de mis novelas. Ingenuamente me creí el cuento y partí muy entusiasmado a la capital. Cuando llegué a la oficina de la editorial, que estaba en un lugar un tanto apartado, la persona que me citó no estaba. Tras mucho insistir, la secretaria lo llamó a regañadientes al celular. La respuesta fue que se le había olvidado lo de la cita y que por lo demás no disponía de tiempo como para atenderme. Le reclamé por hacerme ir en vano a Santiago, a cambio recibí como contestación que podía aprovechar el día para pasear y ver cosas uno no encuentra en regiones. ¡Linda respuesta! Menos mal que vivo en Viña del Mar y no en Arica o Punta Arenas. Ese es el respeto que ciertas editoriales demuestran por los escritores.

¿Y si las casas editoriales suelen ser tan displicentes con los escritores nuevos, entonces cómo lograste publicar tus libros?

En todos los casos son autoediciones. Con el paso del tiempo formé una editorial propia llamada "Altovolta", la que sirve para publicar mis libros y los de otros escritores en la misma condición que yo. Y hasta aquí está funcionando bien y con agilidad. Ya he publicado dos libros de otros autores y vienen otros más. No lo hago por ganar dinero, solamente cobro los gastos en que es necesario incurrir y nada más. No es algo con lo que he lucrado, afortunadamente tengo otra fuente de ingresos ya que soy traductor de alemán e inglés.

Hace poco vi en un diario una reseña sobre un nuevo libro tuyo. Cuéntame algo sobre el tema.

Sin lugar a dudas se trata de "Fiebre amarilla en Zanzíbar", que es un relato corto sobre mis impresiones de viaje cuando visité aquella isla situada en el Océano Índico, frente a la costa oriental de África. No me limito a hablar solamente de Zanzíbar, también menciono vivencias previas en Kenia, Tanzania y Egipto.

Tengo la impresión que viajas mucho. ¿Es así?

Sí. Me fascina viajar. Antes de venir a vivir a Chile, estuve haciendo una larga gira alrededor del mundo que duró cuatro años y abarcó todos los continentes, excepto la Antártida. Pese a eso aún me quedan muchos lugares por visitar, que de a poco espero conocerlos. Una buena parte de lo que escribo se basa en experiencias vividas durante mis viajes. Esto incluye a las novelas que he creado, la que si bien son producto de mi imaginación, indudablemente tienen una parte sustancial que es auto referente, eso es algo que no te lo puedo negar.

"Portada Cartas de un Viajero"

¿Entre medio de tanto viaje, te tocó vivir situaciones de peligro?

Yo diría que bastantes. Ya el hecho de haberme metido ilegalmente a Rusia constituye un riesgo. Y eso no fue lo único que me pasó. Cuando estuve en Israel estalló una bomba a 100 metros del lugar en el que me encontraba. No me pasó nada pese a que el artefacto mató a 23 personas. Salí ileso y sin siquiera un rasguño, gracias a que me encontraba en diagonal y de por medio había una valla metálica, la que me protegió de las esquirlas y vidrios que volaron con el estallido. Existen otras anécdotas pero sería demasiado largo enumerarlas. De a poco aparecerán en los libros y reseñas que pienso publicar a futuro.

Según tu currículum eres un escritor multifacético, que incluso incursiona en temas históricos. ¿Estudiaste historia o alguna carrera afín en la universidad?

La verdad es que no, pero eso no es un impedimento para dedicarse a un tema que de todas maneras me apasiona. Aunque hasta ahora sólo he publicado un libro de historia: "La guerra del Cóndor". Trata de la guerra que sostuvieron Ecuador y Perú en 1995 y tiene una cronología de los conflictos fronterizos vividos por ambos países a lo largo de su historia, los que lamentablemente han sido abundantes.

"Portada Operación Lagos"

Uno de tus novelas se titula "Operación Lagos", ¿tiene algo que ver con el presidente de Chile? ¿O solamente es un alcance de nombres? ¿Cuál de las dos opciones es la que vale y cuál es el tema de esta novela tan publicitada?

La segunda opción es la que vale. En cuanto al tema, es una trama llena de acción y suspenso ideada para atrapar al lector desde el comienzo y que aparentemente no se le ocurrió a nadie anteriormente. Los escenarios en que transcurre el libro son dignos de un largometraje de aventura, de esos que mantienen electrizado al espectador durante toda la proyección de la película. Además el protagonista es en sí todo un James Bond, pero más real y humano que aquel que muestran las películas. Eso no es todo, el texto también contiene partes muy románticas y episodios de amor, descripciones de sexo muy explícitas que no recomiendo a los demasiado conservadores o pudorosos, crímenes sanguinarios y un final feliz. Parecería que no le falta nada para gustar a los lectores, sin embargo son éstos quiénes tienen la última palabra. No me puedo autocalificar. Lo interesante de "Operación Lagos" es que además de todo lo descrito anteriormente, una parte de la trama transcurre en Viña del Mar y el final acontece en Valparaíso. El lector chileno se sentirá identificado con muchos escenarios que resultarán familiares.

¿Operación Lagos fue tu primera novela?

En cierta forma sí. Lo que pasa es que forma parte de una trilogía de novelas, que comienza con "Cambodia". "Operación Lagos" es la segunda parte. La tercera parte aún la estoy escribiendo y el contenido será una sorpresa. De "Cambodia" te puedo decir que es una novela corta, está entrelazada con "Operación Lagos", aunque se pueden leer de manera independiente sin que esto te haga sentir que alguna parte te falta o está incompleta.

 

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