Matilde
Alba Swann, es el seudónimo de Matilde Kirilovsky de Creimer. (24/2/12
- 16/9/00), madre de cinco hijos; abogada (1933), recibida a los 21
años en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
Nacional de La Plata, República Argentina.- .
Ejerció
la profesión durante más de 50 años.-Persiguió desinteresadamente
mejorar la situación de los indefensos.- Menores, ancianos o enfermos.-
Interpuso resonantes acciones de amparo en temas como la extracción
de sangre de menores tutelados; sufragio de los menores tutelados;
trato inhumano a los internados del Hospital Neuropsiquiatrico Melchor
Romero.-
Publicó
ocho libros de poemas: Canción y grito (1955); Salmo al retorno (1956);
Madera para mi mañana (1957); Tránsito del infinito adentro (1959);
Coral y remolino (1960), Grillo y cuna (1971); Con un hijo bajo el
brazo (1978); Crónica de mi misma 1980. Recibió innumerables premios,
menciones y honores, entre los que se destacan su promoción para el
premio Nobel de Literatura 1992; premio Santa Clara de Asís de 1991;
Premio Provincia de Buenos Aires -poesía- 1991; recibe una de las
primeras "Orden del Buen Vecino", premio Municipal de Literatura
de La Plata; 3er. Premio de poesía Augusto Mario Delfino, fajas de
honor de la Sociedad de Escritores de la Provincia; Ofrenda de las
Instituciones representativas y fuerzas vivas de La Plata por su dedicación
de eminente poeta y eterna defensora de la minoridad.- Recibió la
estatuilla Stella Maris. Integró jurados de premios nacionales como
el "Forti Glori", provinciales y municipales; Mención del
Club Universitario de La Plata; Mención de la Asociación Femenina
de Periodistas del Perú; Integró la comisión de honor del Primer Encuentro
Latinoamericano de poetas; Fue designada Mujer Notable de la Comunidad,
por el Rotary Internacional Filial La Plata; Premio Dedicación a la
Minoridad otorgado por el Ateneo; Rotario; la Biblioteca Braille le
tradujo su ultimo libro al idioma Braille; Accésit al premio Almafuerte;
2do. Premio de Poesía Ilustrado Municipalidad de La Plata - 1971;
3er. Premio de Poesía Ilustrada Municipalidad de La Plata; 2do. Premio
de Asociación Judicial Bonaerense.
Como
periodista condujo audiciones de literatura en las radios Provincia
de Buenos Aires y Universidad de La Plata; fue colaboradora permanente
del Diario El Día de La Plata, de la que fuera su corresponsal en
la guerra de las Malvinas; fue colaboradora de la Página literaria
del Diario La Capital de Mar del Plata.
Pobreza a los diez años
Toda mi angustia tuvo la forma de un zapato.
de un zapatito roto, opaco, desclavado.
El patio de la escuela... Apenas tercer grado...
Qué largo fue el recreo, el más largo el año.
Yo sentía vergüenza de mostrar mi pobreza.
Hubiera preferido tener rotas las piernas
y entero mi calzado. Y allí contra una puerta
recostada, mirando, me invadía el cansancio
de ver cómo corrían los otros por el patio.
Zapatos con cordones, zapatos con tirillas,
todos zapatos sanos. Me sentía en pecado
vencida y diminuta, mi corazón sangrando...
Si supieran los hombres cuánto a los diez años
puede sufrir un niño por no tener zapatos...
Que anticipo de angustia. Todavía perdura
doliéndome el pasado. El patio de la escuela
y aquel recreo largo...
Mi piecesito trémulo, miedoso, acurrucado.
Mi infancia entristecida, mi mundo derrumbado.
Un pájaro sin alas, tendido al pie de un árbol.
La pobreza no tiene perdón a los diez años.
(Canción
y grito, 1955)
CREO EN TU CIENCIA
(Con un hijo bajo el brazo- 1991)
Señor del guardapolvo
Mensajero civil de
un alto credo.
Tú mortal como yo,
serás eterno,
si consigues que el
niño que me duele,
vuelva a jugar y a
sonreír
de nuevo.
Sumergida en dolor,
sola en mi miedo,
creo en tu ciencia,
Señor,
Y en tu fatiga,
En tus pacientes horas
de desvelo,
En la lágrima eterna
que no lloras,
y en el soplo de amor,
con que palpitas.
Creo en tu ciencia,
Señor... !
beso tu libro,
y tus mágicas manos
de sapiencia,
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y a tu mismo nivel,
los dos terrenos,
me inclino a tu saber
en mi martirio.
Por la savia que nutre
tus raíces,
por la leche primera
de tu hambre,
ante el signo severo
de tu ceño,
y la humana apostura
de tu imagen,
yo te ruego,
Señor...!
haz que no muera
haz que vuelvan sus
brazos
y sus piernas
a moverse en la magia
de los juegos.
Creo en tu ciencia
Señor... !
en ella espero,
y en tu fuente sin
fin
de amor terreno.
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Grillo y Cuna
De
un bosque donde crecen
nomás
cunas, mi madre
cortó un columpio dulce,
maduro para el tiempo primero
de mi infancia.
Juntó flores de luna dormidas
en el agua, mi madre
y me las trajo,
con un azul silencio
robado de algún sueño de río
a ser mi canto.
El viento entonces iba
silbando
como un hombre
que vuelve del trabajo,
mi padre, como un ala de viento
sacudía
las ramas a su paso,
y a veces su latido temprano,
más temprano
que el bronce aún, despertaba
tañendo
campanarios.
El sol
como un abuelo de incendio
nos decía
su cuento cada día , de luz,
en la ventana,
y el techo, y las paredes, y el huerto
y la paloma y el patio,
y la mañana,cabrían en el puño dorado
de un durazno.
Mi padre
sembró grillos
de suerte en los rincones,
más pobres de la casa.
De noche nos cantaban
perdón
por todo el hambre del día
y prometían
espigas y racimos
que acaso maduraron después,
cuando fue tarde.
Así crecí, los seres
de lluvia me llevaron consigo
a todas partes
Fui lagrima en el llanto del sauce,
fui diamante
quebrado en las raíces frustradas
de algun barco.
De tarde descifraba señales en el cielo
mi madre,
por las noches,
mi padre me alcanzaba la voz
de mis abuelos, en una
remembranza ternura
con los ojos
callados,
y las manos dormidas
junto al fuego;
así crecí.
(Con
un hijo bajo el brazo, 1991)
Mon Amour
Tal vez en Hiroshima, tal vez nunca
Eres yo misma, yo soy tu nervio y tu dolor
sintiéndote; te pronuncio
con mi aliento, me nombras
con tu sangre.
Mon amour, tus manos,
déjame estar así, no estar, perderme,
sumergir, sucumbir, no ser,
soltarme,
una incoherente voluntad me arrastra
húmedo sitio de memoria, fijos
ojos de un gato negro,
de improviso
fosforescentes como dos secretos
desnudados,
me miro,
sótano antiguo de tortura y hondo,
loca de hoguera y alarido
huyo,
quiebro mi imagen, quiebro mi pupila,
rompo mi espejo, mi presencia,
salto,
salvo todos los cercos, cruzo el viento
corto todos los campos, los veranos,
bebo todos los frutos,
me consumo, y me derramo a perdurar
veinte años.
Fue una leyenda que guardé,
veinte años, en cada tramo de latido
en cada pedacito de piel y de cabello.
Irremediables de memoria juntos,
deja que salga a gritos de esta noche,
irresistible de ansiedad, me llevan
soy de aquello que calzo, que me viste,
cien potros vienen por su cuero,
huyo,
interminable corredor, paredes
exhalándose en puertas
imposibles y posibles
herméticas,
abiertas,
una pared me arroja hacia la otra,
inacabables de impiedad
me arrojan,
y recogen y juegan
al sollozo conmigo, y a la risa.
Recortados del conjunto, solos
bajo la lupa,
expuestos,
quiero olvidar que existo,
que no podré dejar de padecerme,
y me renuevo y me desgasto y sigo.
Alguien recoge mi silencio y grita,
quién, desde cuándo, dónde,
me acurruco;
ensayamos morir y no morimos,
nunca aprendimos a nacer y estamos
sin embargo naciendo
irremediables.
Esta exótica forma de tu mundo
esta palabra occidental que sabes
aprendida de mi piel
tu cielo,
estas estrellas conque vas hablándome.
Almendrados
ojos tristes, me intuyes,
hombros míos altivos,
te recuerdo.
Alguien tuerce mi mano
hasta arrancarme de mi grito.
Y huyo,
y me persigo y huyo
calle arriba y abajo, y mi latido sobre la piedra
noche vacía, corro
sobre Ia llama,
corro,
Ia detonada soledad, vacío,
mundo vacío, corro
y esta estridente oscuridad, te he visto
en todos los descansos para piedad, te he visto.
Quiero llorarte mon amour, protégeme,
desciende tu mansedumbre
sobre este vivo torbellino mío,
trázame
como una figura en tu cuartilla,
bórrame ......... toco tu piel,
muerdo tu piel,
quiebro mis dientes en tu piel, la escucho.
Dónde comienza una esperanza,
cuándo
fue la primera vez que sollozamos.
Duelo por alguien a quien no conozco,
alguien duele por mí, sin conocerme.
Manos tuyas creándome y matándome;
mon amour, tus manos,
cómo he llorado,
y cómo estoy llorando.
YO Y USTED
Qué
suerte que Usted
sepa
cantar en permitido,
yo no sé.
Todo cuanto canto
mete ruido,
y qué callado,
y qué medido
canta Usted.
Usted
canta jardines y jazmines,
oropéndolas, cisnes
rosas
té.
Yo canto madres sin abrigo,
niños
grises, solos,
|
sin
nadie a quien querer.
Borbotea lo mío, como un río
desprendido al vacío,
y Usted
qué ?
Usted aceita y deleita,
tierno fluido,
qué suerte que Usted
sepa
cantar en permitido,
yo
no sé.
Todo cuanto canto
mete ruido,
y qué callado,
y qué medido, canta Usted.
|
Matilde Alba Swann ©
(Crónica
de mí misma- 1980)