Santiago de Chile. 
Revista Virtual.
Año1 
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 6. 
12 de Junio
al 12 de Julio  
de 1999. 

 

CRUMB AQUELLOS AÑOS MARAVILLOSOS

Por Xavier Riesco Riquelme

Uno de los mejores antídotos para la nostalgia ha sido reeditado en España por cortesía de Ediciones La Cúpula. Me refiero a la obra de Robert Crumb -Obras completas de Robert Crumb-, uno de los más conocidos autores del "underground" norteamericano de aquellos maravillosos años; el más conocido en España, desde luego, siguiéndole de lejos Shelton, el de los Freak Brothers. Crumb pertenece a esa caterva de gamberros del cómic norteamericano que un servidor leyó cuando era más joven: los ya mencionados Crumb y Shelton, las desproporcionadas visiones de Richard Corben, las salvajadas de Berni Wrightson y otros muchos que me impactaron.

Robert CrumbCrumb fue el creador de criaturas ya convertidas en iconos culturales como El Gato Fritz y Mr. Natural. Dos representaciones ácidas -en todos los sentidos de la palabra- de las inquietudes y actitudes de los años dorados del contestarismo artístico, de la mala leche y la rebelión contra la llamada cultura burguesa, los años de los movimientos estudiantiles y las protestas en la calles. Y también la época en que por primera vez que se empezaron a contar historias realistas en el cómic desde puntos de vista completamente subjetivo, y por tanto aún más aterrador que la fantasía. Tanto el felino egoísta, misógino y violador como el inefable gurú sin un pelo de santo han Mr. Naturalpasado ya a la historia del cómic por méritos propios, amen de los estrafalarios secundarios que pueblan el universo de Crumb. Pero de entre todas las criaturas de Robert Crumb ninguna es mas ferozmente corrosiva que una llamada Robert Crumb que también vive en los cómics. La influencia de Crumb aún pervive incluso en los noventa; una comparación de la obra de Crumb con la de Peter Bagge (Odio, Ed. Cúpula) descubre inmediatamente ese mismo humor cáustico en un cómic "actual", casi la misma forma de contar historias sobre personajes no demasiado convencionales, situaciones idiotas de la vida cotidiana y reflexiones sobre temas (aparentemente) absurdos. Incluso gráficamente sigue habiendo un parecido: el uso del blanco y negro y la tendencia a la caricaturización son marcas estilísticas que ambos comparten.

LA HISTORIA DE MI VIDA POR ROBERT CRUMBSupongo que uno de las cosas más originales e interesantes de la obra de Crumb es el utilizar elementos autobiográficos en una época en la que el cómic sólo pretendía entretener a base de contar historias de evasión. Evidentemente el "underground" es la respuesta de los mas raros de la clase -los freakies como diría Peter Bagge- a su sociedad utilizando como medio de expresión un "arte menor" frente a lo que consideraban la manipulación de los otros medios de comunicación. El propio Crumb tiene una historia sobre la paranoia en los medios de comunicación y el papel "informativo" del dibujante de cómics donde, evidentemente, se presenta a si mismo como un sarcástico profeta de la libertad de expresión amenazado por el establishment. Y si el "underground" era por y para los más raros de la clase, R. Crumb es el bicho raro indiscutible. Su autorretrato -presente en Mis problemas con las mujeres, Historia de mi vida y en obras como Si yo fuera rey - nunca es favorecedor; ni física ni psíquicamente, pero nos presenta un personaje al cual podemos entender porque se explica a si mismo de una forma que no hacen ni el consentido minino Fritz -que también puede ser tomado como una alegoría del éxito del propio Crumb hasta que este se hartó del personaje y los hizo eliminar por una avestruz despechada- ni el iluminado Mr Natural -cuyo lugar natural parece ser el manicomio. Ese Bicho que Crumb presenta es el propio Crumb (o al menos consigue engañar completamente).

distintos personajes de CrumbDesde luego, no todas las razones para que Crumb sea tan raro están en sus cómics. Hace falta ver el documental sobre Crumb y familia, que emitió en su tiempo Canal+ y ahora Canal Satélite Digital (documental que a mi gusto rivaliza con las películas de los Panero a la hora de deprimir al espectador), para entender las otras razones. Sus hermanos -uno agorafóbico y otro suicida-, la madre adicta a los tranquilizantes, las sucesivas mujeres de Crumb... contribuyen a entender en qué tipo de realidad ha vivido inmerso Crumb desde siempre. Pero esto es desde luego lo que hace única la obra de Crumb: gente rara la hay en todos lados, pero gente rara con la capacidad de comunicarlo como Crumb hay poca, lo más parecido a Crumb, fuera del ámbito del cómic que se me ocurre es Bukowsky (y más lejos, algo del Burroughs menos delirante). Crumb es raro en un sentido especial de la palabra. Para ser un tipo que estaba en medio de todo el asunto aquel de la contracultura, no iba precisamente de hippie: tiene un aspecto más bien conservador, se aburría en las fiestas -las mismas a las que iba Janis Joplin- y no le gustaba nada el rock psicodélico (¡donde esté el blues!) y el LSD le provocaba ataques de paranoia. El famoso Fritz el GatoY sin embargo ahí estaba, cerca del centro de todo. Cuando digo que Crumb es un antídoto para la nostalgia no me refiero a que muestre la cara más glamurosa de los sesenta, setenta u ochenta, (Recordando los sesenta) de la adolescencia (Footsy) o de la madurez (La crisis de madurez del tío Bob) sino la más cruda posible acerca de él: manipulador sin escrúpulos, algo misógino -como muchos de sus personajes- y bastante fuera de sus casillas por culpa de absolutamente todo. Pero eso no es nada comparado con el retrato que hace a veces del resto del mundo que le rodea (Y rodear también en el sentido de asedio: Ríndete, dibujante, estás rodeado) Así tenemos a R. Crumb describiendo sus fantasías eróticas en Si yo fuera rey, ilustrando casos (reales) adaptados de un texto alemán psiquiátrico de 1909, el Psicopatia Sexualis sin ningún tipo de concesión, o exorcizando su pasado de adolescente frustrado/dibujante con éxito/gurú generacional en Mis problemas con las mujeres. O Otra de sus obras completassimplemente retratando mujeres -una de sus aficiones junto con el coleccionar viejos discos (¡discos! no Cds) de blues. Esa es probablemente una de las mejores bromas de Crumb: su libro de retratos femeninos (Art & Beauty, Norma ed.), donde hace unos soberbios retratos de "Mujeres Crumb" mientras da consejos "artísticos". Crumb demuestra al mismo tiempo que es un dibujante excepcional y se burla del arte académico, todo en uno. Aparte de eso, en el material reeditado ahora también hay otras cosas: biografías de músicos de blues donde el propio Crumb aparece como investigador y memoria de la música de los años cuarenta y cincuenta; adaptaciones de cuentos infantiles, Ricitos de Oro y Mamá Hilda , a la manera de Crumb, claro está; reflexiones sobre los miedos de la vida moderna (Basura) ... Pero a pesar de todo sigo creyendo que lo más interesante de R. Crumb es el propio Crumb.


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