Santiago de Chile.
Revista Virtual.  
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 10.
12 de Octubre
al 12 de Noviembre
de 1999.

EBERTH PEREZ

Desde Venezuela: Sol Bendayán

Plástica Cubana en Venezuela

Agonizando el mismo milagro. 1998Venezuela ha sentido la presencia de jóvenes artistas cubanos, formados en la Escuela de San Alejandro de La Habana. Eberth Pérez es uno de ellos. Nacido en La Habana en 1972 reside en nuestro país desde hace 5 años. Su obra testimonia un talento inusual para la representación de objetos cotidianos e imágenes que hacen referencia a valores universales. Los títulos de su trabajos constituyen un punto de partida ineludible para tener acceso a mensajes que reflejan la añoranza y nostalgia de Cuba y a veces la resistencia a situaciones vividas en la isla. Una impecable técnica facilita el acercamiento al concepto.

Una auto-entrevista en 1998 nos revela a un artista con una decidida e incondicional vocación y de la cual extraemos:

¿Cuándo admito la pintura como forma de expresión?

Diría que a finales del año 1990 entendí que con la pintura podía principalmente desplegar mis ideas , encontrar la manera de expresarlas. En ese entonces andaba buscando cómo traducir el tema de mi tesis de nivel medio en obra plástica y me pasaba la mayoría del tiempo en la Biblioteca de " San Alejandro", mirando las obras de Hans Memling, el Bosco y Peter Brueghel, me llamaban la atención sus simbologías existencialistas. Estaba en cuarto año.

¿Cómo empezó el acercamiento al realismo?

Yo creo que descubrí la importancia del realismo por casualidad. Sobre todo, fue cuando trabajé en el Departamento de Conservación del Museo de Bellas Artes de La Habana, haciendo el servicio social, concretamente en el almacén de pintura española donde estaba como responsable. Allí había muchos autores, la mayoría inéditos sobre los que yo conocía del arte español, iban desde finales del S.XIV hasta comienzos del XX. Al tener un contacto directo con las obras pude estudiarlas detenidamente, asimilando las distintas técnicas y reconociendo el estilo de cada autor.

Pienso que comencé a desprejuiciarme sobre la necesidad de expresarse desde la realidad. Con frecuencia me cuestionaba el valor de invertir tiempo en representar una escena, todo lo que esos pintores debieron perderse para concentrarse frente a un lienzo o una tabla en un caballete. Y más que nada el placer que debieron encontrar en observar detalladamente la vida, la naturaleza que componía a todos los seres, los cuerpos, los espacios, los paisajes. Puedo decir que empecé a admirar esa actitud.

El umbral del guerrero. 1998¿ A partir de qué pinto?

Me sería un poco contradictorio de explicar, porque se funden dos sentidos, estético y conceptual: la armonía gráfica de combinar elementos y la metáfora que sugieres. Ambas toman la misma importancia cada vez más, no puedo sentirme complacido si algo falta o sobra. Es un proceso bastante íntimo donde proyectar ese instante sobre una superficie bidimensional se hace un compromiso particular de gran responsabilidad y a su vez de regocijo.

Considero que soy capaz de magnificar el respeto que impone un ambiente por muy cotidiano y usual que pueda parecer. Creo que eso aporta un carácter de comprensión a la existencia misma en un grado superior.

¿Cuáles son los elementos que siento más agradables para pintar?

Podría decir que siento más afinidad por las cosas que emanen la fuerza de la permanencia y eso puede ser desde una mujer desnuda enredada en una sábana hasta una flauta de pan. No es algo que sea más o menos agradable. Se trata de que se entienda y se asuma que te debes a un poder, el dominio de construir un mundo sólo para ser contemplado.

¿Qué significa en mí el dibujo?

Dibujar es el viejo oficio de testificar lo que se desee. Antiguamente era la mejor prueba para argumentar lo que no se podía explicar con palabras o escribir, una experiencia, un momento o cualquier otra cosa. En mi caso es el eje de crear una obra, si el dibujo queda mal entonces la veracidad que pretendo pierde su armonía..

Yo soy de los que piensa que no se pinta, no se esculpe, ni tampoco se modela, simplemente se dibuja. Lo único que en lugar de hacerlo con las técnicas tradicionales, se hace con pinceles, arcillas, cinceles, martillos y todo lo que se pueda utilizar.

¿Pienso que hay crisis o prejuicio con el llamado arte "bien elaborado" que se acerca al realismo?

Quizás hoy en día no sucede tanto. Se han saturado todas las alternativas de decir en el mundo de las imágenes plásticas, lo que ha quedado es dedicarnos a nuevas formas para enfocar las diversas poéticas de las obras. Pienso que de ahí se origina un nuevo criterio de autenticidad. Ahora bien, eso implica tolerar cualquier manera que escoja el artista para su propuesta. Creo que se ha empezado a manifestar algo que profetizaron los renacentistas a finales del S.XVI: el arte del futuro será entablar el contacto de nuestra infinita intimidad con los semejantes que la padezcan. La buena elaboración es y será siempre un recurso básico para lograr ese objetivo.

¿Considero que mi pintura sea de vanguardia?

La època de las vanguardias hace tiempo terminó. En esta época en que vivimos eso ha dejado de ser en el arte un calificativo de relevancia.

¿Está Cuba implícita en mi obra?

Sí, lo está.

¿Qué significa el título en mi obra?

Bueno, yo respeto enormemente el que muchos artistas no lo utilicen en sus obras. La mayoría de las veces me pasa que las imágenes no las puedo dejar al libre albedrío de alguien sin anunciarle una especie de señal. Mis cuadros son como canciones y es muy difícil componerlas si no les pongo un título, incluso es imprescindible, porque el cuadro o la canción no son más que una referencia explicada de esa palabra, nombre o frase que se me ocurrió. Es el corazón de la misma obra, aunque lo pongas después de haberla creado..

Si unos e fija en la tradición del arte realista, también en la corriente hiperrealista de los años sesenta y setenta, el título era exactamente lo que veías en el cuadro. En mis obras es una alusión de lo que está pintado. Por ejemplo, uno de mis últimos cuadros es una naturaleza muerta que tiene una flauta de pan en un cartucho y una copa de vino a su lado sobre un mantel blanco lleno de pliegues, el título es " El cuerpo y la sangre".

¿ Me ha aportado para bien la emigración a Venezuela en términos artísticos?

Por supuesto, en primer lugar entender el arte desde lo que es: la faena infatigable de perpetuar tu progreso en lugar de una arbitraria pasión. Me aporta el acceso a la diversidad de información, algo esencial para un artista y la única manera de ubicarse en el camino que deseo recorrer. Y por último, la fortuna de crecer con el trabajo, ese juego decisivo para todo artista plástico. El riesgo que es vivir de lo que más amas, precisamente la creación artística."

*************

La fe y el poder. 1998De Eberth Pérez, Erik Splinter, periodista e investigador cubano, comenta: "Eberth Pérez conforma esa generación que va de regreso del internamente agotado vanguardismo cubano de los ochenta y quizás forma parte de los primeros pintores transvanguardistas, en actitudes, formas de asumir la reacción y propuestas ético-estéticas de la historia de la plástica cubana. En ellos se enfatiza un regreso al oficio y una entrega a la especialización, antes relegada por la generación precedente. Un brusco cambio de temáticas y una búsqueda en "otros lugares" y tendencias de suma actualidad mundial como el hiper-realismo, el realismo fantástico y la radialidad de la pintura computarizada, la digitalización de las imágenes o el arte virtual entre otros.".

"Pero la obra de Eberth Pérez, escribe Alina Iglesias, escritora y crítico de arte cubana, no es la fácil combinación del fotorealismo paisajístico de Tomás Sánchez con las imágenes paranoicas y surrealistas de Salvador Dalí. Es el viaje a la semilla de la que ha salido la obra del hombre, el árbol que se hace mueble de la casa y protege, como madre naturaleza, del peligro del afuera del otro. Es el paradigma del arte universal conjugado con el paradigma de la naturaleza".

Ficha técnica de las obras.
Agonizando el mismo milagro. Oleo sobre tela. 1 x 90. 1998.
El Umbral del Guerrero. Oleo sobre tela. 1 x 90 cm. 1998.
La Fe y el Poder. Oleo sobre tela. 1 x 90cm. 1998.

 

Si desea escribir a Sol Bendayán (Asesor en Artes Plásticas) puede hacerlo a: delisol@cantv.net


Esperamos Su Opinión.
¿No está suscrito? Suscribase aquí. 

[Portada]·[Artículo]·[Entrevista]·[Espacios Taquicárdicos]·[Vernisage] [Cine]·[Teatro]·[Arqueo]·[UNIvers(o)]· [Poesía]·[Cuento]

[Música]·[Cómic]·[Reflexiones]·[Imágenes]·[Columna del Lector]·[Que se Teje]·[Emails]·[Links]·[Números Anteriores]

Las opiniones vertidas en Escáner Cultural son responsabilidad de quien las emite,
no representando necesariamente el pensar de la revista.