Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Dibujo de Rodrigo Lira para Espectaculum, Goethe Instituto, 1979, agosto
 

RODRIGO LIRA : PSICOMAGO LITERARIO ? II –
ESPECTACULUM, 1979. GOETHE Instituto.

Por Felipe Vilches Rubio

Cuando hablamos oliental me lecueldo de Lodligo lila-
Poleso señalo que bluce li, descublio la lotacion de la enelgia,
cuando tilaba unapelota a la paled. entonces, el podia leplical el golpe,
tomando con papel la enelgia, hacel.la pasal pol el cuelpo,
y devolvel con fuelza tlipe, y asi letuvo su enelgia en todo combate tellible.
La palabla tellible. ela la que más gustaba al poeta Lila.

RODRIGO LIRA  empezó  a leer con fuerte voz, “casi perfecta perfecta” con su figura inmensa a cuestas.  Estaba donde quería, en el centro del escenario.  Se deslizaba el papel,  el papel confort por su brazo, con una hoja y está pegada a otra, una extraña cuncuna gestual  y posándose en los bordes de la tarima, su sonrisa de granuja, irónicamente a la velocidad rítmica de las sutiles ironías, entre desprecio y gentileza de clown niño.   Rodrigo me sorprendía más, tenía puesta su máscara de guerra japonesa, y su aspecto era un samurái, me explico,  un samurái distinto, más bien un poeta parado de samurái, que era a su vez, un samurái-niño-poeta, que enfurecido – a la vez- era una  parodia shakesperiana de mini ensayo  para ir a Cuánto Vale el Show.  Esa peluca gigante negra, de mechas largas y tiesas con alambres negros, la conocía en el largo proceso con que preparaba ese personaje samurái-poeta: “El futuro es de quien lo ve primero”.

Yo había juntado -una vez más-  a los músicos y amigos Rubén Jeria, Gerardo Santana, y poetas Marcos Riesco, Gloria Liberman, Roberto Merino y habían declamado los poetas,  cada uno a su estilo, y Rodrigo entregaba una performance de circunstancia de poeta.  Así dejo un dibujo del espectáculo, donde me pone con un laurel en la boca, y unos papeles donde está mi ensayo de George Trakl, que le gustó mucho esta publicación en la Revista Letras. En esa misma revista se decidió publicar su poema STP, a petición y rogativas para que se conociera al poeta.

Yo era el penúltimo poeta (28 años), antes había recitado Roberto Merino con una barba larga de viejo iluminado, y solo tenía 17 años me contaron después.
Si le gustaba mi poesía al poeta Lira? NO.  Le intrigaba  el sentimiento poético que  conseguía que mujeres bellas, teutonas-tetonas  me miraban como una estrella perdida en el firmamento.   Se reía mucho de lo cursi y contradictorias que podían ser mis frases poéticas: “Huye, aquí”.  “Vete, cada vez más cerca”,  solo presto atención a las cadencias finales de mi BALADA DE LAS TURBINAS, que  cita en un poema, que no se encuentra paz en la poesía y termina otro poema con esas mismas cadencias para reírse de lo fácil que era, cuando se comprendía el ritmo. 
En el recital nos sacaban fotos los "sapos" y todos estaban muertos de miedo, qué podían decir estos poetas, éramos  totalmente desconocidos, y nuestro grupo se deslizaba como un arquetipo errático.   -Porque habíamos puesto una tarima, queríamos vernos más altos?-

Repito: El papel confort con soltura salía de la manga del abrigo mientras su vozarrón gritaba su poema.  Alternados gritillos contenidos, seductores, y un juego de ojos risueños entre nosotros.  Lira cerraba el espectáculo que habíamos montado recitando tanto en el Peda,   en el Colegio San Agustín, y en los lugares  sin temor, distraídos en el tiempo,  protegidos por la poesía, al igual que el Profe Poeta de ese Colegio.
Lira se había puesto en las cejas un negro grueso de líneas de corcho quemado. El papel confort seguía llenando la tarima.   Continuaba eterno en giros y sacaba más y más  papel confort blanco con el timbre de voz y miraba de frente a cada uno de los 150  visitantes.   Sin parar en una voz de sorna burlesca, in creciendo, en un jazziland propio, con tartamudeos socarrones. Gigante. Espasmódico. Su  puesta en escena era absurda y dada, y  puso  fin al espectáculo poético.

Esto no lo había visto antes, ni siquiera en las charadas en el pedagógico,  por la indumentaria -digamos- fue un performance tan sorpresivo en  su actuación, más escénico y grandioso que en la relacion personal, que tb era un espectaculum.
Después nos fuimos a mi casa, a festejar, con la típica Coca Cola para Lira, con músicos, poetas, y unos que se colaron.  Allí llegaron detrás los vigilantes de la noche, y entraron a la fiesta como espías Mariana Callejas, Franz e Iturra, y Rodrigo los increpo en la puerta y los echo de mi casa.  Y nos dimos cuenta  éramos poetas de circunstancia, y  nos espiaban, y  nadie pedía autógrafos.   Obvio: no estaba claro porque dábamos un espectáculo poético.  Lucha? Entretenimiento? Pasión sacerdotal?  Su poema declamado Testimonio de Circunstancia, se configuro esa noche. Era la prueba de fuego de la situación del poeta.

La ACLARACION -ultima parte de Testimonio de Circunstancias señala que vive el poeta en una vida pastoril. Situación que cambia la vida de b/n y obliga a comparaciones de los colores:


“pero secumdum Mondrian el blanco el negro y los grises intermedios:                               
no son colores                                                                                                                         
están los otros, los verdaderos                                                                                             
colores, los otros tonos…”


De aquí surge la posible vida de no ver todo gris, aunque viendo la gente, la ropa, la piel, los ojos y cabellos, el poeta saca las coordenadas de estas personas: “lacacha”.  Sin embargo los encuentros son fugaces y raros con la gente. Los verdaderos colores son aquellos en que se verdaderamente de verdad a la gente. Por otro lado, el poeta está preocupado por el estigma de “volado”, un karma de marihuanero.                                    
Por tanto reafirma que es distinto, porque aprendió a ver las cosas de manera distinta: “sin anteojeras”: “sin anteojeras, que nunca me sentaron bien…”
El poeta desarrollo la “notable habilidad necesaria”, hasta quedarse solo con dos pares de lentes foto cromáticos y una percepción distinta:


 “Uno es distinto                                                                                                                       
menos loco pero más RAYADO                                                                                             
un tipo escrito impreso o manchado con distinta tinta…"


Dentro del mundo de los colores, de los cuales se explaya muchísimo en su juego de consonantes y percusión, habla de los fogonazos de los letreros luminosos en su mente. Nada lo derrota en la vida de la calle, ya  tiene un soporte que lo sostiene, y que resulta un dato infantil muy tierno que no alivia ni consuela la actualidad que vive.


“Como en cambio siempre me gustaron
los cuentos y los cantos y los himnos
y también las historietas y canciones de cuna”


Este soporte de racionalización le viene del poeta León Felipe y se une a un “buen repertorio de chistes crueles”, y aun así, necesito haber “cuchareado muchas chuchocas” (disciplinas como Lingüística) y le permite una crítica al budismo zen.  Si. Al budismo zen, EL ARTE DE ANDAR EN MOTO, porque,


“ Pero no basta ver la moto
y estudiarla desarmarla y considerarla
para hacerla partir y manejarla”


De aquí el arte de andar en moto, su crítica la hace desde el punto de vista de la propiedad, y puedes tener moto robada, pero ellas tienen dueños y ellos pueden hacer cosas terribles:


“las motos los autos y los mundos
       suelen tener dueños
       y la libertad de los demás es cosa seria
       pueden hacer cosas terribles
      con la de ellos
      y también con la de uno,”


No tengo dudas que este poema TESTIMONIO DE CIRCUNSTANCIAS, es el traje de fuerza de un gran poeta.   Por eso continuaremos su análisis, sin DICHO que la ACLARACION tiene 9 páginas de consideraciones, donde el poeta no le echa la culpa al camino, al empedrado, a la Vida. Ya que no siempre tropieza.
Acentúa más adelante con una soberbia comparativa con Nicanor Parra, que un día dijo "tener ideas luminosas", y Rodrigo dice tener mejores, y que las de Nicanor son luminosas, hasta que se pruebe lo contrario. También indica su “lento suicidio” de fumar, en una espera existencial, con la chispa de la vida, su bebida preferida Coca Cola. 

Y desde aquí traza una defensa para disminuir  la actividad bioelectrica de vigilia, que no lo deja dormir. El poeta no tiene a nadie al lado para compartir. Se hace una gran pregunta  a lo más clásico de poeta, que Afrodita le tiene "mala barra".
Cita a Violeta en esta paradoja de vida. Ironiza sobre la Esperanza. Ya que se pierde toda,  y la esperanza  no siempre se pierde la esperanza definitivamente. Un juego que plantea un hoyo de soledad inmenso.
Vienen nuevas Advertencias en la ACLARACION, repite que no es poeta, a no ser que poeta se escriba con p de puta:


…”de puta preñada, de puta pariendo: puta madre…!
de puta frígida, de puta estéril (puta la huevada)
de puta difícil de puta caliente de puta niña
-pringada, muchas veces-
con /p/ de “puñal” se ha escrito más de algún poema
pero
¿y con /p/ de cien Palos zen en la sien
-chúpate ese Koan, coño
con /p/ de Patada en el Poto o en el Plexo solar”…

 


Felipe Vilches Rubio con Tahia Gomez,
presentadora que entrega Premio Underground de la Critica de Arte Joven 1988


 


(Continuara)
 

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