CUANDO LA MÚSICA PINTA
CUANDO LA MÚSICA PINTA
Por Marina Yufereva
Desde los últimos 250 años aproximadamente, tenemos el sueño de poder unir el sonido y el color bajo las leyes comunes. Entre los que trabajaron arduamente para realizar este sueño podemos mencionar los nombres de Newton, Grétry, Rameau, Euler, Goethe, Wagner, Helmholtz, Scriabin, Ostwald, Theremin, Einstein, etc., esto sólo en la edad moderna. La frase “los colores por su correlación agradable pueden relacionarse como los acordes musicales y ser proporcionales” (Aristóteles) se remonta a la Antigüedad.
Hasta ahora los experimentos en el campo de música de colores tenían el carácter subjetivo. Los esquemas de tonalidades coloradas de los compositores eminentes Rimski-Kórsakov y Scriabin no coinciden en muchos puntos, sobre todo, porque su percepción de una determinada tonalidad no coincide.
Las ondas de sonido y color tienen distinta naturaleza. El sonido es el fenómeno de las ondas acústicas, mientras que el color es el fenómeno de las ondas electromagnéticas. Por eso es imposible unir estas ondas entre sí.
Sin embargo, dentro de los sistemas mencionados existen unas relaciones determinadas, cuya existencia logramos descubrir y comprobar científicamente.
En música se trata de las relaciones funcionales de la tónica, la dominante y la subdominante. En pintura nos basamos en el principio de los colores complementarios (rojo, azul y amarillo).
Por la distinta naturaleza del sonido y del color, su sistema de relaciones se debe presentar en tres planos: la melodía, la tonalidad y la armonía (acordes).
En otras palabras, el mismo sonido puede ser visualizado en tres colores distintos.
Aparte de estos tres sistemas, tenemos un sistema de mucha importancia emocional, llamado sistema geométrico de dirección de rayos de colores.
TONALIDAD MELODÍA ACORDES
El artista se hace responsable sólo en escoger la tonalidad y el color de su obra, que a partir de aquel momento se desarrolla según las leyes comunes del sonido y color.
Y todo aquello mencionado representa solamente el inicio del concepto muy vasto y profundo llamado música de colores o música de luz.
Uno podría preguntar: “Cuál es la conexión entre nuestra época del siglo XXI y esta teoría aparentemente científica?” Y la respuesta es muy sencilla, porque en nuestro siglo XXI ya no nos interesa la pura música clásica la que se repite en las salas de conciertos durante décadas, sino nos interesa la música clásica adjunta a algo nuevo que nos conmueve y hace sonreír.
Y precisamente la abundancia de los colores en el alboroto musical estaba evidenciada por los espectadores en Gran Sala Filarmónica, en Palacio de Hielo y Capilla de la Corte en San Petersburgo en la Federación Rusa.
http://www.youtube.com/watch?v=THHQNhfvlck
La palabra inglesa y famosa “show” conviene mucho a describir este fenómeno. El trabajo de muchos especialistas de música, teatro, arte y bailes podrá convertir lo habitual en la fiesta del ánimo. Siendo vieja esta idea se pone muy fresca mientras esté cumpliéndose.
En Rusia el músico y el pintor Valentín Vladímirovich Afanasiev dedicó muchos años de su vida a esta filosofía los resultados de la cual se exponen en los conciertos realizados recientemente. Esta filosofía es bastante matemática y le costó mucha labor. Como cuenta el artista mismo, antes no tenía los medios necesarios para explicarlo, porque no habían ni computadoras, ni otros recursos contemporáneos para demostrarlo en pleno sabor.
Por ejemplo, el concierto en Palacio de Hielo era realizado con ayuda de 126 proyectores los cuales se activaban en un momento adecuado a la nota o melodía tocada.
La gente trata de explicar la aurora boreal de sonidos hace tiempo mientras tanto tal vez esto exista en la naturaleza desde el inicio de los tiempos, nos falta solamente tender la mano y tocar esta belleza a través de nuestros corazones…
Los enlaces usados:
http://dailytalking.ru/interview/afanasev-valentin-vladimirovich/274/
http://peterburg2.ru/events/18951.html
http://www.youtube.com/watch?v=THHQNhfvlck
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