“IDLE EYES” Y SU “TOKYO ROSE”.

 Por Alvaro Oliva

 alvaro_oliva@hotmail.com

Sin buscar llegó a mis oídos una  serie de grupos musicales de Canadá que alcanzaron su mayor apogeo, en la primera mitad de los ochentas. A través de la banda sonora de películas y series de televisión del mencionado país del norte, descubrí a “The Spoons”, “Gowan” e “Idle Eyes”.

Mientras en Estados Unidos se desarrollaba un estampida de videos difundidos, a través de MTV, en Canadá surgió un movimiento de excelentes bandas; todas con un gran potencial.Sus creaciones musicales, la mayoría de ellas, grabadas en exteriores sin los efectos digitales de hoy, se centraban en los entornos naturales más delicados que el hemisferio norte ofrecía.

Pinos, montañas, nieve, espejos de agua se combinaban con la voz sutil y mágica de los artistas, como si la naturaleza pusiera su huella en esta generación sonora de excelencia. Así, se conformó un movimiento propio que si bien era pop tenía una estampa irrepetible.

Una de las agrupaciones que más ha llamado mi atención es  “Idle Eyes” que con su canción  “Tokyo Rose” nos demuestra que cualquier tiempo o punto del mundo nos ofrece tesoros infinitos que nos deleitan con el sonido para calmar nuestra desesperación actual. El video de la creación mencionada, nos muestra a la banda tocando, en un estudio, mientras se suceden imágenes de las divas del cine de la primera mitad del siglo XX.

Así, mientras no oxigenamos con el sonido de estos talentosos músicos vemos el desfile de expresiones, zapatos, joyas y nostalgia de las féminas desaparecidas. La voz de Ted Campbell emociona esta breve creación, un verdadero llanto pop inolvidable.

“Tokyo Rose” fue lanzada durante su primera gira, la cual iniciaron como teloneros de “Toto” en el “Queen Elizabeth Theatre” de Vancouver. Posteriormente, acompañarían a “Tears For Fears” y Bryan Adams, entre otros.

Hágase un favor y diríjase a ver este video con las tecnologías que ofrece su digitalizado y neurótico siglo XXI. Aunque la vida de esta agrupación, nacida en 1980, fue corta nos dejó un importante legado.