ORLANDO QUEVEDO Y LA TRASLACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
ORLANDO QUEVEDO Y LA TRASLACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
por Francisco Arroyo Ceballos (Crítico Independiente)
La búsqueda por parte de cualquier autor de un equilibrio formal, de un marcado estilo propio en pro de un logrado desarrollo artístico provoca sin duda cierto proceso dinámico, cierta labor de investigación , y claramente un amplio conocimiento no sólo en cuanto a técnicas se refiere sino a educabilidad y estudio profundo de los procesos artísticos acaecidos.
Toda evolución que se precie ha de estar precedida de estos factores que a la postre no dejan de ser sino fundamentales en la concepción de una obra cuidada, de una obra a ser diferenciada como base de contemporaneidad y ejemplo de transmisión conceptual.
Dicho esto, no tengo por más que destacar el trabajo desarrollado por Orlando Quevedo, un creador que de manera contundente aglutina lo anteriormente mostrado: conocimiento, capacidad elaborativa, técnica... Podríamos decir que su marcado uso personal viene fundamentado en la sagaz utilización que de la contraposición de la figuración realista más austera y tradicional mezclada con el colorido, vivacidad y estilo del Arte Pop,realiza. De su sintetización en el espacio, lo que supone una clara traslación de elementos formales de otras épocas colocados sin embargo dentro de un contexto actual y actualizador, de un espacio recreador en el que lo decorativo pasa a formar pilar fundamental y a dirigir la obra dentro de un fiel cosmos imaginado.
Constatemos este hecho como básico, como marcador del ritmo atinado con el que trata de plasmar en el lienzo ambientes ciertamente deseados, transmisores de paz y armonía , alejados del exterior, rechazadores del entorno social en el que incuestionablemente estamos inmersos. El autor con ello pretende agasajar al espectador con la belleza que supone la mera contemplación de la obra y transmitirle la sensación de sosiego, de relajación, ya fuera tan sólo por unos instantes.
Característica principal en su obra es la combinación de componentesreconocibles como propios y la adición para si de obras latentes dentro de la historia del arte, a las que en muchos casos incorpora positivamente elementos de su propia cosecha, incluso llega a representar, desde personajes de su entorno más cercano a su figura como creador.La minuciosidad con la que trata la obra la hace digna de ser marcada dentro del hiperrealismo, muy cercana a él. El tratamiento del “detalle” es fundamental para Orlando. De ahí se entiende la suavidad, la firmeza y entusiasmo con que modela suelos, balconadas, mobiliario...etc....
Sin duda alguna, un trabajo cuidado, delicado, una obra digna de los más altos elogios y, lo que es más importante, una obra que deja patente un marcado estilo propio como baza fundamental en el desarrollo de una línea estructural, de todo un proceso formal al que pocos autores tienen la suerte de acceder y que le encumbra como claro referente artístico del momento.
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