TRAKL Y JORGE TEILLIER; PARA HABLAR CON LOS MUERTOS
TRAKL Y JORGE TEILLIER; PARA HABLAR CON LOS MUERTOS
Por Adolfo Vásquez Rocca
La poesía como nostalgia
La poesía de Georg Trakl, de estilo abrupto y violento, poseía una rara densidad, en ella se une la nostalgia de la ternura y el presentimiento del fin del mundo. Sus premoniciones de desolación no podían ser comprendidas por sus coetáneos, confiados todavía en las apariencias del esplendor finisecular. Tampoco se podía comprender la videncia del poeta ruso Andrés Biely, el que escribía en 1921: "El mundo volará / por el estallido de una Bomba Atómica / en gavillas de electrones. / Descarnada hecatombe!". En Trakl aparece un mundo de nostalgia y decadencia. Ya en 1917 Rilke escribía: "la poesía de Trakl es para mí el más conmovedor de los lamentos ante un mundo imperfecto".
La de Trakl es una poesía que alude con melancolía a la casa de sus antepasados; a su ciudad natal, al paisaje de la comarca. Allí aparece un mundo de nostalgia y decadencia, propio de una ciudad que durante la Edad Media había tenido un gran esplendor, y que vivía de un pasado irrecuperable. Por oposición a la ciudad, Trakl se vuelve a la naturaleza, a la que ve exenta de la culpa de la caída [2] .
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