LA LETRA EN QUE NACIÓ LA PENA
LA LETRA EN QUE NACIÓ LA PENA
Por: Raúl Zurita
Ignoro si existe la historia de la literatura inglesa. Ignoro
si existe la historia de la literatura. Ignoro si existe la historia.
Cito de memoria, pero si no me equivoco es el comienzo de una conferencia dada en Harvard por Borges en que se referiría a la literatura inglesa. Junto a su ironía, su sentido es múltiple y se me ha venido a la memoria a propósito de esta muestra de la poesía peruana actual. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de poesía peruana (o mexicana o chilena)? ¿Qué se afirma cuando se agrupa a algunos poetas por sus partidas de nacimiento? ¿Hay un modo particular con que un idioma demarca un lugar, una aldea o un continente? En dos palabras, ¿existe algo como la poesía de un país? Y, siguiendo a Borges, ¿existe algo como la poesía? Está claro que para buena parte de la crítica peruana -la más obsesiva que yo haya conocido en el afán de ordenar, secuenciar, temporalizar, en suma, cronometizar a sus creadores- la respuesta es obvia. Seguramente el hecho de mi relativa lejanía, no soy un lector peruano, me exime de esa claridad, p ero me hace inevitable una constatación: s i existe lo que hoy llamamos poesía peruana es únicamente porque a ella le tocó reiterar un modo de la tragedia, ser en sí esa tragedia y mostrarnos como ninguna otra en estos territorios, la historia de una imposición y las marcas incanceladas de su violencia.
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