Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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A raíz del abrupto cierre de Sala Sam -dependiente del Departamento de Cultura del Instituto Chileno Norteamericano- y considerando las escuetas respuestas de Rosario Martínez, actual directora de dicho Departamento y Carlos Fuentes, director de Administración y Finanzas, es que quisiéramos manifestar nuestro profundo malestar ante la forma en que se ha manejado esta decisión ante los artistas que estaban programados en su calendario 2010, cancelando una exposición nueve días antes de ser inaugurada.

Si bien el sector de las  Artes Visuales en Chile no cuenta con contratos legales entre galerías/espacios y artistas/curadores, en muchos casos se firman acuerdos que pactan la honorabilidad y el respeto por el trabajo de ambas partes. Estos acuerdos generalmente conceden deberes a los artistas y facultan a las galerías para desvincularse de toda responsabilidad ante las obras en caso de ser dañadas o robadas y asimismo, exigen derechos sobre las imágenes para difusión, sin que quede estipulado el margen de tiempo o su demanda, sea ésta comercial o publicitaria.

En este caso puntual, las exhibiciones programadas contaban con la invitación formal de Sala Sam desde octubre del año 2009, lo cual se pactó en un acuerdo por escrito entre ambas partes en enero de 2010. Los requerimientos para llegar a ser parte del calendario 2010 de la sala eran dos: que las obras se adecuaran a las condiciones espaciales, es decir que fueran site-specific,  y que la temática tuviera una vinculación con la cultura norteamericana. 

Es importante mencionar también que estas obras fueron  autofinanciadas casi en su totalidad por los artistas y que se estuvieron preparando con seis meses e incluso un año de antelación. Proyectadas como site-specific, ambas exposiciones afectadas establecen como elemento organizador y constituyente la planta y el perímetro de la sala. En el caso de la obra Pálida Carnicería (Marcela Duharte y Tomás Fernández), se trataba de 65 cuerpos escultóricos y 12 metros de yeso cartón calado que imitaban la pared oriente de la sala. En el caso de No Man´s Land (Constanza Alarcón), la obra fue creada en madera y en ella cada volumen construido calzaba con la arquitectura del lugar.

Lamentablemente la actual administración del Departamento de Cultura del ICHN, asumida en mayo 2010 por Rosario Martínez, no fue capaz de respetar dichos acuerdos, eximiéndose de cumplir compromisos éticos en términos profesionales y manifestando un total desconocimiento de la práctica artística contemporánea.

Lo anterior evidencia la vulnerabilidad de las Artes Visuales y da cuenta de lo desvalida que se encuentra esta profesión ante la Ley. Al pactarse contratos que dependen sólo del honor y probidad de ambas partes, consideramos que es de vital importancia que este deplorable incidente se cristalice como precedente tanto para procesos legislativos como para códigos éticos y de trabajo que beneficien al desarrollo de las artes visuales en nuestro país, fortaleciendo la labor tanto de artistas como instituciones.

Atentamente

Constanza Alarcón, artista visual chilena.

Marcela Duharte, artista visual chilena.

Tomás Fernandez, artista visual chileno.

Apoyan: ACA, Arte Contemporáneo Asociado, y APECH, Asociación de Pintores y Escultores de Chile.

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