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“Por todas ellas", óleo sobre tela, 2016, 80 x 80 cm.
Mercedes Casas Ocampo y el íntimo compromiso con la perfección
Jorge Restrepo
Su mano se mueve sobre el lienzo con cuidado. Cada pincelada es el fruto de la reflexión, es la muestra del equilibrio, es la materialización del compromiso con la calidad, es una extensión exacta de su personalidad. Ella mezcla el color una y otra vez, y respira profundamente al encontrar el tono perfecto. Se conmueve al aplicar la luz y la sombra, su tejido de delicados trazos es de tal armonía, que las sombras casi desaparecen, ante la secuencia de aproximaciones en cada cambio de color.
Su orientación al logro se muestra en tener la valentía para culminar lo que la satisface. Le preocupa no generar cambios en sus propuestas, pero sabe que una pintora con tan buen oficio no se cifra por volúmenes sino por su hacer metódico.
Esa factura de excelencia es la que trasmite al enseñar. Porque ella -artista y maestra-, vive como habitante de Barcelona, comprometiéndose en cuerpo y alma con el avance de sus alumnos al transmitirles íntegramente todo su saber.
Luego, ya a solas en su taller, se enfrenta a cada obra con tanta responsabilidad que su seriedad y compromiso la hacen caminar en el abismo entre la autoexigencia por completar un trabajo en su estándar de perfección y el desvelo originado al tener que definir cuál será un nuevo reto que amerite su dedicación.
En sus obras "flotan" personajes anónimos que parecen desubicados, extraños, sin rumbo... el observador puede dialogar con sus posturas, pero siempre terminará preguntándose ¿qué significado tienen?
“No alcanzan las cárceles”, óleo sobre tela, 2015, 100 x 100 cm.
Jorge: ¿Cómo logras un balance entre la perfección que caracteriza tu trabajo y la responsabilidad por concluir una obra?
Mercedes: Ambas cosas se dan al unísono; son como las dos caras de una misma moneda y no puedo concebir una sin la otra. Cuando pinto, me entrego a la obra todo el tiempo que sea necesario hasta llegar a conseguir un estado de equilibrio... Es llegar a sentir que cada elemento está en su sitio y que no podría funcionar de ninguna otra manera.
No permito que el tiempo me presione, aunque debido a ello mi producción sea escasa.
Jorge: El arte moderno, a partir del expresionismo le abrió una puerta al error, al gesto brusco. ¿Cómo es la carrera de una artista fiel a sus valores del oficio de pintora con estricto manejo de su técnica, de artista comprometida para quien el tiempo y el agotamiento no son barreras para concluir cada obra?
Mercedes: Reconozco que a veces siento la tentación de expresarme “desde el error y el gesto brusco” y en algunas ocasiones es así como comienzo un cuadro. La cuestión es que desde el inicio hasta la finalización de la obra hay un largo trecho y en el camino, esos arranques de libertad se van suavizando, puliendo, hasta llegar a un punto en el que sólo quedan señales casi ocultas de esos rasgos transgresores.
Necesito jugar en un principio con múltiples ambivalencias para terminar finalmente consiguiendo una unidad.
Jorge: Mercedes Casas Ocampo juega en distintos formatos ¿Por qué produces algunas obras en formatos pequeños?
Mercedes: Quizás en los formatos grandes el mensaje es más explícito y contundente que en los pequeños. Pero utilizo tanto unos como otros indistintamente -aunque el primero permite la ejecución de una serie de detalles que en el segundo caso serían impracticables-.
Jorge: naciste en Argentina, vives en España desde 1993. ¿En qué grado tu obra es influida por ese cambio geográfico?
Mercedes: Cambiar de país, de continente, de coordenadas en el mundo, supuso para mí una fuerte sacudida. De pronto, me vi inmersa en los escenarios de una cultura con la que ahora podía contactar en vivo y en directo y no a través de los libros, como cuando iba a la Universidad... Podía vivir día a día respirando el arte y tenerlo al alcance de mi mano... Eran emociones muy intensas.
Seguramente influida por este nuevo ambiente me sumergí de lleno en las obras de grandes maestros españoles -sobre todo Velázquez y Goya-, comenzando a jugar con los personajes de sus obras. En estas recreaciones yo incluía "pistas", señales, o mensajes ocultos que necesitaba expresar. Era como una botella tirada al mar sin saber quién la iba a encontrar, ignorando si ese "alguien" sería capaz de decodificar la información. Fueron muchos los años dedicados a esta etapa, hasta que comencé a sentir la necesidad de recorrer nuevos caminos y abrir otras puertas.
Jorge: ¿nos describes el momento de inspiración para una de tus series?...te propongo que nos lleves por ese viaje íntimo del momento en el que abriste un nuevo camino para tu obra…
Mercedes:Después de la serie de las Recreaciones, pasé por una crisis creativa que duró varios años... Me había despedido de mis personajes tan queridos, pero de pronto, me sucedía que no sabía qué pintar ni cómo.
Así, en la soledad de mi taller, pintando día tras día, mes tras mes, año tras año... Era muy frustrante el sentir que después de toda mi vida dedicada a la pintura, estuviese viviendo una situación como esa.
Finalmente, un día encontré la imagen de un sillón que me subyugó por la elegancia de sus líneas y empecé a jugar con él atribuyéndole el carácter de un escenario en el que expreso situaciones que me sensibilizan, que me tocan muy profundamente, sobre todo en el plano social manifestándome así en contra de la homofobia, la violencia de género, la indiferencia de los países europeos ante el drama inmigratorio, el endiosamiento del dinero, la corrupción, y todo aquello que está en contra de lo que considero justo.
No pretendo "pontificar" con mi pintura, ni cambiar el mundo... Tan sólo necesito expresarme a través de ella, porque el arte es el motor que motiva y ordena mi vida.
"Secretos", óleo sobre tela, 2017, 27 x 41 cm.
Jorge: Hemos tomado un tiempo para escribir este texto...O ¿Qué está naciendo en tu obra?
Mercedes: Las formas de expresión van modificándose aunque no nos lo hayamos propuesto. La cuestión es que mis personajes andróginos -aquellos que pululaban sin rumbo en algunas de mis obras-, han tomado vida propia y se han marchado de los sillones.
La nueva serie "Itinerantes" ya no toca ningún tema puntual como lo venía haciendo hasta ahora -como por ejemplo, contra la violencia de género, la intolerancia racial, la homofobia, etc-... Tiene más que ver con la física cuántica, y con la caverna de Platón. También con una actitud de indiferencia ante muchos hechos en los que deberíamos implicarnos, con la distorsión de nuestras percepciones que nos llevan a interpretaciones erróneas... En fin, hay diferentes niveles de lectura.
La cuestión es que ahora siento que debo seguir por este nuevo camino con un concepto que se aleja de mi etapa anterior y lo planteado al inicio de este reportaje.
La vida es cambio permanente y esto se refleja en todos nuestros actos. La pintura no puede escapar a este principio inexorable.