Algunas ideas previas
Así como la melancolía es una de los cuatro humores ligados a la creación artística, es recogido por Sigmund Freud como uno de los ejes fundamentales de su obra capital. Posee una entidad propia extrapolada a la clínica, a la filosofía, al arte (Durero), a la literatura, al pensamienbto religioso (Imágenes de mártires…martirologio. San Sebastián), a la ciencia (Imágenes de escenas de ‘anatomía’, cuerpos abiertos para la investigación científica.) y a la literatura ( Pessoa, Primo Levy, etc). En el arte encontramos destacadas expresiones al respecto: la Secesión Vienesa, la música de Mahaler, ncluso la obra literaria de Thomas Man ( la Montaña Mágica, Muerte en Venezia). Se habla incluso de una sociedad melancólica, de una melancolización del sujeto, de una decadencia de la sociedad occidental, etc. Existen muchos y variados trabajos al respecto.
¿Qué contrato hay con el Otro? He preferido seleccionar otra línea, la que se desarrolla a traves del concepto de ‘masoquismo’, que tiene en cuenta el factor económico de la pulsión; tambiés es una línea fundamental en la obra de S Freud, tomada por autores de peso como Jacques Lacan, Deleuze…etc, no solo como componente fundamental de la economía de la sexualidad, sino la obra literaria de la que tiene su origen.
Es con Sacher-Masoch que se toma por primera vez un nombre propio para nominar una patología, Parkinson, Roger, incluso Sade. Pero antes debemos tener en cuenta otros autores como Otto Reik con su texto ‘El masoquismo’, Gilles Deleuze Presentación de Sacher-Masoch Lo frío y lo cruel, mas adelante Paul-Laurent Assoun dedica una de sus lecciones a ‘le masoquisme’.
Saltamos a 1950…encontramos a Los Accionistas vieneses, cuatro artistas de Viena que toman al cuerpo como objeto de sus acciones, y con ellas se replantean por un lado ‘las autopuniciones masoquistas, pero fundamentalmente el contrato masoquista, denominado en el arte ‘manifiesto’. Se ha hablado ya del manifiesto Dada, del manifiesto surrealista, el de los futuristas italianos del ’15, Estos artistas retoman precisamente ‘este contrato’ de llegar ‘en extasis’ en sus acciones (y no digo representaciones), la acción va a ser el gran aporte del arte de la época, que da el nombre al grupo ‘Los accionistas vieneses’. Extraída del contrato masoquista, no se trata de la palabra (como la literatura caballeresca, o la de los cortesanos del siglo XVIII) se trata de un acuerdo para realizar determinadas acciones sobre el propio cuerpo o sobre el cuerpo del otro.
Economía de la pulsión, autopunición, contrato, serán las variables a tener en cuenta. Con la caida de los valores remanentes hasta la Segunda Guerra mundial ‘las relaciones sexuales’ van a estar reguladas de manera diferente. Surge otro artista fundamental para el final de siglo, Michael Haneke, también de Viena, al que he dedicado dos seminarios: Bogota 2001 y Mecad, Barcelona 2002. Haneke rescata estas tres cuestiones en todo el recorrido de su filmografía, no tomare su ‘trilogía de la congelación emocional’ ya que la trabaje en dichos seminarios, sino dos de sus obras últimas: La pianista y Código Desconocido. Podríamos hablar de un no-masoquismo, Haneke nos plantea: ¿Si no hay contrato qué sucede con la relación? La economía de la pulsión, la autopunición (como sufrimiento) y el contrato sostienen si no-hay encuentro-sexual. ¿Si esto cae que sucede con el sujeto?
¿Qué nos dice Haneke? Un retorno ‘al mi-mismo, ya no se trata de un vacío constitutivo, se trata de una falta de sujeción (una de cuyas maneras es el masoquismo), entonces surge el empuje a la acción (la pornografía, las orgías organizadas…la droga, etc)
Primeras lecturas sobre una investigación
Esta presentación es una propuesta sobre la idea de mostrarles performáticamente el inicio de un programa de investigación, mostrar la manera en la que yo empiezo a investigar.
La preguntas: ¿Qué cuerpos específicos tiene la performance? Porque no todo cuerpo, hablando de cuerpos no-específicos, es decir un cuerpo en general, es performático, porque entonces tendríamos que plantear que todo sujeto tiene un cuerpo performático y eso es falso de entrada. Yo creo que si que existe un cuerpo propio de la performance, entonces lo que primero que hice es buscar en el diccionario el significado de “específico”. En la misma página donde se encuentra la palabra “específico”, también hallamos la palabra “especificar”, “especie”, “especificación”, “espécimen”, “especioso”, “espectacular”, “espectáculo” y “espectador”. Ello quiere decir que primeramente habría la idea de un cuerpo general para la química, para la física y para la geometría, que de eso se trata, y habría un cuerpo específico, propio de la performance. De lo general debemos tomar lo específico del cuerpo, que permita entender porque es un cuerpo específico para la performance.
Ya hay definición de texto performático, por ejemplo el escritor portugués Lobo Antúnez, escribe textos performáticos. No son novelas, no son cuentos, no son textos de teatro, no son ensayo, no son historia, no son textos de acción…son textos performáticos…quiere decir que en el desarrollo de la obra, ustedes pueden encontrar un fragmento de poesía, un fragmento de teatro, un fragmento descriptivo de la escena, un fragmento que le contó alguien…por tanto es “transgenérico”, es decir, no es de un género concreto, por el contrario la novela es un género específico, la poesía es un género específico.
“Primeras lecturas sobre una investigación: el cuerpo desde el masoquismo a la performance”, este es el título de esta investigación. La elección del masoquismo viene dada porque en las “lecturas de cuerpo” hay dos o tres grandes líneas, desde Platón hasta ahora; el primero es el cuerpo melancólico, el cuerpo de la apatía, del que ya se hablaba en Sócrates, en Aristóteles. Este era el cuerpo que rescata Durero y Goethe…el cuerpo apático, el cuerpo tirado, el cuerpo que tiene una tristeza eterna. Durante el Romanticismo, el cuerpo era el cuerpo de la apatía, el cuerpo apático, el cuerpo que se desmaya. Yo creo que la performance no tiene este tipo de cuerpo, pero existen investigaciones donde se plantea que el sujeto contemporáneo es un sujeto apático, que no reacciona, sin ir más allá, hoy por la mañana hubo un intento de atentado en Londres, pero en Rosario la gente no se alarmó. Por tanto, creo que por una parte si hay un cuerpo apático, que no reacciona, pero creo que la performance no tiene que ver con este cuerpo.
El segundo cuerpo, es el cuerpo fetichista, el Dadá, el surrealismo…han trabajado este cuerpo fetiche, y muchas de las representaciones que vemos en las performance están integradas por fetiches...hay un zapato, un lápiz…elementos que corresponden a fetiches, aunque con ello no quiero decir que la performance sea un fetiche, sino que hace uso de fetiches y elementos fetichistas. Kleine por ejemplo usaba el cuerpo de las modelos performáticas como fetiches. Pero particularmente, no me acaba de convencer ya que el fetichismo, se basa fundamentalmente en el objeto, aunque si que es verdad que no es un objeto cualquiera, el objeto fetiche tiene un valor agregado, un valor de deseo, un valor de amor, de rechazo…pero siempre tiene un valor, que en economía es el llamado “valor plus o valor agregado”. Evidentemente, en la historia del arte en general, en la música, la pintura, la literatura, etc. el cuerpo fetiche es un cuerpo que se ha trabajado, que se conoce.
Mi investigación anterior la llamé “La mujer de objeto a mujer artista” tomando como ejemplo la obra de Eulalia Valldosera, en un trabajo que ha durado 5 años y que cerraré este año. En este trabajo expreso la idea de cómo la mujer ha ocupado el lugar de objeto en el arte hasta la llegada de la performance. Un buen ejemplo de ello, es Gala para Dalí, aunque hay muchos más. Pero con la performance, la mujer va a ocupar el lugar de mujer-artista. La mujer tiene un cuerpo específico, el femenino, que es el que pone en juego en la performance. Yo dudaría seriamente que pudiera haber habido un desarrollo de la performance, sin la mujer. La mujer se coloca como sujeto y a la vez como objeto de su propia subjetividad.
El cuerpo para la teoría psíquica, y no digamos para el psicoanálisis, es un tema muy específico, en general, la psiquis se plantea como un desarrollo del lenguaje, y por ello el cuerpo aparece, como cuerpo simbolizado en el lenguaje. Un sujeto que produce síntomas, entre el cuerpo y la palabra, pero también puede producir fenómenos, fenómenos psicosomáticos, donde la palabra no hace de mediadora. (la obra de Lygia Clark.)
La investigación que estoy realizando para este evento la empiezo leyendo y encuentro cosas, que después de un determinado tiempo, se han de poner en serie. Al principio no hay una idea cerrada, voy dando vueltas sobre una idea, en este caso el de “mujer artista”, “la artista que es mujer”. Después va apareciendo el material, voy encontrando las tres líneas que ya he planteado, me enfrento a ellas, y excluyo las dos primeras, la melancolía y el fetichismo. Con ello no quiero decir que esta exclusión sea definitiva, es decir, que no haya performance con una tendencia melancólica, el cuerpo de Werther, que desfallece, es el cuerpo de la melancolía. Hay cantidad de artistas que han trabajado esta cuestión y que en algunos casos, han llegado hasta el suicidio, como final de la melancolía, la pérdida del yo, la búsqueda de un agujero que no tiene fin. En otras performance aparecen objetos fetiche, como es el caso Matheo Barney, ya que él trabaja con el cuerpo fetichista.
Primeramente, me dirigí a Sacher-Masoch, es austriaco, nace en 1835, en siglo XIX, entonces aquí surge la propuesta: “Viena: de Freud a Haneke”. Con esto contextualizamos la perfomance. En Viena ocurre algo particular con el cuerpo masculino. Masoch es un inventor, no sólo en el arte, sino en la psiquis: Lo que cautiva en gran manera, es como un escritor de prestigio mundial, recordemos que Masoch en su época era un escritor famosísimo que dio conferencias incluso en EUA, haya inventado una “pathos” , una patología, que sea la masoquista. Un patología, que extraordinariamente, trasciende el objeto artístico y marca el sujeto desde el arte. Hay dos o tres grandes patologías, como el Alzeimer, por ejemplo, que tiene que ver con sujetos que han tenido esta patología y que han dado nombre a la enfermedad. Volviendo a Masoch, diremos que aunque su obra es amplia y compleja, nosotros nos hemos basado en la lectura de aquellos aspectos que creemos pertinentes para abordar la cuestion de la performance.
Luego tomaré a Gunter Bruss, uno de Los Accionistas Vieneses, el año pasado hicieron una retrospectiva de todo su recorrido, en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. ¿Qué proceso hace Gunter Bruss en su retorno a la literatura? Él viene de las Bellas Artes, él estudió Bellas Artes desde los 14 años, cosa que no aceptaba su padre, ya que en la sociedad austriaca de los años ’50, tener un hijo artista...no estaba bien visto. Pero después de mucho insistir su tío le pagó los estudios. Gunter Bruss hace ese recorrido específico: el paso del cuerpo performático al cuerpo de la letra.
En el texto de Freud del año 1924, titulado: “El problema económico del masoquismo”, Freud toma un aspecto específico del masoquismo. Es un texto corto pero muy complejo, donde en cada página, el propio Freud va dando el pautado de a donde hemos de llegar. La cuestión interesante es: ¿Qué economía pone en juego el masoquismo? pero no el masoquista, no el sujeto masoquista. Freud entiende el masoquismo como una operación, como una mecánica. Él es muy respetuoso con el sujeto, le interesa la acción que realiza, al mecánica que realiza, la operatoria que realiza el sujeto. Freud nos plantea que el objetivo es la obtención ‘de placer’, y específicamente desarrolla como se obtiene, o mejor dicho como no-se obtiene en el caso del masoquismo.
Su obra “El destino de la pulsión”, sin duda es el documento de Freud más importante para el arte, ya que según él mismo dice, el destino de la pulsión es la sublimación. Él elige el problema económico; el sujeto pone una energía, una potencia en la cuestión masoquista, igual que pone esa fuerza en la melancolía y el fetichismo. Si hay una economía de la pulsión, entendiendo pulsión como el cuerpo en la performance, esta es específica.
Gunter Bruss y los accionistas vieneses, se empiezan a mover en los ’60 (ya que pertenecen a la post-guerra). Es ahora cuando se ha hallado toda la correspondencia epistolar (con dibujos y fechas) de estos accionistas poniendo a la luz sus debates, debates internos sobre el cuerpo, la pulsión, etc. La exposición que se ha hecho sobre estos hallazgos es increíble ya que se han expuesto desde las primeras servilletas con escritos o dibujos. El catálogo incluye textos de 4 autores, entre los que se encuentra la comisaria de la exposición, y una investigadora alemana del Museo Gunter Bruss de Viena.
Lo que me fascinó de esta lectura es como los accionistas rescatan la idea de “un contrato”. Aquí modifico el título de mi investigación: “El cuerpo y la ley en el masoquismo y la performance”. Porque hay una ley, hacian un llamado a la ley, cuando realizaban performance en la calle, en muchas ocasiones eran denunciados a la policía. Gunter Gruss, por ejemplo, estuvo tres meses preso, con un juicio pendiente, por lo cual se tubo que expatriar de Austria, no pudiendo volver a ella ya que lo detendrían en el acto. Se le consideró una amenaza para la sociedad, ya que salía desnudo a la calle, hacia sus necesidades en público, etc...y esto era una ofensa, para la sociedad burguesa austriaca del momento.
La policía no era tan benevolente como hoy y lo habían detenido en varias ocasiones. Creo que había una provocación, en el hecho del castigo, en el hecho que la policía lo arrastrara, lo pegara, se lo llevara preso. Se vuelve a excluir la línea de la descripción figurativa, porque se podría trabajar como él hace el atravesamiento de la caída de la figura y la aparición de la marca en la pintura, ya que en sus primeras pinturas, él ponía telas enormes en una sala y empezaba a tirar pintura por todos los sitios, manchando paredes y suelo. Pero lo interesante es su relación con la ley, porque se hacía pegar, porque lo metían preso, se escapaba, cuando pone a su mujer e hija en las performance, ellas también estaban amenazadas y presas.
En las cartas ya aparece el carácter represor de la Austria post-nazi, se plantea como esta represión se mantuvo 30 y 40 años después, la represión social del sujeto, pero también lo podríamos plantear como lo social en la psiquis del sujeto. Recordemos que como definición el sujeto se define como tal bajo la represión. Pero, ¿Cómo actuaría una represión de lo social sobre el sujeto?...ese es el juego que usan ellos, y que llevan hasta el límite, hasta que el punto que en una carta Brus afirma: “O me suicido o hago un giro”.
Esto significa que se realizaría un contrato con el Otro a través de la palabra (según los estudios que realizó Brus sobre las leyes: el artista, la calle...eran libres). De que manera él descubre que o bien hay un pasaje al acto o tenía la necesidad de hacer un giro, es decir, o sigo con el cuerpo o bien hago un giro a la palabra. Represión a la desintegración total, en Klein el cuerpo se queda transformado en una figura azul, ya hay una desintegración, que los accionistas van a entender a la perfección. Cuanto más nos podemos cortar, pinchar o clavar, provoca que el organismo al final se desintegre.
Masoch trabaja con la palabra no con la letra, trabaja con textos narrativos. Él va a contar en una carta todos los pasos de un contrato. El primer paso de esta narración, es el contrato mismo, momento que él lama “La Venus de las pieles”. La persona que realiza el contrato, es llamada por Masoch “Sr. X o Y” (tiempo más tarde se conocería su identidad), en la carta no quedaba claro si era hombre o mujer, porque si bien en el texto podría parecer que se trata de una mujer, según lo que dice se trata de un hombre. Él habla con su mujer, que se llamaba Wanda, y le plantea si le interesaba entrar en ese juego del contrato, y seguidamente escriben estas cartas para entrar en este juego con el “Sr/Sra X o Y”, por lo tanto queda claro que la mujer acepta este juego, y pactan que en el momento en que él no pueda contestar a este contrato, lo hará ella. Toda la correspondencia que él desarrolla en esta novela tiene que ver con esto, el contratista (hombre o mujer) le plantea: sala oscura, sin luz, sillón, no golpear la puerta...una serie de acciones que no llevan a ningún desarrollo narrativo. En esas cartas, no aparecen los sentimientos, no es una carta de amor. ¿Pero podemos, por otra parte, considerar el masoquismo como un acto de amor?
Los primeros contratos de amor, los encontramos en la Edad Media, concretamente en el siglo XII, con los contratos caballerescos. El amor hacia la dama, el caballero le cantaba sus poemas (poemas amorosas y de añoranza ya que él le cantaba cuanto la iba a echar de menos mientras estuviera luchando en el campo de batalla, lejos de su tierra). En el caso de Masoch este primer momento, reflejado en el “contrato” puesto por escrito, de una modalidad de goce con el cuerpo, con unos instrumentos y con unas palabras determinadas. No se trata del goce de la ausencia (como el amor caballeresco o como el amor romántico) sino con el goce de la presencia, que y como se debe producir la escena amorosa.
Un segundo momento es el amor cortés, de los siglos XVI y XVII. Los pintores, escritores y músicos, realizaban contratos con las señoras para entretenerlas, porque sus maridos siempre estaban en los trasiegos de la corte o las batallas, las dejaban solas. Concretamente vemos cantidad de cuadros, en Varsailles, donde las damas están representadas mirando cuadros o leyendo poemas, que muchas veces se ha pensado equivocadamente que son de sus maridos, cuando en realidad son de los artistas que trabajaban para ellas. Los textos dicen que estas damas no mantenían relaciones sexuales con sus artistas, ya que el amor cortés era una cuestión diletante de la libido, una postergación del acto sexual, es decir el acto sexual se postergaba para la acción estética: mirar cuadros, leer poemas, cantar canciones...hechos que claramente podemos observar en un cuento de Edgar Allan Poe llamado “La carta robada”, uno de los grandes textos que Lacan coge para establecer la lógica de lo cortesano.
Lo cortesano tiene cuatro tiempos, en la escena que describe Poe, aparece una Emperatriz que tenía un amante anónimo que le mandaba cartas de amor, el Comisario de la Corte delata a la Emperatriz ante su marido, pero ella lo niega y afirma estar todo el día encerrada en su habitación leyendo. El Comisario afirma tener un testigo esencial: las cartas que le manda su amante. El Comisario y el Emperador van a sus aposentos, y ella muy astuta, no sólo no guarda las cartas sino que la deja encima del escritorio. El Comisario rebusca por toda su habitación pero no halla la carta. Lo que está a la vista no se ve.
El contratista de Masoch no era otro que Ludwig, es decir Luis II de Baviera. Los personajes de la obra de Masoch son cuatro (igual que pasa en el relato de Poe: el amante ausente, el Comisario, el Emperador y la Emperatriz.) Wanda, la esposa de Masoch, el propio Masoch, Luis II de Baviera y el heredero de la Corona de Dinamarca que era enano. Ellos entraban en escena, se colocaban en un punto determinado, producían determinada acciones pero no se sabía quien era quien, por tanto las relaciones entre ellos podían ser de los más diversas. Otro modo de la escritura es la correspondencia, en este caso muy abundante.
La cuestión está en la ley, la ley de lo social dice que lo que tiene que ver con el cuerpo tiene un límite. Por ejemplo, según la ley religiosa a los suicidas no se los entierra en el cementerio, son maléficos. El masoquismo es maléfico, se trata del mal sexual, del malestar sexual, hay algo en el cuerpo que produce malestar. Por otra parte la ley científica dice que se ha de defender la vida, pero en la actualidad se ha discutido mucho sobre la eutanasia (como por ejemplo con la película “Mar adentro” de Alejandro Amenabar). Se denuncia que si una persona en sus cabales, quiere morir, porque ya no quiere vivir más, no puede, el ciudadano no tiene derecho, está prohibido y si hay personas que han ayudado a esta muerte voluntaria pueden ser apresadas, por tanto hay un castigo. El cuerpo del sujeto está sostenido por leyes, evidentemente puede transgredirla pero será castigado.
El tercer momento es el amor gentil. Expresado por el Werther de Goethe: El amor imposible, el amor perdido desde un principio. Esto ya lo encontramos en la relación entre Dante y su Beatrice, toda la obra de Dante se basa en una mujer que él no conoció, una figura de 14 o 15 años que pasó por el convento. Ahí ya hay un contrato gentil, el contrato del romanticismo, el del amor eterno. Dentro de este mismo tipo de contrato hallamos a Frankenstein y a Nosferatu, que tienen como específico dejar fuera al cuerpo, de alguna manera el cuerpo está excluido por la imagen, es el amor a una imagen. ( esto se ve claramente en en el texto de Freud sobre La Gradiva de Jensen)
El cuarto momento, es el contrato masoquista, es la cuarta modalidad del amor. Según el texto de Freud: El dolor y el placer, son la pareja propia del masoquismo. No quiere decir que los otros contratos no tuvieran estas dos características: el juglar que le cantaba a la dama mostraba también su placer y su dolor por haberse de ir a la guerra o bien, en el contrato cortés, el dolor venia representado por el hecho de poder representar a su dama en sus pinturas, canciones o poemas, pero no poder acceder al cuerpo de ella. En el contrato gentil, Dante a través de toda su monumental obra sobre el Infierno vemos como se refiere al brillo y el movimiento del pie de su Beatriz y al resplandor de su corazón que ardía sin cuerpo.
Gilles Deleuze: ”Presentación de Sacher- Masoch, lo frío y lo cruel”. Deleuze, realiza un gran trabajo académico que se basa en separar a Masoch de Sade. Hace el corte en esta construcción lógica creada por Frreud que es el “sado-masoquismo”, es decir, que la operatoria se basa en que un sujeto se va a colocar del lado del sadismo y el otro del lado del masoquismo y van a construir una relación sado-masoquista. Ante la imposibilidad de acceder al Otro en tanto existencia, lo que fantasea el sujeto es mantener una relación, una relación placentera o una relación dolorosa, pero en definitiva una relación. Toda la operatoria de la construcción del pensamiento moderno es bipolar, de ahí que Freud va a denominar a esta relación sado-masoquista. Deleuze introduce la posmodernidad, en el sentido de extraerse de la bipolaridad del sujeto moderno (los accionistas de van a colocar en este límite). Deleuze hace referencia a Sade pero para despegarlo de Masoch, para hacer relevante toda la operación que hace Masoch. De allí que define a las instituciones del lado de lo sádico, y el contrato del lado de lo masoquista.
El subtítulo del libro de Deleuze es: “El frío y lo cruel”, él va a colocar el cuerpo masoquista en relación a un contrato por el lenguaje. No se desprende de la palabra, ya que se refiere a la palabra como contrato, lo que quiere decir que el cuerpo específico de la performance no está excluido del lenguaje, porque sino el sujeto sería autista. No puedo categorizar la performance como autista, aunque el artista no habla, pero en ese contrato está la ley, está lo simbólico. Un contrato está del lado de la palabra, sino del lado de lo escrito, para los Accionistas Vieneses son los manifiestos.
Deleuze plantea también el tema de la descripción, afirmando que a Masoch le interesaba la descripción del cuerpo. En la obra de Masoch “La Venus de las pieles”, el autor nos narra como su protagonista ha de venir vestida con pieles, llevar plumas, calzar zapatos, maquillada...hay una primera parte de la escena que se refiere a la descripción que Deleuze llama: “el papel de las descripciones en la escena masoquista”. Más adelante, afirmará que esta parte que anteriormente había llamado “descriptiva” en realidad se trata de la parte fetichista del masoquismo.El contrato masoquista no implica un contrato cualquiera, ha de tener una lógica, y esta lógica es la lógica de la “suspensión”. No es un acto es una acción, la acción es previa al acto, ya que lo que se posterga es el acto. ¿Qué es la lógica de la suspensión? Suspender la acción, lo interesante no es que la dama (nombre que ya viene de la Edad Media, mi dama, mi señora) sino que la dama tenga contratado pegarle pero en realidad no le pegue, Masoch así lo afirma, el horror no era que lo pegara sino que el horror es que se girara y no le pegara. Aquí hablamos la diferencia entre acto y acción. El acto implica que la palabra y la acción particular de ese acto se abrochen, en conclusión que se consume la relación sexual entre ambos, el acto sexual. En cambio en la acción esto se va postergando, hay toda una puesta en escena de esa postergación. Todas las acciones masoquistas están suspendidas, es decir, no tienen final, sino que remiten a otras escenas supuestamente posteriores.
“Deseo de observación científica y luego complacientemente místico”. Estas dos líneas, extraidas de Gilles Deleuze, son relevantes para la mística española: Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Se puede plantear que la escena masoquista tiene un antecedente en la mística española. Este pensamiento español, que tiene toda una base religiosa, se anticipa al alemán en la inflicción de placer-dolor. El sadismo del Otro se transforma en el propio sufrimiento, Masoch no estaba preocupado por lo que le pasara al príncipe de Dinamarca o al emperador, sino que se encerraba en él mismo y se torturaba cuando no recibía cartas de Ludwig. Esta base, el arte y la literatura religiosa, los retratos y los textos de mártires, inducen a la pregunta ¿Qué contrato tenían con el Otro los místicos?...para el místico, “el Otro” no es nada menos que Dios, (tanto para Santa Teresa como para San Juan de la Cruz). En cambio en otros autores como Pessoa o Primo Levy, “el Otro”, es el lenguaje, en la literatura van a encontrar, al igual que Masoch, este placer-sufrimiento.
Los accionistas, por otra parte, afirman: No es tanto el placer-sufrimiento de inflingirse, herirse en el cuerpo, sino la culpa que ello me provoca, por eso buscaban que les llevaran presos (aquí encontramos el lenguaje y la ley nuevamente). Por lo tanto, la relación entre el masoquismo y la mística no es otro que la culpa, que será un herencia religiosa en el arte...¿Porqué debo sentir placer por algo que la ley prohíbe, si no hay un cuerpo sin ley ni sin lenguaje? tanto Freud y más adelante Deleuze, van a tomar estas tres variable, como son: la economía de la pulsión, la mística (la letra pasa al cuerpo ya que es auto castigo) y la culpa. Todo en forma de contrato, el sujeto no va a poder resistir una relación de la letra con el cuerpo sin un contrato.
Alberto Caballero, Rosario, Argentina 2006, Barcelona, España 2015