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Carlos Altamirano, Retratos (detalle, 1996)
RETRATOS: Sobre la (im)posibilidad de configurar una versión pictórica de la memoria en Chile
COROLARIO
Ana Karina Lucero
altazor_2004@yahoo.es
En este período de postdictadura y/o transición la impronta se sostiene en el cierre de capítulo, en dar vuelta la hoja. Perspectivas que rodean el lema del pasado de la dictadura, particularmente la violación a los derechos humanos, con sus dispositivos mnémicos bibliográficos y archivísticos.
El presente se convierte entonces en un nudo capaz de hacer que el recuerdo no sea regresión, sino más bien un vaivén por recovecos de una memoria que transita por una multidireccionalidad crítica. El retorno a la democracia- en su variante chilena- edificó una escenografía de discursos en torno al problema de la memoria y la tensión permanente entre olvidar-sepultar y abrir- recordar.
Queda entonces la posibilidad de imaginar el trabajo de una(s) memoria(s) descartando la pasividad del recuerdo cosificado, que apele más bien a la formulación de enlaces constructivos entre un pasado que porta recuerdos silenciados que discrepan con las memorias oficiales. Resolver dicha situación de manera crítica, permite evitar la nostalgia antidictatorial como asimismo, resistir la tentación amnésica.
Es por ello que las prácticas artísticas y culturales que generaron reelaboraciones de los episodios más tortuosos de ese momento histórico, son las mejor preparadas para intervenir en la teatralidad del consenso. En síntesis y valiéndome de las palabras de Elizabeth Jelin en su texto “¿De qué hablamos cuando hablamos de memorias?”, es preciso delimitar lo siguiente: