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GUILLERMO NÚÑEZ (Parte 1)
Un volcán sudamericano humano... demasiado humano
Desde Chile, Muñozcoloma
Hoy es todo diferente, hace meses, quizás años, que no dormía. Hoy los rayos primaverales del sol acariciaron mis húmedos y descansados ojos, no perforándolos como en otras oportunidades, y una sensación perdida en el fondo de mis recuerdos se hizo presente, vulgarmente la llaman "sensación de bienestar" y nadie la aprecia en su justa medida, sólo los que la podemos abrazar en minúsculas y lejanas ocasiones. Al final el sueño reparador de una noche hizo lo que la desesperación y la rabia no pudieron en tantos años. Con esa agradable y purificadora sensación comencé a observar el techo de la habitación, ese tan lejano e inconmensurable, donde las constelaciones iluminan tenuemente la bóveda celeste y hacen presa la carne de los desesperados que buscan en ellas un consuelo, una señal, un atisbo de esperanza o regocijo.
Hoy es todo diferente, lo diáfano del día me hace pensar que ingreso a otra etapa de mi existencia, si fuera marxista diría que he subido en una vuelta más en la espiral ascendente de las evoluciones históricas que se repiten eternamente, mejorando en cada ciclo, en fin, que existe la evolución.