POETA ROCK

calamaro

Desde Chile, Andrés Fuentealba Canario

Calamaro vuelve con su afición suicida preferida. El rock de verdad, con amistad. Así lo refleja su último disco recopilatorio en vivo “El Regreso”, en donde Andrés vuelve a cantar sobre la Argentina mundial, de cuando la chica dice hasta luego y de fumarse un porrito, porque como dice él: “la ciudad además de cemento, es carne hueso y sangre” y por consecuencia, su máxima e inagotable fuente de inspiración.

En 1982 Andrés Calamaro se transformó en un Abuelo... de la Nada. Desde el teclado y junto a Miguel, se encargó de llenar de éxitos la década de los ochenta. Mil Horas y Sin Gamulán fueron las primeras composiciones de este joven que desde los 8 años ya tocaba el bandoneón.

De los tiempos de Charly, ya han pasado más de 24 años, incluidos los Amores de Avellaneda, las producciones a los Cadillacs, los Enanitos Verdes y la época Rodríguez, para terminar por pelear con la industria discográfica por seguir la difícil, la que usa el salmón. Hasta visitó las salas de justicia de su país por su defensa publica al consumo personal de marihuana: "De la piel para adentro, yo soy el dueño de mi cuerpo. Libertad, Libertad, Libertad", señaló.

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