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EL DIETARIO DE PERE GIMFERRER
Por Raúl Hernández Olivares
Puede parecer una instancia especial el hecho de acontecer a partir de distintos estímulos como pueden ser la literatura, la música, la danza, la filosofía, el teatro, el cine, el rock and roll. En este libro Dietario, del barcelonés Pere Gimferrer (Seix Barral, 1984), suceden estas distracciones.
Como una exposición de pinturas vamos conociendo distintos cuadros que son breves crónicas u opiniones que van siendo vinculadas por el hilo de la visión del autor. Pero qué es lo que pasa aquí. Pasan datos, anécdotas, historias de revistas y magazines. Pero también noticias domésticas, del barrio, del señor de la otra vez.
Gimferrer es un escritor de culto y oculto, disciplinado ensayista, poeta y narrador. Sus libros no son tan fácil de conseguir sepa moya por qué, pero goza de un subterráneo reconocimiento. Y en este libro que agrupa distintas notas breves de los años 80 se goza leyendo instantes memorables, compartiendo los últimos años de Goya y sus dibujos bizarros, la temprana muerte de John Keats, los detalles de la vida de Isadora Duncan junto al suicidio de Sergei Esenin. La misteriosa vida y muerte del Conde de Leutremont.
Y claro, como Gimferrer es un escritor de bajo perfil, no oculta sus deseos de abandono hablando acerca de la "gran renuncia" que se puede ver reflejada en la no aceptación de un cargo, o en el alejamiento de los centros. La periferia como opción y crítica, la gran renuncia que provoca rechazo y un silencioso aprecio. De esta forma, este Dietario no es una simple reedición de artículos o crónicas, y ni siquiera su europeizante acento socava en la lejanía del lector con los temas a conversar, sino que vamos adentrándonos fácilmente en datos históricos, pasando por fotografías de Marilyn Monroe, la estadía de Tolstoi en París o las visiones de Hí¶lderlin ya loco y visceral adoptando el nombre de Scardanelli. La desconocida vida de pulidor de cristales de Spinoza, las Confesiones de San Agustín, todo en breves notas, aproximaciones, un acercarse por la puerta para mirar hacia adentro y salir y marcharse sin mucha prisa. Observaciones pausadas, siempre ocultando al personaje principal del tema y "soltándolo" casi al final.
Es una forma de conversar esta escritura de Dietario. Una gran conversación con Pere Gimferrrer, quien tiene tema para rato y es buen escritor, sin gritar mucho.